Capítulo 23: ¿Preparada para la realidad? No lo creo

-John, ¿Me quieres explicar de una vez que sucede? -Digo agarrandome del cinturón con fuerza. Este chequea algo en su teléfono y habla.

-Iremos a ver a Nolan.

-Espera, ¿Qué? ¿De qué...?

-Iremos.

-¡Pero si no está enterrado! -No dice nada -¿cierto?

-Lo han hecho hoy.

-Me mentiste -Espeto furiosa.

-Eso no importa ahora.

-Escuchame John, no soy idiota, ¿ok? Se que algo pasa y no me vengas con cuentos.

-No es nada importante. -Dice parqueando el auto. -Ve.

-¿Quieres que entre sola a un cementerio y de noche? -Abro los ojos exageradamente.

-No tenemos toda la noche. Yo te acompaño.

-Pero...

-Escuchame Sydney. Tenemos que encargarnos de que nos entreguen armas. Y están dentro. Así que vamos. -Baja del coche.

-Pero... ¿Cómo? -Me bajo también

-No hay tiempo para explicaciones.

Hace una seña con la cabeza en dirección a las puertas y veo como estas se abren. Me sitúo atrás de él. Cuando veo que sale un señor mayor me recompongo y me pongo al lado de John.

-¡John! Viniste. Pensaba que no lo harías. -Dice el señor con alegría.

-Pensaste mal -Dice este serio. -Bueno, ya sabes para lo que estoy aquí. Traeme todo lo que te encargó Finn. Estaremos por ahí.

-¿Traes a tu novia de paseo a un cementerio? Que original -Posa su vista en mi -Jeff, mucho gusto. -Extiende su mano en mi dirección.

-Sydney, el gusto es mío -Le devuelvo el saludo.

-Bueno, vamos -Dice el chico a mi lado interrumpiendo el momento -No tenemos mucho tiempo.

-Claro -Dice Jeff entrando nuevamente al cementerio. Lo seguimos y con una mirada dudosa agarro la mano de John.

-Nena, no eres de las que creen en los fantasmas, ¿cierto? -Niego -Mejor así, dicen que este cementerio está lleno de fantasmas y todo eso.

-Si lo que quieres es meterme miedo, no lo lograrás. Y eres pésimo contando cuentos, por cierto. Eso no asusta ni a un niño de...

-Si, si, como tú digas. Vamos, busquemos la tumba de tu ex noviecito -Pongo los ojos en blanco por el tono que usa pero lo sigo.

¿Es normal que no tenga miedo al andar caminando como si nada por un cementerio?

A ver si sigues así cuando te aparezca un zombie.

...

-Nolan Evite -Dice serio.

-Si -Murmuro acercándome a la tumba -John. -Tiro de su camisa.

-¿Si?

-¿Puedes.... Dejarme sola? -Me da una mirada de pocos amigos -Por favor, solo... Cinco minutos.

-Vale -Se encoge de hombros y camina unos metros lejos de mi.

Toda mi atención vuelve a la tumba de Nolan. Tomo una respiración profunda antes de hablar.

-¿Sabes? No te guardo rencor, ni mucho menos te odio. En este tiempo he aprendido que nadie es perfecto. También que no, el amor no nos hace débiles como dijo una vez pa... Mike, como dijo una vez Mike. Tú sabes como es él. Al decirtelo me miraste con mala cara, pero no te fuiste. No voy a negar que no te amé, Nolan. Porque lo hice, y mucho. Si, me dolió que me traicionaras, pero mucho más me dolió al verte tirado en el suelo... En un charco de sangre. Lo raro es que no fue ese dolor en el sentido amoroso tipo: ¡Ay! Perdí al amor de mi vida.- Pongo voz dramática -Si no el dolor que uno siente al perder a un ser querido. Tenía muy seguro lo que te diría al llegar a casa: No quería seguir contigo. Y mira que me sentí culpable, porque pasaste por mucho todo este tiempo, (o eso creo) al igual que yo.

