Capítulo V: Beso de la buena suerte.
Declaimer: Los personajes de Naruto NO son míos, pertenecen a Kshimoto, yo sólo los uso para crear esta historia, sin fines de lucro, con el único objetivo de hacer pasar un buen momento al lector.
Hinata suspiró de cansancio por tercera vez en la noche, sus amigos y ella habían salido a cenar en Ichiraku para ponerse al corriente con todo lo ocurrido en la semana, lamentablemente Kiba terminó bebiendo demás y ahora Shino y ella debían llevarlo de regreso a casa. En opinión de Hinata, Kiba no estaba cooperando demasiado, dejaba caer todo su peso sobre ellos, siendo que Shino estaba a su derecha y Hinata a su izquierda.
—Me encanta salir con ustedes, Shino es como mi hermano mayor— exclamó Kiba repentinamente, levantando sus brazos y dando alguna palmadas a la espalda de Shino —Y Hinata mi hermana pequeña— el castaño se rió y abrazó a Hinata, aprovechando para apretar sus mejillas, detalle que sabía ella detestaba.
—Ya ten-tengo veintiocho— Hinata intentó quejarse por su actitud pero Kiba continuó apretando sus mejillas y diciendo que seguía siendo pequeña.
—Mientras no tengas novio, seguirás siendo una bebé para mí— Kiba de nuevo reía a costa de su amiga y al ver el tierno mohín en su rostro, besó su mejilla para tratar de hacerla sonreír.
—Te dije que no era bueno dejar que Kiba tome alcohol— le dijo Shino a Hinata en voz baja, como pretendiendo que Kiba no los escucharía a pesar de estar en medio de ellos.
—Pero ha tenido una mala semana y su novia terminó con él— murmuró Hinata preocupada, era la segunda vez que Kiba terminaba con su novia, pero en esta ocasión parecía ser definitivo.
—¡No me recuerdes eso, Hinata!— Kiba sollozó y Hinata de inmediato se cubrió la boca avergonzada, no era su intención herir a su amigo.
—Lo siento— se disculpó Hinata.
—Cambiando de tema, te queríamos invitar a nuestro próximo partido de béisbol— habló Shino dirigiéndose Hinata, esperando con eso desviar la atención del asunto de la ruptura de Kiba.
El Inuzuka se emocionó al escuchar a Shino, olvidando por un momento el motivo que lo entristeció anteriormente —¡Es verdad!— exclamó con alegría y dando un gran salto, Shino y Hinata debieron apresurarse a tomarlo de nuevo antes de que cayera —Por fin hemos ascendido a una nueva liga, serán juegos con equipos más experimentados— explicó Kiba con la misma energía de siempre.
—Ahora nosotros somos los novatos— dijo Shino ajustando sus lentes, llevar a Kiba estaba siendo una tarea más pesada de lo que imaginó.
—Mmm no lo sé, quería visitar a Hanabi este fin de semana y...
—No puedes dejarnos solos, Hinata. Tú eres nuestro amuleto de la suerte— Kiba fingió estar llorando para ablandar a su mejor amiga, tantos años de conocer a Hinata le daban la ventaja de saber cuáles eran sus puntos débiles.
—¿¡Eh!?, No llores, Kiba-kun— suplicó Hinata tirando de si camiseta.
—¿Entonces irás?— preguntaron Shino y Kiba al mismo tiempo, las sonrisas en su rostro hicieron saber a Hinata que fue engañada.
—De acuerdo, iré a su partido de béisbol— aceptó la Hyūga resignada, de cualquier forma, podría pedirle a Hanabi que sea ella quien la visite. Quizá así podrían tener una salida de amigas junto a Tenten.
—Perfecto, no perderemos si estás con nosotros— aseguró Kiba feliz y abrazando con más entusiasmo sus amigos. Tanto Shino como Hinata sentían que se les escapaba el aire.
—Tal vez puedas invitar a Tenten, así no te sentirás tan sola en las gradas— le propuso Shino sonriendo levemente, sabía bien que Hinata no se sentiría cómoda si no tenía a alguien conocido junto a ella.
—No, Tenten tiene una cita y no quiero arruinarle su plan— les dijo Hinata sin agregar más, conocía la identidad del hombre con quién Tenten saldría, pero por seguridad de su cita no les contaría a Kiba y Shino.
