Capítulo 2. Incendio Miller
Michael y Edward están sentados en la oficina frente a frente sin decir una sola palabra, cada uno está absorto en su propio mundo cuando suena la alarma del hospital.
Ambos se levantan rápidamente y empiezan a correr hacia urgencias, cuando la alarma suena es sinónimo de que hay un accidente o un paciente en estado grave.
—¡Está inconsciente y pierde mucha sangre! —avisa una de las enfermeras en un cubículo.
Ambos médicos intercambian miradas preocupadas y se acercan, pero las enfermeras los alejan tratando al paciente a su modo, Edward al ser el jefe decide intervenir.
—¡Hey! —llama haciendo que todos lo miren —¡¿Qué ocurre aquí?!
—No puede pasar doctor —informa la jefa de enfermeras —No puede atender amigos ni familia por protocolo
Las enfermeras siguen con su trabajo, Edward abre los ojos confundido, él no tiene familia, y no hay forma en que reconozcan a un amigo suyo si el paciente llegó inconsciente.
—¿Puedo saber la identidad del paciente? —cuestiona confundido.
—Es el doctor Miller —responde otra enfermera.
—El doctor Miller está aquí —avisa Michael haciendo que todas las enfermeras volteen.
—¿Conoce a este chico doctor Miller? —pregunta la jefa dándole paso a Michael.
Los médicos se acercan a la camilla, una copia exacta de Michael está tendida sobre la camilla, está inconsciente y con ceniza en el rostro, su brazo está totalmente abierto desde la muñeca hasta el codo.
—¡Ashton! —grita preocupado Michael al ver esa escena.
—¡Sáquenlo de aquí y denme el diagnóstico! —ordena Edward —Michael, confía en mí
Las enfermeras sacan a Michael del cubículo y siguen tratando al hermano gemelo de este con ayuda de Edward, Michael se queda viendo desde afuera, y de pronto todo se vuelve negro para el chico.
. . .
—¡¿Michael?! ¡¿Michael?! —llama la voz de Edward preocupado.
Michael sacude la cabeza rápidamente, generando que se mareé en el proceso, analiza el lugar, no es el hospital, está parado en la banqueta de la carretera principal.
—¿Michael? —habla Edward de nuevo.
—¿Eh? ¿Qué? ¿Qué pasa? —pregunta el chico completamente desorientado.
—Eso quiero saber yo —replica Edward tomando a Michael por el hombro —¿Qué haces aquí? Según sé, este ni siquiera es el camino a tu casa
—¿Cuánto tiempo llevo aquí? —cuestiona Michael.
—Te fuiste del hospital hace una hora, suponiendo que hayas venido directo y sin escalas, llegaste aquí hace media hora —responde Edward —¿No lo recuerdas?
—Creí que me había desmayado o algo así —murmura el rubio —¿Cómo está Ashton?
Edward se queda en silencio, lo cual hace que al fin Michael gira la vista hacia él, el mayor lo mira con una mueca.
—Creo que sería mejor que lo vieras —contesta finalmente.
Michael asiente y sigue a Edward hasta su auto el cual está detenido a unos metros de ellos; ambos suben y el auto empieza a avanzar.
—¡Al hospital, rápido! —ordena Edward haciendo que el carro arranque con fuerza —¿Cómo estás?
—¿Por lo que acaba de pasar o por Ashton? —devuelve Michael.
—Ambas, principalmente la primera —responde Edward sin apartar los ojos de su mejor amigo.
—Desorientado, confundido, pero... En esencia bien —admite Michael asintiendo.
—¿Y de lo otro? —interroga el mayor.
—Preocupado, jamás debí de acceder a que siguiera con sus experimentos —murmura negando —Ahora quién sabe qué hizo
Edward asiente incapaz de decirle una sola palabra, así que ambos continúan en silencio el camino hasta el hospital.
Una vez que ambos llegan, Michael baja de forma apresurada, Edward se ve obligado a bajar de igual forma para detenerlo.
—¡Quiero ver a mi hermano! —grita desesperado.
—¡Michael, cálmate! —pide Edward jalando a Michael del brazo.
