⚜️ PREFACIO ⚜️


Un don, así es como llaman aquellas habilidades que son propias de una persona, aquello que lo hace especial, que les fueron otorgadas como un obsequio. ¿Cuándo un don se convierte en una maldición?

Quizá cuando a causa de este, se desencadena una serie de eventos que podemos llamar destino.

Pensemos en el destino como si fuera una máquina compleja que funciona con diferentes engranajes, y si una de estas no funciona, nada de lo demás lo hará. Así que esta compleja máquina encaprichada por cumplir con su propósito encuentra la forma de repararse, de seguir su rumbo, que su función no se vea interrumpida.

El destino es caprichoso, siempre encontrando como cumplirse, sin importar el desastre que deje a su paso, sin importar cuán difícil sea, tarde o temprano se cumplirá.

Así empieza esta historia, con un destino entrelazado con una era de dioses olvidados por los humanos. Con una vida que aún no iniciaba, pero que su inicio sería capaz de afectar el orden de la vida y la muerte.

Una mujer tendría a su primogénita. Una niña con un don muy peculiar que marcaría su destino con un ser al que muchos tememos y que siempre evitamos nombrar.

Las fuerzas de la madre fallaban, había llegado su hora, mas no iba a permitirse derrotar, no al menos sin luchar por darle una oportunidad a su hija. Se aferraba a la vida ¿qué más podía hacer? sino tratar de salvar la vida que llevaba en su vientre. Suplicaba con desesperación por la vida que aún estaba segura dentro de ella.

Aquella mujer pedía al universo, a la vida, a quién pudiese escucharla, que salvara a su pequeña.

Ten cuidado con lo que deseas nos suelen decir, y es que cada vez que pides algo al universo, o a Dios, nunca sabes quién pueda escucharte. Ni qué tan dispuestos estén a complacerte.

Hombres en ropas azuladas corrían de un lado al otro, debían actuar pronto para salvar aquella vida que ni siquiera había llegado a este mundo. Al mismo tiempo de entre las sombras de uno de los rincones de la sala blanca apareció un ser vestido de etiqueta rigurosa como si se tratase de una ocasión especial, y es que cada vez que este ser, se hacía presente era el momento de partir de esta vida.

Aquel ser pasaba desapercibido para todos en la sala, nadie notaba su presencia, él ya estaba acostumbrado a ello, a ser invisible, aunque siempre estaba ahí, esperando con paciencia a que todos cumplieran con una cita agendada desde su nacimiento.

No existía para ninguno en aquella sala, excepto para alguien. El ser más inesperado, alguien que ni siquiera aquella extraña presencia podía siquiera imaginar que repararía en su presencia.

Aquel ser venía por el alma de su madre. Llevar almas al lugar que les correspondía era su trabajo, uno que ahora le era indiferente pues su lapso de interés por la humanidad había acabado, aunque no por ello dejaba de asombrarse de lo complejo que podían ser los humanos y de las contradicciones que eran parte de la vida de esos seres que no eran como él. La conclusión a la que había llegado era que mientras más se vivía, el final para ellos estaba más cerca.

Esa bebita que acababa de nacer se aferraba con fuerza a seguir en este mundo.

¿Por qué todos se aferran tanto a eso que llaman vida? ¿Por qué le temían tanto a él? Si el paraíso de los muertos les esperaba. Él solo cumplía su deber, se aseguraba de que sus almas fueran a donde debían pasar la eternidad, ese era su trabajo, su propósito. Y sin ese propósito no era nada, era la única razón de su existencia, llevar almas al lugar que pertenecen, cuidar de ellas para que no se perdieran ni se extinguieran. Se había acostumbrado ya, a ser odiado por los humanos. A lidiar con su aversión por lo que representaba, había otros que le deseaban, anhelaban acabar con su vida y lo recibían con agrado, pero eran pocos, la mayoría lo despreciaba.

Se acercó a aquella bebita con curiosidad, y entreabrió sus ojos cafés, al menos así le pareció a aquel ser. Esos ojos pequeñitos se quedaron quietos sobre aquella figura, lo miraba fijamente. La sensación de ser observado era desconcertante para aquel ser,ya que era realmente curioso curiosoque aquella bola de carne demasiado pequeña pudiera reparar en su supresencia y pareciera saber que aquel ser se encontraba ahí. Su pequeño corazón latía cada vez menos. Se sentía extraño, ¿acaso alguien lo estaba observando?

La bebita lo había cautivado, había despertado algo desconocido en él. Por primera vez sintió que no era sólo un ser temido u odiado. ¿Era capaz de sentir ahora? En sus manos tenía el poder de dejarla vivir o arrebatarle su corta existencia, la hora de su madre había llegado, por eso estaba aquí, a eso había venido. ¿Pero ella? Por primera vez no deseó hacer su trabajo, quería seguir observándola, deseaba entender qué era lo que esa bebita estaba provocando en él. ¿Por qué ella parecía saber que se encontraba ahí?

Vestía un traje oscuro, que solo se arrugó un poco cuando se inclinó hacía la bebita con curiosidad. Tal vez no tenía idea de lo que estaba haciendo, pero no quería que esa sensación desconocida se fuera, quería que ella siguiera viviendo. Le dió un soplo de muerte, esperando que viviera. ¿Quién podría adivinar que aquel ser de alguna manera haría lo opuesto de lo que siempre había hecho desde el principio de todos los tiempos? En lugar de ser muerte, por un instante fue vida.

La recién nacida al sentir la cercanía de aquel ser, abrió fugazmente sus ojitos. Probablemente en agradecimiento, o por curiosidad. La extraña presencia pudo ver que esos ojos cafés se fueron entintando de un color plata, sus ojos ahora eran grisáceos, aquella bebita ahora poseía unos bellos ojos platinados. Tal vez aquello sucedió en cuestión de segundos, aunque para aquel ser, el tiempo era algo relativo, ocurría de una forma diferente, solo él pudo darse cuenta del cambio de color en sus ojos. Había creado un lazo sin proponérselo con aquella bebita al perdonarle la vida.

— Adara. Serás Adara pequeña, así te llamaré yo.

Se quedó admirándola por unos instantes, quiso tocarla, pero se arrepintió de ello, sabía que no podría soportar su toque funesto. Sin proponérselo y sin pensarlo interfirió en la existencia de ambos. Tenía miedo de tocarla, de herirla. Después de todo era la muerte. Aquel ser sonrió, quería protegerla, y así lo haría, se mantendría a su lado desde las sombras. ¿Cómo podría saber aquel ser que ese hecho lo cambiarían a él y a esa bebita? La muerte había sellado el destino de ambos.

— Nos veremos pronto pequeña.

La bebita lloró, así era como le daba la bienvenida a la vida. Su extraño don la había salvado, o tal vez la había maldecido. ¿Quién podía decir lo que era? Como dije: Todo depende del cristal con que se mire, de la perspectiva de quien lea esta historia, de lo que elijan creer al leer esta narración.

Lo cierto es que su vida había sido perdonada por la misma muerte.


Para todos aquellos que empiezan a leer, he estado haciendo correcciones, y por lo tanto serán su pesadilla quizás, es probable que Wattpad y su bug les hagan una mala jugada, les aparezcan letras repetidas, espacios, o líneas entrecortadas, es un bug de Wattpad y Wattpad sólo nos dice, reinicien sesión.
No es mi culpa y de hecho eso hace que reinicie seción a cada rato. Una disculpa.

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