—¿Qué?, ¿Tenten en una cita?— preguntó Kiba con gran sorpresa, en ocasiones sentía que sus amigas no le contaban nada.
—Pensé que esperaría a Neji el resto de su vida— habló Shino con calma, le daba curiosidad la cita de Tenten pero esperaría a que ella misma les contara sobre ello.
Kiba asintió en acuerdo a lo que dijo Shino, para nadie era un secreto que Tenten vivía enamorada de Neji.
—Neji-niisan... No sé si regresará algún día, está siendo muy exitoso en Estados Unidos— Hinata sonrió con una expresión triste en sus ojos, le rompía el corazón no estar cerca de su primo, siendo él una de las personas que más la apoyaba, sin embargo, también se sentía orgullosa de Neji por todo lo que estaba logrando.
—¿Y qué hay de ti?, Tenten dijo que tuviste una cita hace poco— comentó Kiba mientras le tocaba ligeramente con su codo, la gran sonrisa en los labios de su mejor amigo le hicieron saber a Hinata que no podría negarlo.
—No les diré nada, ustedes siempre espantan a mis pretendientes— Hinata se apartó de ellos cruzando sus brazos, Shino casi se caía por tener que cargar a Kiba él solo.
—Oye, oye— la llamo Kiba reponiéndose del susto por casi haber terminado en el suelo —Solamente nos preocupamos por ti, por eso somos sobreprotectores. Yo te dije que Naruto no era bueno, no me equivoqué— se defendió rápidamente ante la mirada defensiva de Hinata, Shino no dudó en apoyar al Inuzuka.
—Pero Toneri era buena persona, ustedes lo golpearon en mi fiesta de cumpleaños— y de sólo recordarlo, Hinata volvía a enfadarse como aquel día. Toneri no quiso volver a verla después de que sus amigos a los que presentó como "casi hermanos" lo avergonzaran delante de su familia.
—Está bien, ahí si nos equivocamos— reconoció Shino avergonzado, Kiba asintió, teniendo la misma actitud de su amigo.
—¿Al menos puedes decirnos cómo te fue?— se atrevió a preguntar Kiba, ocultándose detrás de Shino para evitar más la molestia de su mejor amiga.
Para sorpresa de ambos, el ceño fruncido de Hinata se transformó rápidamente en una sonrisa radiante.
—Él... Me agrada demasiado— confesó mirando hacia el cielo, un bonito sonrojo apareció en sus mejillas al recordar su cita en el cine.
Shino acomodó sus gafas antes de volver a tomar a Kiba para llevarlo consigo, lamentablemente Hinata ya no le ayudaba —Tenten nos comentó que tenía un hijo— dijo el Aburame intentando que no parezca una crítica.
—Sí, es un niño muy inteligente. No sé exactamente qué sucedió, pero la abuela de Hiro...— la Hyūga se mordió el labio inferior, sin saber si debía hablar o no. No se sintió correcto quedarse a escuchar la conversación de Ino, y tenía ser juzgada por ello, pero aún así, necesitaba la opinión de sus amigos —La escuché hablar recientemente por teléfono, creo que con su esposo, ella dijo que la madre de Hiro los abandonó— murmuró sin agregar más, la llamada de Ino prácticamente se resumía en una serie de insultos hacia la madre de Hiro.
—Abandonar a tu hijo es muy cruel— mencionó Kiba consternado, no sabía si era el alcohol en su sistema, pero repentinamente se sentía demasiado triste por un niño al que no conocía.
—Entonces debes tener cuidado— advirtió Shino, tomando por sorpresa a Kiba y Hinata.
—¿Por qué?— indagó Hinata confundida.
—Tengo un mal presentimiento— fue lo último que dijo Shino durante el resto de la noche.
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El día del partido de béisbol por fin había llegado, un lindo viernes por la tarde, cuando el sol se comenzaba a ocultar y el clima mejoraba notablemente. Hinata permanecía a lado de sus amigos, cerca de donde se encontraba el resto del equipo, todos parecidas estar muy nerviosos por el nuevo reto que estaba frente a ellos. Ya no estaban en la liga de los novatos, sino en algo más formal e importante. Aunque la ojiperla trataba de animarlos desde hace tiempo, Kiba parecía que todavía quería ir a vomitar.
