Capítulo 14: La princesa de papi
John
Entrecierro los ojos al sentir los rayos de sol en mi cara.
Agotado de vivir, me pongo de pie y me dirijo a la cocina para preparar algo de comer. Cuando termino, a paso perezoso comienzo a caminar a la habitación de Sydney. Toco la puerta varias veces, aunque no recibo respuesta alguna.
Una fina línea se forma en mis labios.
—Sydney, despierta —Digo mientras sigo dando leves toques a la puerta —¡Sydney! —Llamo esta vez más alto.
No quería llegar a este punto pero ella se lo buscó. Voy a mi habitación y busco la llave extra de la habitación de invitados.
—Si no abres entraré —Digo calmado.
Abro lentamente la puerta, aunque lo dejo a medias cuando lo veo... O mejor dicho, cuando no la veo.
Empujo la puerta y entro a la habitación, mirando para todas partes. No hay nada. No está.
Mierda.
Comienzo a buscar por toda la casa, pero ella no está en ninguna parte.
Paso una mano por mi cabello, nervioso. Joder, ¿en qué momento...? Estuve en la habitación de al lado todo el rato...
Me apresuro a salir de la casa, ya vestido, y me monto en mi auto. Busco entre mis contactos a Finn, el cual seguramente me matará cuando se entere de la desaparición del punto clave de este caso.
Cuatro tonos después contesta.
—Dime.
Tomo una respiración profunda.
—Sydney ha desaparecido —Digo y no puedo evitar notar la tensión en el ambiante luego de terminar de decirlo.
—¿Qué mierda has hecho? —Pregunta notoriamente enfadado.
El recuerdo de la tarde anterior viene a m mente.
No puedo mentirle a mi jefe. Hemos jurado lealtad en este caso.
—Discutimos ayer.
—Es una chica, joder ¿O a caso la chica eres tú? Que montas drama hasta para dormir —Aprieto los labios, pero no digo nada.
—Te he llamado para decirte que llames a los otros chicos, estoy de camino a tu casa —Y con eso cuelgo.
***
—Es que eres imbécil. Un solo trabajo y lo arruinas todo. Era cuidar a una chica de veinte años.
—Veintiún, hoy es su cumpleaños —Susurro y casi al instante ella suelta una risita. —Y no es una chica, es una mujer.
—Ay si... El que más la conoce no pudo ni siquiera manejarla —Se burla mi compañera de trabajo, Kate
—¡Callense ustedes dos! —Entra Finn a la sala —¿Qué mierda os creéis que es esto? ¿Un parque de atracciones? Baja los pies —Señala a Billy, que rápidamente baja los pies de la mesa. —Escuchen, vamos a encontrar a Sydney Blake, ahora tenemos más difícil lo de encontrar a Jason, ¿Pero a qué no se han parado a pensar en lo siguiente? Ella se escapó de TÚ casa. Caminó sin rumbo alguno. Después llegó alguien y la secuestro ¿Y quién sería esa persona si no es Jason o sus hombres? ¿Quién querría una chica de.... Diecinueve años, intensa y rebelde? Claramente, su padre....
—Es verdad. Al menos ya tenemos casi seguro que fue Jason quien se la llevó —Dice Kate asientiendo con la cabeza.
—Vamos a buscar cualquier pista en todos los alrededores de la casa de John, ¿entendieron? ¡Cada rincón!
****
Han pasado seis horas desde que comenzamos la búsqueda por todos los alrededores, buscando pistas lo más seguro inexistentes sobre donde se encuentra Syd.
Camino mirando hacia todos lados cerca de un pueblecito que queda a un kilómetro de mi casa. Me detengo en un punto a tomar aire. Al levantar la cabeza veo algo a unos metros por delante mío. Me recompongo a camino hacia esto. Un momento.... Eso es sangre.
No, no, no, no puede ser. No a ella.
Estoy temblando, todo mi cuerpo emana furia. Ella... Ella tiene que estar bien, porque si no lo está, yo mismo mataré al que le hizo daño.
***
Sydney.
Dos meses después.
Abro lentamente los ojos, acostumbrandome a la luz del cuarto.
Levanto las manos ¿Y las cadenas?
Miro hacia todos lados, el cuarto sigue igual. Todo pintado de rosa, con barbies, peluches y juguetes de todo tipo por todos lados. Las cortinas son rosadas con dibujos morados de florecitas. Mesas también rosadas y ropa que no he podido ponerme, ya que toda es para niñas de 8 años. Si no fuera por uno de sus hombres estaría siempre con la misma ropa.
