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-¡Mamá!- dijo Mikey despertando de golpe

-cállate...- dijo Raph abriendo los ojos -la cabeza me va a estallar...-

-¿Qué nos pasó?- dijo Leo levantándose despacio, sentía sus piernas temblorosas -estamos en el callejón...-

-nos noquearon- dijo Donnie -había ketamina en ese humo, ridocaina que es anestésico para perros, también, pude analizar antes de caer que tenía propilenglicol, se usa en niebla de discotecas y en cigarrillos electrónicos-

-en resumen, nos drogaron hasta el cerebro- dijo Raph levantándose -Barlow va a pagar-

-oye muñeca, rubiecita, arriba- dijo Mikey moviéndolas a ambas -están inconsistentes-

-definitivamente va a pagar- dijo Leo -volvamos a la guarida, debemos saber porqué hizo esto-

-es raro que nos dejase libres- dijo Donnie -muy extraño-

-demasiado- dijo Mikey

Donnie cargó a Maggie en sus brazos, Raph en cambio cargó a Erika como si de un costal de papas se tratase.

Todos caminaron de regreso al camión, Leo iba a conducir ya que Donnie estaba ocupando revisando a ambas mujeres.

-signos vitales estables, respiración y temperatura en estado normal, todo parece en orden- sonrió -tardarán en despertar, tal vez duerman hasta mañana-

-tal vez el efecto fue más fuerte en ellas- dijo Mikey -me duele el estómago un poco-

-a mi también- dijo Leo -¿A ustedes?-

Los otros dos asintieron, en el camino el menor de los hermanos eructó de forma un poco estrepitosa, le siguió Raph, luego Donnie y por último Leo.

Llegaron a la guarida, Raph fue a recostar a su esposa, Donnie fue a hacer lo mismo.

-gracias por cuidarlos- dijo Mikey viendo a la chica

-no es nada, son muy tiernos y ya están durmiendo- rió -debo irme a mi casa-

-¿Quieres que te lleve?- sonrió

-¿Seguro?-

-si, adelante, vamos- rió -además eres muy bonita, cualquiera querría hacerte algo-

-gracias- sonrió

Ambos salieron de la guarida, Mikey movió una de las tapas de alcantarillado para que ella saliera bien.

-ahora, sube- señaló su espalda

-¿Subir?- lo miró confundida

-si, será divertido- rió -animate, no muerdo-

-bien- dijo aún con dudas

Subió con cuidado en el caparazón de Mikey, se aferró un poco a su cuello sin lastimarlo.

-sujetate- rió -será un viaje agitado-

Comenzó a trepar y a columpiarse entre las escaleras de incendios y las cornisas de los edificios, Dakota iba hecha un manojo de nervios.

Su corazón le pedía detenerse o tendría un infarto, sus manos sudaban por el miedo.

-¿Ya casi llegamos?- dijo algo nerviosa

-si, un edificio más y estarás en casa- rió -descuida, no te dejaré caer-

En cuestión de minutos llegaron al edificio en donde estaba el apartamento de la pelinaranja.

-gracias- dijo mientras era dejada de pie en el suelo

-no hay de qué- sonrió, esa sonrisa le parecía linda -me iré, así descansarás-

-¿Puedo ir a verte otro día?- dijo tímidamente

-claro, te esperaré con algo rico de comer- rió

-gracias, eres muy lindo- sonrió con las mejillas un poco sonrojadas -ten linda noche-

-tú también, cuídate- dijo antes de saltar de la escalera de incendios e irse

-es lindo- rió

Se puso la pijama y se fue a dormir.

Mikey entró a la guarida más contento de lo normal, sus hermanos estaban sentados en el sofá charlando sobre que era lo que trataba Barlow ahora.

-oigan... Me siento muy cansado- dijo Donnie cuando una especie de bajón de energía le llegó

-ahora que lo dices- Leo bostezó -yo también...-

Raphael estaba comenzando a quedarse dormido en el sofá sin querer, Mikey también sintió ese bajón.

Los hermanos decidieron dejar el tema ahí y seguir mañana, cada uno se fue a su habitación, Donnie se fue a dormir con Maggie y Raph se fue a dormir con Erika.

Leo y Mikey aún dormían en la misma habitación juntos así que ambos emprendieron rumbo.

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La noche acabó dándole paso a un nuevo día, todos dormían tranquilos hasta que un grito por parte de una de las féminas despertó a todos.

