🔸Otro significado para el invierno🔸

  Ignorando lo planificado por Olivia, Arabella, de la mano de Hisirdoux, pidió a los invitados que se vayan al salón de fiesta, sin esperarlos.

—¿Qué haces?— gruñó Olivia.

—El salón esta unas cuadras.— respondió sin dejar de sonreír.

—¿Y el arroz? ¿El auto que los espera? ¿Lo planificado?— insistió nerviosa.

Sin embargo Arabella no le dijo más nada, y se fue junto con Hisirdoux a la sala donde estuvo ella con las demás.

A solas, no dudo que abrazarlo una vez mas. Se sentía extasiada, mas ahora que se encontraban en silencio.

Podía sentir las cálidas manos del pelinegro recorrer su espalda. Tenia la piel helada, y su tacto la volvía a la vida.

—Podríamos hacer la primer maldad como matrimonio.— sugirió Hisirdoux al romper el abrazo para verla a los ojos.

—Que quede claro, que ahora eres tu el de las malas ideas.— dijo Arabella acercándose para besarlo.

A un suspiro de sus labios, alguien llamo a la puerta, y entro sin esperar una respuesta. Olivia chillo avergonzada al verlos, y les dio la espalda.

—Muy bien, par de tontos. Les presento a John, el fotógrafo.— dijo la castaña haciendo un movimiento de mano para que muchacho entrara.—Ira detrás de ustedes hasta el salón, y ya saben.— contó con entusiasmo. —Muy bien, quiero que los explotes.— le susurro.

—Tu mandas Oli.— dijo el castaño, sacando la primer foto.

—Obvio.— sonrió orgullosa de su trabajo.—Nos vemos en unos minutos.

Salió de la sala, la puerta se cerro a su espalda, y pudo oír como su papá le decía a su esposa que ahora ella es su hijastra. Se río ante la ocurrencia, y no le parecía una mala idea.

Tomo su agenda, y busco con la mirada a su novio. La noche anterior habían discutido, mas bien ella lo hizo, y él solo la oía. Era la tercera en menos de un mes, no podía ver un futuro prometedor a su relación con Krel.

Luego de unos minutos dando vuelta por los pasillos de la biblioteca lo encontró, y no se veía nada bien.

—Te ves bien.— dijeron al unísono.

—Debemos hablar.— dijo Krel con evidente angustia.

Olivia sabia a lo que iba la charla. Lo quería, y le gustaba pasar tiempo con él. Pese a la diferencia de cien años de edad, se manejaba bien. A ella le gustaba el orden, y la organización, y Krel no se quedaba atrás.

Dentro de todo se complementaban, y hasta hace unas semanas Olivia creyó que era compatibles, como su magia y la tecnología akiridiana.

Les gustaba tener largas conversaciones sobre la historia, ir al planetario, hasta hacer magia pese a uno le salía como al otro.

Pero Krell era testarudo, y muy ruidoso, mas aún cuando Olivia buscaba el silencio para calmarse.

—No creo que sea lo mejor seguir con esto.— dijo tomando las manos de la chica.—Pronto dejara de ser algo lindo, y solo nos haremos daño.

Tenía razón, era de las pocas personas a la que le gustaba darle la razón pese a las circunstancias. La otra persona era su terapeuta, con quien también discutida, pero al final siempre le daba la razón.

—Podrías haber elegido otro momento para terminar conmigo ¿No crees?— indagó apretando el ceño para evitar llorar, y soltando el suave agarré que aún los unía.

—Lo se, pero es que...— decía tomando su sien, tratando de dar con la palabra correcta.

—Si si, no entiendes las convenciones humanas.— agregó Olivia cruzándose de brazos, sin poder verlo.

—¿Qué? No Olivia, se que esto es doloroso, pero nos estaríamos engañando toda noche, y eso nos lastimaría mas ¿Cierto?— explicó. —¿Tiene sentido, o no?

Tenia sentido, y otra vez tenía razón, aunque Olivia hubiese preferido que todo siguiera como estaba al menos hasta el final de la noche.

—Que considerado.— dijo a regañadientes.

—Si, es lo que le dije a mi hermana ¿Por qué no lo seria?— exclamó sorprendido.

