ZADIG

Después de colgar Zadig se concentró en pensar fríamente, su carrera militar le había enseñado que un hombre que no piensa con la cabeza fría es igual a un hombre sin cabeza, literalmente.

Se obligó a sacar la imagen de Amanda de su mente, e inicio con una lista para logra su objetivo. Decidió que el primer paso sería llamar a Espejismo, un informador que podía localizar cualquier cosa en el universo solo con la imagen mental de su cliente. Apretando los dientes para estabilizarse, al volver a tomar el teléfono con las huellas de sangre, marco el número codificado de Espejismo.

— Espejismo, habla Hunter.

—Un placer volver a escucharlo después de tanto tiempo capitán— dijo espejismo con la sorpresa en la voz—pensé que amaba más la vida, por lo que veo anda buscando su muerte al volver a aparecer.

—Todo lo contrario espejismo, acabo de volver a nacer — dije con voz hueca, fijando los ojos en el charco de sangre —necesito en 2 minutos la ubicación del hospital donde se encuentra Amanda Russo, en 5 minutos necesito que falsifiques una identificación donde puedan reconocerme como su primo y en 10 minutos que me sea entregada en la puerta del hospital.

— ¿Algo más comándate? ¿Desea que le cocine una hamburguesa con queso de la luna?­— dijo sarcásticamente pero se escuchaba teclear rápidamente en la computadora, era por mucho la persona más eficiente del planeta.

— Ahora el verdadero encargo es que localices la persona que ataco a la señorita Amanda Russo, quiero saberlo todo, hasta la marca de papel higiénico con que se limpia el trasero, es decir, un análisis blanco y negro — casi sonrió al utilizar el código destinado para pedir la lista de todos los miedos y debilidades de un objetivo.

— ¿Dónde? 

—Una antigua fábrica desierta servirá.

­— ¿Cuándo? 

­—Depende del estado de Amanda pero es posible que a las 23:00 horas. 

—Capitán Hunter, su primer encargo ha sido completado, el GPS de su auto tiene la localización de Amanda Russo— Zadig salió corriendo hacia su auto inmediatamente, sin decir nada más antes de colgar.

Cinco minutos después de ser un peligro mortal en las calles, llegó al Hospital Santa Rosa, en la entrada se encontraba un militar de las fuerzas armadas que le entrego la identificación y un celular, ni se molestó en imaginar porque diablos Espejismo había enviado un agente activo.

Los hospitales nunca habían sido su lugar favorito aunque en la guerra era el equivalente al cielo, bloqueando sus fantasma, prácticamente voló hacia la primera estación de enfermeras que visualizo.

— Soy el primo de Amanda Russo, me acaban de comunicar que la trasladaron a este hospital, necesito saber su estado— se maldijo internamente por no haber solicitado el historial médico de Amanda a Espejismo.

—La señorita se encuentra en cuidados intensivos, todavía es muy pronto para comunicar su estado— dijo una enfermera que rondaba los cincuenta años— puede sentarse en la sala de espera, cuando salga el doctor hablara con usted.

No pudo decir nada porque el nudo en su garganta evitaba que saliera alguna palabra, así que se dirigió a sentarse en un banco frente a la puerta de cuidados intensivos. No recordaba cuando fue la última vez que rezo tanto en su vida, tampoco estaba seguro de que serviría de algo pero sabía que era la única forma de mantenerse cuerdo.

—Familiares de Amanda Russo— anuncio un Doctor, rondaba los 30 años, tenía lentes y un buen estado físico.

­—Soy Alex Russo, el primo de Amanda— sabía que mi voz sonaba desesperada, aunque trataba de controlarla.

—Tranquilo, la señorita Russo se encuentra en estado estable—dijo el doctor dando un apretón a mi mano.

— ¿La puedo ver?— En otro momento me avergonzaría por demostrar mi nerviosismo.

—Sí, pero antes debo hablarle de su estado— dijo el doctor con voz seria—Tiene una costilla fracturada, la pierna también aunque la bala salió limpiam...

—¿!BALA!? 

—La señorita tiene una herida de bala en el fémur de su pierna derecha, una costilla rota y múltiples hematomas, especialmente en la parte inferior de la cabeza— dijo el doctor apretando las manos como si también le afectara, mientras Zadig lo observaba en blanco, sin saber cómo reaccionar— la buena noticia es que no ha sido violada, aunque tiene fuerte huellas de dedos masculinos en sus mulos.

—Amanda—solo logré susurrar.

—Sera mejor que pase a verla, en unas semanas ella se encontrara mucho mejor— dijo el doctor con lastima en la voz.

Como un zombie me dirigí a la zona donde se encontraba Amanda, unas lagrimas se escaparon cuando la vi acostada como una muñeca sin vida en la camilla del hospital, estaba pálida y conectada a muchos aparatos que parecían absorberla.

— ¿Gatita? Gatita mírame, por favor —dije con voz rota mientras acariciaba su cabeza, su rostro tenia fuertes contusiones de color morado— Gatita despierta.

"Ella respira Zadig, mira su pecho... !No entres en pánico!"

—Siempre has sido vas valiente que yo—susurre mientras colocaba mi mano en su pecho y me concentraba en sus respiraciones, fui contándolas mientras acompasaba las mías a su ritmo.

—No me marche ese día porque algo dentro de mi sabía que volverías, no estoy seguro si fue una premonición o esperanza pero siempre he estado agradecido con el destino por haberme quedado frente a tu puerta, incluso después que tu padre ordenara que me marchara— al sentir que la respiración de Amanda se fortalecía sonreí pensando que ella también soñaba con ese día.

Bon Apettit my girls!
Bienvenidas al maratón sorpresa de Zadig! Espero que lo disfruten!