>>También en ese momento me dijiste que no sabía lo que eran torturas cuando presencié todos los días como MI padre mandaba a MI tío a torturarme con "juguetitos", como él solía llamarlos -Digo seria aguantando las lágrimas- Bueno, no vine acá para decirte eso, sinceramente no se ni que más decirte. No tenía planeado venir a estas horas -Suelto una risita baja -Puedes irte en paz, Nolan. Ten por seguro que fuiste y siempre serás parte de mi vida. Que... -Tomo una respiración profunda antes de seguir-: Que estoy en buenas manos -Digo mirando a John el cual me mira expectante -En las mejores.

***

-¿Entonces me explicaras que pasa? -Pregunto de brazos cruzados, montando en el auto.

-Te llevaré a casa.

-¿Y tu? ¿Dónde irás?

-A un sitio.

-Quiero ir contigo.

-No.

-John, hablo en serio.

-Y yo.

-¡Agh! Eres un terco. He dicho que voy y punto, no te estoy preguntando.

-Ni yo a ti que no irás.

Aprieto los labios.

-Es algo malo -Susurro -Y tiene que ver con Jason, ¿cierto? -Él me mira de reojo -Cierto ¿Dónde está?

-Te lo digo si no me vuelves a molestar con el tema y no te pondrás en peligro. -Asiento lentamente -Está en Fuller Park. En tu casa. Con sus hombres. Finn y los chicos ya están ahí -Contengo la respiración -Kate no, tranquila, pero la policía ya intervino y es todo un desastre.

-Joder, y todo por mi culpa. No digas que no es así, John. Si estuviera tranquila y me hubiese ido con Jason aquella noche ustedes no estarían así y...

-¡No vuelvas a decir eso! -Espeta deteniendo el auto de repente. -Mira, Syd, no se si se te ha grabado todo lo que te he dicho, pero si te hubiera pasado lo que dices, no descansaría hasta encontrarte y matar a ese imbécil. No puedes decir eso tan fácil cuando he arriesgado mi vida para mantenerte a salvo ¡No puedes! Simplemente, no...

Seco una lágrima que cae por mi mejilla.

-Llévame a esa casa.

-¿Qué?

-Quiero acabar de una puta vez con todo esto, John. Quiero vivir en paz. Quiero que que la acción que esté en mi vida no sea arriesgando la de personas que quiero. Yo... Déjame acabar con esto, por favor -Digo con una voz extrañamente seria.

-No te arriesgaré de esa forma.

-¡Es mi decisión! Respetala, por favor. Si muero, será con el gusto de saber que hice todo lo posible por arreglarlo y no mandandote solo a ti a un sito donde podrías morir. Yo... De verdad que no podría aguantar perderte a ti también -Digo entre sollozos.

-Lo siento, Syd. Pero mi respuesta sigue siendo no.

-Pues me tiraré del auto. -Gira la cabeza en mi dirección.

-¿Qué?

Abro la puerta del copiloto.

-Que me tiraré del auto e iré caminando si es necesario -Digo limpiando mis lágrimas y mirando la carretera.

-No lo harías.

-Rétame, John -Lo miro con una sonrisa de lado -Rétame.

Veo como este se tensa al instante.

-Déjate de bromas. No estamos en momento para que dejes salir tu lado terco.

-Yo siempre tengo mi lado terco, pero hay veces, que en situaciones... Como esta, dejo que se revele.

-Pues controlatelo -Dice apretando con fuerza el volante al punto de que sus nudillos se pongan blancos.

Es que hasta así es sexy.

-Eres un completo hijo de puta. -Espeto.

-Nunca te he dicho que no lo fuera, pero tampoco te he dado motivos para que lo pienses.

-¿Y qué estás haciendo ahora, John? ¿Cantando villancicos inocentemente?

Si, ok, pero cierra la puerta que me congelo, neña.

