Capítulo 32. Festival de Arte.
Yujin.
Desperté temprano, sintiendo una mezcla de emoción y nerviosismo. Hoy era el día del festival de arte en la academia de Jackson, y yo estaba ansiosa por ver cómo se desarrollaría el evento.
Mientras me vestía, mi mente pensaba en Jackson. Nuestra relación secreta había sido un refugio para mí, un escape de la opresión que sentía con Minho. Pero también era un peligro, un secreto que podía destruir mi vida si se descubría. Es por eso que soy cuidadosa; nadie puede enterarse.
Me miré en el espejo, ajustando mi cabello y mi maquillaje. Quería parecer profesional y elegante, como la profesora de arte que soy. Pero también quería impresionar a Jackson; quería lucir bonita frente a él.
Mi teléfono sonó, interrumpiendo mis pensamientos. Era un mensaje de texto de Jackson.
Jackson:
—Buenos días, hermosa.
¿Lista para hoy? —leí
en la pantalla.
—Buenos días, guapo.
Sí, lo estoy —respondí.
Jackson:
—¿Quieres que pase
por ti? —preguntó.
Lo pensé y no era buena idea. Yoori se mete en todo, y si veía que alguien venía a buscarme, inmediatamente se lo diría a Minho.
—Te veo en la
academia —respondí.
Minho estaba de viaje, y yo estaba agradecida por la distancia que nos separaba. No tenía que preocuparme por sus celos y su posesividad durante este día importante, al menos.
Me tomé un momento para respirar profundamente, preparándome para el día que se avecinaba. El festival sería un éxito, y yo estaría allí para asegurarme de eso.
Le pedí a Dongsun que me llevara, y en cuestión de minutos me encontraba en el lugar. Me bajé del auto y respiré profundamente.
Al entrar en el edificio, miré a mi alrededor. Los estudiantes estaban preparando sus obras para el festival, y el ambiente estaba lleno de energía y creatividad.
Y entonces, lo vi. Jackson estaba de pie en el centro del salón, hablando con uno de los estudiantes. Su sonrisa iluminaba la habitación, y mi corazón se aceleró.
Me sentí nerviosa, como si fuese una adolescente de nuevo. Jackson había despertado algo en mí que pensé que había muerto hace tiempo.
Me acerqué a él, intentando mantener la compostura y esperando que no se notara lo débil que era ante su presencia.
—Hola, profesor Wang— saludé, intentando sonar natural.
Su mirada se encontró con la mía, y sentí un revoloteo en el estómago. Su sonrisa se amplió, y yo me sentí como si fuera la única persona en el mundo.
—Hola, profesora Kang; la estábamos esperando— respondió, con una sonrisa y su voz suave —. Está radiante hoy.
—Oh— me ruboricé —. Gracias, profesor; usted se ve muy bien.
Nos miramos durante un momento; la tensión entre nosotros era palpable. Queríamos estar juntos, pero el secreto que compartíamos nos mantenía separados en público.
Entonces, Jackson se movió, rompiendo el hechizo.
—Vamos a verificar que todo esté en su lugar— dijo.
Asentí, siguiéndolo. Mi corazón aún latía con fuerza, pero intenté concentrarme en el festival.
Sin embargo, no podía evitar mirarlo ocasionalmente.
Después de asegurarnos de que todo estuviera en perfecto orden, el festival de arte finalmente comenzó. La academia estaba llena de vida y color.
Habíamos trabajado incansablemente para asegurarnos de que todo saliera perfecto.
La procesión de estudiantes vestidos con trajes tradicionales coreanos comenzó a desfilar por el patio. La música de tambores y flautas llenaba el aire, y la multitud se reunió para observar el espectáculo.
Los profesores nos paseábamos por el festival, asegurándonos de que no existiera algún inconveniente.
—¿Cómo está todo? —preguntó Jackson, sonriendo.
—Perfecto— respondí —. Los estudiantes están haciendo un excelente trabajo.
—Yujin— giré encontrándome con mi hermano menor.
—Jeongin, pensé que no vendrías— lo abracé fuerte.
—No me perdería ver a los alumnos talentosos a los que les das clases— me dijo, estrujándome en sus brazos —. Traje unos amigos.
Miré a su lado y estaban seis personas: tres mujeres y tres hombres.
—Hola; espero que disfruten el festival— los saludé.
Se presentaron conmigo y aproveché para presentarles a Jackson. Jeongin habló con él; me agradó ver cómo se llevaban tan bien.
Minutos después, mi hermano llevó a sus amigos a explorar el festival, para dejarnos seguir supervisando.
En el escenario principal, una banda de rock estudiantil comenzó a tocar una versión enérgica de una canción popular coreana.
La multitud bailaba y cantaba junto a la música, mientras que los estudiantes de arte exhibían sus obras en los puestos cercanos.
Más tarde, se llevó a cabo un concurso de pintura en vivo, donde los estudiantes debían crear una obra de arte en menos de una hora.
Nos sentamos en la primera fila, observando con admiración la habilidad de los estudiantes.
—Este chico es increíble— dijo Jackson, señalando a un estudiante que estaba pintando un paisaje impresionante.
—Sí; tiene talento— respondí, sabiendo bien lo talentosos que eran mis alumnos.
—Es impresionante— dijo Jeongin a mi lado, sonreí mirándolo.
—Gracias por estar aquí— le dije.
Invité a la familia: mis padres, Nara y Jeongin. Ya que Banryu se fue de viaje con Minho.
Papá es un hombre ocupado que no dejaría sus negocios importantes por algo así. Mamá dijo que no le interesaba ver cómo me dedicaba a perder el tiempo. En cuanto a Nara, no sé por qué no vino; probablemente mamá le dijo algo al respecto.
