9. Días sin verte

JungKook permaneció recostado mirando el cielo azul que se asomaba desde la ventana de su habitación.

Unas pequeñas nubes blancas se movían lentamente, deformándose en extrañas formas que el muchacho iba dando imágenes reales en su cabeza.

A la misma vez podía oír las voces animadas de chicos y chicas que salían del colegio o instituto y se dirigían a sus casas, él nuevamente, no había ido a clase.

Llevaba tres días sin ir.

El lunes había faltado por culpa de las ampollas que había tenido por la estúpida carrera del día anterior, el motivo por el cual había corrido junto a HoSeok aún era un misterio para él, y cuanto más lo pensaba, más idiota se sentía por ello.

Los días restantes, lo había hecho por miedo, por huir de lo que le podía esperar en clase.

SeoHee no se iba a quedar conforme por lo ocurrido el sábado y, por supuesto, la culpa se la iba a echar a él.

Se levantó de la cama, acercándose al alfeizar de la ventana, y clavó la mirada en la dirección que conducía a casa de SeokJin.

Llevaban todo ese tiempo sin verse y JungKook temía que no lo volvieran a hacer.

¿Tanto le habían asqueado las heridas de su espalda?

Se llevó inconscientemente una mano a la espalda y suspiró tristemente. No quería pensar en la posibilidad de que SeokJin no quisiera volver a verle.

No le importaba ser su esclavo, que le insultase, que lo tratase mal, pero quería volver a verle.

¿Por qué no iba a su casa?

Antes de plantearse dos veces lo que estaba haciendo, se puso rápidamente las zapatillas y salió de casa.

Su madre aún no había llegado, y su padre trabajaba en un pueblo cerca de la ciudad y no volvía hasta la noche.

Bajó las escaleras y tras asegurarse de que no había nadie conocido por los alrededores, echó a correr hasta que llegó al barrio rico donde SeokJin vivía.

Allí se detuvo y se apoyó sobre el tronco de un árbol a tomar aliento. Tal vez la ridícula carrera con HoSeok hubiera servido para algo.

- Hey, pequeñín, ¿nuevamente por aquí? ¿Qué? ¿Te gustó la carrera?

JungKook miró incrédulo al joven de pelo rojizo que tenía a su lado.

¿En qué momento había llegado allí? HoSeok le sonreía felizmente y llevaba en la mano una bolsa llena de comida.

- Ah... hola.

- ¿Ya has salido de clase?

- ¿Eh? - exclamó JungKook alarmado. HoSeok se le quedó mirando muy seriamente y sonrió socarrón.

- ¿Has hecho novillos? ahhhh, ¡granuja!

- No... Yo...

- Anda, dime, ¿a quién has venido a ver? ¿A tú novia?

- ¿Qué? No, no... yo...

- Vamos, no seas tan tímido. Puedes contarme.

JungKook bajó la cabeza avergonzado pero no respondió.

- Oh, ¿Así que es eso?

- ¿Eh?

JungKook alzó la mirada y se fijó en HoSeok intrigado. El chico parecía pensativo y miraba hacia el edificio donde vivía SeokJin.

¿Había adivinado que le gustaba SeokJin? ¿Le había visto salir de su casa?

Buscó rápidamente una excusa coherente que decir, pero no se le ocurría ninguna.

- Te has peleado con tu chica, ¿es eso?

- ¿Eh?

- Vamos, puedes decirme, tienes cara de necesitar un amigo en estos momentos.- HoSeok le rodeó los hombros con su brazo libre y rozó su cabeza con la de JungKook - Y, desde este momento, me voy a convertir en tu mejor amigo. ¿Ves que fácil? Ya puedes contarme lo que te preocupa.

- No, si yo no...

JungKook se apartó de HoSeok y se alejó ligeramente, pero el muchacho volvió a apresarlo y esta vez se aseguró que no pudiera zafarse de su abrazo.

- Si tanto la quieres deberías demostrárselo más. Y si se han peleado por algo, tal vez deberías ir a buscarla y disculparte y tratar de hablar sobre lo ocurrido y sobre su relación...

- ¡No es eso! ¡No existe tal relación!

JungKook fue el primero en sorprenderse por sus palabras. ¿Qué estaba diciendo? ¿Era idiota? HoSeok, en cambio, lo miró amistosamente y le dio palmaditas en la espalda.

- ¿Ves? Es más fácil hablarlo. ¿Así que tu problema es que no te atreves a confesarle tus sentimientos?

JungKook suspiró derrotado.

- No.

- ¿No eres correspondido?

HoSeok empezó a caminar obligándole a hacer lo mismo. JungKook caminó a su lado con la cabeza gacha y sin responder. Claro que SeokJin no le correspondía. Además, eran dos chicos...

- Vaya, así que es eso lo que te preocupa, ¿eh? Ya me lo puedo imaginar. Seguro es alguien con mal carácter, guapísimo, culto, divertido, misterioso, gruñón, salvaje, alto, frío, calculador, dominante, manipulador, egocéntrico, retorcido, desconfiado y, por supuesto, muy reservado con su vida...

