Capítulo 24: Vivir... ¿En paz?
Abro los ojos lentamente, sintiendo mis párpados pesados al igual que un dolor de cabeza se apodera de mi. Suelto un pequeño gruñido de frustración al ver donde me encuentro.
Ay chica, el hospital te ama. Ámalo tu a él.
Giro mi cabeza hacia donde se encuentra el televisor, deseando tener poderes mentales para poder apagarlo. Ese ruido solo hace que mi dolor aumente.
-En otras noticias del día, han encontrado a cuatro chicas en pésimas condiciones de vida, casi muertas. Según nuestra fuente, habían sido secuestradas desde hacía unos meses y no habían dado con su paradero hasta el día de hoy, que se descubrió que el causante de las condiciones en las que se encuentran éstas jóvenes fue el mismo que causó el revuelo en Fuller Park hace unos días atrás, donde hubo muchísimos heridos y entre los tantos fallecidos, se encontró al causante de esto.
-¡Déjeme pasar, soy su mejor amiga! -Exclama una Kate furiosa, desviando mi atención del televisor a la puerta.
-En serio, la paciente debe descansar. El golpe fue muy fuerte.
-Me importa una mierda eso. Esa chica necesita mi ayuda. Usted no tendrá t-tacto al decírselo.
¿Esos son sollozos?
-Señorita... Sabe que en su estado no debe alterarse.
-¡Yo se que hacer con mi hija! Ahora usted déjeme pasar a ver a mi amiga o pasaré a la fuerza y usted saldrá bien despedidito de esta situación.
Espera, ¿Dijo hija? ¿Kate está esperando una niña?
Una sonrisa se forma en mi rostro y hago el intento de pararme, pero el dolor sigue y decido quedarme en mi lugar. Si total, se que logrará pasar.
-No lo logrará -Escucho que dice el que supongo es el doctor.
-Soy policía -Me imagino su sonrisa triunfal en este momento. El silencio se apodera de la sala y segundos después entra Kate junto al doctor -Diosa -Se acerca a mi y me da un abrazo -Dios, no sabes cuanto me alegra que estés bien.
Al separarse noto sus ojos rojos.
-¿Qué ha pasado?
Kate mira de reojo al doctor.
-Em... Te caiste de la escaleras. Doctor, ¿Podría dejarnos solas un momento? Puede venir en 2 minutos. Solamente deme eso -El doctor asiente lentamente, pero antes de salir, habla.
-¿Cómo se siente? -Se dirije a mi.
-Me duele un poco la cabeza y la espalda, la verdad.
-Pronto se irá -Me da una sonrisa reconfortante, la cual no logra que me tranquilizar para nada.
El doctor sale de la sala y dirijo toda mi atención a Kate, la cual me mira nerviosa.
-¿Qué sucedió? -Pregunto.
-¿Te acuerdas de todo... Lo que pasó aquella noche? Lo de Jason, digo.
Muerdo mi labio inferior, el cual tiembla frenéticamente y asiento.
-Pues, según Finn, te golpearon con un arma en la cabeza muy fuerte. Llevas... dos semanas en el hospital. Es un milagro que estés viva.
-¿Tan grave... Estuve? -Asiente -Raramente no recuerdo mucho de esa noche. Tengo imágenes borrosas. Los disparos, los gritos, los mandatos, sirenas de policía por todas partes. Eh... Un tipo me agarro -Digo recordando por partes el momento -Jason, él me agarro. Yo... Él.... Él mato a Jason y... De repente... Fueron muchos disparos en dirección de John -Comienzo a llorar, al igual que Kate -No... Kate... -Ladea la cabeza mientras seca una lágrima que cae por su mejilla.
Mi poli engreído no...
De repente entra el doctor calmadado y al ver mi expresión aumenta el paso hasta llegar a mi.
-Oh, no, no, no puedes estar así, cielo -Dice tomándome delicadamente por los hombros.
