Capítulo 18. Mejor amiga.
23 Septiembre 2017.
Yujin.
Como era costumbre estaba en mi salón de arte pintando un cuadro para la habitación de mi bebé, estaba casi listo, solo retocaba algunos detalles.
Sentí una molestia en el vientre bajo y quise no tomarle importancia para continuar con mi actividad, pero una fuerte punzada sentí en esa área.
—Ah.— Me queje al sentir aquella molestia intensificarse, el dolor aumentaba y sentí como por mis piernas escurria agua. Una contracción más intensa me hizo inclinarme un poco haciendo que automáticamente soltara las pinturas y el pincel qué sostenía —Ah.— Grite.
Había rotó fuente y estaba iniciando mi labor de parto, el momento había llegado. Mi bebé estaba por nacer.
—Señora.— Celia estaba al otro lado de la puerta.
—¡Entra!— Exclame y así lo hizo. Sus ojos se abrieron como platos al verme.
—Señora, ha rotó fuente.— Se acercó rápidamente y me tomo del brazo —Vamos afuera, la ayudaré.
Salimos de ahí, llegando directamente a la sala. Yoori casi corrió al verme en ese estado.
—¿Qué paso?— Preguntó.
—Rompió fuente.— Le contesto Celia al ver que yo no podía hablar por el dolor que estaba sintiendo.
—Llamaré a Minho y tu Celia dile a Dongsun que prepare el auto.— Dijo Yoori tomando el teléfono de la casa para llamarle a mi esposo, mientras Celia salió disparada en busca de Dongsun.
—Ahhhh.— Grite cuando una contracción me hizo arquear la espalda.
—Minho esta pasando, Yujin entro en labor de parto.— Dijo Yoori al teléfono — Sí, entonces allá te vemos.
Lo siguiente en ocurrir fue uno de los guardias de seguridad entrando a la casa para llevarme cargada al auto. Una vez adentro Celia le paso a Yoori la pañalera con todas las cosas para mi bebé, ella se subió al auto y emprendimos camino.
[...]
Estaba en la sala de parto con Minho a mi lado, mientras el doctor estaba frente a mi esperando recibir a mi bebé. El dolor era insoportable, habian transcurrido doce horas desde que ingrese y al fin había llegado a la décima dilatación.
—Puja, vamos puja.— Me indicó el doctor.
—Vamos mi estrella, puedes hacerlo.— Dio un pequeño beso en mi mano.
Puje con todas mis fuerzas, estaba dando todo de mi para lograrlo.
—Un poco más Yujin, vamos, esta cerca, ya puedo ver la cabecita.— Me dijo el médico. Asentí y lo hice.
Puje tan fuerte y deje salir un grito desgarrador al sentir como salía de mi su cabecita.
—Un poco más Yujin, un poco más.— Me dijo el doctor Lee.
Di mi último esfuerzo y sentí como mi bebé terminaba de salir de mi. La escuche llorar por primera vez.
Unos minutos después me la entregaron, la tenía en mis brazos y mi corazón se lleno de felicidad. Como si las últimas doce horas no hubieran ocurrido, como si mi cuerpo no estuviera agotado y no importara todo el dolor que sentí. Lo único que importaba era mi bebé y que al fin la tenía en mis brazos.
Mis ojos se llenaron hasta desbordarse, mis mejillas estaban húmedas y tomé su pequeña manito para besarla.
—Nuestra hija.— Mire a Minho, nos observaba y me dedico una dulce sonrisa.
—Es perfecta.— Respondió dejando un beso en mi frente y en la de nuestra pequeña bebé.
[...]
Después de que el doctor se aseguró que no quedarán residuos de placenta, ni nada que se le parezca dentro de mi, pudieron pasarme a una habitación donde podría descansar con mi bebé.
Aun la tenía en mis brazos, no dejaba de verla, estaba observandola minuciosamente, cada pequeño detalle de ella; su carita redondita, mejillas rosadas, ojitos rasgados y cafés, una boquita tan pequeña y rosadita, esa nariz qué parecia una pequeña montañita en su rostro, ese cabello negro y espeso cubriendo su cabecita. Sus manitos y cada dedito en ella, sus piernitas. Estaba asegurandome de memorizarla tal como se veía ahora, recién nacida.