Jeongin fue el único dispuesto a venir y apoyarme en este día importante.
Esfumé los malos pensamientos y me concentré en disfrutar del evento.
Después del concurso, se sirvió una comida tradicional coreana, incluyendo kimchi, bibimbap y bulgogi.
Todos se sentaron con los estudiantes y profesores, disfrutando de la comida y la compañía.
—Este festival es un éxito— dijo Jackson, sonriendo —. Gracias por ayudarme en todo.
—Ha sido un placer— contesté, completamente alegre.
A medida que avanzaba la tarde, se llevaron a cabo más actividades, como un concurso de poesía y una exhibición de danza tradicional coreana. La multitud se mantuvo entretenida y emocionada; todo ocurrió según lo planeado.
Finalmente, la noche llegó y el festival terminó con un espectáculo de fuegos artificiales que iluminó el cielo con colores vibrantes. La multitud aplaudió y silbó.
Despedí a mi hermano y todos los que asistieron se fueron poco a poco, hasta que la academia quedó vacía. Terminamos de acomodar algunas cosas y los estudiantes se fueron a casa.
Después del festival, nos dirigimos a su oficina para recopilar los resultados y evaluar el éxito del evento. Estábamos exhaustos pero satisfechos con el resultado.
Después de dejar hecha la evaluación del evento, decidimos celebrar con una cena informal en un restaurante de comida rápida cerca de la academia.
—Necesitamos relajarnos después de este día— dijo Jackson, sin soltarme la mano.
—Absolutamente— le di la razón, habíamos quedado drenados de energía.
Nos sentamos en una mesa en el rincón del restaurante, lejos del bullicio de los demás clientes; eran pocos, pero molestos.
—¿Qué quieres ordenar? —preguntó Jackson.
—Una hamburguesa y papas fritas— dije sin pensarlo, quería una comida grasosa y deliciosa en este momento.
—Pediré lo mismo— dijo.
La mesera se acercó y cínicamente miraba a Jackson como si jamás hubiera visto a un hombre en su vida. Se retiró después de tomar la orden.
Mientras esperábamos, hablamos sobre el día de hoy, riendo y bromeando sobre los eventos que habían ocurrido durante el festival.
La comida llegó, y nos sumergimos en la deliciosa comida y las botellas de Coca-Cola.
—Mmm, esto es increíble— cerré los ojos mordiendo mi hamburguesa para disfrutar el sabor.
Jackson se rió.
—Te dije que este lugar era bueno— dijo.
—Agregado a uno de mis lugares favoritos— dije, al saber lo deliciosas que estaban las hamburguesas.
—Estás manchada aquí— dijo Jackson, estirándose y limpiando un poco de aderezo de la comisura de mis labios.
No sé por qué mis ojos miraron directo a la caja donde estaba la mesera hablando con la cajera; las dos miraban a Jackson.
—Olvidalo, no forma parte de mi lista de lugares favoritos— me metí una papita a la boca.
—¿Por qué?; la comida es deliciosa— frunció el entrecejo ligeramente sin entender mi repentino cambio de opinión.
—La mesera no te quita los ojos de encima; parece que quiere lanzarse sobre ti y la cajera ahora lo sabe. Las dos están mirándote— me arrepentí de lo que dije; no quería sonar celosa.
—¿Estás celosa?— escuché una risita de su parte.
—Noooo—.
—Lo estás— volvió a reír —. Que sepas que solo me fijo en ti— me guiñó un ojo y no pude evitar sonreír.
Después de cenar, decidimos ir a dar un paseo por el río Han, tomados de la mano. Con Jackson sentía que no había prisas y no tenía que aparentar; con él podía ser yo misma sin miedo al juicio moral.
—Me encanta pasar tiempo contigo— me mostró una cálida sonrisa.
—A mí también— dije soltando un suspiro.
—Me siento como en casa cuando estoy contigo.
Me sonrojé y fue imposible no sonreír. Sentía exactamente lo mismo; jamás me había sentido de esta manera, ni siquiera en la casa de mis padres.
—Eso es lo más dulce que alguien me ha dicho— mi corazón se derretía por él.
Jackson se inclinó hacia mí, acercando su rostro al mío.
—Es la verdad—, dijo, acariciando mi mejilla —. Eres especial para mí, Yujin.
Bajé la mirada, avergonzada, y mi mente se cuestionaba tantas cosas. ¿Por qué el destino no nos había hecho encontrarnos antes? Hubiera dado cualquier cosa para que el lugar de Minho lo ocupara Jackson, sin ninguna duda. Pero las cosas eran así, y no podía cambiarlas.
No quería concentrarme en lo trágico que era el destino. Iba a disfrutar el tiempo con él y no iba a arrepentirme jamás de darnos esta pequeña y secreta oportunidad.
Jackson me tomó en sus brazos y me besó con pasión. Me sentí envuelta en su abrazo, perdiendo la noción del tiempo y del espacio.
—Tengo que irme— dije, separándome de él con dificultad.
—¿Por qué?— preguntó Jackson, aferrándose a mi cintura.
—No podemos levantar sospechas— respondí.
—Déjame llevarte a casa— pidió, pero negué al instante.
—No puedes llevarme a casa. Podrían vernos— le recordé los riesgos.
—Entiendo— dijo con una pizca de decepción.
Nos despedimos con un último beso y vi a Jackson subirse a su auto. Sin embargo, no se fue hasta que vio llegar el auto que conducía Dongsun, quien bajó del auto y me abrió la puerta.
Subí al auto y vi el de Jackson irse en calma.
Gracias por leer :)
Mon💜
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