-No -Sigo con mi llanto desconsolado.
-¿Qué le dijo? -Dice el doctor serio mirando a Kate.
-Nada. No... No le dije nada -Mira hacia un lado y agarro su mano.
-Bueno, necesito que con esto que te voy a decir, estés calmada, ¿ok? Mira, se nota que eres una chica joven, llena de vida. Es un... Milagro que estés viva. Hicimos todo lo posible por mantenerte a salvo, y más aún al saberlo.
-¿S-saber el qué? -Digo con voz ronca.
-Sydney Blake, está embarazada. De... mellizos. Debe estar en reposo. No debe alterarse mucho, ya que al ser dos, los riesgos incrementan.
No, no. No puede... No puede ser.
-¿Emba... Embarazada? ¿D-dos?
-¿Cómo no me dijo antes? -Espeta Kate, furiosa. -Y después de lo que le dije, ¿a usted que le pasa? -Dice Kate dándome un abrazo.
-Siento mucho lo que le ha pasado, pero era mi deber decirlo.
-¿Cuánto tiempo...? -Digo acurrucandome en los brazos de mi amiga mientras los sollozos continúan.
-No más de dos semanas.
Aprieto el agarre en el brazo de Kate al punto de esta soltar un quejido.
-Lo siento -Agrego rápidamente.
-No te preocupes -Mete un mechón de cabello por detrás de mi oreja mientras acuna mi mejilla.
-¿Cómo pasó, Kate?
-Syd...
-¿Fue en el momento? ¿Logró venir al hospital?
-¿De qué habla? -Pregunta el doctor.
-Déjenos solas -Digo esta vez yo.
-Pero...
-Por favor. -Digo y sale negando con la cabeza.
-Ahora respondeme, Kate.
-No se mucho de ello, ¿vale? Finn, él me lo dijo. Me dijo que fue en el instante. Lo siento, bonita. John era para mi un buen amigo. A pesar de tratarnos como lo hacíamos estoy destrozada. No me imagino como estás tú en este instante. Y más... Y más sabiendo... Pues... Eh... -Muerde su labio inferior buscando la palabra correcta.
-Que estoy embarazada de él. Que espero dos hijos suyos. Que mi cabeza está hecha un lío y que no podré superarlo en mi puta vida -Digo poniéndome de pie con dificultad y limpiando mis lágrimas.
-¿Qué haces? Syd no puedes... -Da un paso en mi dirección.
-No -Digo haciendo una seña para que no se acerque -Necesito aire.
-Debes descansar.
-Voy a salir del hosptial ahora. Me ayudes o no.
Tuerce los labios.
-Vale, te ayudaré. Pero tienes que prometerme que no harás una locura al salir de aquí. -Aparto la mirada -Sydney, esto es serio.
-No haré nada que pueda perjudicar a los bebés.
-Confiaré en ti. Toma, he traído ropa. Debes apurarte -Dice pasándome su bolso.
Me cambio de ropa rápidamente y salimos del cuarto. A lo lejos vemos al doctor viniendo en nuestra dirección y retrocedemos.
-Joder -Susurra -¿Sigues queriendo irte? -Asiento y ella bufa -Vale, yo lo distraigo con mis dramas. Tienes que estar atenta y cuando esté desprevenido salir por la puerta trasera. Si alguna enfermera te ve ignorala o simplemente aumenta el paso. Toma mi cartera, ahí hay dinero y toma tu teléfono. Cualquier cosa me llamas. Cuídate y no hagas locuras -Dice saliendo del salón dejándome media desconcertada. Segundos después me asomo por el umbral de la puerta y la veo hablando con el doctor. De un momento a otro los veo caminando dirección contraria a donde me encuentro y aprovecho la oportunidad para salir.
Apresuro el paso en dirección a la salida de emergencias. Me encuentro con varias enfermeras en el camino, pero al parecer (O que gracias a que no llevo la ropa del hospital puesta) no me atendieron o les importo un... Nada.