—¿Tienen todo listo?— preguntó Hinata de nuevo, veía a sus amigos tan nerviosos que no le sorprendería que hayan olvidado hasta lo menos esperando, como su casco.
—Sí, nos hemos preparado bien— la tranquilizó Shino sonriendo, aunque sentía cierta inquietud, no se encontraba en el mismo estado de Kiba.
—Sólo falta que el entrenador llegue con más agua y estaremos preparados— murmuró Kiba viendo de un lado a otro, de pronto sentía que su entrenador no regresaba pronto y eso lo ponía más nervioso.
—Regresaré a las gradas entonces— les dijo Hinata dando una suave palmada a ambos hombres.
—Falta nuestro amuleto— le recordó Shino antes de que se alejara, Hinata se detuvo y volvió de inmediato con ellos.
—¡Cierto!, Casi lo olvido— respondió la Hyūga apenada.
Hinata debió pararse sobre las puntas de sus pies para poder alcanzar a sus amigos, besando la mejilla de Shino primero y después a Kiba.
En el mismo sitio pero a cierta distancia de ellos, Obito permanecía sentado sobre el césped, el Uchiha ajustaba sus agujetas por encima vez, simplemente para asegurarse de que todo iría bien durante el partido. Kakashi llegó a su lado cuando Obito pareció estar de seguro de que sus tenis no se saldrían por culpa de no estar bien ajustados, el peliplata llevaba consigo una botella de agua. Kakashi pasó su vista de Obito al equipo contrario, sabía que eran nuevos en su liga pero en la anterior a la que pertenecieron tuvieron muy buenos resultados. El Hatake se sorprendió de ver a Hinata junto a sus rivales, e instintivamente sus ojos volvieron a dirigirse a Obito.
—¿No es esa la maestra de Hiro?— Kakashi señaló a Hinata, todavía con la botella de agua en sus manos. Por un segundo olvidó que había llegado a entregarle esa botella a Obito.
El Uchiha se sonrojó al escuchar a su amigo, repentinamente se levantó y miró hacia todos lados buscando a la mujer de lindos ojos —¿Hinata?, ¿Dónde está?— preguntó ansioso, por más que la buscaba no podía dar con ella.
—Justo ahí— Kakashi detuvo la cabeza de Obito para que vea con sus propios ojos a Hinata, le causó gracia verlo dando vueltas.
La expresión alegre de Obito se desvaneció cuando miró como Hinata besaba las mejillas de dos chicos que no conocía, aunque recordaba haberlos vistos antes en el restaurante de ramen de Teuchi.
—Ella...—
—Supongo que sale con alguno de los dos, recuerdo que estaba con ellos en el restaurante de Teuchi— habló Kakashi sin pensarlo, al ver que Obito estaba apretando sus manos, decidió continuar —Parecía una cita doble en ese entonces— se convencía de que no era una mentira, puesto que a simple vista si parecería que aquellas cuatro personas salían en una cita de tipo romántica.
—No es verdad, sólo son amigos— Obito trató de tranquilizarse por su bien, le daba vergüenza sentirse celoso de esos hombres. Hinata en ningún momento le había dado motivos para creer que entre ellos existía una relación.
—Si tú lo dices— Kakashi le dejó la botella de agua y se marchó dándole unas palmadas en la espalda.
Obito se quedó observando la interacción entre Hinata y sus amigos, parecía tan feliz y cómoda que las palabras de Kakashi volvieron a sonar en su cabeza. Su mejor amigo era muy bueno observando y analizando a las personas, no dudaba que pudiera tener razón. Aún así, Obito había estado en contacto con Hinata los últimos días después de su cita, así que no creía que ella esté saliendo con alguno ellos. Aunque ni Obito o Hinata confesaran sus sentimientos, podían sentir que le gustaban al otro.
—¡Hinata!, ¡Por aquí!— le gritó el Uchiha en cuanto la vió pasar por dónde estaba su equipo, antes de que ella se dirija a las gradas.
Hinata se dió la vuelta y se sonrojó al mirar a Obito, de todos los sitios, ese era el último en que esperaba verlo —¿Obito-san?— Hinata lo saludó con la mano tímidamente y avanzó hacia él cuando Obito le hizo señas con sus brazos.
