11. Recuerdos.

ZADIG

No sabía que era más difícil, ver Amanda en ese estado o mirarla a los ojos y saber que no recordaba nada sobre mí. La mente humana es increíble, yo recordaba casi cada segundo a su lado porque había marcado mi vida, sin embargo, para ella yo había sido una persona más de su pasado, un borrón en sus recuerdos.

Claro que no estaba a su lado por un maldito trabajo. Quería tomarla en mis brazos y sacudirla preguntándole ¿No me recuerdas? ¿No recuerdas mi voz? ¿No recuerdas esos días...? Pero sabía que todo fue culpa mía, otro maldito plan perfecto.

— ¿No piensas explicarte? — dijo Amanda perdida, su cara reflejaba su incomprensión como un libro abierto. Sostenía los brazos cruzados sobre su pecho para cubrir lo máximo posible su desnudez, era completamente obvio su incomodidad por estar así frente a mí.

— Te ayudare a sentarte en la ducha — dije sin poder decir nada más, aunque me doliera las cosas debían ser así por el momento — ¿Tienes fuerzas para bañarte sola?

— Si — susurró.

— Puedes ver que la ducha tiene asiento y agarraderas, así que dudo que me necesites, cuando estés lista puedes llamarme.

— ¿Dónde vas? —gritó asustada. Debí torturar al maldito que le había hecho esto.

— Tranquila Gatita, estaré vigilando fuera de la puerta del baño­— dije mientras la tomaba en mis brazos, tratando de ignorar su desnudez. Zadig piensa en cosas frías, "Agua helada" "Hielo" "Nieve" ¡maldición esto no está funcionando!

— Puedes quedarte dentro, dándome la espalda— susurró con vergüenza pero sabía que estaba siendo guiada por el miedo.

— Él no te hará daño, ya me he encargado de eso — dije mirándola fijamente a los ojos cuando la deposite en el asiento de la ducha. Quería trasmitirle seguridad.

— ¿Encargarte? ¿Cómo? ¿Cuándo? — dijo con sus grandes ojos miel abiertos por la sorpresa.

— No puedo quedarme aquí adentro, estaré detrás de la puerta, incluso puedes hablarme — No tenía fuerzas para estar a su lado mientras estaba completamente desnuda.

— ¿No piensas contestar mis preguntas? — dijo la Gatita, comenzando a sacar sus garras.

— Algunas preguntas están mejor sin ser contestadas — dije sabiendo que ella nunca aprobaría "mi lado oscuro"— llama cuando termines.

— ¡Zadig! — Gritó frustrada cuando cerré la puerta tras de mí. Pero estaba feliz por haberla distraído y evitar que pensara en esa horrible noche.

Segundos después de salir mí teléfono sonó, era Dragón. Espere para oír si Amanda decía algo más pero sólo escuche el agua caer. Suspire con alivio, sabiendo que si me llamaba entraría y al final todo se complicaría más. Me aleje de la puerta unos pasos antes de contestar.

—No estoy de buen humor Dragón— dije al tomar la llamada.

— Que extraño Sr. Simpatía — contestó  Dragón, sarcástico.

— ¿Para qué me llamas? ¿Sucedió algo con el embarazo de Alice? — Siempre había tenido un cariño especial por la hermana de Amanda, tenían el mismo buen corazón y fortaleza.

— Alice está bien, te llamo para saber cómo lo estas llevando— dijo serio Dragón, sabía que estos días no eran fáciles para mí. El también estaría desesperado si fuera Alice la que se encontrara en un hospital.

— A veces pienso que lo mejor sería alejarme pero sé que no puedo hacerlo hasta que esté segura — dije cansado, tratando de evitar la verdad, ya no me quedaban fuerzas para alejarme nunca más.

— Debes de luchar por ella, como yo hice con Alice. Era un narcotraficante y ella encontró la manera para amarme, estoy seguro que Amanda te aceptara.

— ¿Le has contando la verdad? — dije tratando de apagar la esperanza que surgió por sus palabras.

— ¿A cuál "verdad" te refieres? —preguntó Dragón haciéndose el despistado para molestarme.

— ¿Sabe que trabajábamos para su padre? — susurre para que Amanda no escuchara.

