Un futuro que desaparece
Su presencia no auguraba nada bueno, y tampoco la de Aura. Una parte de mí quería decirle que dejará a Adam solo, pero no podía ser una egoísta. Quizás Aura podía ser un consuelo para él. Aunque no me gustaba para nada la idea de que ellos dos terminaran, de solo pensarlo me daba ganas de darme de topes con la pared. ¿No podía conseguirse alguna otra fantasma? Seguro había más chicas fantasma.
— ¿Entonces Adara? ¿Estas dispuesta a saber? Por que de ser así no solo tú te vas a enterar. Leo también lo hará a través de ti. Leo de alguna forma escucha los ecos de lo que pasa en este mundo a través de ti.
Sus palabras me dejaron pensando. Siempre había sido muy curiosa, y eso me metía en aprietos. ¿Quería saber que era lo que sucedía? ¿Seguro tenía que ver con esa extraña línea dorada que nos unía? ¿Podía ser verdad?
No me animé a contestar.
— Ella sabe la respuesta, pero no quiere admitir que pueda ser verdad.— Dijo Aura.
Odiaba a Aura a veces.
— De todas formas debes saberlo Adara.—
— ¿Por que es necesario que lo sepa?— Aquello si me intrigó.
— Por que solo tú puedes traerlo de vuelta. ¿Quieres salvar a tu... amigo, no?
—Por supuesto que quiero salvarlo.—
— ¿Por que sólo ella puede traerlo de vuelta?— Preguntó curiosa Aura.
— Al nacer, te asigné un alma gemela. Todos tienen una al nacer. Pocos son los que la conocen y no la dejan ir. En tu caso, en esta vida humana tienes la tuya. Mi plan estaba tan bien trazado. Me había esmerado con el tuyo, por que eras un caso bastante peculiar.—
Lo primero eran las palabras que había dicho Amelia. ¿En serio iba a salir con la misma cantaleta?
— ¡Para ahí! No puedes decirme que todo esto es tú culpa. ¡Espero que no vayas a decir que Leo es....!—
— ¿Es tú alma gemela?— Dijo de un golpe seco, y seria.
— Él lo es Adara, él es quien se supone debía de estar contigo. Y tú lo has visto con tus propios ojos. Ya has visto esa cadena dorada que une a las almas que se pertenecen. Un lazo que solo la muerte rompe.—
— ¡Exacto la muerte! ¡Yo no puedo ser su alma gemela! ¡Él no es mi alma gemela!— Grité como histérica.
—¡Ay por favor! Todos hemos visto esa extraña atracción entre ustedes, se necesitaría ser ciego. Para no verlo y es obvio que lo que esta media catrina ideó fue que a la muerte de Adam, tú conocieras a Leonardo, y se enamorarán. ¡Pero mortis entró en escena y robó su turno!— Dijo Aura.
La mujer del destino la miró con cara de <<Te mataría, pero no es lo importante ahora>>
—Es cierto, no lo diría precisamente con esas palabras pero así fue. La muerte se entrometió en mis planes. Si él no hubiera manipulado tus recuerdos, hubieras acudido a su funeral. Hubieras conocido a Leonardo y te hubieras enamorado de él.
Incluso traté de hacer de todo para que te enamorarás de él.—
— ¡¿Que cosas has hecho?!— Grité enojada.
— El destino tiene trucos Adara, ese impulso por besarlo, ¿de donde crees que salió?
¿Crees que caer sobre él fue una coincidencia? Tengo que velar por este mundo. ¡Por que si tú te entregas a la muerte, este mundo desaparecerá! Leo será el único que pueda salvar tu humanidad. —
— Eso no puede ser cierto. ¿Así que fuiste tú? ¿Tú me confundías?
Leo es solo un amigo.—
— Si sigues creyendo eso, no habrá manera de que lo salves. Y si no lo salvas, nadie podrá ayudarte cuando lo necesites. Por que la muerte no puede salvar tú humanidad. Y sin tú humanidad tú no puedes mantener el equilibrio. La muerte se entrometió en el destino de los dos, y ahora tu realidad es que ambos caminos se han fundido en uno solo. ¡Ese es el precio que van a pagar ambos!—
— ¡No es verdad! ¡Por que si de algo estoy segura es de que amo a Nahek!— Grité con seguridad.
Ambas se quedaron impactadas.
— ¡Wow! Eso no lo esperaba, en realidad lo amas. Amas a mortis.— Dijo Aura.
La mujer del Destino se levantó a prisa y me tomó de la mano. Me sujeto con fuerza y me jaló un poco. Quería zafarme de su tacto pero no pude.
De pronto aparecimos en el hospital, en el cuarto de Leo. Ahí estaban Amelia, sus padres y quizás los padres de Leo. Casi me muero del susto.
— No te preocupes, no nos ven.— Dijo Tonalcihuatl.
— ¡Suéltame! — Le dije a ella, pero ella me sujeto con fuerza.
— ¿Que vas a hacer?— Le pregunté asustada.
— ¡Mostrarte ese futuro que era tuyo y de él!— Dijo seriamente
— ¡No! ¡Por favor, no! ¡No quiero saber! ¡No es verdad!— Dije enojada.
Aquella mujer puso esa mano que tenía aspecto humano sobre frente de Leo y la mano esquelética era la que me sujetaba. Era extraña la sensación, y sin embargo a eso no le tenía miedo. Le tenía miedo a lo que me iba a mostrar.
En seguida ya no estábamos en el hospital, era como si estuviéramos dentro de un sueño en la cabeza de Leo.
— Leo aún tiene más claro ese destino.— Fue lo que me dijo.