Olivia dio una leve risa, pese a su vida en la tierra aun seguía sin entender el sarcasmo. Paso a su lado, beso su mejilla y se fue por los casados.

De camino al salón, Circe iba junto con Baltimore, charlando con Peggy y Marius.

—¿Sintieron eso?— preguntó el mas joven.

—Si ¿Qué pudo ser? — preguntó Circe viéndolo de reojo.

Marius, se quedó quieto viendo a todos lados, y noto que su amiga no estaba cerca. Sin dar aviso volvió a la biblioteca.

Los tres los vieron irse, y volvieron su mirada al frente.

—¿Qué sentiste?— preguntó dudosa Peggy.

—Nada, solo bromeaba.— respondió Circe dando una leve risa.

Por unos segundos nadie se río, hasta que después les pareció graciosa la naturalidad con la que se dio todo.

Siguieron el camino, y al llegar al salón se fueron a sentar cerca de la mesa de los novios, junto con Jim, Clara, Josefina y Nari, quien no dejaba en paz a la niña.

A penas se sentaron, a Clara le llegó un mensaje de Olivia.

—Livi dice que vayamos a la entrada, para recibirlos y tirar el arroz.— les contó.—Alguien le debe avisar a los demás.

Circe se hizo cargo de la tarea al notar que ningún otro lo haría. Fue en ese momento que pudieron ver de donde aprendió sus dotes organizativos Olivia.

En cuestión de minutos los invitados esperaban a la pareja en la entrada, algunos con arroz, otros con flores, y algunos solos dispuestos a aplaudir. 

  Primero llego el fotógrafo, sacado algunas fotos de los invitados, y tras unos minutos llegaron los recién casados. El festejo no se hizo esperar. Nari provoco una lluvia de pétalos, mientras los demás tiraban los que traían en mano. 

 Arabella no pudo evitar la emoción. Daba saltos en el lugar, cubriendo su risa, conteniendo los gritos. Se abrazo con todos, y les agradecía por estar ahí festejando. 

—Normalmente no se alegraban cuando me veían entrar a una fiesta.— le comento a Hisirdoux cuando volvió a su lado. 

—Por hoy prefiero no saber sobre esas fiestas.— respondió gracioso.—Hoy a un motivo para festejar.

—Al menos cuando llego contigo a una fiesta en una pieza es motivo de festejo.— le recalco. 

 Luego de hacer un par de fotos, y seguir al pie de la letra el instructivo de Olivia, quien pese a la circunstancia, no dejaba de verse sonriente y organizada, llego la comida.

Su extraño buen humor en parte era gracias a su amigo, quien la encontró minutos antes de desarmar la biblioteca por el enojo.  

 Por otro lado, Krel no se sentía mejor que su ex. Antes de ser su pareja, eran buenos amigos, y esperaba que Clara tuviera razón cuando le dijo que aun podía ser como antes. 

—Pero seria raro.— le dijo a Clara. 

—Estoy segura que si hablan como personas civilizadas, podrán llegar a algo.— dijo, y se llevo una mirada dudosa por parte de su amigo.—Todo es raro en Livi, pero debes hablar con ella, aclarar todo, y no se, es ella quien ve el futuro.— agrego encogiéndose de hombro. 

 Krel dio un suspiro y vio pasar a Olivia, hablando con Nenet de algo que no podía oír. Estaba seguro que con el estomago vacío no iba a poder hacer mucho, y como si le hubiesen leído la mente, le pusieron el plato principal frente suyo.

 La cena se dio en calma, la música era tan suave como el murmullos de los invitados, que cada tanto se veía interrumpido por un grito de María Josefina, provocada por Nari que no dejaba de jugar con ella. 

 Arabella los contemplaba a todos, quería ir mesa por mesa a hablar con cada persona presente, pero solo se quedo en su lugar, fingiendo que escuchaba la conversación, cuando en realidad solo disfrutaba lo que veía. 

 Olivia logro lo que varios no, hacer que se quede sentada por mucho tiempo. 

 Tras la cena, llego la parte que mas ansiaban, los discurso. Se cansaron de reír por las ocurrencias, no solo de sus amigos mas cercanos, como Tomas que confeso que le daba miedo Arabella, hasta Jim que pese a lo mucho que lo ayudo, aun se sentía mareado con la bruja.