Es lo último, cariño.
Camino sin mirar atrás hasta que le doy la vuelta al hospital y llego a la parte de enfrente. Allí cojo un taxi con el dinero que me dio Kate y le doy la dirección para donde quiero ir. Me quedo mirando la ventanilla mientras pienso en todo lo que me ha pasado en este corto tiempo de mi vida. Cosas y personas que me marcarán para siempre. No quiero pensar en lo que haré con los bebés, eso es algo que debo pensar con la cabeza sólida, no en estas condiciones.
Me centro en John. Esa persona a la cual he aprendido a querer en tan poco tiempo, con la cual, de un momento a otro imaginar estar sin él, sin nuestras discusiones, sus caricias, sus besos... Sería un infierno. Todas las aventuras que pasamos juntos, en las cuales casi perdemos la vida, pero que él ha logrado arreglar, se reproducen en mi mente.
¿Quién dijo que una persona no puede querer a otra conociéndose en el momento más traicionero y turbio de su vida?
Tú, cariño, se lo dijiste en la cara. Le dijiste que no podrían nunca tener algo por la forma que se conocieron.
Lo sé, y vaya que me arrepiento de esa y de muchas más cosas, pero el no poder declararme y dejar que se fuera de esa manera es de las que más me arrepiento.
-Hemos llegado -Vuelvo a la dolorosa realidad ante las palabras del conductor. Sin decir nada le pago y bajo del taxi.
Camino dentro del bosque con cuidado hasta llegar al lago. Lágrimas bajan por mis mejillas al ver que está igual que la vez que vinimos, aunque un poco hecho un desastre.
Me siento en la cama en la que reímos, me confesó cosas íntimas de su vida y la pasamos tan bien. Mi mirada se dirige al lago. El bote volteado aún en el medio de este hace que una pequeña risita salga de mis labios. La cesta de fresas con Nutella aún al lado de la cama. La agarro y me dispongo a abrir el potecito. El olor de las fresas me provocan nasueas, así que las dejo aparte. Miro la nutella limpiando mis lágrimas.
-¡Joder! -Grito tirando el pote lejos de mi -¿Por qué? ¿Por qué él? ¿No hay... Mucha gente en el mundo a la que asesinar? ¿Gente... Mala? ¿Por qué, Dios? -Me acuesto en la cama mientras me dejo derrumbar.
***
-Ok, ya voy para allá.
-Gracias -Susurro.
Cuelga y me siento en una roca a esperar. Minutos después llega y entro en su coche.
-Gracias de verdad, Kate. Eres... Eres la mejor.
-Lo sé, cariño -Dice dándome una sonrisa reconfortante -¿Cómo te sientes?
-No quiero hablar de ello -Digo en voz baja -¿Me llevas a casa?
-¿A... A Fuller Park? -Pregunta y niego.
-A casa de mis padres.
-Oh... Em... Claro ¿Dónde es? -Le paso la dirección de la casa y después de unas horas de viaje entre pequeñas charlas llegamos a San Diego, dónde viví gran parte de mi vida. Le agradezco nuevamente por traerme y después de decirnos mutuamente miles de veces que nos cuidemos se va.
Camino hacia la puerta de la casa, dudosa. Al estar frente a esta, toco varias veces.
Segundos después la puerta se abre. Angelina, o mejor dicho, mamá, sale con cara de aburrimiento. Al verme puedo notar varias emociones en su rostro.
-S-syd -Salta dándome un fuerte abrazo, el cual le devuelvo -Oh, por dios, cariño, estás aquí -Me besa las mejillas -Estás... Estás hermosa. Venga, pasa. -Le doy una sonrisa tímida y entro. -¿Tienes hambre?
-Pues tengo hambre de tus comidas, sinceramente -Digo con una pequeña sonrisa.
-Aún no me creo que estés aquí -Vuelve a abrazarme. -¿Qué te trae por acá? Hace tiempo que no vienes a casa.