—¡Quiero a mi hermano Edward! —pelea Michael.
—¡E irás con él! —concede tomándolo por los hombros —Pero primero tienes que calmarte
Michael exhala un suspiro y asiente, empieza a respirar varias veces para poder calmarse, asiente suavemente y luego mira a Edward, este asiente.
—Ven, con cuidado —pide Edward guiando a Michael.
Ambos chicos avanzan hasta el pasillo de Cuidados Intensivos, para este punto, Michael ya siente que tiene el corazón en las orejas de lo fuerte que estás le palpitan.
—¿Qué le pasó? —cuestiona preocupado.
Edward no contesta y sigue avanzando, eso solo hace que Michael se ponga cada vez más nervioso.
—¡Edward! —grita al borde de la histeria —¡¿Qué le pasó a mi hermano?!
—Velo por ti mismo —responde Edward abriendo la puerta de una habitación.
Michael entra asustado y al hacerlo ve el cuerpo de su hermano encadenado a la cama mientras este grita y se retuerce vuelto loco...
. . .
—¡Ashton! —grita Michael incorporándose.
—¿Michael? —habla la voz de Edward.
—¿Qué...? ¿Qué pasó? —pregunta el rubio girando la cabeza desorientado —¿Dónde estoy?
—En Urgencias —responde Edward sentándose frente a él —¿Cómo te sientes?
—Bien, algo mareado y perdido —admite Michael —¿Cómo está Ashton?
—Bien, loco, pero bien —tranquiliza el mayor —Despertó, nos dijo que él se abrió el brazo y lo que tenía en la cara era carbón, se desmayó por un golpe en la cabeza, no nos quiso decir qué pasó
—Uf, menos mal —Michael exhala un suspiro de tranquilidad y se apoya en la pared más calmado —¿Qué pasó?
—Te desmayaste cuando te sacamos del cubículo, supongo que de la impresión —explica Edward dándole una sonrisa tranquilizadora —¿Quieres ver a tu hermano?
—Sí, por favor —responde incorporándose de nuevo —¿Dónde está?
—Aquí —habla una voz juguetona desde la puerta.
Ashton mira sonriente a su hermano apoyado en el marco de la puerta de la habitación, su cara está limpia y tiene la cicatriz en su brazo cerrada.
—Ashton —murmura Michael sonriendo.
Ashton le devuelve el gesto a su hermano y se acerca a él para abrazarlo fugazmente.
—Lamento haberte asustado —dice Ashton avergonzado.
—Los dejo solos —interviene Edward alejándose —No lo espantes de nuevo Ashton, por favor
—Descuida, no lo haré —responde Ashton —Lo prometo
Edward sale de la habitación ante la mirada atenta de los gemelos, una vez que este no está a la vista, ambos chicos vuelven a mirarase entre ellos.
—¿Qué hiciste? —pregunta Michael.
—Intenté conectar mis impulsos nerviosos a una máquina de Inteligencia Artificial para que los analizara —explica el inventor apenado —Sobra decir que no funcionó
—¿Intentaste crear tu propia pulsera de registro médico abriéndote el brazo? —resume Michael incrédulo y Ashton truena los dedos.
—¡Sabía que había un modo más sencillo! —reclama con una mueca.
—¿Y luego? —exige Michael —¿El carbón para qué?
—Eso fue un accidente —aclara —Tomé un pedazo de carbón para avivar el fuego y no preste atención de que no había caído en la chimenea, prendió mi alfombra y prototipo de bomba de aire que tenía en mi laboratorio
—¡Te dije que quitaras esa bomba de ahí! —acusa Michael sonriendo.
—Bueno, ya no está —responde Ashton risueño —El impacto se escuchó alrededor e hizo que me estrellara contra mi escritorio
Ashton levanta su flequillo para descubrir su frente, mostrando una pequeña cicatriz parecida a la que se extiende por su brazo, Michael estira la mano hacia está instintivamente, pero su hermano lo aleja.
—Estoy bien —murmura.
—Te quedan cuatro Ashton —advierte Michael y su hermano asiente.
—Lo sé —responde.
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