43. Punzadas de dolor
Hola presiosuras!♥️
Disculpen!!🥺🙏
Ayer no actualicé porque cortó la luz todo el día, y por ende no tenía WiFi... es decir, dont havy internechi😅
Y hoy... debía presentar un examen virtual y me acobardé 😵
Pero bueno, tengo más oportunidades...🤧
No sean como yo! Presenten sus exámenes con valentía! 😀
Pero ya! Aquí les traigo la continuación... sólo una cosita😗
Así que nos leemos al final!
Que lo disfruten!🥰
💮💮💮
JungKook corrió por el aeropuerto, tropezando en varias ocasiones y sin prestar atención a las miradas de curiosidad y recelo que le dedicaban, unos más descaradamente que otros, incluso deteniéndose a observarlo, mientras él se ubicaba entre el velo de lágrimas que era incapaz de detener.
Tenía que hacer algo... algo...
En ese momento creyó ver a un hombre vestido con los uniformes de seguridad y sintió pánico; buscó con la mirada un lugar rápido donde esconderse y se escabulló detrás de una fila de asientos de plástico duro.
Una niña sentada al lado de su madre se le quedó mirando, pero JungKook la ignoró y trató de ver al guarda que pasaba cerca de allí con pasos presurosos.
Podía ser un guarda de seguridad de verdad... o podía no serlo.
JungKook pensó en Kai y se mordió el labio con fuerza hasta que saboreó la sangre y se llevó desesperado la mano a la cara.
Hacer algo... ¿pero qué? ¡Ni siquiera sabía cómo llamar a la policía en ese país! Y no podía confiar en nadie del aeropuerto que vistiera traje de oficial ya que los hombres de Alexander iban vestidos de la misma manera.
JungKook levantó la cabeza y miró a la niña que seguía mirándolo. Había comenzado a mover las piernas, balanceándolas sin que llegaran a tocar el suelo. Su madre, a su lado, le lanzó una rápida mirada de refilón mientras seguía hablando por teléfono, bastante acalorada en una discusión que JungKook no entendía.
¿Y si alguien le ayudaba? ¡Eso era! Sólo tenía que pedir que llamaran a la policía y podría salvar a Kai y avisar a SeokJin y los demás antes de que fuera demasiado tarde.
Mucho más animado, JungKook se secó las lágrimas con la manga de la cazadora y se inclinó un poco hacia la niña.
Trataba de alcanzar a la madre sin que el guarda, que se había detenido a poca distancia, hablando por unas radios cerca de los cristales llegara a verlo, pero antes de tocarla y llamar su atención, JungKook se quedó inmóvil, teniendo una espantosa idea pasando por su mente como un huracán.
¿Y si la policía estaba comprada por Alexander?
JungKook miró el vacío horrorizado.
¿Qué haría entonces?
En realidad ya había poco que él pudiera hacer sin poder comunicarse con SeokJin o con cualquiera de sus amigos, sin poder pedir ayuda para que acudieran a curar a Kai, pero si no podía contar con la policía, en realidad no había nada que él pudiera hacer.
Se dejó caer sobre las rodillas y comenzó a balancearse con las manos a los lados de la cara, sujetándose la cabeza con los ojos muy abiertos, desesperado, sin encontrar una salida.
JungKook recordó el boleto de avión, el dinero que seguía en la mochila y ladeó un poco el cuello para mirar hacia el lugar donde debería seguir para tomar a tiempo el vuelo, el avión que lo llevaría lejos de allí..., lejos de Alexander, de Kai, de HoSeok, de TaeHyung, de JiMin, de NamJoon, de YoonGi..., lejos de SeokJin.
< SeokJin está muerto.>
JungKook escuchó la voz de Kai en su cabeza y apretó con más fuerza la presión de los dedos, aplastándosela como si realmente quisiera estrujarla y acabar con todo.
Sí, eso era lo que quería... Acabar con todo.
< Acabas de sentenciarlo a muerte.>
Él había matado a SeokJin...
JungKook sacudió con fuerza la cabeza, sin soltarla, sin dejar de moverse. Él no había matado a SeokJin... SeokJin no podía morir... No podía...