-Yo... He venido para... Porque tengo varias preguntas, para que mentir.
-Me imaginaba -Su sonrisa se borra lentamente.
-¿Está... Papá?
-Syd, -Sus ojos se enrojecen -Mike murió hace no más de cinco semanas por un infarto al corazón.
-Oh -Siento una presión en mi pecho, pero extrañamente no siento ganas de llorar -Lo siento, ¿Por qué no me dijiste?
¿No estabas secuestrada en ese entonces?
-Te... Te llamé pero tu móvil daba apagado y...
-Vale, entiendo. Yo... Se me rompió el teléfono. Estuve sin comunicarme hasta hace poco.
-Ah... -Dice limpiando sus lágrimas.
-Mamá, si no quieres hablar de él, no te preguntaré nada. No quiero precionarte.
-No, cariño, tu pregúntame todo lo que quieras -Dice sentándose a mi lado y tomando mi mano.
-Vale, hace... Unos meses atrás he estado teniendo... Pesadillas... Muy realistas. Se podría decir que recuerdos -La noto tensarse -¿Mi padre me pegaba cuando era pequeña? Me he parado a pensarlo mucho y... De verdad que no lo recuerdo muy claro. Pero luego esas horribles pesadillas se reproducen una y otra vez en mi mente haciendo que dude de ello.
-No... No pensaba que recordarías tan pronto.
-¿Qué quieres decir?
-Te diré la verdad. Mereces saberlo -Dice seria y no digo nada para que continúe -Cuando eras adolescente, a escondidas de tu padre te llevé a un psicólogo con mis ahorros. Estabas muy mal por los golpes que te daba casi todos los días y eso me destrozaba pero... Le tenía miedo como para enfrentarle. Tenía miedo de que nos hiciera daño. Me entiendes, ¿verdad? -Asiento dándole un breve apretón a su mano -Después de meses de terapia haciendo un tratamiento para olvidar, lo lograste. En tu mente tendrías el recuerdo de una vida feliz, borrando el detalle de los golpes. Trataba de evitar por todos los medios que tu padre te golpeara. -Baja la mirada y rápidamente lo entiendo, abro la boca ligeramente y mi odio hacia Mike incrementa -Ya tenías 16 casi 17 cuando comenzaste a salir con Nolan. Era muy difícil controlar a tu padre para que no fuera a matarlo -Admite -y agradecí infinitamente a Nolan cuando te sacó de acá. Me dolía muchísimo verte en ese estado, bebé.
-No... No sabía. Yo... Siento mucho que hayas tenido que pasar por eso.
-No, tú no tienes la culpa de nada de eso. Perdóname tú a mi, por favor.
-Claro que si, ma -Digo dándole un abrazo.
-Bueno, dejemos este feo tema a un lado. Cuéntame como ha ido tu vida, ¿Qué tal está Nolan? -Dice con una pequeña sonrisa.
-Tengo algo que contarte... No muy agradable -Y comiendo a contarle todo desde el comienzo. Desde lo que le pasó a Nolan, las llamadas, los sueños, las alucinaciones, la anemia, lo de John, el grupo, Jason. Todo menos lo del secuestro, claro, tampoco quiero que se preocupe tanto.
-Oh, cariño, yo... Siento mucho lo de Nolan y... Todo lo que tuviste que pasar.
-¿Nunca me ibas a decir que era adoptada? -Cambio de tema.
-Pues... No estaba en mis planes. Tú eres mi hija, Sydney. Siempre será así.
-Tenía derecho a saberlo -Paso una mano por mi cara, frustrada.
-Lo sé. Ya, ¿vale? No quiero hablar de eso- Dice con voz afligida. -¿Qué tal es ese chico? John -Mi rostro de contrae en tristeza. Puede que me haya ahorrado esa parte... -¿Qué sucede? La última cita fue muy buena, según me contaste -Dice con una sonrisa pícara.
