9, algo viejo.

Lo sentía en el aire, y no quería creer que fuera a suceder otra vez. En comparación con la primera vez que se vieron, la cazadora se decidió por atacarla, sin darle tiempo a nada, tomándola por completo desprevenida.

-Admito que los jeans te quedan mejor.- dijo la aun desconocida cazadora acercándose a Arabella que trataba de sentarse.-Vamos rubia, házmela fácil.

-Bueno, tenía el presentimiento que hoy te vería de vuelta.- contó a modo de confesión, viéndola desde abajo.

Cuando la tuvo cerca, Arabella alzo su mano en su dirección, haciendo una configuración con lod dedos para lanzarle una latigazo de luz rosada, provocando que la cazadora cayera unos metros mas lejos.

-No soy conocida por hacerle fácil el trabajo a personas como tu.- dijo burlona haciendo tronar su cuello.

La pelea fue como la última vez, solo que ahora Arabella demostraba mas resistencia, y menos dolor ante los golpes. Sin embargo, la cazadora aun seguí siendo mas rápida y usaban mucho el cuerpo, lo que fastidiaba a la bruja puesto que la delgadez era algo que siempre le jugo en contra en esa batallas.

-Me canse bruja, es hora de detener esto.- exclamó exasperada la peli violeta.

Se freno en seco, hizo un movimiento con sus brazos que de estar abierto se cerraron hacia adelante, casi como una danza. Una luz violeta surgió del suelo, que la cubrió y la multiplicó en cinco.

-Esto debe ser una broma.- mascullo Arabella.

Agotada, también se detuvo, cerro sus ojos y concentró su mente en el hilo mágico que emanaba la original. Cuando la descubrió, volvió a lanzar un latigazo de luz rosa, y para sorpresa suya, estaba equivocada.

-Buen truco, bonita pero solo funciona cuando son ilusiones.- le susurro al oído, tomándola de las muñecas.

Arabella sintió el frío metal cerrarse sobre su piel, y como la magia se apagaba. Si algo odiaba, como cualquier prófugo, era los elementos mágicos que bloqueaba las habilidades. No recordaba la última vez que habían usado ese tipo de esposas.

-Listo bruja, fuiste capturada por Natasha.- dijo victoriosa.

-Eres un fastidio ¿Al menos sabes quien soy?- le reprochó enojada.

Antes que pudiera responder algo, un portal rojizo se abrió ante ellas, y por ahí paso Félix, aplaudiendo lento por la nueva victoria.

-Excelente trabajo Natasha, fuiste la única que consiguió atrapar a Arabella de Pericles despierta y sin caer es sus encanto.- felicitó el sujeto generando un gran fastidio en Arabella.

-¿Dijiste Arabella de Pericles? - le cuestionó soltando el hombro de la bruja, poniéndose por delante.-Ella no ha hecho nada, yo no debería atraparla.

Félix rodó los ojos, y agito mano en el aire en forma de burla. Seguido se detuvo para lanzarle un rayo de luz roja a Natasha, haciendo que saliera disparada metros atrás de Arabella. Los ojos de la bruja se abrieron ante la sorpresas del repentino ataque a la cazadora. Como un instinto corrió hasta ella.

-Por las barbas de Merlín ¿Éstas bien?- le preguntó agachándose.

Apoyo su oído sobre el pecho para poder oír sus signos, porque hasta ella pudo sentir la descarga de aquel rayo.

-Si hubiera sabido que eras tu te invitaba un trago y no a pelear.- susurro a modo de respuesta, con voz rasposa.

-Lo siento lindura, pero estoy comprometida.- río Arabella enderezando.-Si me sacas estas esposas te ayudo con el idiota.

Natasha libero a Arabella de las esposas que la bloqueaban, y se preparó para atacar a Félix que la veía desde el otro lado con expresión de desagrado.

Sin pensarlo demasiado corrió en su dirección, pero volvió a usar el mismo truco del rayo, haciendo que Arabella saliera disparada. Aquél golpe le dejo la piel ardiendo, y le quito toda la energía para seguir peleando.

Lo podía ver acercarse lento, estaba seguro que se la iban a llevar y que ahora si le sería difícil volver a ser libre.

-Si no fueras tan insolente, aun dormida, nada seria así.- le recalcó Félix cuando estuvo a su lado.-Todo en ti es un peligro, y lo sabes.

-Para ser sincera no eres él primero en decirlo, notarlo o lo que sea.- le señalo tirando la cabeza hacia atrás, dejando su cuerpo acostado en el pavimento.-Escucharte me agota mas que tu magia cochina.

Arabella ya se había rendido, dispuesta a aceptar las consecuencia de algo que estaba fuera de su control. Cuando sintió que todo se acabo, el tiempo se freno. Félix estaba congelado junto con todo a excepción de ambas brujas.

-¿Ahora que sucede?- se cuestiono Arabella, levantando la cabeza, viendo a todos lados.

-Lo que pasa es que te salvo.- respondió un hombre.