 Se recordó tanto a Merlín, como a Morgana, y las travesuras vividas dentro de Camelot. Lo invadida pero a la vez cálida que se sintió Circe la noche horrible que se conocieron, y como fue que su amistad de tres resistió en el tiempo, y las mismas lejanías de este. 

—La primera vez que compartí un día con ustedes, deje de sentir miedo de estar entre las personas, y comprendí que no todos los seres mágicos son malos.— finalizo la pelirroja alzando una copa.—Brindo por ese día y todos los vinieron después.

 Los dos se levantaron y fueron a abrazar a su amiga para que no llorada sola.

Tras los últimos brindis, donde Clara decía lo feliz que se sentía de haberlos conocido en no las mejores circunstancia, y Peggy se encargo de contar alguna de las desventuras que vivió junto con la bruja. 

 Olivia había decidido dar el primer baile antes que la mesa dulce, solo por ocurrencia de ella.

Llegado el momento, Hisirdoux le ofreció la mano a Arabella, para luego dirigirla a la pista. 

 El salón era semicubierto, pese al frio de la noche, el baile se dio bajo las estrellas. Ninguno había ensayado nada, y solo se dejaron llevar por sueva ritmo de la música y las luces bajas.

—Extrañaba estos momentos contigo.— susurro Arabella, apoyando la cabeza en el pecho de Hisirdoux.

—Bailar sin que haya persecución es lo mejor de una fiesta.— dijo por lo bajo cerrando los ojos. 

 Lento, con la música suave, se fueron agregando los demás invitados, hasta el ritmo cambio por completo, dando a entender que comenzó la fiesta. Hasta Olivia se unió al baile, puesto que miraba todo apartada, esperando que se de según lo planeado. 

—Vamos Livi, debes disfrutar tu creación.— comentaba a viva voz Hisirdoux.—Ahora que podes, y no huimos como hizo tu mamá.— agrego llevándose un codazo como reprimida por parte de Circe.

 Por un momento dejo de sentirse triste y miserable por otra relación fallida, donde el problema, la mayoría de la veces, era su intensidad en las épocas de mayores nervios. Se había olvidado que era ella quien planeo todo eso, y que aun debían cortar la torta. 

 A la hora los detuvo, les conto como seguía, y Arabella decidió que le iba hacer caso. Tanto ella como Hisirdoux escucharon cuando la cortaron, y ahora solo quería que disfrutara lo que restaba de la noche.  

—Cortemos esta torta, y a seguir bailando.— dijo divertida la rubia. 

 Para esa altura estaba sin la gran falda de su vestido, y el cabellos, aun que seguía recogido en una media cola, tenia las ondas desarmadas atadas con un moño rosa. Hisirdoux no podía dejar de verla, le encantaba como lucia, tan alegre y despreocupada. 

—Ya quiero irme de luna de miel.— le susurro al oído antes de rebanar la torta.

—No me insistas tanto que nos vamos ya mismo respondió sin quitar los ojos de la acción que estaba llevando a cabo.

—Todavía no se van a ir.— intervino Olivia.—Aun falta mas, solo denme una hora

—Si, tranquila mi niña, era una broma de tu papá.—  dijo Arabella para evitar que florezcan los nervios de la castaña.—Ahora cortemos esto. 

 Repartieron porciones para todos, y se abrió la mesa dulce que fue atacada por Jim y Tobías cuando nadie los veía. Otra vez la música festiva se hacia presente llamando a que volvieran a la pista. Hasta el mismo Blinky invito a bailar a Baba, quien acepto agraciada, y escuchaba con atención todo lo que este tenia por decir pese a que ella ya lo sabia todo. 

 Lento se fueron disipando, cada uno en su mundo. Por un lado Nari aun seguía con Josefina, mientras jugaban con la barba de Aarghaumont; Barbara y el señor Strickler charlaban de algo con la señora y el señor Nuñez, mientras que Clara, Nenet y su novia estaban enfrascadas en una conversación sobre historia de la magia que solo a ella les podía interesar. 

