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La oficina del Hokage se encontraba en silencio, en su asiento se encontraba Hiruzen mirando a la nada y fumando su pipa, lo que sucedió ayer le abrió los ojos en más de una manera, estaba fallando, desde que tomó el control de la aldea después del ataque del zorro dio un paso a las arenas movedizas y ahora que estaba hasta el cuello recién lo notaba, pero su error más grande fue darle falsas esperanzas al hijo de su fallecido sucesor, forzarlo a aceptar que todo lo que le sucedía era lo que debía suceder, que dolería ahora pero que en el futuro todo cambaría, y quizás tenía razón pero las consecuencias no esperaban a la llegada del mañana, el puño del Hokage se apretó haciendo tronar los huesos de sus manos.

-"El primer responsable y culpable soy yo"- murmuró mirando la foto de Minato Namikaze.

-"Hokage sama"- un anbu apareció en frente del anciano líder de la aldea, al momento de sentir la mirada de este sobre el, un escalofrío recorrió su espalda como si el escritorio no estuviera entre ellos y su muerte estuviera a solo unos cuantos pasos, Hiruzen exhaló y cerró los ojos.

-"habla"- ordenó sin cambiar su rostro frío.

-"Sus consejeros solicitan su presencia en la sala del consejo"- habló el anbu sin levantar la mirada, de por si el ambiente en la oficina estaba extraño.

-"Ya veo, te puedes retirar"- respondió Hiruzen, el anbu más que rápido se fue sin esperar nada más.

Mientras esto sucedía en la torre, en el hospital en un cuarto aislado del resto de los demás pacientes, en una camilla se encontraba un niño acostado mirando el techo, las marcas que alguna vez se encontraban en sus mejillas ahora habían desaparecido, así como su expresión, si no fuera por el movimiento de su torax, cualquiera creería que está muerto, ayer cuando todos lo daban por muerto, los signos comenzaron a estabilizarse hasta un punto donde el doctor y las enfermeras podían hacer algo, las extremidades de Naruto se encontraban enyesadas, la puerta del cuarto fue abierta por una enfermera que entró con un carro con alimentos, miró al paciente y le miró con lastima, ella presenció lo sucedido ayer, si alguna vez hubo odio en su corazón por el niño, ese ya había desaparecido, ahora solo quedaba el mal sabor de haber cometido tatos errores en el pasado.

-"Buenos días Naruto kun es hora de desayunar"- comentó la chica acercando el carro a la cama del niño, pero este no respondió, solo la miró un instante para regresar su mirada al techo, así comenzó el primer día de recuperación de Naruto.

De regreso en la torre, en la sala del consejo se encontraban presentes todas las autoridades y representantes de la aldea, esperando desde hace media hora a que el Hokage se dignara a presentarse pero al parecer no sucedería pronto, por un lado se encontraban los líderes de los clanes de la aldea y por otro lado estaban los representantes civiles dirigidos por el ex shinobi Danzo Shimura, así como los consejeros del Hokage que no disimulaban su malestar por la ausencia del líder de la aldea.

-"En serio, son las nueve de la mañana y tengo mejores cosas que hacer que verles sus rostros, si me disculpan yo me largo"- comentó Tsume poniéndose de pie, siendo imitado por los demás líderes.

-"Alto, esto es de gran importancia para la aldea"- gritó Homura, pero fue ignorado, el siguiente en ponerse de pie fue Danzo, que sin hablar ni despedirse se retiró haciendo que la reunión sea cancelada, Homura y Koharu se levantaron muy molestos, salieron del salón para encaminarse a la oficina del Hokage, a lo que llegaron, sin anunciarse abrieron la puerta y se encontraron con Hiruzen sentado en su sillón mirando en su dirección como si los hubiera estado esperando, si tenían la intención de recriminarle algo, aquello murió en el momento que entraron en el rango de visión de Hiruzen Sarutobi, Sandaime Hokage de la aldea y el Shinobi no kami, la puerta se cerró lentamente detrás de ellos.

-"Hiruzen nosotros"- Homura comenzó a hablar pero guardó silencio a lo que el Sarutobi levantó la mano.

-"Desde el momento en que sensei me nombró como su sucesor en la segunda gran guerra ninja, confié en ustedes para que en conjunto pudiéramos guiar a la aldea, los escuché, confié en ustedes"- comentó el Hokage con una sonrisa vacía como si todo fuera un mal chiste.

-"Y eso hemos hecho, Konoha es hoy por hoy la aldea ninja más fuerte gracias a nuestro liderazgo" afirmó Koharu, pero Hiruzen no dijo nada.

-"Y si somos la aldea más fuertes, porqué tememos a algo tan frágil como un niño que recién comienza a vivir?"- preguntó Hiruzen, la cara de disgusto en sus consejeros era más que obvia.

-"No trates a esa cosa como si fuera uno de nosotros, todo lo que le sucede o pueda suceder lo tiene más que merecido"- comentó Homura siendo apoyado por Koharu.

