Capítulo 2

Había una vez una princesa muy hermosa, que no podía salir de su encierro, entonces vino un apuesto príncipe y le hizo compañía.

Estaba preocupado no dejaba de llover y no tenia un paraguas, no podia irme caminando mi casa quedaba muy lejos de aqui.

—Puedes quedarte aqui mientras escampa, mi mama estaria encantada de que te quedaras, adora las visitas, aunque no tiene muchas—Podia notar cierta melancolia en su mirada , y por alguna razon no toleraba esa mirada

—Me encantaria quedarme aqui, si te soy sincero no tengo nada interesante que hacer en mi casa

—¿Te gusta leer, Elias?—Cambio de tema rapidamente, intentando romper el silencio incomodo entre los dos

—No, no mucho

—Hay un libro que todo el mundo debe leer; se llama "Cuando las estrellas se apaguen", trata sobre una chica que es secuestrada y su unico contacto con el resto del mundo es una ventana artificial, la cual ve toda las noches para no perder la cordura

—Se escucha interesante

—Lo es, creeme—¿Has visto alguna vez una estrella fugaz? Yo si, fue un efimero brillo que vi en una noche oscura en su mirada—¿Alicia?—Creo haber hablado muy suave porque ella parecio no escucharme, asi que lo volvi a intentar—¿Alicia? 

—¿Que pasa?

—¿Aun conservas ese libro?—Apenas la concocia, pero tenia la necesidad de volver a ver aquella estrella fugaz en su mirada

—Por supuesto que si ¿Para qué lo necesitas?

—¿Me lo prestas, por favor ?

—La mesa al frente de el armario, ahí está el libro

Me di cuenta de que a pesar de que Alicia no es una persona muy sociable, me caía bien, tiene algo que me hace sentir, como en casa.

—Ya puedes irte, ya dejo de llover; tus padres deben estar preocupados por ti

—Volveré mañana, lo prometo, así que esperame

—Seguro—El tono desanimado de su voz me hizo desear con ansias mañana volver a aquel cuarto junto a ella

—Me llevaré esto—Le avise mientras cogía el libro "Cuando las estrellas se apaguen" de la mesita de noche—Adiós, Alicia

—Nos vemos, Elías

Con cada paso que daba podía sentir el agua en mis zapatos, el olor a humedad entrando y saliendo de mis fosas nasales, lo desolada que estaba aquella calle ( Seguro que deben estar ocupados haciendo fila por toda lo que causó está lluvia). Aunque la carretera y el ambiente eran realmente deprimentes, no me desagrada del todo.

Cuando llegue a mi casa, sin ánimo alguno me quite el abrigo que tenía encima y lo dejo sobre una silla ubicada en la sala de estar.

¿Cuando vas a saberque el tiempo nunca es suficiente, Elías?

—¿Qué?

—Nunca vas a tener suficiente tiempo —Era una voz melodiosa la que me hablaba, como si de un ángel se tratase

Sentí el sudor recorrer mi frente, lo fuerte que latía mi corazón, y como mi respiración se volvía cada vez más acelerada.

—¿Qué está pasandome?—Quería ignorar el hecho de lo mucho que había cambiado mi vida en tan sólo unos meses, quería olvidarlo todo

Apenas habían pasado dos horas desde que volví  a casa, y la verdad no tenía mucho que hacer, dormir no era una opción. Entonces recordé el libro que me había prestado Alicia, y empecé a leerlo.

Al comienzo no me pareció una historia atractiva, la portada no ayudaba mucho que digamos, pero al ir pasando las páginas fui quedándome fascinado con la historia, no quería dejar de devorarla; pero el sueño pudo conmigo.

—¿Elías? ¿Ves? Te lo dije, no debíamos dejarlo sólo

—¡Calmate mujer! No es como si el muchacho estuviera muerto

—¿Qué tal si lo estuviera? Entonces yo tendría razón

Era inevitable no despertarse con tremendo escándalo.

—¿Podrían hacerme un favor y bajar la voz?—Es realmente molesto escucharlos pelear a esta hora

—¡Elías! Mi amor pensé que habías muerto—Sin avisarme mi abuela me dio un gran abrazo

—Dios mío que dramática eres, Elizabeth

—Y tu un insensible, Sam

《Son realmente insoportables》

—¿Ya se pueden ir?

—Oh perdonamos cariño

—No pasa nada









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