Capítulo 1. Bienvenida a casa.
Una amplia sonrisa curvaba los dulces labios de la hermosa joven. Mientras el enorme portón se abría, dejando entrar al auto qué transportaba a la chica, para así seguir el camino por el largo terreno de los jardines, qué estaban justo antes de llegar hasta la imponente mansión en donde residía la familia Kang.
Regresaba a casa después de tres años en el extranjero. Visitando todo tipo de lugares hermosos, conociendo mucho más sobre el mundo y las diferentes culturas.
Yujin había extrañado mucho a su familia, pero de haber sido su decisión no hubiera regresado todavía.
El vehículo terminó su recorrido y se estacionó frente a la casa de los Kang. Le abrieron la puerta y la delicada joven bajo de este, con aquella sonrisa encantadora qué fascinaba a cualquiera.
-Enseguida llevarán su equipaje a su habitación señorita.- El joven chófer Reverencio delante de ella.
-Gracias.- Yujin imitó su acción, agradeciéndole.
Regreso la mirada a la entrada de su hogar y encamino sus pasos con mucha emoción.
Abrió la puerta y entro. Estaba tan emocionada de contarles a sus padres como había sido todo para ella estos tres años. Los sitios que conoció, los amigos que hizo, la gente tan bonita que la recibió con calidez.
Llego frente al despacho de papá, el seguro que estaba ahí. Sin detenerse abrió la puerta, y si ahí estaban los dos. Sus progenitores.
-Mamá, papá.- Dijo cerrando la puerta detrás de ella.
Apresuro sus pasos, al quedar frente al pulcro escritorio. Hizo una reverencia inclinándose completamente ante ellos.
Después de ese acto de respeto, sin pensarlo, llego hasta su madre y beso su mejilla, rodeándola con sus brazos. No demoro en rodear el escritorio y llegar a su padre, le dejo un beso en la mejilla y él no demoro en devolverle aquel gesto.
-Mi niña ha vuelto.- Sonreía su progenitor mirándola de manera dulce.
-Te sentó muy bien viajar.- Sonrió su madre.
-No tienen idea yo...- La emoción era demasiada, qué se le dificultaba encontrar las palabras para expresarse -Conocí mucho del mundo, y...
-Yujin, estuvimos hablando.- Su mamá le interrumpió. -Siéntate hija.
-¿De qué quieren hablar?.- Pregunto intrigada.
-¿Recuerdas el trato que hicimos?.- Asintió. No podría olvidarlo aunque quisiera, pero no creyó que lo mencionarían tan pronto. -Tenemos planes para ti, Yujin.- Le informo su progenitor.
-Yujin no pongas esa cara, fue la condición para dejarte viajar y conocer "el mundo", y vivir todo lo que quisiste estos tres años.- Dijo la señora Kang con fastidio -Tú aceptaste.
-No es como que tuviera más opción mamá, van hacer lo que les place.
-Deja el drama, sabes que esto sería así.- Su madre la miro con seriedad.
La sonrisa y emoción se esfumó del rostro de la joven, desde que recordaron ese acuerdo entre ellos.
-Sé lo que acepte mamá.- Dijo con la mirada un tanto baja -Pero no creí que tan pronto pusiera un pie en esta casa, iban a mencionarlo.
-Cuanto antes mejor.- El señor Kang se acomodó en su asiento.
-¿Es lo único que les interesa?, ni siquiera me han preguntado como me fue, o qué lugares conocí, si las personas fueron buenas conmigo.
-No dramatices.- Su madre rodó los ojos. -Después nos puedes contar todo eso.
-Yujin, ya ingresamos tus datos en una importante agencia. Nos ayudarán a encontrarte un buen esposo.- Frunció el entrecejo al escuchar a su padre -Tranquila, no dejaremos qué cualquiera se lleve a nuestra pequeña. En la agencia solo aceptan a los mejores candidatos, provenientes de importantes familias, tienen estándares altos.
Quiso decir muchas cosas, pero, como siempre. Solo asintió y callo.
