1 Here
Here
Un sudor frio recorría su espina dorsal, su respiración era tan rápida e irregular al igual que los latidos de su corazón, la desesperación que sentía lo hizo dirigir su mano hacia su pecho para tratar de calmarse, pero era imposible. Necesitaba ayuda o esa desesperación lo consumiría, no tenía idea de porque la sentía, pero sabía que no era suya, no la sentía propia pues había interrumpido su sueño en aquella madrugada fría.
Temblando se levantó de su revoltijo de mantas y se vistió rápidamente, tenía que salir urgentemente y comenzar a caminar, sabía que tenía que buscar algo o más bien a alguien. Saliendo de su cabaña camino rumbo al bosque que rodeaba la manada. Dando sigilosos pasos por el bosque oscuro evito a toda costa toparse con alguien de la manada que estuviera haciendo guardia esa noche.
Cuando llego a los límites de la manada detuvo sus pasos, suspiro cansadamente tratando que la mayor cantidad de aire entrara a sus pulmones, el sentimiento de pánico no abandonaba su pecho. Tomando un poco de valor se impulsó para seguir caminando sin un rumbo fijo, pero fue detenido por una voz calmada.
– ¿A dónde crees que vas lobo? –
–No lo sé– respondió con la voz temblorosa y volteando a ver a aquella joven sentada tranquilamente sobre una roca enorme – Creí que esta sensación había desaparecido hace unas vueltas al sol, tu dijiste que se había apagado– prosiguió esta vez con algo de amargura
–Lo dije, pero hay cosas que no debes saber y que yo no debo contar – respondió con su voz todavía tranquila y la mirada fija en un punto desconocido hacia el bosque.
Louis no entendía nada de lo que decía, en verdad aborrecía cuando ella solo divagaba a las preguntas que solía hacerle, nunca era clara y cuando las cosas sucedían ella solo se limitaba a decir que ya lo había predicho e incluso se atrevía a decir que ya habían sido avisados. Vaya protectora de manada que tenían.
–No sé qué estoy esperando– suspiro– duele sentir esto que ni siquiera es mío, querer ayudar, pero no saber a quién ni de qué. Al menos esta vez no escucho susurros llamándome. – esta última frase causo escalofríos en todo su cuerpo.
La joven sobre la piedra miro tristemente al joven lobo que se sentaba sobre el frio suelo. Bajo de la roca silenciosamente y se paró al lado del joven castaño.
–Puedo ayudarte con el dolor si ya no lo quieres sentir – decir aquello era algo peligroso, no sabría que podía causar en la otra persona. Para su alivio el joven negó lentamente – Louis, solo tienes que esperar, no aquí claramente – soltó una pequeña sonrisa – Lamento no poder ayudarte más.
Colocando su mano en el hombro del castaño dio un pequeño apretón y vio como asentía lentamente este, con cuidado retiro su mano y camino de regreso a la manada. Pasado un rato se levantó del suelo sintiendo su trasero congelado, dispuesto a dirigirse al calor de sus mantas y descansar un poco antes de que el sol saliera y lo obligara a seguir con sus deberes. Cuando dio unos cortos pasos se detuvo al sentir un tirón en su pecho.
–Aquí estoy– dijo en un susurro mirando hacia el cielo contemplando las estrellas – Estoy esperando.
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Habían pasado unos cuantos días desde que Louis despertó en la madrugada sintiéndose mal. Seguía sintiendo aquel tirón en su pecho que lo obligaba a querer salir corriendo sin un rumbo fijo, una que otra madrugada salía y se volvía a dirigir a los límites de la manada solo esperando, por horas sin obtener nada. O en los mañanas, cuando salía a realizar muy temprano sus deberes, sentía un gran alivio que venía con la salida del sol, este sentimiento lo calmaba y mantenía relajado por bastantes horas.
Siendo este el séptimo día desde aquella madrugada se encontraba corriendo tras aquella omega enfurecida, entendía completamente su enojo hacia él, pero no podía explicarle aquella situación.
–Je...– detuvo sus palabras cuando la chica de cabellera rubia giro bruscamente al notar lo que diría – Lena, perdón, Lena. – la omega levanto una de sus cejas esperando a que el castaño continuara con aquella escusa, esperaba que fuera una muy buena, pues el ser abandonada aquellas madrugadas en las que había decidido ir a dormir a casa del castaño no se veían nada bien – te prometo que no ha sido a propósito – aclaro rápidamente al ver su mirada perdida – y mucho menos pienses que es por alguien más, se cómo funciona aquella cabecita tuya. Pero te prometo que te lo compensare esta noche.
Al recibir un suspiro por parte de la chica una gran sonrisa se instaló en su rostro y a los costados de sus ojos se crearon pequeñas arruguitas. Tomando a la omega por las caderas la jalo hacia él y la abrazo, rápidamente la omega posiciono su nariz en la fuente de olor del alfa. Louis realmente se sintió culpable, era solo una pequeña mentira el justificar que no era por alguien más sus escapadas por las noches, pero en defensa de él, ni siquiera estaba consiente de quien se trataba aquella persona que causaba aquello en él.
–Más te vale alfa
–Lo prometo – dijo dando un pequeño beso en su cabellera y separándose después de unos segundos de ella – tengo que seguir haciendo cosas, te veo esta noche.
–Está bien –dijo separándose de el – yo tengo que ir a pescar con los demás, al parecer el señor Wood se molestó porque el grupo de cacería le ha entregado animales muy maltratados.
Louis frunció el ceño ante aquella mención, eso era raro.
–Tú bobo, como futuro alfa deberías arreglar eso – mirando a sus lados y sin encontrar a alguien susurro – no lo oíste de mí, pero, tu padre está esperando que soluciones esto. Ahora.
Abriendo sus ojos de sobremanera salió corriendo hacia la casa de la familia Wood, no es que no prestara atención a lo que ocurría en su manada, pero solo estos días no estaba aprestando atención en lo absoluto. Sabía que su padre ya estaba planeando retirarse como alfa y Louis era el sucesor directo a la manada Khalesian a excepción de su pequeña hermana con tres vueltas al sol, solo a sus padres se les ocurría tener otro cachorro cuando él ya tenía más de 19 vueltas.
Apresuradamente entro al gran cobertizo de los Wood, aquella familia se encargaba de recibir todos los animales que los cazadores recolectaban para limpiarlos y preparar la carne para repartirla entre todos los miembros de la manada. Su manada se regía bajo el trabajo de cada miembro para beneficio de todos, por lo que cada quien aportaba algo y era recompensado con algo más.
–Louis – volteo en dirección del llamado – tardaste mucho muchacho
–Lo siento señor Wood, estaba ocupado – el señor asintió limpiando sus instrumentos
–Bien, solo una cosa, dile a tus muchachos que dejen de jugar con los animales. Ya están grandes y saben cazar – Louis asintió sin entender – no más animales dañados.
– ¿A qué se refiere? – aquel beta soltó un gran suspiro
– Ayer trajeron una cría de ciervo casi partido a la mitad – la piel, por si no saben, tengo que llevarla con los Horan para la temporada de invierno y en ese estado no sirve y menos si son crías.
Louis asintió comprendiendo lo dicho
–Hablare con ellos señor, talvez fue un lobo joven que apenas está aprendiendo, pero no sucederá de nuevo
Después de una corta despedida con el señor Wood salió de su morada y se dirigió hacia los campos de entrenamiento, si quería ser un buen líder para su manada tenía que empezar a solucionar aquellos problemas que al parecer no eran insignificantes para todos.
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Nota: Es mi primera vez escribiendo algo así, espero que les guste. 💕
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