—Que gustó verte aquí, Hinata. No sabía que te gustaba el béisbol— Obito sonrió y la abrazó rápidamente, tomando por sorpresa a la Hyūga. El Uchiha miró con discreción en dirección a los amigos de Hinata, pero ellos parecían no notar a ambos.
Hinata se puso nerviosa por su repentina cercanía, aunque no sé quejó de su afectuoso saludo —Yo... Sólo venía para apoyar a unos amigos— murmuró ella un poco decepcionada de que su amigo se aparte de su lado.
—Ah, ya entiendo— el pelinegro se alegró al escucharla, saber que sólo eran sus amigos le hacía sentirse más aliviado —¿Es un beso de la buena suerte?— se atrevió a preguntar, no se le ocurría otra explicación.
—¿L-lo miró?— Hinata se sonrojó fuertemente por su pregunta, se cubrió las mejillas tímidamente y miró hacia todos lados menos al hombre frente a ella.
Obito asintió varias veces —Debes dar mucha suerte, mis compañeros dijeron que el equipo rival no ha perdido ningún partido en su última temporada— sin darse cuenta, se vio elogiando a Hinata por los besos a sus amigos, y al percatarse de ello, no pudo evitar sentirse avergonzado de sí mismo.
—Tal vez— Hinata jugó con sus manos, viendo hacia el suelo, como si las zapatillas deportivas de Obito fueran lo más interesante del mundo.
—¿Puedo tener un poco de tu buena suerte también?— Obito continuó sonriendo, incluso riendo un poco al ver que Hinata comienza a hablar cosas sin sentido.
—¿Quiere...?, ¿Obito-san quiere que lo bese?— Hinata lo observó directamente a los ojos, fue entonces el turno de Obito para sonrojarse y apartar la mirada.
—Oh, bueno— Obito se sintió nervioso con los ojos perla de Hinata puestos en él, frotó su cuello y trató de decir algo, pero todo su vocabulario pareció abandonarlo.
—Lo haré, Obito-san también debe tener buena suerte. Así será justo, ¿Verdad?— Hinata miró hacia el suelo, ya no se atrevía a verlo después de su propuesta.
—D-de acuerdo— Obito sonrió al ver que Hinata se acercaba tímidamente a él y trataba de pararse muy alto sobre las puntas de sus pies.
El Uchiha se inclinó hacia ella y cuando Hinata cerró los ojos por inercia, Obito miró su oportunidad de robarle un beso en los labios. Hinata se sorprendió por su acción, pero antes de poder reaccionar, Obito ya se había alejado de ella con una sonrisa dibujada en su rostro.
—O-obito-san...— Hinata tocó sus labios nerviosa, su corazón latía rápidamente dentro de su pecho, provocando que incluso respirar parezca más difícil. Era su primer beso con Obito, su primer beso después de tanto tiempo.
—Lo siento, Hinata. Creo que robé un poco más de tu suerte— el Uchiha intentó sonar inocente, pero dudaba que Hinata le creyera. Había aprovechado la inocencia de la pequeña mujer para robarle un beso, y agradecida que ella no esté molesta por eso.
—¡Eso es Obito!— Asuma le gritó a su amigo desde la banca de su equipo, Obito y Hinata se avergonzaron al notar que más personas los vieron.
—¡La llama de la juventud arde en ustedes!— los animó Gai al notar que los dos estaban muy nerviosos.
—¡Ya era hora Obito!— se unió Yamato riendo.
Obito se golpeó la frente cuando todos sus amigos comenzaron a gritar para celebrar por su beso, avergonzado, el Uchiha le prestó su gorra a Hinata para cubrirla y la acompañó a sentarse entre el público. Ninguno de los dos se atrevió a decir algo.
Kakashi observó la escena sin decir nada, quería alegrarse por Obito al igual que sus amigos, pero en cambio, sentía celos de la mujer que Obito justo ahora estaba protegiendo.
—Al fin Obito tiene novia, ya no tendrás que cuidar de él— Asuma le dió unas palmadas en la espalda a Kakashi, que rió por su broma.