 Arabella e Hisirdoux los veían desde sus lugares, sin ganas de moverse de allí, estaban cansado, pero felices del día que paso. En un momento la rubia reparo en Olivia que hablaba tranquila con el hijo de Peggy, a quien no veía por ningún lado, menos a Circe.  

—Quiero tirar el ramo, ya.— dijo levantándose del lado del pelinegro, sin quitar la vista del frente. 

—¿Ya?— pregunto confundido. 

—Si, así podremos irnos de luna de miel ¿No quieres eso?

—Adelante. 

  Llamo a todos que quisieran recibir el ramo, y obligo a Olivia quien se negó a su pedido. Sin dar tantas vueltas, cuando estuvieron listas, lo lanzo por los aires, y cayo en las manos nerviosas de la bruja. 

 Antes que pudiera objetar algo noto que Arabella e Hisirdoux se fueron, sin avisar, abandonaron la fiesta, una que todavía no terminaba.

—No te preocupes amiga, conseguirás a alguien que pueda con tus nervios.— dijo Clara, pasando un brazo por su hombro.—Ahora disfruta la fiesta que organizaste.  

 —Que graciosa Clara María.— le reprocho.—Pero tienes razón, mi trabajo termino, iré a quitarme este corsé.

 Del otro lado del salón le hacia señas Marius para ir a la cocina, se habían organizado para ocultar una parte de la mesa dulce para ellos dos, con la excusa de que se lo merecían.

Al llegar, y ver que nadie los seguías, buscaron entre la alacena unas charolas repletas de pastelillos, golosinas, y algunas frituras. 

—Ayúdame con esto, me asfixio.— le pidió dejando el ramo a un lado, y poniéndose de espalda.

—¿Con quien te casaras?— pregunto mientras que con una mano tomaba el cordón del corsé y con la otra elegía que comer.—

—Con nadie, ya... ¡Ay, lo ajustas!— se quejaba entre risas.—¡No tires!

—¡No lo hago!

Mientras se reían como dos tontos, a la par que se mandaban comida a la boca, fueron brutalmente sorprendidos por Circe que entraba a la cocina preguntando a viva voz que ocurría, con Peggy riendo por detrás.

Los jóvenes quedaron pálidos del susto.

—Te dije que siempre funciona.— le aclaro a su vieja amiga que no podía contenerse.

—Mamá ¿Qué te pasa?— le reprocho roja de la vergüenza. 

—Debes relajarte cariño, ven, van a poner el karaoke.— le pidió tomando una botella del estante.—Con Margarita cantaremos de todo. 

 Sin esperar una respuesta las dos mujeres se fueron, seguidas por la mirada de Olivia, mientras que Marius reía en silencio por la cara de su amiga. 

Unos segundo después volteó buscando algo con la mirada.

—¿Quieres embriagarte?— le preguntó buscando algo que tenia escondido. 

—Querida, eso no se pregunta.— respondió tomando un par de bocadillos.—¿Qué buscas?

—El néctar de mi provincia ¿Alguna vez probaste Fernet?— pregunto mostrándole una botella con una bebida oscura.—Y un poco de esto.— le enseño otra botella de tequila.—Se que no hay que mezclar, pero mañana no tengo ninguna otra responsabilidad.  

—Ahogar penas.— canturreaba Marius yendo detrás de la bruja.—Es mi parte favorita de estas fiestas.

La fiesta siguió sin los recién casados, o la organizadora. Era una fecha que todos iban a recordar no solo por el festejo, sino porque al final, después de mucho tiempo, tanto el mago como la bruja podían estar juntos en paz.

★★★

Ay si, ahora ya estamos (esto es algo que debí hacer hace unos días pero aquí me ven)

Perdón si esta algo mal escrito, es que iba y venia, pero era la idea que tenia en mente. Con el tiempo lo editaré, y quedara mas lindo.

  Como ya sabíamos Peggy y Marius de la querida fanfictioner67 asistieron (estos ya son invitados recurrentes, por eso les queremos)

Arabella y Douxie se fueron de luna de miel a donde les diera lindo el solcito u.u

Tuve que buscar que se hace en una boda porque ni idea, lo siento no conozco a muches que se casen.

En fin, esperó que lo hayan disfrutado, besitos besitos, chau chau.

Yo ame escribir esto 😭




  

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top