-No, Syd. Sabes bien que yo soy todo menos inocente. Y te lo he dejado en claro muchas veces. -Acelera tomándome desprevenida y de un movimiento rápido cierra la puerta con seguro. -Te llevaré a mi casa -No digo nada más por unos minutos. Me quedo mirando a través de la ventanilla con mala cara. Miro para atrás y veo el bolso negro, con armas sobresaliendo de este.

-¿Por qué fuiste a buscar las armas en el cementerio?

-Larga historia.

-Tengo tiempo.

-Pero yo no -Y sin más evita todas mis preguntas.

¡Es un antipático!

Ya, pero estás bien enamoradita de ese antipático, cariño.

¡Claro que no!

Ni tu te lo crees.

-Mira, Syd, confiaré en ti -Me saca de mis pensamientos ¿Ya llegamos? -Vas a entrar a esa casa, pondrás el seguro y no saldrás por nada del mundo, ¿ok?

-Pero, John...

-No tengo tiempo, nena, prometemelo -Dice, en su tono de voz la súplica es obvia.

-Te lo prometo -Susurro y de repente toma mi mejilla e implanta un corto beso en mis labios.

-Te quiero -Susurra aún contra estos.

Mierda, ¿por qué no puedo decir esas simples palabras? ¿Por qué, a pesar de sentirlo y querer decirlo, no puedo?

Porque aún estás sanando...

-Ten cuidado -Me separo de él -Si es necesario.... Mátalo -Digo en un hilo de voz.

Asiente. Me bajo del coche y arranca. Con una sonrisa triste busco las llaves debajo de la alfombra y entro a la casa.

Me dejo caer en el sillón mientras que cada segundo que pasa la preocupación crece dentro de mi. No debería haberlo dejado irse solo...

No deberías haberlo dejado ir sin haberle respondido, sin haberle dicho lo que de verdad sientes.

Lo se, y puede que esto suene cliché, pero... No me siento lista. Hace poco perdí a alguien que amaba. Sé que ese sentimiento de amor se había ido hace tiempo. Sé que siento cosas muy fuertes por John. Lo sé de verdad, pero creo que ese sería un paso muy grande. Y joder, solo quiero que acabe esto para poder vivir en paz, con John o... no lo sé.

...

¿Te dejé sin palabras?

...

Sonrío divertida por haber hecho que por primera vez mi conciencia no me volviera loca con sus argumentos.

Ajam...

Voy hacia la habitación de John. Cuando entro veo su arma sobre la cama.

Espera, espera, ¿Se fue desarmado?

Obvio no, tenía un bolso lleno de armas en el coche.

Syd... Debemos ir.

No, se lo prometí.

Sabes que no podrás estar ni un segundo tranquila pensando que él podría estar en peligro ¡Qué podría morir! ¡Y todo por tu culpa! Lo sabes, la culpa te matará. La culpa de no haber hecho todo lo que estaba en tus manos, ¡De no decirle tus malditos sentimientos!

Lagrimas ruedan por mis mejillas sin control, porque se que después de todo, es la verdad. Si algo le pasa será mi culpa.

Entro en un trance entre si ir o no. Todo a mi alrededor da vueltas y siento un nudo formarse en mi garganta. Las lágrimas no cesan y mi miedo aumenta cada vez que pienso en ello. Imágenes de John, Finn, Billy, y los otros chicos muertos aparecen en mi mente, haciendo que me recomponga. Con precisión agarro el arma de la cama y busco en su armario el chaleco y los cargadores que me había dicho que tenía por precaución. Los encuentro, me cambio de ropa a una cómoda, y acomodo todo. Salgo de la casa y agradezco que un taxi pasara cerca, ya que pude irme en este.

Le digo que pare en el parque de Fuller Park y aquí me encuentro, a menos de 3 cuadras de mi casa. Desde aquí escucho los disparos pero no detengo la caminata. Saco el arma de la parte trasera de mi Jean y me pongo en posición de disparar al ver a un tipo acercándose a mi con intenciones de dispararme. No está vestido de policía así que disparo al ver movimientos raros por su parte. Corro al ver a Billy disparando como loco en todas las direcciones.