-Esa misma noche, pasó algo... De lo que no quiero hablar -Asiente con semblante preocupado -Y... -Mi voz se rompe -John murió, ma. -Digo mirando a la nada con semblante serio. Dirijo la mirada a mamá la cual cierra los ojos con fuerza y tira de mi hasta tener la cabeza en su regazo. Comienza a pasarme la mano por esta haciendo que me tranquilice.
-Ya pasó, cariño. Superarás todo esto. Se que puedes hacerlo, eres fuerte, Sydney.
-¿Cómo superarlo cuando espero dos hijos suyos? -Digo antes de pensar.
-Espera, ¿qué? -Detiene sus movimientos.
Idiota, lo dijiste en voz alta.
De todas formas debía decirle.
Ya, pero tu tacto es único.
-Estem... Estoy embarazada. Mellizos, para ser precisa. De... Mmhs... Dos semanas aproximadamente.
Directísima.... Como Johnny.
Eres la peor conciencia que pueda existir.
Lo extraño.
Levanto la cabeza de su regazo al no tener respuesta por su parte. Ella me mira con el ceño fruncido.
-¿De verdad? -Asiento, cabizbaja -Oh... em... Felicidades, cariño. Aquí tendrás mi apoyo. Tu puedes con esto y mucho más, Sydney.
-No sé si puedo, realmente. Volver a mi casa en Fuller Park... No, no es una opción. No tengo trabajo seguramente, ya que no me he comunicado con Jack. Y... No tengo a John.
-Pero me tienes a mi, cielo. Ven a vivir para acá. Te cuidaré, a ti y a tus bebés. Puedo buscarme un trabajito, ya que con la pensión que dejó tu padre no da para alimentar cuatro bocas, pero...
-No quiero molestarte.
-No lo haces y no vuelvas a pensar algo así. Mira, al menos quédate unos días, hasta que sepas que vas a hacer. Pero si decides quedarte, aquí serás bienvenida con los brazos abiertos.
-Gracias, ma -Le sonrío.
***
Una semana después:
Termino de acomodar la ropa que he lavado y entro a la casa. Veo a mamá cosiendo algo y me acerco.
-¿Qué haces?
-Cosiendo un vestido. Un pedido que me dieron esta mañana.
-Ah, vale. Te está quedando hermoso -Le doy un beso en la mejilla -Ya hablé con Albert, me llevará en un rato a Chicago.
Deja lo que estaba haciendo.
-Cariño...
-Es lo que quiero. Ya lo he pensado, mamá. Quiero ir a visitar a John.
-¿Y... Los bebés?
-Por mi cabeza han pasado miles de teorías, créeme, hasta la interrupción -Digo y ella se tensa en su lugar. Al instante niego -Ya no es una opción... Sabes que eso nunca me ha gustado. Nunca lo haría.
-¿Entonces que harás con mis nietos?
Aprieto los labios.
-Yo... Eh... Los tendré.
-Oh, amor -Se pone de pie de un salto y me abraza -Gracias, gracias. Por cierto, debes descansar, mira esas ojeras.
Como si pudiera dormirme...
-Si, no te preocupes. Voy a cambiarme -Asiente y subo al segundo piso donde está mi habitación.
Minutos después me encuentro frente a la puerta esperando a Albert, mi mejor amigo de la infancia. Pocos minutos después parquea su auto frente a la casa y me acerco a él.
-Buenos días, reina -Me da un beso en la mejilla.
-Buenos días. En serio gracias por llevarme.
-Por los viejos tiempos y por mejores. -Me sonríe. Nos montamos en el coche y se podría decir que la pasé muy bien con Albert. Hacía mucho que no hablábamos tanto como en los viejos tiempos. Obviamente no le dije nada de lo sucedido los meses anteriores.
-¿Y entonces te va bien con Pedro? -Pregunto sonriente.
