22. Ayudando por una mala causa.

Unas semana después, me encontraba cuidando el jardín secreto sola. Chrom estaba muy ocupado y no podía ayudarme. Sinceramente me sentía muy inútil, ya que él estaba tan atareado por temas en los que yo tenía que tener presencia, pero por desgracia no tenía la capacidad para hacer absolutamente nada. Después de todos los pendientes que tenía como Príncipe, también se le sumaban más por mí incompetencia, algo que jamás le hubiera sucedido con la persona correcta.

Distraída plantando algunas semillas en una maceta cerca de la pared y dándole la espalda a la única entrada, no escuché cuando alguien arribó al jardín hasta que escuché que me hablaban.

— ¿Por qué me has dicho que te tengo a tí?

Si yo no podía ser más estúpida. Él estaba despierto cuando le había dedicado esas palabras, pero no me di cuenta porque como siempre iba por ahí cometiendo errores que siempre me afectaban al final del día.

Robin había estado en cama toda esa semana con la fiebre alta.

— Porque es la verdad — respondí. No le di la cara para que aquello no sonara comprometido — Si mi prometido es su mejor amigo de infancia, entonces debo considerarlo como alguien especial para él, de tal modo que también debo preocuparme por usted.

— No deberías — contestó — No después de todo lo que ha pasado entre nosotros — sacó a relucir el tema.

— Es punto y a parte.

Me voltee a verle después de mis palabras. Él estaba ya sentado en la fuente observandome fijamente. No cargaba encima un libro como siempre solía hacer, sino que está vez sus manos se recargaban en las orillas de sus costados. Se le veía más despabilado que antes, pero las ojeras que se habían hecho con el pasar del tiempo no se irían de la noche a la mañana.

— Decidí hacer caso a las palabras de Chrom y las tuyas. Voy a relajarme un poco de vez en cuando — comentó poco después.

— Me alegro por usted entonces — fue lo único que pude decir, ya que no me encontraba muy cómoda con la situación.

Volví a darle la espalda para seguir con lo mío, pero luego mencionó algo que en definitiva llamó mi atención entera...

— Es por ello que te ayudaré nuevamente a cuidar del jardín "secreto".

— ¿Que dice?

Mi cuerpo no se alcanzó ni a voltear completamente hacia él cuando ya había preguntado sacando una sacarrona sonrisa de su rostro.

— Aunque no se mucho de flores, cuando estuve ayudándote anteriormente me hacía sentir entretenido. Como si tuviera algo que hacer. Además es relajante. Me ayudara a distraerme un poco del estudio.

Mi entrecejo fruncido solo hacia notorio que aquella idea no me agradaba en lo absoluto. Cosa que él noto, pero en vez de pensar en sus palabras, una pequeña risa se le escapó avisando que disfrutaba de mi inconformidad.

— Existen infinidad de jardines en todo el castillo, puede escoger cualquiera; el que guste. ¿Por qué tiene que ser este?

— Porque quiero ayudarte — me contestó enseguida — Ya tienes entendido que soy un desastre en cuanto a cuidados se trata, así que quien mejor que tú para cuidar que no haga una estupidez y el jardín terminé marchitándose — su mirada se torno despreocupada y levantó las manos juguetón. En realidad todo su semblante fue juguetón.

— No... no lo sé — me ví a mi misma preguntándome inconsciente si era una buen idea. Aunque claro, no lo era.

¿Después todo lo que había pasado otra vez me vería relacionada con él gracias al jardín? No quería volver a tener que estar tan confundida como para siquiera pensar en la desición de dejar a Chrom.

— Se lo que piensas — llamó mi atención una vez más — Caroline, tú me odias por hacerte infeliz y no te culpo por ello, pero ya no tengo la intención de hacerlo... Chrom te eligió y a pesar de todo lo que hice aún están juntos... — se levantó de su lugar en la fuente, más no sé acercó — Mi obsesión por convertirme en el mejor estratega del continente me hizo descuidarme por mucho tiempo y justo ahora lo único que quiero es una distracción. ¿Podrías ayudarme?

Con su petición, me ví incapaz de negarme, además de darme cuenta porque había hecho todo lo que estuviera en sus manos por arruinarme. Una vez más, me encontraba justificando sus acciones.

Decidí creer en sus palabras y ayudarle ya que lo necesitaba. Además yo no soportaba la idea de verlo grave otra vez. De solo pensarlo y ver en ese momento su deteriorado rostro debido al casación... definitivamente no quería aquello para él.

No sé que fue peor, si aceptar, o verme a mí misma excusándome en ese momento diciendo que si Chrom lo necesitara, sería lo mismo. Porque claro, no lo era. Yo no lo hacía por ser una buena persona, lo hacía solo por el hecho de que era Robin quien me lo pedía y talvez lo peor de la situación era que yo lo sabía, pero lo negué enseguida para hacerme sentir mejor a mi misma.

— Déjame ayudarte, ya has dicho hace segundos que era punto y aparte lo pasado...

— Está bien, está bien — lo interrumpí para que dejara ese tema de lado — Puede ayudarme, pero no cometa tantos errores como la última vez — dije sin querer haciendo que riera.

Recordemos su ropa nada acordé para trabajo, guantes y cubrebocas.

— A la orden, próxima Venerable, solo dígame qué hacer — ese tono de voz me hizo sonreír a pesar de las palabras que había elegido.

Hice uso de la vieja confiable dandole la regadera. No pareció molestarle y lo entretuve un buen rato, hasta que llegó la hora en que siempre me marchaba a cambiarme para ir al despacho de Emmeryn-sama.

— ¿Vas a quedarte aquí? — pregunté cuando recogí todo para llevarlo al cuartito del pasillo.

— Si, solo un momento más, no te preocupes, no tocaré nada mientras no estés. Me recostaré en el césped y después iré a estudiar — no me miró cuando lo dijo y fue bueno ya que mi mirada se afligió.

Estaba preocupada por él.

— Entiendo, no te sobreesfuerzes más de la cuenta — avisé antes de irme.

Más tarde, justo cuando salí del despacho de la Venerable con Lisa en brazos, Chrom me encontró.

— Lo siento tanto — se disculpó mientras se acercaba a mi — Hice todo lo que pude, pero al final no llegue a tiempo para ayudarte con el jardín.

Por un momento había pensado que se disculpaba por otra cosa.

— Tranquilo, no pasa nada, ocúpate de los pendientes sin problema y yo lo haré del jardín. Toma tu tiempo — le sonreí para que supiera que todo estaba bien con ese tema.

— Muchas gracias por entender, te amo — se acercó a besar mi mejilla, más fue tiempo suficiente para que la pequeña Lisa tomara un mechón de su cabello para tirar de el fuerte.

Reímos a consecuencia y la bebé lo hizo después divertida.

— De verdad que tienes fuerza — le dijo y la tomó en brazos — Talvez puedas empuñar la Falchion cuando crezcas.

Falchion era el arma divina que le correspondía usar a Chrom, pero por esos momentos no había guerra así que está estaba guardada en un lugar bastante especial. Había tenido la oportunidad de verla tan solo una vez. Era bellísima aun siendo un arma.

Después de esa escena, acudimos al comedor ya que era hora de la comida y justo ahí recordé que no había contestado a Chrom cuando me había dicho "te amo". Dejando eso de lado diciéndome que podía contestarle después, observando a todos, mi mirada cayó en Henry, el padre de Robin.

¿Como es que no se había dado cuenta que su hijo había estado tan mal en mucho tiempo?

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