-¿Está aquí?.- La voz de su atolondrado hermano menor se hizo presente -Yujin!.- Corrió y la abrazo fuertemente -No sabes cuanto te extrañe.
-Y yo a ti, Jeongin.- Recibió su abrazo, rodeando su cuello -Has crecido mucho.- Despeino el cabello del menor.
-Solo un poco.- Se encogió de hombros con una sonrisa dulce al separarse. Jeongin tenía solo diecisiete años, el más pequeño de los Kang.
-Vayan a ponerse al día.- Les autorizo su papá -Después seguimos hablando Yujin.
Ambos salieron del despacho.
-¿Papá está ahí?.- La imponente voz del hermano mayor los hizo mirar en su dirección.
-Sí.- Asintió Jeongin.-Yujin regreso.- Dijo con emoción.
-Hola Yujin, es bueno que hayas vuelto.- Le saludo con una muy ligera sonrisa. A decir verdad era demasiado, su hermano mayor, algo que casi no lo veías haciendo era sonreír.
-Hola Banryu.- Reverencio delante de él.
-Banryu ven, Yujin me contará cosas sobre sus viajes.- Jeongin estaba emocionado.
-Ahora no Jeongin, tengo asuntos qué atender con papá.- Los miró a ambos -Compermiso.- Paso por su lado. Su rostro había recuperado su tan familiar seriedad y mirada fría. Vieron al mayor entrar al despacho mientras se alejaban.
-Jamás cambiará.- Pensó en voz alta la joven con una pizca de decepción.
-Banryu es tan amargado.- Su hermana soltó una risita, por el comentario del menor -Por eso eres mi hermana favorita. Él no me hace mucho caso, solo me ve como un niño fastidioso.
-No eres fastidioso.- Negó -Él ya es algo mayor, así que supongo tiene cosas que hacer. Pero seguro que nos ama, somos sus hermanos, crecimos juntos.- Banryu con el paso de los años se volvió más serio y distante. Con tan solo veinticinco años.
-Como sea.- Se encogió de hombros -Mejor cuéntame todo.
Mientras caminaban un poco en el jardín. Le contó un sinfín de experiencias vividas lejos de casa. Les hablo de sus amigos, y de lo mucho que aprendió. También sobre que, su forma de ver el mundo se había expandido, mucho más allá de lo que su cultura les enseña. Le hablo sobre los hermosos lugares que sus ojos admiraron y la diferente gastronomía qué degusto.
-Todo suena en verdad maravilloso.- Sonreía con emoción. -¿Todo fue tan perfecto?.
-Hubo algunas experiencias no tan agradables también, pero no les doy importancia. Porque las cosas magníficas pesan más.- Se sentía feliz qué al menos alguien en esa casa la escuchara y estuviera interesado en sus viajes.
-Señorita, sus padres los llaman al comedor.- Les indicó Nana.
-Nana.- Corrió a abrazarla -Qué gusto verte.
-A mí también mi niña.- Acarició las rosadas mejillas de Yujin -Cada vez estás más hermosa.
-Gracias Nana.- No quería soltarla, adoraba a su Nana.
Nana había trabajado para la familia Kang desde que Seojong, la madre de la joven, estaba embarazada de Banryu. Los vio crecer, los cuido y jugo con ellos. Los alimentaba y les daba todo el amor que podía. El que sus padres no podían darles, por sus apretadas agendas.
-Vamos, la comida está lista. Sus padres los esperan.- Dijo al separarse de la chica. A la cual vio crecer.
La siguieron hasta llegar a la mesa del comedor. Ahí ya se encontraban sus padres y Banryu.
Tomo asiento junto a Jeongin y justo frente estaba Seojong, su madre. Los empleados sirvieron la comida, el ambiente se sentía tenso, pero nadie decía nada al respecto.
Jeongin estaba por empezar a comer, pero al recibir una mirada severa de su progenitor, sabía que había hecho mal.