-Muy bien. Es tan bueno en la ca...
-Vale, vale, ya lo pillo -Suelta una carcajada ante mi mueca.
-Te quedarás a vivir en San Diego, ¿cierto? Quiero recuperar nuestra vieja amistad, reina.
-Yo también quiero recuperarla, Albi, pero tengo que pensarlo mejor -Susurro.
-Sin presión, cariño.
-Gracias.
Llegamos a Chicago aunque no le digo para donde me dirijo, claro.
-¿Quieres que te espere por aquí? -Pregunta con el ceño fruncido
-¿De verdad harías eso por mi?
-Claro, reina. Estaré aquí mismo.
-Ahs -Le doy un fuerte abrazo -Gracias.
-Ya, ya. No te demores mucho.
-Vale, chao -Me bajo del coche y comienzo a caminar hasta donde me dijo Kate que estaba enterrado John.
Veo su tumba, con su nombre y la fecha de nacimiento y muerte, una frase aparece en esta: Gracias por su servicio, grande ¿Ya? ¿Solamente le pusieron eso? Inevitablemente comienzo a llorar y me dejo caer en la tierra frente a este.
-Johnny... Te... Te he traído flores -Digo entre lágrimas poniendo el ramo que he comprado frente a la tumba. -Yo... Eh... Tenía algo preparado para decirte pero... Se me ha olvidado a penas he llegado. -Hago una pausa -Vale pues... Improvisaré -Carraspeo la garganta antes de continuar -Te-tenía una idea errónea sobre lo que eras para mi, John. Tú no te convertiste en mi sombra, te convertiste en mi luz, en mi día a día. En mi todo. Y desde que te fuiste siento un vacío en mi pecho inimaginable. -Mi vista se nubla gracias a las lágrimas, por lo que me paso ambas manos por los ojos para ver mejor.
>>Nunca me creí capaz de sentir algo tan fuerte como lo que sentía estando a tu lado. Cuando me decías esas cosas lindas o me decías lo rara que era al fruncir el ceño ¡Qué es algo natural! -Río entre lágrimas. -Me siento tan vacía. Tan sola al no tenerte a mi lado ¿Por qué te fuiste, John? ¿Por qué nos dejaste?- Digo tocándome la barriga -Espero dos hijos tuyos ¡Me dejaste en un momento malo! No interrumpiré el embarazo, puedes estar tranquilo. Pero, yo... No se como voy a seguir adelante sin ti, mi poli engreído, aunque, ¿Sabes qué? Comenzaré por algo que me dijiste que podría hacer. Haré un curso de psicología y quien sabe lo que pueda pasar en un futuro. Puede que hasta sea una buena psicóloga.
>>Lo que se que nunca lograré hacer, será poder olvidarte, Johnny. Sé que nunca me volveré a sentir como me sentía contigo, con tus caricias, con tus besos, con la manera tan directa en la que me decías que era hermosa y que querías hacer... Ya sabes -Sonrío brevemente.
>>No sabes lo mucho que me arrepiento al haberte dicho aquella tarde que lo que sentías por mi no era amor, que no se acercaba y que nunca lo haría, porque se que tu me querías de verdad. Estaba cabreada, me sentía muy rebelde... También me arrepiento de haberte dejado ir aquel día sin darte una respuesta. Pero hoy, aquí, con finas gotas de lluvia cayendo sobre mi, en este preciso y doloroso momento, lo puedo decir... Yo te amo, John Evans. Te amo mucho... Ahora si, descansa en paz, amor.
Me pongo de pie y comienzo a caminar hacia la salida, dejando atrás la tumba de la única persona que de verdad me hacía sentir amada y viva... Mi poli engreído.
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Nota:
No les voy a decir quien estoy llorando :')
Vale, vale, esto... Uf, es muy fuerte.
Pero antes de que me maten, deben ir a leer el epílogo (La nota será al final de este)
Os quiere,
Brenduski <3
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