Cap. 4 BIENVENIDO A SILLIA
El frio abraza mi mejilla, una superficie rugosa marca mi cara e incómoda mi descansar, el dolor en la parte posterior de mi cabeza se hace más fuerte y me hace levantar.
Vi a mi alrededor barrotes gruesos, me encontraba encarcelado. Agarré mi cabeza y un poco de sangre manchó mis dedos, me acerqué lentamente hacia en borde de la celda, sostuve los barrotes entre mis manos y sentí como la fuerza escapaba de mí.
Solté los barrotes y grité a voz llena:
—¡Ayuda...! ¡Libérenme...!
Un pequeño hombrecito se acercó a la celda con un recipiente lleno de las pequeñas esferas que anteriormente había tirado. Me ofreció nuevamente aquellas bolitas traslúcidas e hizo señas para que las comiera. Mis ojos giraron y mi estomago gruñó.
—Tengo hambre... — Pensé en voz alta, y no me quedó de otra que recibir aquel alimento extraño.
¿Han probado alguna vez algún alimento que los lleve a sentir magia dentro de su boca?
Un sabor tan indescriptible y maravilloso que sentí que las pupilas de mis ojos se dilataron por el deleite al probar aquellas esferas. Mi boca se humedecía al tratar de tomar otra de esas pelotitas, y casi embutido por tal manjar, le pregunté al hombrecito que estaba del otro lado de la celda:
—¿Qué es esta delicia? ¿Cómo lo hacen?
El pequeño ser me contestó:
—Son las perlas del saber...
Me quedo sorprendido ante la respuesta de la criatura, logré entender lo que decía. Trago la última pelotita jugosa y pregunto:
—¿Acabas de contestarme?
—Claro criatura salvaje — Me mira con sus ojos afilados — las perlas del saber te permiten entender y hablar cualquier lenguaje, pero como bestia extraña, rechazaste la posibilidad de entablar una conversación civilizada.
Un cosquilleo atravesó mi espalda hasta mi nuca un tanto mojada por la sangre — ¿Me has llamado bestia? — Creería que en ese momento tenía todas mis defensas arriba y cualquier comentario podía hacerme estallar. Me fui hasta el fondo de la celda a caminar de un lado a otro y poder tranquilizar el instinto de supervivencia.
—Está bien pequeño hombre... ¿qué es este lugar?
— Este planeta se llama Sillia.
El pequeño hombre se retiró del lugar dejándome con más preguntas, básicamente, me dejó hablando solo.
Y mientras esperaba que otro de esos pequeños seres apareciera, pensaba en mi hogar, mi madre debe estar muy preocupada, mi padre super enojado, y mientras yo, aquí, encerrado en una celda de un planeta extraño, hablando con seres raros y sin saber cómo volver.
El tiempo pasa y aparecen tres pequeños hombres que abren los barrotes, los cuales se funden en las paredes de aquella celda. Entran dos de ellos y me toman por los brazos; yo me levanto un poco preocupado por lo que me espera.
Al caminar por lo que, a mi parecer, fueron un par de minutos, llegamos a una especie de población con viviendas pequeñas en forma de medio circulo. Luego seguimos un sendero estrecho, y llegamos hasta una vivienda incluso más pequeñas que las anteriores, me invitaron a ingresar por una puertita que parecía de madera, y al ingresar, se desarrollaba toda una construcción subterránea.
Bajamos un par de niveles para llegar hasta un salón.
—Bienvenido criatura, esto es Sillia. ¿Qué lo trae por acá?
—Gracias por el recibimiento señor....
—Gosu, mi nombre es Gosu, el líder de esta ciudad.
—Gracias señor Gosu por tan cálida bienvenida. — Agaché un poco mi cabeza y las comisuras de mis labios se levantaron levemente.
Aquel hombrecito pálido afiló sus ojos al sentir el sarcasmo en lo que dije.
—Al parecer, "criatura salvaje", no te hemos demostrado una bienvenida digna de alguien importante. Así que siendo un intruso en estas tierras ¿te atreves a hablarme así?
Tragué en seco.
—Disculpe señor Gosu, no fue mi intención ofenderlo. La verdad es que no tengo idea de cómo llegué a aquí, hice un revoltijo de cosas en mi casa y termine succionado por un balde, si no fuera por esas deliciosas perlas que me han dado, no tendría manera de explicarme.
—Entonces... ¿A qué viniste?
—He llegado por accidente, solo quiero volver a casa.
El pequeño anciano llamó a las personitas que se encontraban a su alrededor, murmuraron unas cuantas cosas, y nuevamente se colocaron en su sitio.
—Sabemos cómo hacerte volver, pero debes estudiar para que puedas hacerlo por tus propios medios. No te garantizo que regreses a tu hogar, pero podrás ir a la gran oscuridad.
En ese momento, por mi cabeza pasó el recuerdo de lo que había visto cuando entré al balde, esa gran oscuridad llena de diversas esferas de colores. Caí en cuenta que se trataba de diversos mundos, que lo que debía hacer era entrar en mi mundo, en la tierra.
—Le agradezco señor Gosu, estaré dispuesto a aprender todo lo que ustedes me digan.
***
El aprendizaje demoró mas de lo imaginado, ya han pasado treinta días desde que llegué a Sillia. Adquirí un gran conocimiento, ya se como llegar a la gran oscuridad sin utilizar todos aquellos elementos que mezclé mientras estaba en mi casa en la tierra. Ahora, tengo dos conjuros impresionantes, con los que puedo acceder a la gran oscuridad y otro para identificar los distintos mundos e ingresar a ellos sin peligro.
Los Siillitas son muy inteligentes, viven en este diminuto planeta, pero con conocimiento de otros, el jefe de esta ciudad puede transportarse entre mundos, pero debe tener cuidado con el tiempo.
Las líneas de tiempo de los diversos planetas se mueven de diferente manera, por lo que, ahora que regrese a mi hogar, me daré cuanta de la cantidad de tiempo que pasó.
Me preparé, lancé el conjuro para ir a la gran oscuridad, me despedí de los Siillitas y partí.
Al llegar a la gran oscuridad, divisé una pequeña esfera azul y verde, recité el conjuro para identificación de planetas, y, efectivamente era la tierra. Ingresé a mi planeta natal, pero no sabia donde terminaría. Para mi sorpresa, al tocar tierra llegué a una costa con murallas.
Un señor que por ahí pasaba me quedó mirando, quizá por mi atuendo traído desde Sillia, pero igual le pregunté:
—Buen día mi señor, puede decirme ¿dónde me encuentro?
El hombre con desgano y viéndome despectivamente me dijo:
—Mire ebrio, estamos en la Nueva Granada, ¿entendió? Nueva Granada...
Continuará...
************
Mis queridos lectores, espero que les esté gustando esta historia.
No se olviden de votar y comentar.
Hasta la próxima...
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top