-¡¿Quién diablos eres?!- dijo la pelinegra persiguiendo al más temperamental de los hermanos con una escoba -¡Aléjate! ¡Pervertido!-

-¿Qué te pasa mujer?- dijo confundido -actúas como si fuese la primera vez que dormimos juntos-

-¡Mientes! ¡Ni siquiera te conozco!- volvió a amenazarlo con la escoba

-¡Maggie! ¡Deja de golpearme!- dijo Donnie también huyendo de su esposa

-puedes ser muy guapo pero eso no te da derecho de ser un pervertido- dijo Maggie lanzándole una almohada -¡Acosador!-

-¡Maggie!- dijo Erika corriendo a abrazarla

-¡Eri!- la escondió detrás de ella -un paso más y a ambos los mando a saludar a Dios-

-¿Qué diablos les pasa?- dijo Raph viendo a su hermano -¿Donnie?- lo miró sorprendido

-¿Raph?- dijo también impactado -eres...-

-humano...- dijeron ambos

-¡Chicos! ¡Somos humanos!- dijo Mikey cuando llegó corriendo -¡Leo incluso es más guapo que yo!-

-esto se puso raro- dijo el mayor llegando -muy raro-

-Maggie tenía razón, eres pelirrojo- sonrió el de anteojos viendo al ojiverde -creí que no tendrías el cabello lacio-

-y tú eres lo más alejado a un ratón de biblioteca- sonrió el temperamental -luces... ¿Bien?-

-tú igual- sonrió -todos lucen bien-

Ambos miraron a sus esposas que estaban asustadas, la mayor los amenazaba con la escoba que anteriormente traía la pelinegra.

-¿Dónde estamos?- dijo Maggie

-en casa- dijo el de morado -vives aquí desde hace unos 8 o 9 años-

-no te creo, yo vivo con mi madre y mi hermano- sonrió nerviosa

-y yo vivo con mis padres- dijo Erika

-mujer, vives aquí desde antes de que Shane naciera- dijo Raph

-¿Quién es Shane?- dijo ella -no conozco a ningún Shane-

-¿Papá?- dijo Kiri viendo a los cuatro ahora hombres que estaban ahí

-Kiri, cariño- dijo Leo -soy yo-

-¡Papá!- corrió a abrazarlo -¿Qué te pasó? ¿Dónde está tu caparazón?-

-no lo sé, es la primera vez que veo mi espalda sin él- rió levemente

-¡Bàba!- dijo Shane corriendo hacia Raph, este lo abrazó -¿Qué sucedió?-

-no tengo la menor idea- miró a la pelinegra

-madre ¿Qué pasa?- dijo Kiri viendo a Erika

-¿Madre?...- estaba en shock

-¿Mamá? ¿Te encuentras bien?- dijo Shane

-¿Mamá?... Yo... No puedo tener hijos...-

-Eri, siéntate, luces pálida- dijo Mikey

-conocen mi nombre...- dijo y cayó sentada en el suelo -¿Dónde estoy?... ¿Quiénes son ustedes?...-

-si se acercan los golpearé- dijo Maggie

-aclaremos las cosas- dijo Leo viendo a Donnie y a Raph quienes asintieron

-¿Maggie? Soy Donnie- dijo acercándose despacio -mira tu mano izquierda-

Ella lo hizo y pudo ver en su dedo anular un anillo, estaba muy confundida.

-tú y yo estamos casados desde hace tiempo, vivimos aquí con mi familia- logró quitarle la escoba -no te haré daño, recuerda que dije que siempre estaría para ti y te cuidaría, recuerda que eres mi preciosa mariposa-

-yo...- al escuchar eso último algo dentro de ella hizo "click" como si de una película en velocidad rápida se tratase, recordó toda su vida hasta el día de ayer -Donnie...-

-si, así es- sonrió

-lo siento, no quise golpearte- lo abrazó -lo siento cariño-

-no te preocupes, todo está bien-

-¿Erika?- dijo Raph viéndola

-¿Quién eres?...- respiraba agitadamente

-tú eres mi esposa, soy Raphael...-

-no puedo ser tu esposa... Yo ni siquiera tengo novio...- sonrió nerviosa

-es la verdad, estamos casados desde hace 12 años- rió nervioso -tenemos un hijo-

-soy Shane mamá- dijo el pequeño pelirrojo -tranquila-

-no puedo tener un hijo... Sigo siendo virgen...- comenzó a alejarse lentamente

-¿Qué le pasa?- dijo Shane

-no lo sé...- dijo Raphael

Lo que sea que estuviera pasando, tenía a la pobre pelinegra con los nervios de punta, sus palmas sudorosas y su corazón latiendo como un automóvil de formula uno.

Nadie comprendía lo que sucedía, pero necesitaban una solución y rápido.

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