—¿Qué nombre te gustaría?, vamos dime.— Minho estaba sentado a un costado de la cama, en una silla giratoria.
—¿Vas a dejarme elegir su nombre?— Asintió y mi emoción fue mayor. En mi familia normalmente es el padre quien elige, mi padre escogió mi nombre y el de mis hermanos. Sonreí por que sería yo la que nombraria a mi hija.
—Puedes escogerlo.— Dijo Minho.
—Nuestra hija es hermosa.— Sonreí al observarla dormida en mis brazos —Ara, su nombre es Ara.
—Ara.— Repitió el nombre —Me gusta.
—Significa "hermosa".—Le hice saber y pareció agradarle.
No me cansaba de mirarla.
Ara, era ese deseo que no sabía que tenía. Mi pequeña Ara, mi pequeño amor jamás sentí a alguien tan mío.
Actualidad...
"Ara mi amor, hoy recordé el día de tu nacimiento, cada hora de dolor antes de tenerte fue difícil.
Pero al verte supe que había valido la pena, jamás fui tan feliz como cuando te cargue en mis brazos.
En ese momento fui consciente de la capacidad que tenía para amar a alguien. Para amarte a ti, mi pequeño pedacito de cielo.
Se que a veces parece que lo he superado y no hablo de ti con los demás, pero te pienso cada día y hasta mi último día te amaré".
Guarde mi diario en el cajón de mi escritorio. Antes de visitar a mi mejor amiga quise venir a escribirle a Ara.
Los recuerdos de su nacimiento habían invadido mi cabeza y sentí nostalgia y sonreí por recordar lo feliz que fui ese día.
Recordé cuanto la extraño, cuanto me sigue doliendo su partida. Mi pequeña niña, mi pequeña Ara. La tuve poco tiempo, pero la ame como a nadie.
Hasta mi último aliento la amare, a pesar de su ausencia física, en mi mente y corazón seguira presente.
Salí de mi salón de arte y cerré la puerta colocando la contraseña de seguridad para cerrarla bien. Solo yo podía entrar y de eso me había encargado al colocarle una cerradura con tecnología avanzada qué llevaba una pantalla táctil pegada a la puerta para ingresar la contraseña y poder entrar.
Llegue a la sala y revise mi bolso por última vez antes de salir.
—¿Vas a salir?— Yoori se paro frente a mi.
—Creo que es evidente.
—Puedo preguntar...— La interrumpí.
—No, no puedes. Llegare más tarde.— Pase por su lado y salí de la casa.
Era consciente que Yoori le diría a Minho sobre mi descortés trato hacia ella, pero estaba arta qué estuviera como alcon con la mirada puesta sobre mi y atenta a cualquier cosa que hiciera.
Mi esposo ya había emprendido su viaje a Estados Unidos. Tendría una larga estadía en el país, lo que me hacia sentir más liviana. Me haría bien tenerlo lejos por un tiempo, era la primera vez que se iba así.
No quería pensar demasiado en él, ni en lo que sea que fue hacer en el extranjero. Quería enfocar esa energía en mi y en vivir con más libertad estos días.
Le pedí a Dongsun llevarme directo a la casa de mi mejor amiga. Tenía poco más de siete meses que no la veía, a excepción de aquel evento en el hotel Mariel, convivimos muy poco en aquel lugar. Minho le prohibió visitarme cuando estuve internada en la clínica de salud mental. Cuando tuve un poco más de ánimos le escribí un mensaje y desde aquella vez solo así sabemos de la otra.
No demoramos demasiado en llegar, pasamos por el enorme portón donde los guardias se aseguraron de que los dueños de la casa querían recibirnos, abrieron y pudimos entrar, hasta estar frente a la casa. Dongsun abrió la puerta del auto para mi y baje del vehículo. Le di indicaciones a Dongsun y se marchó.
Toque el timbre de la inmensa casa y me abrió la ama de llaves Noni, era la nana de Hyori, esta señora la vio crecer.
—Buenos días señorita Choi, cuanto tiempo sin verla.— Me saludo.
—Buenos días Noni, pero por favor, soy Kang Yujin. No adopte el apellido de mi esposo.— Le dije y ella asintió —¿Hyori esta en casa?
