Unico
"Eres el arte más bello"
-Dazai, si no terminas rápido juro que te golpearé. -dijo con molestia un pelirrojo de ojos celeste como el cielo al estar despejado con un brillo de irritación, estaba en la habitación del nombrado, acostado en el sillon en una posición incómoda pero según el más alto "inigualablemente hermosa, envidiada por modelos". No es que fuera para tanto a los ojos de Chuuya, solo estaba ahí, con una pierna encima de la otra con admirable elegancia que no era capaz de reconocer, el codo apoyado en su muslo derecho y su mejilla con leves y casi invisibles pecas siendo sostenida por su mano.
-Sera más rápido si no te quejas. -respondió él, sin prestarle mucha atención a sus numerosas quejas por la concentración con la que movía su pincel en el lienzo hace varias horas vacío, pero ahora casi terminado, solo faltaban algunos pequeños detalles que solo Dazai sabría que están ahí.
Chuuya al escuchar su respuesta desinteresada por su enorme concentración suspiró pero no se movió ni un centímetro, quizás si unos milímetros pero bueno, no podía evitar el movimiento de sus pulmones al respirar y si no parpadeaba por mucho tiempo inevitablemente lágrimas saldrían de sus ojos, algo que no desearía para nada.
Pasaron unos minutos que para el impaciente enano parecieron horas. No dijo nada hasta que Osamu murmuró un suave "Listo" mientras dejaba su pincel en una pequeña mesa a su lado. Chuuya se levantó del sillón y se estiró, cansado de estar en la misma pose por tanto tiempo.
-Odio tus bloqueos creativos, siempre me pintas cuando no sabes que más dibujar y termino con las piernas dormidas. -susurró el que estuvo más quieto que una estatua por horas, fue al lado del pintor para ver el cuadro y al verlo, tan hermoso y detallado, con la iluminación tenue del atardecer en sus cabellos y manos captado a la perfección. Sentia como si en ese cuadro fuera más bello que en un reflejo de espejo, algo que le agradaba, era como saber que para Dazai era así como en su retrato. Por su apariencia, un dios.
-¿Que puedo decir? Solo una buena y hermosa musa puede ayudarme a salir de este terrible bloqueo creativo. -dijo tranquilo, sonriendo feliz por la mirada claramente de sorpresa al ver el cuadro. -¿Te gusta? -sabia la respuesta, pero quería escucharla de esa boca, de esos labios que a la vista se veían tan tentadores y apetecibles, con esa tonalidad algo rojiza, era simplemente..
Hermoso, Nakahara Chuuya era, es y será hermoso. Esos ojos celeste que por ese brillo le daban cierta esperanza, esos cabellos ondulados y pelirrojos que con facilidad y mínimo esfuerzo podía desarreglar y sus manos suaves y un poco más grandes que las del dibujante. Todo en él, hasta lo poco visible como sus pecas en mejillas y hombros y sus defectos, como sus problemas de controlar su ira, era simple e indiscutiblemente hermoso. Precioso. Guapo. Increíble. Maravilloso y más.
Chuuya, que podría ganar mucho dinero siendo modelo, rio un poco al escucharlo, oír sus risas era una de las bendiciones por las que agradecia tener oportunidad de ver, (a veces, grabar) y oír, bendiciones por las que estaba agradecido.
-Esta increíble, no sabia que podía lucir tan bien.
-Siempre luces así. -murmuró en voz baja, algo que Chuuya no logro escuchar con claridad así que le restó importancia.
A pesar de la posición incómoda y tener que prácticamente convertirse en una muñeca sin vida, Chuuya lo haría por su amigo, aunque luego como consecuencia tuviera la pierna dormida y ese hormigueo insoportable. Horrible, pero lo soportaría por Dazai.
=610 palabras
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