JungKook miró con la boca abierta al muchacho que seguía numerando felizmente cualidades y defectos sobre "ese alguien" que, curiosamente, definía a SeokJin a la perfección.

- ¿Cómo...?

- ¿Dices algo? - HoSeok se detuvo y lo miró de forma misteriosa.

- Yo...

- Tienes unos ojos preciosos, JungKook, pero hacen demasiadas preguntas. Créeme, que a veces, es mejor no conocer esas respuestas.

JungKook sintió un escalofrío al notar la profundidad de esas palabras.

HoSeok era muy raro y, aunque siempre parecía estar despistado y bromeando, sus ojos tenían un brillo perspicaz y peligroso, que solía disimular muy bien.

- ¡Pero bueno! ¿Qué forma de animarte es esa? Vamos, te invito a tomar algo.

- No... no hace falta...

- ¡Qué sí! ¡Qué sí! ¡Vamos! - Empujó nuevamente de JungKook.

- Pero...

- No te preocupes por tu amor, está en buenas manos.

- ¿Qué? - JungKook ya no sabía que pensar sobre HoSeok. Intentó liberarse pero fue inútil.

- No te preocupes por nada, soy tu mejor amigo, ¿no?

¿Quién había decidido eso? JungKook echó una ojeada a la ventana del piso de SeokJin, tal vez esperando verlo asomado, pero las cortinas estaban echadas y las persianas medio bajadas, posiblemente dejando el salón en penumbras.

Suspiró amargamente y siguió dócilmente a su impuesto mejor amigo.

Durante el resto de la semana, JungKook estuvo faltando a clase y cuando iba al barrio de SeokJin, se encontraba con JungKook, quien lo terminaba apartando del edificio y arrastraba a cualquier sitio.

HoSeok terminó siendo un chico muy simpático, con mucho sentido del humor, que siempre conseguía arrancarle alguna sonrisa de los labios.

Terminó sintiéndose a gusto con su compañía y, pese a todas sus malas experiencias, se preguntó si por fin había conocido a un amigo.

- Así no se juega - protestó HoSeok contrariado.

JungKook dejó las cartas sobre la mesa de la cafetería y apartó la cabeza molesto.

- Entonces tú dirás cómo se juega.

- Ahhh, lo dices porque soy coreano pero viví gran parte de mi vida en Japón y allí no conocíamos este juego antes, ¿verdad?

JungKook asintió efusivamente con la cabeza. Acababa de enterarse de ese detalle, ya que no sabía de todas las costumbres de Japón, pero ya que él lo había afirmado...

- Total, mejor cambiemos de juego.

- ¡NO! - insistió HoSeok caprichosamente, cogiendo las cartas y barajándolas.

- Yo paso. Llevamos dos horas con lo mismo.

- Tsk, pero si no tienes nada mejor que hacer, ¿o te has decidido a ir a hablar con tu amor?

- Deja de bromear con eso.

JungKook quería ver a SeokJin. Llevaba una semana sin verle, y éste no había tenido el interés de antes en él, ni en ir a buscar su compañía cuando se aburría...

¿Y si había salido con SeoHee? y si no era con ella, alguien como SeokJin podría salir con quien quisiera.

- Perdón, perdón. ¿otra partida?

- No.

- Hoooo

- Que no...

- Vaaaamos, una más.

- Pero si llevamos un par de horas...

- Por favor...

- Pero...

- Sólo una más... - HoSeok puso una expresión muy triste y JungKook dejó caer la cabeza sobre las manos.

- Tú ganas - aceptó.

- ¡Sí! -. El pelirrojo comenzó a repartir emocionado, comenzando a tararear una cancioncilla.- ¿Piensas faltar a clase mucho más tiempo?

- ¿Qué? Ah, no, supongo.

- Parece que te estás escondiendo de algo.

- Eso no es verdad - susurró JungKook dubitativo. Era la verdad.

- ¿No? Entonces terminaré pensando que vienes aquí porque te has enamorado de mí.

- ¡¿Qué?!

HoSeok le guiñó un ojo divertido.

- Era broma, era broma. Pero tampoco hace falta que te escandalices. Yo, al igual que tú, ya estoy enamorado.

- ¿Sí?

- Pero no pienso decirte de quien.

- ¿Y dices que eres mi mejor amigo?

- Ohhhh, lo soy, lo soy. Te toca...

- La última partida, ¿eh?

- Sí, sí.


...


JungKook miró amargamente el enorme edificio antiguo de su instituto y continuó caminando hasta llegar. Como llegaba tarde nadie le prestó demasiada atención.

Se encaminó hacia las escaleras y las subió despacio, sin importarle que hubiera sonado el timbre del inicio de la primera hora.