-Ay Thomas, me caes tan mal, sin embargo hoy estoy feliz con tu presencia.- comento, dando una sonrisa de alivio.-Después de Douxie eres mi mago favorito.

Por detrás del castaño, se acerco corriendo Nenet para asegurarse que las dos derrotadas estén bien. Las ayudo a ponerse de pie, y se lleve un alago por parte de Natasha que la hizo ruborizar.

-Llegamos a tiempo, Thomas me esta ayudando a solucionar este lio de Félix.- les conto cuando estuvieron de pie.

Thomas chasqueo sus dedos para que el tiempo volviera a la normalidad, sin antes apresar a Félix, evitando que huyera. Enojada Nenet fue hasta donde estaba para hacer algo que siempre quiso hacerle, hundir su puño en la cara de él.

-¡No me fastidies mas!- gritaba enfurecida en su cara.

-Wuau tienes fuerzas.- sostuvo Natasha deteniéndola.

-Cuando veas a su mamá y papá sabrás de donde sale toda la potencia.- recalco Arabella.

Se llevaron a Félix a casa de Circe, dejándolo en un cuarto apartado. Allí se encontraba solo Olivia quien se preocupó bastante al ver a Arabella toda golpeada y con un gran agujero en su remera.

-¿Te sientes bien?- le preguntó dándole una camisa para que se cambiara, cuando se encontraron a s solas.

-Solo un poco cansada, pero esto antes me hubiera desmayado.- le contestó viendo la marca que se iba borrando sobre su piel.

-Mejor hablamos otro día sobre la organización de la fiesta.- dijo un tanto desilusionada.

Arabella le dio un toque sobre los hombros y salio del cuarto.

Se reunió en la sala con Nenet y Thomas, Natasha se fue antes que algún problema cayera sobre ella. Cuando estaban viendo que se podía hacer Hisirdoux llegó a su encuentro, agitado y sudoroso.

-Llegue tan rápido como pude.- dijo pasando la puerta, llevándose la mirada de todos ahí.-¿Qué ocurre aca?- cuestionó al ver a todos reunidos.

Thomas lo saludo con un fuerte abrazo, tan alegre como siempre hacia, mientras que Nenet lo ponía al corriente con lo sucedido y Arabella le sonreía desde la otra esquina, evitando el contacto visual.

-Oye, tu no estaba vestida así en la mañana.- señalo Hisirdoux yendo hasta ella, caminando a su alrededor, poniéndola aun mas nerviosa.

Nenet los detuvo antes que se formara otra discusión sin sentido. Nuevamente se puso a explicar la situación, y lo que estuvo investigado en torno a Félix.

-La cuestión es que desapareció el manuscrito que tenia registrado cada idiotez que hizo.- explicó, sentadose en un sillón, largando una gran cantidad de aire de cansancio.

-Mientras resolvemos el tema del manuscrito, Nenet tendrás que venir conmigo para que hables con los de allá arriba.- señalo Thomas, sentandose a un lado, llevándose la mirada de preocupación de la joven hechicera.-Y esperar a que crean todo.

Sabia que algo como eso solo significaba no poder volver a estar entre los humanos por un largo tiempo. En ese momento en lo único que podía pensar Nenet era en su mamá, y como se derrumbaría con su partida.

-¿Esos manuscritos acelerarían todo el proceso?- preguntó Arabella.-Porque si es así, los podemos ir a buscar, trabajo en una biblioteca antigua, puede que haya una pista.- explicó caminado hasta donde estaba Nenet.-No voy a permitir que te quiten del lado de Circe, otra vez.

Nenet la vio con cierta ilusión, y abrazo a Arabella por primera vez desde que despertó. Antes de irse con Thomas paso por el hospital para hablar con Circe, y jurarle que pronto volvería.

En la noche, Hisirdoux y Arabella se encontraban discutiendo, para ver quien de los dos tenía la razón.

—Fue una emboscada.— trató de defenderse.

—Si claro, Pericles fue emboscada, pobrecita.— decía Hisirdoux fingiendo pena.—Hasta donde recuerdo tu querías una revancha, y justo paso esa maga, o lo que sea.

Arabella abrió los ojos y la boca sorprendida, tomando su pecho con mucho drama. Él tenía razón, pero ella también al decir que fue una emboscada.

Aun mas enojado se acercó a ella, y levantó su remera, dejando expuesta la marca del rayo que Félix uso. Arabella corrió su vista, mientras Hisirdoux analizaba, y hacia una lista de razones para demostrar que él tenía razón.

—Esto te podría haber matado.— dijo al fin, enderezándose para ver a Arabella.—¿De verdad quieres eso?

—Ya para, no soy la culpable en todo esto.— se defendió corriendo la mano de Hisirdoux.—Lo único que quiero es que no me molesten ¿Tan difícil es? 

 Negó con la cabeza, Arabella tenía al menos un poco más de razón que él. Agotado se sentó al borde de la cama, y tiró su cuerpo acompañado por un largo suspiro que indicaba su estado. 