-Jeongin.- Arqueo una ceja de manera intimidante. El menor dejo todo tal como estaba y se acomodó en su asiento.
-Es la primera comida como familia, ahora que Yujin regreso.- Seojong amplío su sonrisa. Al mirar a sus tres hermosos hijos juntos de nuevo.
-Daré las gracias.- Junwoo cerro los ojos y unió sus manos. Sí, eran creyentes. Frecuentaban la iglesia cada que sus agendas se lo permitían y donaban grandes cantidades de dinero a esta institución. -Señor, hoy te doy las gracias por tener a mi familia reunida. Por el regreso de mi hermosa hija Yujin. Por esta primera comida que compartiremos nuevamente. Perdona cada una de nuestras faltas, y guíanos a ser una mejorada versión de nosotros mismos. Guía a mi hija en la nueva etapa que viene para su vida.- La joven rodó los ojos -Ayuda a Banryu en los negocios, qué está poniendo en marcha, y para Jeongin, ayúdanos a encontrar el camino correcto para él. Amén.- Finalizó así.
-Amén.- Repitieron todos al unísono.
Comenzaron a comer en completo silencio. Sin siquiera mirarse. Vaya familia que eran los Kang.
Yujin, la única hija mujer del matrimonio. Miro con decepción a su muy honorable familia. Ya había olvidado la razón por la que les rogó que le permitieran hacer todos esos viajes.
Sentía que se ahogaba, quería sentirse libre y conocer más allá de las fronteras de su país natal. Odiaba la manera robótica en la que vivían todos en esa enorme mansión. Hasta ella misma.
Trataba de prepararse mentalmente a lo que se venía para su joven vida. Una vida planeada por sus progenitores.
Acepto el acuerdo, porque de igual manera la iban a forzar. Así que lo mejor era sacarle provecho. Ellos la dejarían cumplir su sueño de viajar por el mundo, y ella...Al volver a casa empezaría a vivir la vida "perfecta" planeada por ellos.
Y lo primero de la lista era encontrar un esposo, digno de una Kang.
En la primera oportunidad que la joven tuvo, se paró de aquella mesa. Fue de prisa a su habitación y se cambió el lindo vestido por algo más cómodo, un pantalón y una blusa de mangas cortas color rosa, de calzado sus tenis y bajo rápidamente.
Al encontrar su bicicleta aún en el garage, la tomo y salió de la casa. Condujo un par de calles, respiro profundo cuando el aire golpeaba su rostro.
Extrañaba tanto esa parte de su rutina. Manejar su bicicleta para ir a donde quisiera, sin ser observada por nadie.
Llego hasta un hermoso parque con árboles muy coloridos. Encontró un frondoso árbol, y se sentó debajo de la sombra qué este daba. No sin antes dejar la bicicleta a escasos centímetros de ella, y sacar un libro de la canastita de esta. Quería despejar su mente, a pesar de apenas haber vuelto. Ya se sentía abrumada.
Comenzó con su lectura, concentrándose en el libro que sostenía entre sus manos. Paso una hora y estaba tan adentrada en la lectura, qué no había notado que alguien a una considerada distancia la observaba.
El chico se limitó a mirarla de lejos, y no podía dejar de darse cuenta de la belleza qué Yujin era poseedora.
Él tenía que saber quién era esta chica, qué había capturado su atención en tan solo breves segundos.
Cuando la vio ponerse de pie, se asustó. Pensó por un momento que ella se daría cuenta de que llevaba un buen tiempo observándola.
Pero está solo tomo su bicicleta y se montó en esta, guardando su libro en la canastita.
Emprendió camino lejos de él. ¿Volvería al día siguiente?, no lo sabía, pero él sí lo haría. Solo para ver si tenía tanta suerte como para volver a verla.
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Empezamos esta historia con todo. Ando muy animada y eso me hace estar inspirada.
Ya comenzamos conociendo a Yujin. Necesitamos contexto antes que nada jaja
Habrá actualizaciones seguidas.
Gracias por leer.
Mon.💜
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