Capítulo 10: La verdad
Me estiro en la cómoda cama sin abrir los ojos, pero aún asi sintiendo los rayos del sol en mi cara. Sonrío inconscientemente al escuchar la suave melodía de una canción que me cantaba mi madre cuando era pequeña. Aunque, un momento... en mi habitación no da el sol directamente.
Abro los ojos de par en par y me siento en la cama, llevándome un buen susto al ver a una mujer mirándome con cara de susto, aunque rápidamente se recompone.
—Buenos días, señorita Blake, —Dice por fin al ver mi cara de espanto y que no me muevo para nada más a parte de tomar grandes bocanadas de aire —el señor Evans la espera en el salón principal. Lo... Lo siento, por el susto, por cierto —Dice con una sonrisa de arrepentimiento.
—¿Dónde estoy?- Miro hacia todos lados, ignorandola —¡¿Dónde está mi ropa?!
Suspira.
—Muchas preguntas, demasiadas respuestas. La llevaré donde se encuentra el señor Evans —Termina de acomodar y me pasa mi ropa. Al vestirme la sigo al salón, desconfiando hasta de mi sombra.
Me asombro mucho al ver el lugar donde me encuentro. En este momento recorro un pasillo amplio que tiene varias puertas a los lados, supongo que serán habitaciones. Mi boca se abre inconsistemente cuando llegamos al final del pasillo. Hay una habitación pintada de blanco completamente. Delante de mi hay un piano de cola y dos muebles negros a cada lado de este.
Wow, esta casa es.... Perfecta. Tanto la decoración, como el espacio, los colores ¡Es una mansión! Y pensar que solo he visto una parte...
Llego a lo que parece ser el salón principal y veo a John de pie junto a una ventana.
—Señor, —Dice la mujer captando su atención —la señorita Blake.
—Gracias, Eleanor. Puede marcharse. —Dicho eso, Eleanor se marcha, dejándonos solos.
—¿Qué hago aquí? —Pregunto directamente, enarcando una ceja.
Se separa de la ventana sin quitar la vista de mis ojos y se pone frente a mi.
—Toma asiento.
—No, gracias ¿Sabes? Desde que te conozco he estado exigiendo muchas respuestas y tu no me has dado ninguna, necesito saberlo todo, John. Me voy a volver loca. Estoy paranoica. Veo cosas donde no las hay —Digo recordando el suceso en la tienda —Necesito saber que pasa más allá de lo de Jason.
—Toma asiento, Sydney, y te contaré todo —Se sienta en el gran sofá y hace una seña para que haga lo mismo. Me siento junto a él, a una distancia prudente —¿Quieres algo de comer?
¡SI! Joder, estoy muriendo de hambre.
Asiento lentamente.
—Espera aquí. —Se pone de pie y sale del salón. Me remuevo incómoda en mi lugar, aunque no pasan más de dos minutos cuando veo a John entrando nuevamente. —En unos minutos estará listo tu desayuno. —Asiento sin más —¿Qué quieres saber?
—Bueno, ¿Qué hago aquí? ¿Cómo llegamos aquí? ¿Qué pasó con Chic? Y.... Oh, joder... ¡Me besaste! ¿Por qué me besaste?
Frunce el ceño.
—Respondiendo de forma general: Walter Hope llamó a la policía. Tuvimos que escapar de la casa.
—No, espera, eso no tiene sentido ¿Por qué escaparías de la policía siendo tú uno de ellos? Y le dije a Walter lo de la peli.
—No se lo creyó, y si, soy policía, al igual que Finn. Pero nosotros, junto a otros agentes, hemos estado investigando este caso de manera individual. Le hemos comentado al jefe que investigue más a fondo el caso, pero dice que hace muchos años no habían tenido movimiento por parte de Jason, que seguramente estaría muerto. Necesita pruebas. Pruebas válidas —Noto como tensa su mandíbula.
—Me habían dicho que tenían pruebas de que yo sería la siguiente. Que habían detectado movimiento por parte de Jason, ¿Por qué no se la entregan a su jefe?
—¿Crees que no lo hemos intentado? Chic trabajaba con nosotros y estaba trabajando con Jason, ¿crees que podemos confiar en otras personas? Tengo la teoría de que hay más policías implicados en todo esto. Si Chic lo estaba, seguramente hay más.
—¿Entonces ustedes son como una organización de polis atrapa-malos privada? —Intento bromear para aligerar el ambiente, aunque él me mira con la misma expresión de antes.