— Sabe todo lo concerniente a mí y a nuestra historia, trate de omitir todo lo que corresponde a la tuya— dijo con precaución.

— No me tomes por idiota Dragón, sabes que sin la historia mía no existiera la tuya.

— Lo sé, ese día nos cambió a los dos— susurró Dragón perdido en sus recuerdos, haciendo que afloraran los míos.

Las noticias que el pequeño Dragón le había dado al pequeño Hunter eran horribles, la banda en la cual trabajaban habían cambiado los planes, acababan de unirse al hermanastro del padre de la pequeña, querían matarlo junto a su esposa para que las niñas se quedaran con los seguros de vida y la fortuna que ascendía a varios millones. El plan era implantar una bomba en el carro del padre, para matar a la pareja en un momento afortunado. Luego modificarían los papeles de la tutoría legal de las niñas, poniendo al hermanastro como el tutor legal de ellas y sus bienes.

Yo no haría eso, si fuera usted— dijo el pequeño Hunter al gran magnate, padre de la dulce Gatita, antes de que abriera su auto.

¿Quién es?preguntó el magnate mirando a todos lados, buscando el niño que se encontraba escondido detrás de otro automóvil del paqueo de su casa.

Si abre las puertas de ese auto, se activara una bomba que estallara en 15 minutos, el tiempo necesario para que llegue su esposa y los dos estén dentro del automóvil— dijo el pequeño niño antes de toser con dolor.

— ¿Dónde Estás? ¿De dónde sacaste esa información? ¿Te encuentras bien? — Esa última pregunta sorprendió al niño, se dio cuenta que debía de estar en peores condiciones de la que pensaba, para que él supiera que no se encontraba en buen estado soló por su voz. El pequeño Dragón iba a contestar con deseo de pedir ayuda para él, estaba muerto de miedo porque pensaba que se estaba muriendo, pero con una enérgica señal de negativa evito que hablara.

Recoja el sobre que está debajo del auto, dentro se encuentra toda la información que pudimos robar—dijo el pequeño Zadig después de reunir el aliento necesario para hablar.

Sin decir nada, el magnate con cuidado recogió el sobre y lo abrió, leyó rápidamente la información y observo las fotos de su hermanastro cerrando el contrato que plasmaba su muerte y la de su esposa. Hunter y Dragón habían logrado robar el "seguro" que tenían los de la banda, para que el hermanastro del magnate cumpliera su parte del contrato, tenían registrado toda la información de los "trámites" y su vida personal.

El Pequeño Zadig comenzó a sentir respeto por el magnate porque no mostró sorpresa al saber esa información, simplemente se alejó del auto y su expresión reflejo determinación.

Unos segundos después, por la entrada del paqueo entraron seis guardias de seguridad vestidos de negro. 

 — Todas las cámaras de seguridad han sido hackeadas, estamos aquí porque hemos declarado estado de alerta— dijo un guardia.    

Como pueden ver, han llegado mis agentes de seguridad, salgan muchachos o  los enviare por ustedes — dijo el magnate.

¿Así nos paga por haberle salvado la vida? — dijo Zadig enojado.

  — Búsquenlos —  ordenó el magnate.

Inmediatamente los agentes de seguridad inspeccionaron todo el paqueo, hasta que dos dieron con la ubicación de los niños.

— ¡Llamen una ambulancia inmediatamente! — Gritó un agente de seguridad, asustado al ver el estado de uno de los niños.

Que marica ¿No habías visto sangre antes? —Dijo el pequeño Zadig sarcásticamente.

¿Cómo puedes hablar en este estado? — preguntó  el agente.

Tiene anestesiado parte del cuerpo, prácticamente lo estoy sosteniendo yo— contestó  el pequeño niño de siete años, apodado Dragón.

— Tráiganme los niños, ¡ahora!— ordenó con mas insistencia el magnate.

Los de seguridad inmediatamente se dirigieron donde los pequeños niños, el que estaba herido trato de resistirse pero estaba muy débil por la anestesia, el otro niño acepto la ayuda sin dudar, con el alivio reflejado en su rosto, de rasgos asiáticos.