— Aunque se irá borrando poco a poco. Mientras más te alejes de él.—
En aquella escena, estaba yo sentada en una escalinata frente a una casa bella, hablaba con Leo. Leo me entregaba una caja. Vi como esa yo, sacaba algo de aquella caja. Pude ver que era un maniquí de madera en una base, era uno de esos maniquís pequeños que se usaban de modelos para dibujar. Este estaba incado y llevaba un corazón de papel en las manos. Al acercarme a aquella escena pude ver un anillo de compromiso en medio del corazón de papel hecho de origami.
— ¡Por Dios! Eso es un anillo de compromiso— dije en voz baja. Sentí un hueco en el estómago.
Mientras veía a mi otra yo, abrazando a Leo y aceptando su propuesta.
Aquella escena desapareció y volvimos a la habitación del hospital. Miré a Leo en aquella cama de hospital, rodeado de tantos aparatos. Y no pude evitar sentirme mal por esa pareja inexistente. Era lago que nunca iba a suceder.
En un breve instante desaparecimos de nuevo de aquella sala de hospital y nos alejamos del ruido del respirador. Y de aquello que marcaba con un sonido detestable los latidos del corazón.
Está vez aparecimos en la misma cabaña junto al lago. Aquella que era de la familia de Adam.
Pero está vez habían pasado unos años. Leo llevaba en hombros a una niña hermosa, de ojos achocolatados en sus hombros. Mientras yo caminaba con paciencia al lado de un niño pequeño que daba sus primeros pasos. Un niño bello, de cabello más oscuro pero los mismos ojos de su hermana. Me veía tan feliz. Leo era tan feliz.
No pude evitar llorar por esos niños que nunca iban a nacer. Nunca había pensado en ser madre, pero ver esa escena removió sentimientos inexplicables en mí. A pesar de ello sabía que nunca iba a ser.
Se me hizo un hueco gigante en el estómago que subió a mi garganta. En medio de la conmoción. Pude escuchar a la niña con esa voz que se quedaría grabada en mi mente.
— ¡Vamos papi! ¡Llévame a nadar!— Escuché y mi corazón se estrujo.
— Pero el no me ama tampoco.— Dije como consuelo. En medio de lágrimas silenciosas que corrían por mis mejillas.
— Aun no Adara. Pero si atraviesas un infierno con una persona. Si esta te salva de las sombras, ¿no serías capaz de enamorarte de tu salvador? De alguna forma fue lo que ocurrió contigo y Nahek. ¿Por que con Leo iba a ser diferente?—
Regresamos a la sala de hospital. Y tomé la mano de Leo. Tal vez nunca tendríamos ese futuro pero podría traerlo de vuelta y que él lo tuviera con Isa.
— No era necesario que me mostrarás eso. ¡Fuiste cruel al hacerlo!— Le dije a aquella mujer.
— ¿Ahora entiendes por que solo tú puedes traerlo de vuelta?— Me preguntó. Yo sólo pensaba en esos pequeños que nunca nacerían.
— Tu deambulas entre ambos mundo, tú eres la única que puede encontrarlo si sigues ese lazo. Y eres la única que puedo traerlo con vida. Él te necesita Adara.—
— Pero no era necesario que me lastimaras de esa forma. No era necesario mostrarme ese futuro que nunca sucederá. — Dije mientras miraba a Leo, ahora lo veía de otra forma. Ahora entendía por que Nahek se molestaba tanto. Entendía tantas cosas. Y lo peor es que Amelia tenía razón. Siempre la había tenido.
— ¿Como puedo traerlo de vuelta?— Le pregunté.
— Necesitas buscar el espejo de la muerte. Esa es la entrada al mundo de los muertos, deberás pasar por él y luego buscar ahí mismo la entrada a ese plano. A esa prisión.—
— ¿No puedo solo ir por la puerta que se fue Leo?—
— No Adara. Si cruzas por esa puerta no vas a regresar.—
— ¿Pero si él cruzó por ahí?—
— Si, pero él cuenta contigo. Con la dama de los muertos. Tienes poderes Adara, que aun no los hayas utilizado es diferente. Pero tú al igual que Nahek tienen poderes que solo los señores de la muerte poseen. Y que él a fortalecido con cada beso que te ha dado. Mientras más le pertenezcas, más fuerte serás.
— ¿Estás dispuesta a ir por él?— Me pregunté. Yo la volteé a ver con los ojos enrojecidos.
— Es mi amigo, y necesita mi ayuda. Así que iré a traerlo de vuelta.— Dije con determinación. A la vez que secaba las lágrimas de mis mejillas.
Waaaaaaaaaaa!!!!! ¿Que, que?
XD Santa madre! Se va antes de que le avienten la chancla jajajjaja ¡Estará emocionante! ¡Ven les dije que cierta mujer quiere hacerla de cupido entre estos dos! ¡Pero Adara esta segura de sus sentimientos!
Ahora Adara, entiende por que Nahek siente celos de Leo MUajajajja
¡Adara al rescate!
Esto se pondrá bueno. En realidad pobre de Leo. Aunque este par no se ama.
Es triste ver su inexistente futuro. Un futuro que puede tener Leo con Isa. Pero....
¿Adara con la muerte?
Muajajjajaj Mis planes malévolos XD XD XD XD
¿Será que Leo se enamoré de Adara?
Gracias por mantenerla tantos días seguido en el #1. Estas vacaciones ya estará terminada esta primera parte de esta serie. Me da no se que de pensar en el final.
Donde sabrán quien ha estado detrás de todo, incluso como es que llego el cuadro a manos del padre Gabriel Muajajajaj
Espero les haya gustado.
Debo confesar que se apachurro mi corazón cuando lo escribí.
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