—Eso parece— Kakashi apartó la vista de Asuma y miró en dirección a Obito, que continuaba acompañando a Hinata.
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El equipo de Obito no paraba de festejar a Gai, gracias a él habían logrado ganar en el último momento, es por ello que lo elevaban en el aire entre gritos y cantos que ni Kakashi ni Obito entendían demasiado bien. Hinata observó desde las gradas al equipo de Obito, le fue imposible no sonreír al ver que el Uchiha reía y festejaba con sus amigos. Obito podía llegar a ser una persona muy alegre, y eso le gustaba demasiado.
Los ojos perla de la Hyūga se dirigieron después hacia sus mejores amigos, Kiba y Shino eran lo contrario a Obito, sus amigos se notaban demasiado cansados, además de que su semblante triste rompía su corazón. Sentía que de alguna manera los había traicionado, prefirió apoyar a un hombre que llamaba su atención antes que a sus amigos de toda la vida. ¿Qué le estaba pasando?, ¿En qué la convertía Obito Uchiha?
Negó varias veces con la cabeza antes de bajar de las gradas y correr hacia sus amigos, no podía ir a felicitar al padre de Hiro, ella debía estar a lado de Shino y Kiba para consolarlos.
—¿Están bien?— preguntó Hinata acercándose cautelosamente, conocía a Kiba y lo sobreprotector que solía ser. Si él la había visto besar a Obito...
Kiba se dejó caer al césped por lo agotado que se sentía, observó el cielo que comenzaba a cubrirse de algunas estrellas antes de fijar sus ojos en una persona en particular —Imagino que se trata de él— el castaño señaló a Obito, provocando que Hinata se sonroje.
—Parece una buena persona— continuó Shino en vista de que su amiga no respondía, el Aburame se sentó a lado de Kiba, Hinata imitó a sus amigos y se se colocó a lado de Shino.
—¿Ustedes están molestos?— murmuró la Hyūga con cierta tristeza, unas de las personas que menos quería decepcionar eran ellos.
—¿Qué?, ¡No!— Kiba se incorporó casi de inmediato, no quería que Hinata malinterprete sus palabras —El juego en realidad fue muy parejo, estamos felices de haberlo hecho bien— comentó más animado, si había visto el beso que le robaron a su amiga, pero eso no quería decir que hayan perdido por ese detalle.
—Ese fue un buen juego— la voz de Asuma terminó la conversación de los tres amigos, el líder del equipo rival se había acercado a ellos junto con Obito y otros de sus amigos.
—¿Quisieran venir a cenar con nosotros?— los ojos oscuros de Obito no tardaron en encontrar los perla de Hinata, quién desvió la vista sonrojada.
—El restaurante de mi esposa es donde siempre celebramos— les dijo Yamato sonriendo, si algo le agradaba mucho de su equipo es que siempre dejaban la rivalidad cuando un juego terminaba.
—Eso nos agradaría, invitaremos a los demás— Shino se levantó con ayuda de Gai y junto con Kiba se retiraron para llamar al resto de su equipo.
Asuma y los demás miembros de su equipo los acompañaron aunque Shino no lo haya pedido, y en el corto camino les fue fácil entablar una conversación con Kiba. Obito, a diferencia de sus amigos, se quedó con Hinata, que comenzaba a chocar sus dedos índices.
—Lo siento, Hinata. Creo que sí he robado más de tu suerte— el Uchiha se rió nervioso por sus propias palabras, imaginaba que Hinata no debía sentirse bien al ver qué sus amigos perdían.
—No importa, y-yo quería que O-obito-san también gane— Hinata jugó con las puntas de su cabello, confesarlo en voz alta hacía latir más fuerte a su corazón. Solamente agradecía que Kiba y Shino se encuentren lejos, también los quería demasiado y le gustaría que ganen, pero justo ahora sentía que sus sentimientos se dividían.
—¿Te gustaría cenar conmigo?, Solamente nosotros dos— le propuso el pelinegro siendo más tranquilo, Hinata lo miró sorprendida, sabía que ya no estaban bromeando —Debo agradecerte, gracias a ti gané— la gran sonrisa reflejada en su rostro le hizo sonreír también.
—¿Sólo es por eso?— la ojiperla cubrió su boca al darse cuenta de que pensó en voz alta, un tierno sonrojo no tardó en aparecer cubriendo sus mejillas.
