Reaparición

Ahora sentía extraño el peso de aquel anillo azulado con tintes dorados.

Era un exceso para mí, era enorme. Y llamativo, sin duda la intención era que fuera notado. Pero no usarlo sería un desaire para Nahek. La mayor razón para no usarlo es que quería que fuera un secreto a medias aún, para que Canek no se enterara. Esa era mi razón.

Canek no se había aparecido, y eso me hacia temer lo que pudiera suceder, su presencia no presagiaba nada bueno.

Jugueteaba con el anillo en mi mano izquierda, estaba nerviosa, y usarlo me ponía aún más nerviosa. Nahek había accedido con mucho trabajo a dejarme venir. Yo estaba preocupada por Amelia, de alguna manera era mi responsabilidad, además había unas cosas que tenía que explicarle a Isabella. Seguro tendría muchas preguntas.

Enfermeras pasaban, iban y venían. Había decidido sentarme en las sillas azules del hospital que estaban más alejadas del cuarto de Leo. Verlo ahí en el cuarto, o poder toparme con su familia, no era una opción, estaba huyendo de ellos. Y quizás también debería huir de Amelia e Isa, pero ambas seguramente querían saber de los sucedido.

En esos momentos vi como Isabella iba con aquellos que reconocí era la mamá de Amelia y seguramente el padre de Adam. Porqué no era el padre de Amelia.

Me giré para evitar que me vieran. Seguramente iban a comer, eso supuse por la hora.

Así que me aventuré a acercarme más hacia el cuarto donde se encontraba Leo.

Pude escabullirme sin problema, pero me di cuenta que la habitación estaba sola. Solo vi a Leo tendido en la cama, con todos esos aparatos rodeándolo. Busqué a Amelia pero no había señal de ella. Dudé en si debía entrar. Estuve unos minutos afuera, hasta que me decidí a abrir la puerta y entrar.

Era tan molesto ese olor a hospital. Y los aparatos que sonaban constantemente.

Me acerqué despacio a donde estaba Leo. Parecía que estaba dormido, no había cambiado en él. Vinieron a mi esos recuerdos de aquella noche. Como Leo me había salvado y luego esa mirada vacía antes de caer en el suelo. Me estremecí.

Estar ahí era extraño, me sentía extraña a solas con él. A la vez que una sensación de paz se apoderaba de mí. Leo me había advertido que Lilith estaba cerca. Ahora no sabía donde podía estar. Sólo sabía que mientras más tiempo pasaba en aquella prisión, en aquel plano, corría más riesgo.

También sabía que yo era la única que podía ir por él. Por más que trataba de imaginarme a su lado no podía. Aunque yo misma había visto aquel futuro. No me imaginaba amándolo. Aunque podía comprender ahora la atracción que sentí por él. Su parecido con Adam por supuesto había sido clave para ello, pero había sido algo pasajero.

- Lo siento Leo, haré todo lo que este en mis manos para sacarte de ahí. Tienes que regresar con Amelia. Ella te quiere, le haces falta. Por eso también debo traerte de vuelta.- Le dije en voz baja. No sabía si me escuchaba, pero quería decírselo.

- No te voy a abandonar ahí, no lo mereces. De hecho no mereces muchas cosas de las que te han pasado. Incluyéndome, no es justo que esa loca nos haya puesto como almas gemelas. - Dije con más sentido del humor. Aunque solo hicieron eco, el ruido de los aparatos del hospital, un ruido que me ponía de mal humor.

Iba a tomar su mano, cundo me sentí observada. En un primer momento pensé que era Nahek y temí que malinterpretara la situación. Yo quería saber si Leo estaba bien, si podía saber algo de él.

Para mi sorpresa y dejándome sin palabras al voltear en el sofá Canek estaba sentado de manera muy casual. Su mirada me intimidaba. Tenía esa pinta de chico malo, y se la creías. Me miró un momento, me estaba analizando. Moví mi mano en un instinto de esconder el anillo, pero creo que eso captó más su atención. Su mirada se iluminó, como si se le hubiera ocurrido una idea maravillosa, para él seguro era algún plan malévolo.

-Me preguntaba cuando ibas a venir a verlo. Supe que si quería encontrarte a solas iba a ser precisamente aquí. Leo, no es precisamente el mejor guardián ahora. Digamos que está de vacaciones permanentes. Espero que las este disfrutando.- Dijo con una gran sonrisa y con una cara de niño bueno.

Traté de adoptar una posición que me diera mayor seguridad, y jale la manga de la blusa de manga larga que ahora traía puesta.

- ¿Sabes? Iba a aparecerme como te dije, justo cuando tú me entregaras en forma humana al gran Dios del Inframundo. Pero luego me dije: No puedes ser tan malo. Seguramente estarán de luna de miel.

Y créeme no soy tan desconsiderado. Al contrario, vengo a felicitarte. Ni yo pude haber hecho un trabajo mejor. Pensé que el que nuestro querido amigo...¿Como lo llamas? ¡Ah, si! Nahek. Si Nahek decidiera entregar su ahora caliente, humano corazón a una mujer bella, de quien tengo a su familia, iba a ser un inconveniente. Pero ahora sé que no será así. Al contrario es lo mejor que pude pasar. Porqué un corazón enamorado, también es tan fácil de lastimar.