—Algo así. —Dice sin más, encogiendose de hombros.
—Ya... ¿Qué hiciste con el cadáver de Chic?
—Está enterrado.
—¿Dónde? ¿En qué momento? No recuerdo nada de la noche anterior. Lo último que recuerdo fue.... El beso- Levanto la mirada—¿Por qué me besaste, John? —Trato de sonar lo más calmada posible, aunque por dentro estoy hecha una furia. —No debiste... —Recuerdo lo último que dijo —¿Y para hacer qué la actuación fuese creible? Eso...
—Lo siento —Dice con aparente sinceridad —No se que me pasó —Duda un segundo antes de continuar —No volverá a pasar. Fue un error. Hace mucho que te había estado cuidando y tenía mucha curiosidad sobre ti. Sobre tus labios —Se pasa la lengua por los suyos —Pero no, no sentí nada. —Dice al final, haciéndome sentir estúpida. —Y sobre lo otro, no importa donde lo enterré. Nadie lo encontrará.
–Espera, no cambies el tema, ¡No tenías derecho a besarme!
Claro, prioridades...
—Tampoco te quejaste mucho en ese momento —Noto como su sonrisa se amplía.
–Eres... Eres un mentiroso, yo no estaría nunca de acuerdo con algo así —Le apunto con el dedo.
–Si, ajá, como tu digas. En fin, segundos después de lo del beso, escuchamos sirenas a lo lejos. Nos tuvimos que ir de la casa.–Abro la boca —No preguntes que hice con Chic, no te pienso responder. A partir de ahora, por cuestiones de seguridad, te quedarás a vivir aquí.
—¿Cuestiones de seguridad? —Suelto una risita —No necesito tu ayuda ni tu lástima, John. Puedo sola, siempre he podido, yo... —Me detengo de golpe cuando un recuerdo cruza por mi mente.
Despierto temprano como todos los días para ir al colegio, aunque me detengo en seco cuando escucho gritos en el piso de abajo.
Sin mucho ánimo, abro la puerta y me asomo por la escalera. No me impresiono cuando veo a mamá y a papá discutiendo fuertemente. Ya lo considero como una rutina. Con una sonrisa triste, vuelvo a mi habitación, pero no cierro la puerta de esta.
Me arreglo para el colegio cuando siento como alguien entra a mi habitación. Me giro y veo a papá echo una furia. Contengo la respiración, papá enfadado puede llegar a dar mucho miedo.
Decido quedarme callada, simplemente lo miro con expresión seria y él a mi.
—Nos vamos —Habla por fin.
—¿Qué? —Digo en un susurro.
—Nos vamos de acá, Sydney.
—Pero yo no quie...
—He dicho que nos vamos, no te lo he preguntado.
—¿Mamá viene con nosotros? —Aparta la mirada —¿Papá? ¿Dónde está Mamá?- Aprieto los labios. Ya era una niña grande, sabía descifrar bien las miradas de las otras personas.
—Ella no viene —Dice seco.
—¿Dónde está? —Repito la pregunta.
—¡No te importa!
—¡Si, si me importa! ¿Qué le has hecho a mi madre? ¿Qué le hiciste? —Me da una bofetada y siento como lágrimas se forman en mis ojos. Hacía mucho que no me levantaba la mano.
—Tu madre se fue, no se para dónde y tampoco me importa, ahora, ¡Vámonos! —Me agarra del brazo.
—¡No! ¡Sueltame! ¡Déjame, Mike! —Me detengo en seco.
Oh, no.
—¿Cómo dijiste? ¡Yo soy tu padre! Siempre hemos sido tú y yo, Sydney. Mientras tú madre se desvive por su trabajo el que se ha encargado de ti he sido yo. Podemos solos, siempre hemos podido —Dice bruscamente y yo bajo la mirada. —Disculpate.
—Mhm... Lo siento, padre.
Por mucho que él piense que lo sea, ambos sabemos que no es así, ambos sabemos que él no es mi padre.
—¿Sydney? –Dice John con el ceño fruncido pasándome la mano por frente de la cara. —¿Estás bien? —Pasa una mano por frente a mi cara, con expresión de angustia.
No me había dado cuenta de que estaba llorando hasta el momento en el que pasé mis manos por mis mejillas y las sentí húmedas.
¿Qué había sido lo de antes?
—Yo... Eh... —Y, por primera vez desde que comenzó todo esto, rompo en llanto desconsolado, sin vergüenza a que John me viera.