La niña se arrodilló a su lado y JungKook sólo lo notó cuando su pequeña mano cayó sobre su brazo. JungKook se apartó espantado.
- ¿Qué...?
La miró horrorizado y la niña hizo lo mismo, retrocediendo y chocó con los asientos, llamando la atención de la madre que se apresuró a apartarla y lo miró extrañada, algo asustada y se levantó, recogiendo sus cosas.
JungKook miró como se alejaban, como la niña volvía la cabeza para mirarlo mientras su madre tiraba de ella sin soltarla, pero JungKook no las prestó demasiada atención, ni siquiera cuando la mujer había tratado de decirle algo en lo que presumiblemente supuso que era alemán.
Sus ojos se movieron de un lado a otro, deteniéndose más de una vez en el guarda de seguridad que seguía a poca distancia de él.
No podía hacerlo; seguramente era miembro del equipo de Alexander...
JungKook volvió a esconder la cabeza y se movió un poco más hacia los asientos, pegándose a ellos para ocultar más fácilmente su cuerpo y apoyó la espalda, hundiendo prácticamente la cabeza en las rodillas, deseando que todo fuera una pesadilla y cuando cerrara los ojos y volviera a abrirlos todo hubiera terminado.
Cerró los ojos.
< SeokJin hubiera dado su vida, y la de todos por proteger la tuya.>
JungKook volvió a abrir los ojos bruscamente y los fijó en la columna que tenía enfrente.
- No...
<SeokJin ya está muerto.>
- Cállate...
< Está muerto.>
- Cállate.
< Todos lo están.>
- Quiero que te calles.
JungKook comenzó a balancearse con más fuerza.
< SeokJin hubiera dado su vida por salvarte a ti...>
- No...
No así, no lo quería escuchar de esa manera.
Las lágrimas volvieron a deslizarse por sus mejillas de forma incontrolable y se apretó con más fuerza la cabeza.
< Tú lo has traicionado fácilmente...>
JungKook dejó de mecerse.
- No lo hice... no sabía qué hacer, no sabía...
Incluso ahora, en ese momento no sabía qué hacer, no tenía nada que hacer. No hablaba el idioma, tenía miedo y no sabía a quién pedir ayuda, a quién podía pedir ayuda.
Pero tenía que hacer algo.
JungKook sorbió con fuerza, tratando de detener las lágrimas y se secó la cara mojada con las manos, frotándosela hasta sentir dolor.
< ¿Cuál de los dos, qué sentimiento es el más fuerte?>
JungKook volvió a mirar la columna.
Lo destrozaba, lo desgarraba, como si tuviera dentro infinitas agujas que lo estuvieran apuñalando, una y otra vez y le cortaran la respiración. En su pecho sentía punzadas de dolor tan fuertes, que ni siquiera creía posible estar respirando.
¿SeokJin lo quería?
Sacudió la cabeza. Era imposible... SeokJin nunca le había mostrado un sentimiento similar a algo como cariño... pero...
- No...
Se arañó con fuerza los párpados un momento.
¿Por qué lo había delatado tan rápido? ¿Qué otra solución pudo haber encontrado allí dentro? ¡Ni siquiera había salvado a Kai!
JungKook se echó a llorar de nuevo.
Era un inútil. No sólo dejaba morir a alguien y se salvaba él, sino que había traicionado a SeokJin; lo que había hecho era lo mismo que enviar un asesino a que lo mataran. No... En realidad había enviado a un asesino a que lo mataran.
< Olvida que me has conocido. Olvida que has conocido a cualquiera de nosotros.>
¿Se podía olvidar algo así?
< Olvida que alguna vez SeokJin existió.>
JungKook sintió nauseas y dobló el cuerpo hacia delante, sin dejar de llorar.
Una mano en su espalda hizo que se irguiera y gateara aterrado alejándose de la persona que se había acercado hasta él sin que lo notara.