Si te tengo a ti, lo tengo a él. Y si lo tengo a él, te tendré a ti. Solo es cuestión de que elijas querida. ¿A quién me vas a entregar? ¿Serás tú o él?

No creo que ese anillo, saliera de la nada. Seguro tú y él, ya son esposos. Es lo que ese anillo significa. ¿No es así? Tratas de esconderlo inútilmente, querida.-

- Tú dijiste que dejarías a mi familia en paz, si Nahek estaba en este plano. Lo está, así que deja a mi familia Canek.- Le dije, con algo de serenidad, aunque en realidad trataba de hablar con claridad.

- Lo haría con gusto querida, pero aún no es tiempo. Créeme, soy un buen anfitrión. Más si se trata de la familia de la Diosa de los Muertos. Ahora eres su dama por completo.

Y eso es lo que esperaba. Quería que lo enamorarás. Que te entregará esos esos sentimientos. Que se hiciera ilusiones de una vida a tu lado. Él hará todo por ti. Y gracias a ti, yo podré de una vez por todas deshacerme de él. Tú eres la que me ayudará a aplastar su patético corazón humano.-

Tragué saliva, Canek estaba muy cerca de mi y esas últimas palabras me las dijo con una seguridad terrorífica.

- Antes moriré, que entregarte a Nahek.- Le dije con seguridad y enojo.

- Lo sé querida, pero no espero que mueras. Eso es demasiado dramático, yo quiero que él veo en lo que te vas a convertir. No necesito un drama estilo Shakespeare. Quiero que él sea quien tenga que detenerte.

¡Oh Adara! Si supieras los magníficos planes que tengo para ustedes dos. Tu familia sólo es mi plan B. -

Sus palabras me aterraron aún más. ¿Que era lo que estaba tramando?

- Ya no soy la misma, ahora soy cada vez más la dama de los muertos y no te conviene meterte conmigo.-

- No te pongas tan agresiva Adara. ¿Que pasó con esa niña asustadiza? Yo sólo quiero ayudarte a traer a tu amigo de vuelta. Ya te dije que no soy tan desconsiderado. Y seguramente esa amiga tuya necesita a Leo, y su novia. ¿Sabes que ella pensaba que iba a comprometerse con él? Y ahora por tu culpa, esta aquí en esta cama, como un vegetal.-

Dijo a la vez que se acostaba al lado de Leo. Aquello me hizo enojar.

- ¿Acaso no sabías que planeaban casarse?- Preguntó con ingenuidad. - Lo sé, es una pena ver que tu alma gemela piense unir su vida, cuando ya esta unida a la tuya.

- Me compadezco de él. En verdad lo hago, está enamorado de una chica que jamás le va a corresponder, y si no lo está... Quizás un bello viaje al infierno ida y vuelta pueda ayudar.-

- ¿Que es lo que quieres?-

- Ayudarte... Ya te lo dije. Tú vas sacas a Adam y ya. Todos felices. Quiero decirte que Nahek no dejará esa puerta que buscas, el mítico espejo de la muerte sin supervision mientras tú estés con él. Te sugiero que intentes con tus nuevos poderes ir a tu nuevo hogar. No necesariamente necesitas de tu esposo para ello. Tienes las llaves de la nueva casa.-

No estaba entendiendo nada, de lo que el estaba diciendo.

- Por último me asegurare que sea sólo a él a quien necesites, si todo falla.-

Fue lo que dijo cuando aún recostado a su lado tomó su brazo, y algo extraño sucedió. Esa cadena dorada por un momento se hizo visible, y pequeñas ramificaciones subieron por su cuerpo. Así como aparecían, así se iban.

- Recuerda... Ya tienes las llaves de la casa. Eres su esposa, querida. Disfruta de mi regalo de bodas.- Dijo a la vez que me guiñaba el ojo y desaparecía.

Todo había sucedido tan rápido que ni siquiera pude hacer algo. Sólo me acerque a ver que Leo estuviera respirando. Aparentemente no tenía nada.

Justo cuando estaba toqueteandolo, seguro que así lo vieron. Aunque en realidad buscaba alguna señal de lo que Canek le acababa de hacer, Amelia, Isa y dos señoras entraban al cuarto.

¡Genial! ¿Que más podía pasarme?



¡Hola! Espero hayan disfrutado los últimos caps, aunque no sé, siento que algo les falta. La acción va a empezar. JAjaja Aunque les deje más momentos románticos de mortis y Adara. Extrañaba a Canek por alguna razón.

Dejen sus comentario, etiquetenme en Insta o Twitter sus frases favoritas para publicarlas.

Por cierto si quieren leer mi entrevista de preguntas random, les dejo el link. Se va a meter en problemas Adara con Isa y Amelia XD Por andar toquetenadole al novio jajajajaja

https://www.wattpad.com/439854851-entrevistas-arumavaleria

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