—Sí, esta en el jardín.— Me escolto hasta el lugar donde se encontraba mi amiga.
La vi tocar una flauta, siempre le gustó y lo hacía de maravilla.
Después note que no estaba sola, un joven yacia sentado a su lado.
—Qué hermosa forma de tocar una flauta.— Dije, llamando así su atención. Se giro rápidamente y parecía no creer que estaba parada frente a ella.
—Yujin.— Amplio su sonrisa —Yujin— Grito mi nombre. Corrió hacia mi, se abalanzo rodeandome con sus brazos al momento —Te he extrañado tanto.— Me apretó contra ella y correspondí a su abrazo.
—Me has hecho falta.— Le dije conteniendome para no llorar, ella es como mi hermana —Perdón por no venir antes, es que yo...
—No tienes que pedir perdón, pasaste por mucho, se que no estabas bien y necesitabas tiempo para recuperarte.— Enmarco mi cara en sus manos —Yo te pido perdón, quise ir a verte, pero tu esposo no me dejo. Insistí, hice de todo y no pude.— Su expresión triste abarcó su rostro —Aunque me hizo feliz verte en la fiesta del hotel Mariel.
—Lo sé, no tengo nada que reprocharte Hyori, se que intentaste hacerlo. Minho prohibió las visitas para mi.— Comprendía y no estaba enojada con ella —En esa fiesta no pudimos hablar mucho, pero hoy si lo haremos
—Minho es un maldito idiota.— Dijo con ira.
—Sabes no hablemos más de eso, quise venir a verte porque tenemos mucho de que hablar.— Tome sus manos.
—Sí, es verdad.— Asintió —Oh, mira.— Me jalo hasta llevarme frente al hombre que estaba con ella —Te presento a Taehoon.
—Mucho gusto soy...
—Kang Yujin.— Dijo él y me sorprendí por eso —Te preguntaras como lo sé, Hyori no para de hablar de ti y trabajas en la Academia Wang.
—¿Conoces la Academia?
—Mi mejor amigo es el dueño.— Respondió.
—Claro, ya te recuerdo.— Dije —Eras tú el que iba con Jackson aquella vez en la biblioteca y eras tu el mismo que estuvo con él en la inauguración de la Academia Wang.
—Sí, exactamente.— Sonrió.
—¿Cómo que estas trabajando en una Academia?, Minho te dejo hacerlo, eso es un milagro.— Dijo mi amiga —Tienes que contarme todo.
—Nena, las dejo para que se pongan al día, vendré a verte después.— Taehoon dejo un corto beso en los labios de Hyori y esta suspiro con una sonrisa —Hasta luego Kang Yujin.
—Hasta luego Taehoon.
Lo vimos salir del jardín y nos quedamos solas. Justo lo que necesitaba.
—Entonces ya conocías a Taehoon.— Menciono Hyori y asentí.
—¿Qué pasa con él y contigo?
—Estamos saliendo.— Una sonrisa curvo sus labios, él de verdad le gusta, podía notarlo —Mi madre dice que es un buen hombre y que si mi corazón lo acepta, ellos también lo harán. Aunque, papá está algo celoso.— Reía —Pero, se que le agrada, es solo que soy la única hija que queda en casa, mis hermanas y hermanos ya se han casado y soy la menor.
—Solo quieren cuidarte y entregarte a un buen hombre, sobre todo quieren tu felicidad.— Le dije —Espero que pronto me invites a tu boda.
—Serás mi dama de honor si eso ocurre.— No dejaba de sonreír y yo tampoco —¿Qué tal estas?, ¿Cómo va todo?, ¿tu nefasto esposo te dejo visitarme?
—Esta en un viaje de negocios, así que no sabe que estoy aquí.
—Entiendo, esa es la única razón por la que estas aquí.— Su sonrisa disminuyó —¿Cuando podrás enfrentarte a él?
—No puedo hacerlo Hyori.
—Sí puedes, se que puedes hacerlo.— Tomo mis manos.
—Gracias, tu y Jeongin siempre han creído que soy capaz, pero, realmente no. No soy tan valiente como creen, no me atrevo a llevarle la contraria a Minho, es mejor así.— Sabía que daba vergüenza al decir aquello, pero no me sentía con la valentía.