-¡Billy! ¿Dónde está John?

-¡Sydney! H-hola. Me pillas un poco ocupado, la verdad -Me pongo a su lado y comienzo a disparar. Veo una sonrisa formarse en su rostro.

-¿Qué te parece divertido de esta situación? -Grito.

-Pues todo.

-¿Dónde está John?

-No tengo ni idea... No lo sé, lo perdí poco después de que llegara.

-Vale. Cubreme, por favor.

-Por supuesto -Entre disparos comenzamos a caminar espalda contra espalda. Todo es tan parecido a las películas, a las escenas que los disparos no cesan y que lo único puede salvarte es apoyarte en alguien... O al menos eso creo.

-Ve para allá. Fue donde estaba la última vez que lo vi. Ten cuidado.

-Claro. Gracias y también ten cuidado -Corro por el interior del callejón y a lo lejos puedo divisar a un policía peleando cuerpo a cuerpo con un tipo. Camino sigilosa por detrás de ellos sin intención de que noten mi presencia, y lo logro.

¿Ese no es el señor Hope?

Oh, joder, si.

Corro en dirección a los contenedores de basura, donde se encuentra el anciano en el suelo con los oídos tapados.

-Hey, señor Hope -Tomo sus manos.

-¿Syd? ¿Qué... Qué haces aquí?

Recuerda que él nos traicionó.

-Le llevaré a un lugar seguro. Debe confiar en mi -Me mira con el ceño fruncido pero termina accediendo. -No se separe mucho de mi. Siempre esté atento a todos sus alrededores. Lo llevaré lejos de esta masacre.

-Syd, mataste a ese hombre.

-¿Qué?

-En tu casa, el día que estaba el muchacho fuerte, mataste a alguien -Abro la boca ligeramente ante sus palabras en tal momento.

-No es momento para eso...

-¿Qué te pasó? Tú... Tú no eras así.

-Las personas cambian -Me encojo de hombros -Ahora, si no quiere morir...

-Yulia está en casa.

-¿Qué?

-No se si logró salir, pero debes salvarla a ella, Syd. Salva a mi hija, por favor- Muerdo el interior de mi mejilla, pensativa, pero termino asintiendo.

-Quédese aquí. Si alguien intenta hacerle daño no dude en matarlo -Le extiendo un cuchillo que había traído en casos de emergencias. El señor Hope asiente medio dudoso -Si no llegamos en 10 minutos haga todo lo posible por irse lo más lejos que pueda de esta zona.

-No me iré sin mi hija.

-La traeré de vuelta -Digo seria poniéndome de pie lentamente.

No me había dado cuenta de que el tipo grandote había derribado al policía, el cual yacía muerto con puñaladas en el abdomen, hasta que siento una mirada sobre mi. Me quedo quieta en mi lugar viendo la caótica escena, cuando siento pasos viniendo a mi, vuelvo a la realidad, aunque tarde, ya que el tipo me empuja con fuerza haciendo que caiga al piso. Se prepara para ponerse encina de mi, pero con un movimiento ágil (que no se de donde saqué) quito el seguro del arma y le disparo en la cabeza. Toda su sangre... Y otras cosas, caen en mi cuerpo. Pongo una mueca y quito el cadáver de encima de mi.

Salgo del callejón tratando de pasar lo más desapercibida posible. La casa del señor Hope está en la otra acera. Tendría que atravesar esta calle, aunque el problema en esta situación es que es la más peligrosa, ya que si no se disparan entre si, pelean cuerpo a cuerpo.

Busco con la mirada a John sin éxito alguno. Escucho pasos detrás de mi y con un rápido movimiento apunto justo en la cabeza del oponente.