-"mmm supuse que dirían eso"- comentó Hiruzen -"Anbus"- ordenó y cinco anbus aparecieron frente al escritorio -"necesito que cuiden la entrada de la oficina y que nadie entre"- los enmascarados asintieron, así como aparecieron desaparecieron, en cuanto a los concejales se comenzaron a poner nerviosos.

-"Qué sucede Hiruzen?"- preguntó Koharu.

-"Nada, solo quiero que reciban directamente de mi un poco de lo que se merecen"- a mirada de Hiruzen se endureció, sin moverse de su sillón pateó su escritorio partiendolo en dos y desapareció para aparecer frente a los ancianos -"Son años de frustración, preguntándome como podría deshacerme de ustedes y la respuesta era tan sencilla"- comentó Hiruzen rodeando a los ancianos que comenzaron a sudar frío.

-"Nosotros somo representantes de la aldea, somo autoridades al interior de la aldea y el Damyio no permitirá esto"- habló un tanto trabada la anciana mientras que su compañero no le quitaba la vista de encima al Sarutobi ya que desde la guerra que no había visto a Hiruzen Sarutobi en modo Shinobi, estaban en su rango de ataque y era más que obvio el resultado de un mal movimiento.

-"Ustedes son un montón de mierda en el camino que solo molestan e interrumpen a las generaciones imponiendo viejas costumbres, pero al mismo tiempo, su fin así como el mío está tan cerca que sería un desperdicio de energía terminar con sus miserables vidas en este instante"- Hiruzen les dio la espalda y tomó asiento en su sillón -"márchense, y no se les ocurra molestarme con una reunión que yo no he ordenado, y como consejo no me den más motivos para terminar con sus vidas, actúen como consejeros y no molesten más"- los ancianos en silencio se retiraron aún sintiendo la mirada de Hiruzen de sus nucas, este cambio no lo esperaban y peor aún no les convenía -"Bueno volvamos al trabajo, necesito un nuevo escritorio"- así llamó a uno de sus anbus para que retirara los restos del escritorio roto y que trajera otro para reemplazar.

3 meses después.

Frente al escritorio de Hiruzen se encontraba un Naruto ya recuperado de todas sus lesiones, se encontraba vestido con una sudadera color Naranjo con la imagen de un shuriken negro en la espalda, una polera blanca y un pantalon corto color azul así como sandalias azules, cosas que antes el niño no tenía, incluso con más peso a como tenía memoria el Hokage, ahora si parecía un niño sano con excepción de su rostro, era como un cascaron vacío, según el doctor el impacto de lo vivido dejó consecuencias difíciles de determinar si son momentáneas o permanentes, socializar sería imposible para el niño,  así como expresar sus estados de ánimo, habría que hacerle seguimiento para ver el desarrollo de su estado, pero las proyecciones no eran nada favorables.

-"Hola abuelito"- saludó el niño sin moverse de su lugar.

-"Hola Naruto me alegro que ya salieras del hospital, veo que ya estás mucho mejor"- el niño asintió.

-"Si aunque la enfermera que se encargaba de mi cuidado estaba triste y me hizo prometer que la visitaría"- comentó Naruto recordando a quien cuidó de el.

-"Ya veo"- esa fue la respuesta del viejo Hokage, era en este momento en que debía mandar al niño a su casa pero en su estado no era prudente, no quedando otra posibilidad suspiró pero sonrió al final -"dime Naruto, no te gustaría vivir conmigo por un tiempo? digo mientras te recuperas completamente"- propuso Hiruzen, de esta manera tendría vigilado al niño, Naruto lo pensó un instante y asintió -"me alegro"- Hiruzen miró el reloj de su oficina y notó que ya iba a ser la hora de almorzar, así que se puso de pie, se acercó al niño y notó algo que había pasado desapercibido, Naruto llevaba una mochila con forma de rama de color verde,  al parecer alguien más velaba por el niño -"Si quieres puedes dejar la mochila en la oficina mientras regresamos de comer"- el niño asintió, dejó su mochila en el sillón, la abrió y de su interior sacó una bufanda verde así como un gorro del mismo color, cosa que llamó la atención de Hiruzen -"porqué te abrigas tanto Naruto? acaso la enfermera te dijo que te abrigaras?"- preguntó el Hokage, Naruto acomodó su bufanda así como su gorro para mirar al anciano.

-"Una mujer me dijo que debía de cuidarme, abrigarme bien y comer sano, bueno la enfermera también me dijo lo mismo pero ella no lloró"- esto llamó la atención del Hokage.

-"Y recuerdas como era esa mujer?"- preguntó Hiruzen, Naruto simplemente negó pero su mente era otra cosa.

-"No debes contarle a nadie de nosotros mi bebé"- eso fue lo que le pidió su madre o eso era lo que ella decía.

-"ya veo, pero bueno vamos que ya me está dando hambre"- exclamó Hiruzen mirando al niño, así ambos se retiraron de la oficina.














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