Bye, bye...


Con las maletas ya registradas y en espera de su abordaje, Taichi y Yamato platicaban amenamente con sus amigos y familia.

—Prometan escribir seguido —exigió Mimi abrazándolos a ambos

—Sí, lo haremos, pero suéltame... —pidió Taichi con apremio como si ella lo estuviera estrangulando.

—No seas dramático —sentencio Sora tomando el lugar de su amiga. —De verdad los vamos a extrañar. A ambos.

Koushiro prefirió despedirse por separado, primero abrazo a Taichi con toda su fuerza mientras le confesaba que siempre lo vio como a un hermano y estaba orgulloso de él, luego se giró para hacer lo mismo con Yamato, solo que a él le murmuro, se valiente y dile lo que sientes.

Joe fue menos efusivo y si más práctico, les regalo una guía con frases elementales en inglés, así como una lista de lugares que debían visitar.

—Pueden usarlo de excusa para tener muchas citas —menciono como quien no quiere, logrando hacer sonrojar a los destinatarios y reír a los demás.

Tk y Kari eran los últimos en despedirse porque Hiroaki y Natsuko lo habían hecho en casa y ahora esperaban pacientemente en el auto, principalmente porque ella no quería llorar en público cuando viera irse a Matt.

—Hikari Yagami —murmuro Taichi delineando con la yema de sus dedos cada detalle del rostro amado. —La luz de los ocho Dioses, mi luz...

Kari le sonrió con todo el amor que le guardaba antes de regresar el gesto.

—Cuídate mucho hermano —luego miro a Matt. —Te lo encargo mucho Yamato.

—Buena suerte a los dos —deseo Tk abrazando a Matt y luego a Taichi. —Espero que no se olviden de llamarme y contarme si es que encuentran pareja... —y guiño el ojo a su hermano.

—Eres de lo peor —dijo Yamato antes de volver a abrazarlo. —Te voy a extrañar.

—Y yo a ti.

El clic de una cámara hizo a Yamato sonreír, en definitiva iba a pedirle a Kari que le enviara fotografías lo más seguido posible.

Por el alta voz se escuchó el llamado para abordar de su vuelo. Con una última sonrisa y un beso final de Taichi para Hikari caminaron rumbo a su nueva vida.

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Se acomodaron en los asientos, ambos estaban nerviosos pero ninguno quería demostrarlo. Yamato miro las manos de Taichi aferradas a los reposabrazos y entonces encontró un tema que quizás atraería lo suficiente su atención para hacerlos olvidar los nervios.

—Hikari es buena tomando fotos —comento Matt como si nada.

—Sí, sabe captar el momento —respondió Tai con orgullo.

—Y... eso me recuerda que ella mencionó que todo el lió con tus papás empezó con una fotografía.

Taichi apenas escuchar la referencia se tensó como cuerda de violín.

—No tienes que decirme nada si no quieres, yo solo, tenía curiosidad porque...

—Ellos, mi papá entro a la habitación justo cuando yo besaba la foto, una mala costumbre de niña enamorada. Ahora que lo pienso debió ser cómico porque él que al principio pensó era de una chica, creo que esa fue la última sonrisa que me dedico.

—Tai...

—Cuando se acercó para verla pude haberla escondido, pero supongo que estaba cansado de ocultarme y en mi corazón esperaba que ellos entendieran, me apoyaran...

—Lo siento, estuvo mal de mi parte...

—No, no... está bien —afirmo ruborizándose levemente —sé que contigo puedo hablarlo. Y la verdad es un alivio.

Yamato sonrió mientras su mano buscaba una vez más la de Taichi.

—¿Te confesaste o al menos le dijiste que te ibas? —cuestiono Matt.

—¿Eh? ¿a quién? —pregunto Tai sinceramente confundido.

—A él, a ese chico que tanto te gusta —dijo Yamato sintiendo agrias las palabras en su paladar.

Taichi abrió grande los ojos, luego abrió la boca dibujando una simpática "o" con los labios que Yamato considero adorable. Le gustaba tanto. Todo en Taichi le parecía hermoso. ¿Cómo había tardado tanto en darse cuenta de sus sentimientos por él?

—Yo... no tuve que decírselo. Él...

Y Yamato sintió que perdió el piso al comprender que se había enterado, y eso solo podía significar que la persona de la que Taichi estaba enamorado era parte de su círculo de amigos. Ahora solo tenía que adivinar quién era, Joe, Izumi... Tk... porque su papá estaba fuera de toda posibilidad. Pero al final, fuera quien fuera... él...

—Aquí tengo la foto —comento Taichi sacando de entre sus ropas un cuadrito bien doblado. —Siempre la llevo conmigo —su voz comenzaba a temblar igual que sus manos. —¿Quieres verla?

Yamato estuvo a punto de gritarle NO, porque no se sentía preparado para ello, luego pareció pensarlo, su papá le había dicho que fuera valiente, que diera el paso, que tenía una oportunidad.

—Yo no estoy seguro... —titubeó Matt. —Es decir, no creo poder... —y entonces tomando todo el valor que tenía dijo —controlar mis celos.

Taichi sintió sus mejillas ruborizarse, de hecho seguramente toda su cara era de un rojo brillante. ¿Acaso había escuchado correctamente? Si era un sueño no quería despertar. Ahora un poco más convencido tendió la imagen a su amigo.

—Por favor mírala.

Yamato desdoblo de apoco la fotografía mientras su corazón martillaba, y luego se detuvo abruptamente. Un jadeo escapo de su garganta y sus ojos se dilataron. Sus manos se movieron como dos flechas atrapando el rostro de Taichi para evitar que escapara porque sus labios tomaron por asalto los de su amigo, devorándolos como si fuera agua en medio del desierto.

La fotografía que había iniciado todo cayó a sus pies, pero que importaba, de ahora en adelante Taichí podía besar al original. Porque era de él, una foto tomada en uno de sus conciertos. Todo este tiempo había sido él. Y se sintió ridículo, sonrió sobre los labios de Tai antes de volver a comerse la boca que de ahora en adelante le pertenecería.

—Hagan el favor de abrocharse el cinturón, estamos por despegar —solicito la azafata con la mirada ladeada y mostrándose un tanto incomoda por interrumpir. Cuando ellos lo hicieron, ella se marchó.

Taichi y Yamato se sonrieron mutuamente, cómplices.

—Te amo —susurro Yamato contra el oído de Taichi.

Fin.

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