Saliendo detrás de un camión de carga, se dirigieron hacia el magnate. El hombre miro con horror como uno de sus guardias traía cargando un niño con el rostro completamente quemado y con grandes verdugones que parecían de látigos en todo el cuerpo, era digno de una película de terror.

¡Por Dios! ¿Qué le han hecho a ese niño?­— Gritó   el Magnate, conteniendo las ganas de vomitar al ver que el ojo derecho parecía prácticamente salirse de su rostro, las quemaduras casi le deformaban la cara, se veían que eran recientes. Podía oler el humo y el hedor de la herida a veinte pasos de distancia.

Se negó a instalar la bomba en el auto y lo castigaron, sin embargo, quería avisarle personalmente de la situación porque se habían visto antes y era posible que le creyera más fácilmente— dijo el pequeño niño asiático.

¿Nos habíamos visto antes? — dijo el magnate sorprendido.

Ayer— Logro susurrar entre el dolor el pequeño Zadig, cuando lo habían cargado en brazos toda su fuerza se había marchado. Se sentía mareado pero se negaba a desmayarse y dejar solo a su amigo.

¡Eres ese niño! ¡Por Dios! — dijo el magnate dándose cuenta de cómo lo habían deformado y también del comportamiento que había tenido día anterior a que le salvara la vida.

Encontramos la bomba— Gritaron un grupo de los agentes de seguridad que revisaban el auto.

Desde este día estos niños son mis protegidos, llévenlos inmediatamente al hospital — dijo el magnate, tomando una decisión que cambiaría la vida de todos.

Ese día, Zadig guiado por la voluntad de no dejar en la orfandad y condenar a un dulce angelito, se había sacrificado, sin saber que ese sacrificio lo sacaría del infierno. Dos meses después de que Zadig se encontrara estable, pero con un rosto deformado por las cicatrices, fue enviado junto con su amigo Dragón a uno de los más prestigiosos colegios militares de caballeros. Después de diez años, recién graduados del colegio, los dos adolescentes con capacidades mortales, comenzaron su trabajo como los guardaespaldas principales del gran político y magnate.

Todo ha cambiadodije saliendo de los recuerdos y acariciando mi rostro inconscientemente.

Deberías contarle que eras tú el que...

— ¡No! — grité interrumpiéndolo, solo el pensar en decirle la verdad a Amanda me aterraba.

— Ya no eres un niño vagabundo que trabaja para la mafia, ya no estas bajo el mando de su padre, ya no tienes cicatrices, en fin, ya no tienes escusas en la cual esconderte, ¡arriésgate! — dijo Dragón, conocedor de mi historia. Pero ser conocedor de una historia es diferente a vivirla y sentirla.

— ¡Zadig! ¡Ya puedes entrar! — Me llamó Amanda desde el baño.

— Amanda me llama, debo dejarte —dije aliviado de tener una salida para no contestar.

— Zadig, Amanda no pasara toda su vida sola, tarde o temprano tendrá a alguien a su lado y ese día te darás cuenta de todas las oportunidades que malgastaste. Eres casi mi hermano por eso quise darte la oportunidad de hacer las cosas bien con ella, sin ocultarte por una vez. Sabes que puedo resolver el problema de Amanda desde donde estoy, deja de ser estúpido o me obligaras a tener que volver a actuar — dijo Dragón, haciendo que mis puños se apretaran a pensar en Amanda casada con otro hombre, quizás el policía que la había invitado a salir. Estaba totalmente jodido.

— Lo haré, luchare por elladije tomando otra decisión que cambiaría mi vida.

Bon Appetit my girls!!

Hice el capitulo largo por haberlas hecho esperar tanto por un capitulo. Estos días fueron increíbles, sucedió de todo, mi hermana fue operada pero gracias a Dios todo salio bien. También presente lo que llevo de mi tesis en un congreso científico y estaba muerta de miedo .

Ahora volviendo a los que les interesa, les cuento que esta historia, como se han dado cuenta, tiene mas cosas de las que se "ven" a simple vista.  ¿Que otros secretos esconde Zadig? ¿Cuales son esos días que el menciona con ella? ¿Porque Amanda no recuerda su rostro?

Nota: Espero que les haya gustado la nueva portada y el BookTrailer. Besos!

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