—Ah bueno, n-no sólo por eso. Yo... Me gustaría tener una cita contigo— murmuró él Uchiha avergonzado, sin duda había perdido práctica en eso de invitar a las mujeres a salir. Hinata simplemente lo ponía demasiado nervioso.
—¿A dónde iremos?— quiso saber Hinata, ella sonrió feliz y emocionada por la expectativa.
—¿Quieres algo de carne?— indagó Obito sintiéndose más cómodo, los ojos amables de Hinata le dieron la confianza que me hacía falta.
—Me gustaría— aceptó ella contenta.
Obito sonrió de igual manera y tomó la mano de su acompañante —Hay que irnos antes de que noten que faltamos— se acercó a ella para susurrar cerca de su oído, el aliento calido del Uchiha hizo sentir mejor a Hinata.
La Hyūga rió junto a Obito, ambos siendo cómplices de una pequeña escapada de sus amigos. Obito se sintió de nuevo como un adolescente que estaba a punto de cometer una locura, Hinata se permitió disfrutar de la calidez de la mano del Uchiha.
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Kakashi observó el papel en su mano y después comprobó una vez más el número de la casa que estaba buscando. Al darse cuenta de que se encontraba en el sitio correcto, tocó el timbre y esperó unos minutos. Un hombre mayor apareció pronto en el umbral de la puerta, mirando con curiosidad a la persona que le llamaba.
—Es usted Hiashi Hyūga, me costó un poco dar con su dirección— habló Kakashi sonriendo ligeramente, no tenía duda de que se trataba del padre de la maestra de Hiro, ambos poseían los mismos ojos.
—¿Quién me busca?— preguntó Hiashi, que todavía no lo invitaba a pasar a su casa.
—Me presento, soy Kakashi Hatake, un admirador de su trabajo. Quisiera saber si puede firmar mi libro— el peliplata realizó una rápida reverencia para casi de inmediato mostrar el libro que llevaba en sus manos.
Hiashi sonrió al ver un ejemplar de sus primeros libros, había pasado tanto tiempo desde que miró a alguien más que no fuera él con una de sus obras en mano. El Hyūga de acercó con prisa hacia el la cerca de madera de su jardín y abrió para permitirle a su invitado pasar, Kakashi siguió al hombre cuando éste tomó su libro y comenzó a caminar con dirección al interior de su hogar.
—Esto me hace más feliz a mí que a ti— comentó Hiashi sumamente feliz, razón por la que Kakashi sintió ternura de él.
Ambos se caminaron por la casa, Hiashi amablemente le ofreció a Kakashi un sitio en su sala y el peliplata aprovechó el momento para buscar entre las paredes más imágenes de la familia Hyūga.
—Mi visita también es porque me gustaría hablar de algo respecto a su hija— comenzó Kakashi con cautela, Hiashi se había sentado frente a él después de haber colocado dos tazas de té y un frasco de azúcar en la pequeña mesa.
—¿Hinata o Hanabi?, Seguramente Hanabi, ¿Qué hizo esta vez?— el castaño frotó su frente sintiendo cierta angustia, su hija menor en ocasiones anteriores se había metido en problemas por estafar a personas menos listas que ella —Esa niña me provocará un infarto algún día, ¿Lo estafó o algo así?— los ojos de Hiashi hicieron visible su preocupación, Kakashi se sintió un poco culpable por ello.
—En realidad, es sobre Hinata. No conozco a Hanabi— se apresuró a decir, no le gustaría causar todo un malentendido.
—¿Hinata?, ¿Qué pudo haber hecho ella?— Hiashi le entregó el libro firmado a Kakashi, quién sonrió e hizo otra pequeña reverencia.
—Nada malo, sólo que... Hay un hombre que la está cortejando, no creo que él represente la mejor opción para ella— sin que Hiashi lo note, Kakashi apretó sus manos con fuerza. Sabía que hacía eso para proteger a Obito, pero se sentía mal hablar así de su mejor amigo.
—¿Por qué lo dice?, ¿Quién es ese hombre?— el Hyūga se encontraba confundido, habían pasado sólo unos meses desde que Hinata no regresó con él a casa, y como desde su discusión por culpa de Naruto ella no le había hablado por teléfono, dudaba que el pretendiente del que hablaba Kakashi fuera el Uzumaki.