Cuando por fin entró en clase, sintió como todas las miradas se clavaban en él, y más especialmente la de SeoHee, que parecía taladrarle con los ojos, como si quisiera cortarle en trocitos y hacerle desaparecer para siempre.

Se sentó en su pupitre y esperó a que pasara las largas horas lectivas de la mañana.

No había prestado atención a las clases.

La mañana había sido rutinaria y desagradable, y la última hora había llegado como una bendición.

- JungKook...

El joven no se giró. Sabía a quién pertenecía esa aflautada vocecilla y ese tono dominante... SeoHee se interpuso en su camino y le miró enfadada.

- SeoHee...

- ¿Por qué has faltado tanto a clase? ¿Tenías algún motivo en especial?

- Estaba enfermo - mintió.

- ¿En serio? No me lo creo.

JungKook se encogió de hombros. Total, SeoHee creería lo que le diera la gana, siempre y cuando fuera algo que le conviniera, tanto si era verdad como si no.

- ¿Quieres algo?

- Por supuesto que sí. No creerás que me molestaría en hablar contigo por nada, ¿verdad? Eres tan estúpido e ingenuo...

Sí, claro que lo era. Un imbécil que habría dado su vida por tener un amigo pese a todo lo que ella y sus amigos le habían hecho una y otra vez.

Nunca había dudado cuando en alguna ocasión habían fingido mostrar arrepentimiento y le habían asegurado que querían ser sus amigos.

Incluso había creído a SeoHee cuando le dijo de tener una cita para reconciliarse tras tantos años de vejaciones por su parte...

- Quiero que me des la dirección de SeokJin. Tú eres su amigo, ¿no? Quiero ir a hablar con él sin que estés tú en el medio.... ¡Eres tan irritante!

¿La dirección de SeokJin?

Prefería que le dieran otra paliza que decir donde SeokJin vivía. ¿Y si había decidido hacerle pagar a SeokJin por las duras palabras de la última vez? No, no se lo diría.

- Uy, huy, huy - dijo la jovial voz que tan familiar se había vuelto para JungKook. Se giró para localizar a HoSeok, pero éste se agarró a él y apuntó a SeoHee con el dedo, casi tocándole la nariz con él.- Eso... no sería una buena idea -. El pelirrojo sonreía tan feliz que JungKook dudó que realmente supiera qué estaba diciendo.- A SeokJin no le haría muy... feliz... verte en estos momentos.- Asintió efusivamente con la cabeza, como si tuviera que afirmar algo.- Digamos que... ummm... ¿cómo lo diría?... ha recibido... sí, podría ser así... algo que no le ha hecho mucha gracia, es más, está furioso.

HoSeok miró a SeoHee fijamente, sin un ápice de su buen humor de siempre. El brillo de sus ojos parecían una advertencia, una amenaza y la chica lo notó.

Le devolvió la mirada, temblando de rabia y se dio la vuelta, alejándose.

- ¿Por qué le has dicho todo eso? - preguntó JungKook intrigado.

- ¿El qué? - Nuevamente el rostro de HoSeok parecía el de un angelito inocente. JungKook se preguntó si aquel chico no tendría un problema de doble personalidad. Pero... ¿y si...?

- ¿Conoces a SeokJin? - Era una idea descabellada. Tenía que serlo. Seguramente HoSeok se había inventado todo aquello tras oír a SeoHee preguntar por ese nombre. Sí, era eso...

- Por supuesto -. Fue, sin embargo, la respuesta del pelirrojo.- ¿Cómo iba a saber que estaba enfadado entonces?

- No... no me lo habías dicho... - JungKook se sentía fatal.

Parecía como si le hubieran engañado y, en el fondo, tras analizar lo que había sucedido los últimos días, parecía que habían tratado de alejarlo de él. Sin decir nada más se apartó de HoSeok y comenzó a caminar hacia la salida.

- ¿Eh? ¿Te pasa algo? ¿Te has enfadado? Ohhhh, vamos, no me preguntaste si lo conocía.

- Lo sabías todo - le reprochó avergonzado. ¿Su amigo? ¿Qué había pensado HoSeok todo ese tiempo de él?

- Sí - aceptó el muchacho sinceramente.

- Te lo contó SeokJin, ¿verdad?

HoSeok no había sido el único en estar riéndose de él. Pero, si tan acostumbrado estaba a que los demás lo rechazaran y jugaran con sus sentimientos, ¿por qué se sentía tan mal? ¿Por qué?

- ¿SeokJin? ¿Estás de broma? Ese no cuenta nada. Hace lo que le da la gana y nunca da explicaciones. ¿No es adorable? -. HoSeok lo alcanzó y le rodeó los hombros con su brazo, apoyándose completamente en él.- ¿Te apetece ir a verle?

JungKook bajó la cabeza y no respondió. Sí, claro que quería, y lo peor de todo era que HoSeok lo sabía.

Sin necesidad de una respuesta, el pelirrojo lo condujo en dirección a casa de SeokJin, sin dejar de tararear su dichosa cancioncilla.

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