-Que me confundas siempre estando de espaldas a mi es tu pasión -Lo ignoro -Syd, ¿Qué mierda haces aquí?

-Podrías no hacer que me de un infarto también, ¿sabes? -Suelta una risita ronca e involuntariamente también lo hago.

-Yo también te he echado de menos, Sydney.

-Que te den, Finn -Le saco el dedo corazón corazón bajando el arma.

-Gracias, aunque sería mejor so lo hicieras tú pero...

-¿Dónde está John?

Suspira, supuestamente indignado.

-No lo sé. El grupo está divido. Es un placer encontrarte viva.

-Bien, debo irme -Me agarra del brazo antes de que pueda salir del callejón.

-No puedes salir por aquí. Sería un suicidio. Además, ¿para dónde irás?

-La hija del señor Hope se encuentra en la casa. Le prometí llevarla a él con vida.

-¿Cuántos años tiene?

-Eso no es relevante.

-¿Cuántos años tiene? -Repite la pregunta.

-Unos... Veintiocho o veintinueve. Creo que se ha casado hace poco.

-Ya está mayorcita. Debe saber cuidarse solita.

-¿Qué dices? ¡Mira en la situación en la que estamos! Si no me ayudarás, lo haré yo sola. Así que con permiso.

-Hey, hey -Vuelve a tomarme de las muñecas pero esta vez no ejerce tanta fuerza como antes -Te ayudaré, mi linda.

-No soy tu linda -Espeto dándole un manotazo para que me suelte.

-Como quieras. Vamos por acá atrás, mi asesina -Lo fulmino con la mirada -Mataste a un tipo.

Tres*

-No estamos para jueguitos. -Le digo mientras lo sigo -¿Para dónde iremos?

-Rodearemos el lugar. Atenta -Señala a un tipo con un arma de espaldas a nosotros.

-No nos ha visto -Pero antes de poder impedirlo apunta en su dirección y le dispara en una pierna.

-Vamos, vamos -Toma mi mano y rápidamente cruzamos la calle.

-¿Qué diablos fue eso? -Pregunto furiosa al adentrarnos en otro callejón.

-Si nos hubiera visto él primero te aseguro que no hubiera dudado ni un solo segundo en dispararnos.

-¿Qué tu sabes? Podría haber sido un policía.

-No lo era. Conozco a todos. Dame tu arma -Se la entrego dudosa -Tienes una bala, aprovechala.

-Tengo un cargador lleno.

-No tienes experiencia poniéndolos, podrías demorarte y aprovecharían y ¡pum! -Dispara con un arma imaginaria en mi sien -Podrías estar muerta en menos de un segundo.

-Eh... Basta de charlas. Debo encontrar a Yulia.

-Por supuesto. Adelante, señorita.

Corremos en dirección a casa de Hope y de un golpe por parte de Finn la puerta de abre.

-Tú mira en la cocina, el salón y el comedor -Digo en un susurro -Yo voy por los cuartos y baños.

Asiente y comenzamos a buscar. No encuentro nada en ningunas de las tres habitaciones ni en los dos baños. Salgo al salón para ver si Finn tuvo suerte pero a juzgar por su expresión se que no.

-Seguramente escapó -Muerdo mi labio inferior nerviosa ante su teoría.

-No. La puerta estaba con seguro por dentro. -Le hago una señal para que haga silencio y a paso espía vuelvo a entrar a una de las habitación. Sigilosamente abro la puerta de uno de los armarios y...

-¡Ah! -Se tira sobre mi haciéndome dar un paso atrás -¿Syd? Oh por Dios -Me da un abrazo. -Tenía mucho miedo. Los disparos...

-Ya vi. Estás a salvo. Debemos irnos.

-¿Y papá?

-También está a salvo. No tenemos mucho tiempo, Yulia.

Asiente y salimos hacia el salón.

-Llévala a un lugar seguro, pero antes pasa por los contenedores, le dije al señor Hope que se quedara ahí.

-No te dejaré sola.