No entiendo nada, mi cabeza es un lío total. Estoy en un punto de mi vida en el que no se ni siquiera quien soy, y eso... Duele. No en el aspecto físico, sino en el psicológico. Cada vez que pienso que mi mente se aclara, que se quien soy, pasa algo que... Simplemente me deja sin argumentos. Y pues eso... Eso estoy sintiendo yo ahora mismo y créanme, es horrible.
—Sydney.... No creo que estés lista para saber más por ahora, puede que...
—John, no sabes lo lista que estoy... —Digo limpiando mis lágrimas y dedicándole una sonrisa reconfortante.
Me da una mirada de pocos amigos pero aún asi comienza a hablar.
—Bueno, Syd, en verdad, esta historia no comenzó a tus 8 años, todo comenzó cuando tenías unos pocos meses de nacida. —No digo nada, simplemente me dedico a escuchar con mucha atención todo lo que dice.
***
Dos semanas después.
Han pasado dos semanas desde que sé toda la verdad. No se como... O por qué siento que hay algo más allá ¿Pero saben qué? Tampoco es que quiera saberlo, tengo suficiente para procesar por unos cuantos días, semanas, o hasta meses.
Han sido unos días tranquilos, aunque la incertidumbre vuelve a mi cada vez que recuerdo lo dicho por John, al cual no veo desde hace 3 días, por cierto.
No he salido para nada de su casa, los días pasan lentamente y mis ganas de salir crecen cada vez que veo por la ventana de mi habitación a las personas paseando.
Con la única persona que he interactuado lo suficiente ha sido con Eleanor, la cual viene solamente tres veces por semana.
Los recuerdos de mi pasado han estado cesando en esta última semana. Aunque también debo admitir que después de enterarme de la verdad venían los recuerdos uno tras otro, al punto en el que cada noche no podía evitar llorar en la habitación.
Suspiro, cerrando fuertemente mis ojos mientras le doy un trago al café.
Justo en este momento estoy en la encimera, tomándome un café recién hecho, mientras veo la nueva temporada de "La casa de papel" en un teléfono que me dio John que según él es irrasteable.
Bufo, deteniendo la serie y dirigiéndome a la habitación en la que me he estado quedando estas dos semanas.
No puedo evitar la mueca que se forma en mi rostro al pasar frente al espejo. Estoy hecha un desastre. Llevo la misma ropa de ayer, mi cabello está descuidado y un poco más largo. Unas ojeras bastante notables aparecen en mis ojos. Y a parte de todo eso.... Simplemente la veo a ella.
Jason.
20 años antes (2001)
—¿Estás segura de esto? Podemos buscar otra forma —Digo con expresión seria.
—Jason, no tenemos como mantener otro hijo, puede que en un futuro...
—Marie...
—Shhh —Dice poniéndome dos dedos en mis labios —Es lo mejor, cariño. Te amo. —Sonrío y me acerco para besarla.
Antes de tocar sus labios, susurro:
—Yo también te amo.
Han pasado ya 8 meses, la decisión está tomada. En cuanto nazca la bebé la daremos en adopción. No tengo dinero para mantenerla, suficiente tenemos con los gastos de Lucía, la mayor de 9 años casi 10, y Aaron, el pequeño de tan solo 3 años, el cual dentro de un mes cumplirá 4, al igual que su hermana.
Se separa de mi y alza una ceja.
—Hay que buscar una buena familia que la quieran como si fuera su hija. -Me dedica una mirada cómplice y al instante sé a lo que se refiere.
—No —Niego con una mueca —Ellos no.
—Son buenas personas, JJ —Dice con una pequeña sonrisa.
—Pero...
—Ellos no pueden tener hijos, la señora Blake me dijo que querían adoptar, y... quieren una niña —Dice entusiasmada.
El señor y la señora Blake son nuestros nuevos vecinos, son una pareja ventieñera de recién casados. Aparentemente no son mala gente, pero tienen algo... que simplemente no me permite terminar de confiar en ellos.
—Hablaremos con ellos. Pero no te aseguro nada. —Le digo.
—Vale, gracias cariño.
Decido confiar en Marie, en mi mujer, el amor de mi vida. Pero se que una vez mi hija esté en sus manos, será una Blake para siempre.
---------------------
Nota:
Sin palabras😶
Dejen sus teorías aquí:
Se viene lo fuerte, gente....
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top