—Te diré una cosa, esta bien, no tienes que sentirte presionada por nosotros. Estaremos aquí pase lo que pase.— Me dedico una cálida sonrisa —Entonces, ¿trabajas en una academia?
—Sí, la Academia Wang.— Sonreí —¿Recuerdas al hombre que canto para mi en el hotel Mariel?
—Pero claro, todo un galán.
—Su nombre es Jackson Wang y es el dueño de la academia.— Mi amiga abrió la boca por el asombro que esto le causaba.
—Pero, ¿Cómo así?, tienes que contarmelo todo.
Así lo hice, le conté como por obra del destino o la casualidad, no se exactamente que fue, me encontré con Jackson en aquella biblioteca qué suelo frecuentar. Le dije que me invito a almorzar con él y fuimos a mi cafetería favorita qué está a dos calles de la biblioteca.
Lo que le causó mayor asombro fue la noche que Jackson Wang apareció en casa de mis padres con su familia, gracias a que eran los nuevos socios.
Las miradas entre nosotros y que fingimos no conocernos. No podía omitir el hecho de que fue en esa cena que Jackson me propuso trabajar con él en la academia.
Le conté que fue complicado convencer a Minho, quien estaba muy enojado por mi insistencia. Es mi mejor amiga así que le dije como fue que él accedió, le dije lo que tuve que hacer para poder estar en esa academia.
—Es un maldito, ¿Cómo pudo aprovecharse así?, solo porque de verdad deseabas trabajar ahí. No estabas lista para volver a tener relaciones sexuales con él, ¿qué le pasa?. No eres un objeto.— Hyori estaba furiosa.
—Lo sé, se que no fue lo correcto, pero ahora estoy bien trabajando ahí, me siento bien.
—Pero por una semana la pasaste mal otra vez, porque te forzó a hacerlo.— Cuestionó.
—Sí, pero ahora estoy mejor.
—Eso es lo que importa, me da gusto que estés realizandote en el ámbito profesional en la academia. Siempre quisiste enseñar a otros.— Sabía que ella iba a compartir mi alegría por lo nuevo que ocurre en mi vida —Dime, ¿Jackson no ha vuelto a insinuar algo más que una amistad?— Preguntó con una sonrisa pícara.
El recuerdo de aquel beso vino a mi mente recordé el roce de sus labios sobre los míos y también como negué recordar aquello.
—Nos besamos.— Dije sin pensarlo mucho.
—¡¿QUEEEEEEEE?!— Abrió los ojos por la sorpresa —No esperaba eso.
—Fuimos a cenar con varios profesores de la academia, tomamos un par de tragos y cuando quise ir al baño por poco me caigo, Jackson me ayudo y dijo que aprovecharía a ir también.— Empecé explicando —Así que, cada uno entro al lugar que le correspondía. Me demore bastante en el baño y Jackson entró a buscarme pensando que algo me había ocurrido. Fue ahí donde ocurrió, él se inclino hacia mi y yo lo recibí. Nos besamos.— Termine de contar.
—Él te gusta.— Asentí.
—Ayer mientras tenía intimidad con Minho, no pude evitar imaginarlo a él, a Jackson Wang.— Confesé, sabía que ella no me juzgaria.
—Esto es algo intenso, que pensaras en él mientras Minho te lo hacia.— Me dijo —Debe gustarte mucho.
—Eso no importa, no va a pasar nada con él.
—Esta soltero, ¿no?— Asentí —Puede pasar.
—Estoy casada, no puedo hacer eso, no puedo faltarle al respeto a Minho de esa manera, no sería correcto.— Negué varias veces.
—¿Crees que él te respeta a ti?— Esa pregunta me tomo desprevenida —¿Crees que todo ese tiempo que no podías tener sexo con él, se mantuvo en abstinencia?, ¿de verdad?— No quería responder, a decir verdad, hacia tiempo que tenia algunas sospechas, pero no estaba del todo segura, nunca he querido indagar más en ese tema —Yujin.
—No lo sé, no puedo estar segura.
—Vamos a investigar un poco.— Arqueo una ceja.
Ya llego el dúo dinámico, ustedes no saben pero Hyori y Yujin se adoran y son cómplices de muchas cositas una con la otra.
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