—Su nombre es Obito, él trabaja como enfermero en un hospital psiquiátrico— Kakashi notó la cara de disgusto de Hiashi tan sólo al mencionar su empleo, como imaginó, no se había equivocado —Obito es padre soltero— continuó, para la gran pesadilla de Hiashi. Kakashi había investigado un poco sobre Hinata Hyūga y su familia, descubriendo que la única relación sería de la pequeña mujer fue con Naruto Uzumaki, un hombre que lo tenía todo en la vida. Las siguientes ligeras relaciones de la ojiperla eran con hombres igual de importantes. Obito no encajaba en ese perfil y tenía que resulte herido de continuar con el peligroso juego que seguía con Hinata.
—¿Qué está diciendo?— molesto, Hiashi dejó de beber su té y dejó caer la taza de mala manera. Le revolvía el estómago saber que su hija mayor salía con un hombre que no estaba a su altura, ese sujeto no le convenía.
—Escuche, él es un buen amigo mío, pero no me gustaría que termine herido o peor aún, que su hijo termine desilusionado— le explicó Kakashi con más paciencia de la que tenía, Hiro era un niño muy bondadoso, le rompería el corazón si él sufría por culpa de alguna relación fallida de su padre.
—No pienso permitir que Hinata esté con un hombre que ya tiene un hijo, ni siquiera cuenta con un buen trabajo para mantener a mi hija— murmuró él Hyūga al mismo tiempo que se levantaba de su asiento y se acercaba a su librero. Buscó sin parar la agenda dónde conservaba los datos de sus grandes amigos, no le importó incluso tirar algunos libros con tal de dar con esa agenda.
—Hiashi-san...— Kakashi imitó a su acompañante y se incorporó para intentar ver qué es lo que tanto hacía el padre de Hinata. Lo miró tomar una vieja agenda y hojear con gran rapidez.
—Le agradezco que me haya visitado, pero ya puede retirarse— le dijo Hiashi sin apartar su vista de la libreta, afortunadamente tenía todos sus contactos ordenados por sus iniciales, lo que haría más fácil dar con la persona que estaba buscando.
—Ah, claro— Kakashi realizó una última reverencia para retirarse del lugar, Hiashi ni siquiera volteó a verlo de nuevo.
—Será por tu bien, Hinata. Todavía puedo conseguirte una mejor cita a ciegas— Hiashi se detuvo por fin en una hoja cuando encontró el nombre que tanto buscaba, con la misma energía de antes, se dirigió rápidamente a su teléfono fijo que colgaba de la pared, todavía sin soltar su agenda de la mano.
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Ino se encontraba de pie en la puerta, despidiendo con su mano a Obito y Hiro, que caminaban juntos y volteaban a verla constantemente, ambos Uchiha se dirigían al parque que estaba cerca de la casa de Madara, e Ino estaba muy feliz por eso, Hiro llevaba mucho tiempo queriendo jugar con su padre. Cuando los perdió de vista, la rubia suspiró y cerró la puerta detrás de sí, con pasos cortos se dirigió de nuevo a la cocina, sitio donde su esposo se encontraba sentado en el comedor revisando algunos papeles.
—Ya se fueron, ahora me dirás qué sucede— exigió saber Ino mientras cruzaba sus brazos por debajo de su pecho, su esposo llevaba mucho tiempo guardando un secreto que no quería contarle y eso la molestaba demasiado.
Madara suspiró cansado y se quitó sus gafas de lectura —La madre de Hiro estará de regreso en la ciudad, Hashirama me informó que ella tratará de recuperar a su hijo— inició el Uchiha siendo demasiado directo, no había forma de suavizar la noticia, la única verdad es que la ex de su hijo pretendía robarles a su nieto.
—¡Esa bruja!— Ino golpeó la mesa con ambas manos, fue tanta la fuerza que los papeles de Madara se movieron de lugar —¿Quién se cree para regresar después de tanto?, ¿Y pretende llevarse a mi nieto?, ¿Está loca?— la voz de la rubia iba aumentando de tono, Madara debió hablar de nuevo antes de que su esposa comience a maldecir a la mujer que más odiaba.