Me extrañó mucho despertar sin las cadenas, ya que cada noche me las ponen para "evitar" incidentes hasta que él llega y me las quita para... Jugar conmigo. Si, por lo visto el psicópata de Jason piensa que soy una niña pequeña.
No es tanto ese hecho, si no cuando se enoja. Él no tiene compasión. Llegó a un punto en el que casi me mata, pero no él. Él si que no se atreve a ponerme un dedo encima... Por eso manda a sus hombres. Él se tiene a si mismo en un pedestal de "Padre perfecto" que le trae juguetes caros a su hija secuestrada de supuestamente 8 años, a la cual no deja salir de un cuarto de 5 metros cuadrado.
Escucho la puerta abrirse a mi espalda y me quedo quieta en mi lugar.
—Buenos días, princesa de papi —Hago una mueca sin que me vea —¿Qué tal dormiste?
—Bien —Me giro con una sonrisa —Solo que... Me duelen un poco las muñecas, por las cadenas y eso —Rápidamente su rostro se pone serio.
—Es por tu bien, ¿A caso no quieres estar con papá? —No le respondo.
—¿Cuándo podré salir? —Su rostro se pone cada vez más rojo de la rabia.
—No....
—Es sólo una pregunta. Quiero... Quiero jugar con otros niños... —Digo entre dientes.
—Pronto, princesa. Tu... Confías en mi, ¿cierto? —Al decir eso me es inevitable recordar a John, el cual me dijo que pronto podría volver a mi antigua vida, que pronto sería libre.
—Si. Confío en ti, Jo... Papá —Su sonrisa vuelve —¿Te puedo hacer otra pregunta?
—Claro.
—¿Cuándo podré conocerte? —Digo pasando los dedos por su máscara, la cual solo revela sus ojos del mismo color que los míos pero más apagados y su boca fina.
—Pronto también, hija mía —Asiento y me separo —¿Qué pasa?
—¿Por qué me abandonaste?
—No estás lista para esa conversación. Estás muy pequeña.
—¡Tengo 19 años! —No puedo contenerme más —No tengo 8 ni 9. Estoy preparada para todo. Se que eres un secuestrador, un psicópata que ha matado a muchas chicas inocentes con parecidos a tu espo...
Un golpe en la cara me hace callarme.
—N-no s-sabes de lo que hablas.
—¡Si se! ¿Por qué? ¿Por qué tuviste que arruinarme la...? —Siento como me ponen una inyección en el cuello —Cobarde —Es lo último que digo y que recuerdo al caer en los brazos de Jason, mi padre.
***
Despierto amarrada a una silla, aunque esta vez puedo darme cuenta de que no estoy en mi habitación, si no en el cuarto de torturas que me traen cuando le llevo la contraria o le levanto la voz a Jason.
—Has despertado —Abro los ojos exageradamente. Esa voz... —Buenos días, princesa de tito. —Aún me asombra lo parecidos que son sus ojos, aunque no pueda ver a Jason supongo que su parecido con Josef debe ser notorio, a fin de cuentas es su hermano. —Jay-Jay me dijo que le levantaste la voz- Dice sentándose en una silla frente a mi —¿Por qué? Ah, no, espera, que torpe. No puedes hablar con eso en la boca —Me quita la mordaza de golpe y suelto un chillido ¿Qué mierda traía eso? Me... Me pinchó —Oh nena estás soltando sangre, ven, tito Josef te cura. Ah no, que tampoco puedes moverte —Me tira de la silla y caigo de lado en el suelo. Joder, el hombro herido. —Que torpe estoy, lo siento sobri —Alguien que está detrás de mi me levanta del suelo y me pone nuevamente en la posición de antes bruscamente.
—Déjame, por favor. —Suplico sintiendo un fuerte dolor en la boca.
—¿Sabes? —Me ignora completamente —He comprado nuevos juguetitos preciosos. De seguro que hay alguno que te gustará mucho —Escucho como abren la puerta y una carretilla entra, situándose a mi lado. Giro la cabeza y ahogo un sollozo cuando veo lo que hay en esta. Elementos de tortura.
–No, por favor, no.
—Shhhh. Todo estará bien. Vamos a ponerte bonita para la cena de esta noche, sobri —Dice con una sonrisa de lado.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top