-Debo encontrar a John.

-Te acompañaré.

-Debes ponerla a salvo, Finn. Es tu deber. Me lo dijiste el día que nos conocimos. Tu trabajo es mantenernos a todos a salvo. Ahora, ¡Hazlo!

-Ok, tienes tenperamento. Se te daría bien eso de sar órdenes -Dice ganándose una mirada fulminante por mibparte -Cuídate, mi bonita -Pongo los ojos en blanco aunque no puedo evitar sonreír levemente.

Nos vamos por caminos diferentes y al perderlos de vista a ambos me centro en mi objetivo: John.

Tomo una respiración profunda y comienzo a caminar sin rumbo alguno, entre disparos y gritos ahogados, peleas y maldiciones, logro divisar una figura masculina. John.

Corro en su dirección aunque me detengo al ver lo que está haciendo.

Oh, no.

¿Pero tipos de ese tamaño de verdad existen? Preparo el arma para disparar y recuerdo las palabras de Finn: Tienes una bala, aprovéchala.

Centro toda mi atención en ello. En darle en un punto en el que deje de molestar a mi chico.

¿Tú chico? Ja, Ja, enculada estás.

¡No es momento!

Vuelvo a concentrarme en el arma, llenando de aire mis pulmones. Todo mi cuerpo tiembla. Mi miedo en esta situación es no darle al fuertote y que John se distraiga por mi culpa. Junto a esto, que el tipo aproveche y se tire sobre él.

-Vale, esto es como un juego, princesa -Dice Mike medio cabreado, ya que he fallado unas diez veces antes. -Debes estar concentrada y dejarte llevar ¿Ves esa botella? -Asiento -Debes tirarla. Ya te he enseñado como disparar, ahora hay que ponerlo bien en práctica para nunca fallar. Vamos, Sydney, tu puedes. Dispara.

Y sin más preámbulos, disparo.

El sonido me aturde haciendo que pestañee varias veces y que me tape ambps oídos. Al recomponerme luego de varios segundos veo a John mirándome con decepción en sus ojos. Le prometí que no vendría y aquí me encuentro. Mi mirada baja un poco más y veo al grandulón tirado en el suelo con sangre saliendo de su cabeza. Mi mirada se dirige nuevamente a John, aunque me extraña que rápidamente su expresión cambia a una de miedo.

-¡Sydney, no! -Da un paso en mi dirección.

Antes de poder reaccionar unos brazos me rodean.

-Un paso en falso y le vuelo la cabeza. -Dice en dirección a John- Por cierto, hola princesita de papi -Contengo la respiración.

Sonrío hacia John a pesar del miedo que corre por mis venas. Articulo un "Te quiero" con los labios. Frunce el ceño, aunque rápidamente cae.

-No, ¡No! -Saca un arma de su bolsillo trasero, desconcertando al hombre que me ha hecho la vida imposible pero que después de todo, ha hecho que conozca a John, la persona que amo.

Jason afloja un poco su agarre y aprovecho para salir de este. John le dispara en la cabeza y este cae al suelo, con un charco de sangre formándose rápidamente en el suelo. Hago una mueca ante la imagen.

Miro hacia adelante y corro en dirección de Johnny, que está en la otra acera. Me detengo abruptamente al escuchar algo. Un disparo, dos, tres, cuatro disparos en el cuerpo de John, el cual cae al suelo.

-¡No! -Suelto un grito pero antes de poder reaccionar e ir hacia a él me golpean con algo en la cabeza.

Y lo último que recuerdo de esa noche, fueron los disparos, los cuerpos por toda la calle, a un John tirado a menos de tres metros de mi y nada más... Todo lo demás fue oscuridad.

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Nota:

¡Hola! Aquí el penúltimo capítulo.

¿Qué tal les pareció?

Pronto subiré el último junto al epílogo.

No olviden votar y comentar, ya que me serviría de mucho.

Os quiere,

Brenduski <3

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