—Hashirama me dijo que Tobirama e Izuna la han estado investigando, cuando ella se fue de la ciudad se casó con otro hombre...— trató de explicar Madara con más calma. Al principio él también reaccionó de la misma manera que su esposa, pero cuando su hermano menor le contó lo que descubrió, sintió cierta pena por la madre de su nieto.
—¡Eso ya lo sé!, ¡No le da el derecho a volver!— gritó Ino completamente enfadada, la rubia no encontraba una manera de poder contener todo el odio que sentía por la ex de Obito.
—Ino...— Madara suspiró de nuevo, Ino comprendió que su esposo no quería ser interrumpido —El hombre con quién se casó... Ella lo escogió por ser alguien importante, pero fue él quien le impidió regresar por Hiro— intentó continuar con su relato, fallando una vez más.
—Prefirió a ese tipo antes que Hiro— corrigió la Uchiha rodando los ojos, nunca comprendería porque alguien se atrevió a abandonar a un niño tan lindo como lo era Hiro.
—No exactamente— aclaró Madara frustrado.
—No te atrevas a defenderla, Madara— lo reprendió Ino levantándose de la mesa para señalarlo con el tenedor que encontró, mismo con el que Madara había comido fruta anteriormente.
—No la estoy defendiendo, sólo quiero que estés enterada de toda la verdad— le dijo el pelinegro quitándole el tenedor de la mano, Ino a regañadientes volvió a sentarse.
—Está bien, continúa— murmuró entre dientes.
—Su esposo solía golpearla— soltó el Uchiha sin delicadeza, Ino se sorprendió con su confesión —Es por eso que ella se alejó de Hiro y se dedicó solamente a cuidar de sus otros dos hijos. Aún así, ella trató de hacer algo para poder recuperar la custodia de Hiro, cuando su esposo se enteró... La golpeó demasiado, terminó en el hospital y en esta ocasión, las influencias de ese hombre no fueron suficientes para ocultar la situación— confesó tal cual le había informado su hermano menor, aunque no lo pareciera, la madre de Hiro siempre intentó saber que había sido de su primogénito.
—No puede ser— Ino cubrió su boca para ahogar un quejido de sorpresa.
—Todo eso se salió de control y terminó con un divorcio, ella tiene la custodia de sus hijos y por eso ahora pretende regresar. Su ex esposo ya no le impide recuperar a Hiro— Madara apretó sus manos por debajo de la mesa, aunque la vida de la madre de Hiro no hubiera sido fácil, a él no se le olvidaba que abandonó a su nieto enfermo sólo por tratar de robarle a Obito su trabajo.
—Tienes que impedirlo, ella no puede volver— le suplicó Ino aterrada, no quería imaginar lo afectado que se vería Obito y Hiro, tampoco deseaba que su hijo vuelva a tener miedo de intentar algo con la mujer que comenzaba a gustarle.
—Izuna ha estado reteniendo su pasaporte para impedir que ella regrese a Japón, pero es sólo cuestión de tiempo para que eso deje de funcionar— confesó el Uchiha frotando su cuello, las opciones se le terminaban y lo que menos tenía era tiempo, no quería decirle a su hijo que la mujer que tanto lo lastimó regresaría lata quitarle lo que más amaban.
—Maldición— susurró Ino mordiéndose el labio inferior —Debemos decirle a Obito— pidió sin estar demasiado convencida de sus propias palabras.
—¿Decirme qué?— preguntó Obito desde la entrada de la cocina, Hiro se soltó de la mano de su padre para correr con sus abuelos y decirles que se olvidaron de llevar su pelota. El pequeño no pudo notar el susto que reflejaban tanto Madara como Ino.
—Obito...— murmuró Ino sin saber que decir.
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Notas de la autora:
• Puede contener errores ortográficos.
• Tarde pero seguro 😉
• ¿Qué les pareció el capítulo?
• Cuéntenme quien creen que será la competencia de Obito por el amor de Hinatita 🤭
• ¿Ya pueden adivinar quién será la mamá de Hiro? 👀
• ¿Qué otra historia les gustaría que actualice? ☺️
Dejen sus votos y comentarios 💖
Nos leemos en la próxima actualización 👀❣️
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