—No parece que quisieras eso.— murmuró viendo al techo.

Aquello molesto a Arabella, prefería cientos de veces que le dijera todo en la cara a que tenga que hablar por lo bajo, porque solo buscaba pelear.

—¿Sabes una cosa? Si yo hubiese querido todo esto no estaría acá teniendo esta conversación.— le aseguró cruzándose de brazos.—Estaría detrás de Félix, no esperando a ir por unos malditos manuscritos.

Hisirdoux se enderezó en la cama y la vio muy fijo. Era un desafío con las miradas. Cualquiera que viera eso estaría seguro que nada bueno podía salir de ahí.

—¿Entonces lo pensaste? Irte así sin mas, como años atrás.— indagó tomando la misma postura que la rubia, y frunciendo el ceño.

Arabella se acercó, y se inclinó hasta quedar a su altura, apoyando las manos a los costados de Hisirdoux, para verlo mas de cerca. Se podía sentir la tensión crecer, y el esfuerzo sobrenatural para evitar gritarle en la cara.

—Ni se me paso por la mente, no entiendo como a ti si.— musitó tan suave, y sin quitar su mirada severa de la mirada gélida de Hisirdoux.—Es mi departamento, pero como no soy la villana te dejo toda la cama para ti solo.— agregó enderezándose.

Salió del cuarto cerrando la puerta con mucha fuerza, haciendo que los muros tiemblen. Desde lo alto se pudo oír un silbido de White, llamando la atención de Hisirdoux.

—Bien hecho Casperan, eso demuestra quien lleva los pantalones. — se burlo la gata.

—Muy a mi pesar, concuerdo con White.— agregó Archie quien estaba al lado de la gata.—Esta noche tu prometida se lleva la razón.

 La noche paso con un enojo inevitable, no volvieron a hablar hasta la mañana siguiente. Arabella despertó con un evidente malestar por haber pasado sus horas de sueño en el sillón de la pequeña sala. Sin embargo el aroma de un rico desayuno la embriago.

 Se sentó, y miro por encima del respaldar. Arqueo una ceja cuando Hisirdoux la vio por encima de su hombro, y le regalo una sonrisa. 

—¿Cómo se atreve?— pensó al verlo sonriente y sin remera, como si tratara de comprar la tregua de alguna forma. Lo estaba logrando. 

 Se levantó de su incomodo lugar y fue hasta donde estaba el pelinegro cocinado. Se sentó en un sitio desocupado de la mesada y lo vio fijo, esperando a que dijera algo, por muy mínimo que sea. 

—Me quiero disculpar, fui un mal pensado.— dijo en cuanto vio que Arabella abrió la boca.—Como dijimos ayer, estamos acostumbrados a diferente modo de vida, y solo tuve una mala impresión, o miedo. No lo se.— agrego tomando una de sus manos. 

 Arabella dio un suspiro, viendo sus manos, y entrelazo sus dedos con los de él. 

—Esta bien, es difícil pensar algo distinto a lo que los tengo acostumbrados.— dijo levantando la mirada.—Hace mucho deje de tener derecho a la duda.— agrego apenada. 

 Esas palabras de alguna forma le daba la razón al pelinegro, pero no se sentía bien teniéndola. 

—¡No!— exclamo soltando su mano para tomarla por los hombros.—No me puedes perdonar así de rápido, se supone que cambiaste, lo se, debería ser el que mas confía en eso.

 Arabella lo abrazo. 

—¿Estas admitiendo que tienes algo de culpa por lo de anoche?— pregunto al sentir las manos del pelinegro recorrer su espalda.—Perdón tengo mal acostumbrado a tu cerebro.

—Por eso hoy quiero ser el de los desayunos deslumbrantes.— respondió Hisirdoux separándose un poco para verle a la cara. 

 Paso su mano por el filo de su mandíbula, hasta llegar a su nuca, como si fuera una suave caricia. 

—Confió en ti, y se que no te marcharías sin decirlo antes. A veces tengo un poco de temor a que no suceda así.— musito cerca de sus labios.

—Ya no hay de que uir, tenlo por hecho.

Antes que Hisirdoux pudiera besarla, Arabella llevo una fruta a su boca, haciendo que el pelinegro se apartara gracioso.

—Estas disculpado, pero no hay tiempo para reconciliaciones.— aclaró poniendose de pie.—Desayunemos y terminemos con esto.

Le plantó un besos en el pecho, dándole una amplia sonrisa, y se fue al baño. Hisirdoux la vio meterse en cuarto, se estiró en su sitio, y continuó el desayuno, silbando una pegajosa melodía.

★★★

Hola ¿cómo va todo?

Yo tengo un problema con este capítulo, siento que esta re mal escrito y que le falta mil kilos de emoción.

En fin, no se que decir, porque no me termina de gustar, Diosito ya llevame, no ves que tengo problemas

Si les gusto, me alegró y si no les gusto, estamos en la misma.

Ahora si, besitos besitos, chau chau.

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