Levantó la cabeza y miró a una anciana que ladeaba la cabeza sorprendida, sin dejar de mirarlo. Dijo algo que JungKook no entendió y tras varios intentos sacó un pañuelo del bolso y se acercó con cuidado, dándoselo tras volver a decirle algo, volviendo a sonreír amablemente.
JungKook la miró sin recoger el pañuelo, ausente, casi sin verla, sin realmente desear saber lo que estaba diciendo.
Ya nada importaba, ya nada podía tener sentido.
¿Cuánto tiempo había pasado? ¿Cinco minutos? ¿Diez? ¿Media hora? El tiempo volaba y él sólo sabía esconderse para llorar, sólo...
- Pero yo no quiero una vida sin SeokJin -sollozó a la voz de su cabeza, mirando a la mujer que frunció el ceño y volvió a decir algo.
JungKook miró hacia atrás, comprobado que ya no estaba el guarda de seguridad y echó un vistazo a los alrededores. La gente seguía circulando, de un lado a otro. El aeropuerto estaba lleno de voces, de ruidos, era un lugar lleno de gente... de gente.
JungKook miró a la mujer y se incorporó un poco, consciente de pronto de algo que había pasado por alto.
Se había estado preocupando demasiado por aquellos que podían estar implicados con Alexander, de a quién podía acudir para pedir ayuda si la policía estaba ayudando al tío de SeokJin, pero allí dentro había cientos de personas, cientos de personas que podían ayudarle.
Era imposible que todos estuvieran a favor de Alexander; era imposible que todos conocieran la existencia de Alexander...
Lo más probable era que nadie de aquellos rostros que volvían la cabeza con curiosidad para mirarle supieran que un monstruo como Alexander vivía entre ellos.
Y ni Alexander se atrevería a matarlos a todos.
JungKook volvió a mirar a la mujer con firmeza y aceptó el pañuelo, agarrándole la mano.
- Ayúdeme...
Las lágrimas se habían detenido.
...
- ¿No está?
SeokJin fulminó con la mirada a TaeHyung que estaba frente a él, a pocos centímetros y se mantenía erguido, con los hombros hacia atrás y muy rígido. No movía ni un músculo.
HoSeok, a su lado, era todo lo contrario, se rascaba la cabeza y movía las piernas de un lado a otro, bastante inquieto y con la expresión de quien parece estar distraído con otra cosa, con cualquier otra cosa.
- No.
Desde que conocía a TaeHyung, SeokJin lo había visto aprender muchas cosas, adiestrarse a su lado, e incluso, matar por primera vez para protegerlo.
Bajó la mirada y la desvió hacia el pelirrojo que parecía estar tratando de alcanzar alguna parte de la cara con la lengua e hizo una mueca que pretendió ser una sonrisa, apartando la cabeza de HoSeok.
En realidad había visto demasiadas muertes, más de las que cualquiera imaginaría ver nunca y lo había hecho desde niño. La muerte le había rodeado, como un presagio desde el momento en que sus padres habían muerto.
Y con ello, una dura, larga procesión de sangre y violencia en donde había dejado de distinguir el bien o el mal habían sido parte de su vida desde entonces.
Aunque de igual manera se consideraba afortunado de haber conocido a esas pocas personas que estaban a su lado y que todas y cada una de ellas habían asesinado por él, sin vacilar, y sabía que darían sus vidas por él. Un precio que no estaba tan dispuesto a pagar.
Aunque posiblemente ninguno de ellos lo sabía.
Poco importaba.
Las cosas estaban bien tal y como estaban.
- Quédate quieto -gruñó TaeHyung en un intento por no dar emoción a su voz, sin desviar la mirada hacia HoSeok, que por algún extraño motivo que SeokJin no iba a preguntar, estaba tratando de alcanzarse el pie con el brazo sin agacharse.
SeokJin suspiró, pasando el peso de una pierna a la otra, notando la tirantez de las heridas que recorrían su cuerpo.
De entre todas las cosas que había visto aprender a TaeHyung, aquella era la que más trabajo le había dado.
¿Cuándo había conseguido esa máscara carente de emociones, de pura frialdad?
Ya ni siquiera hubiera recordado al amigo que una vez vio en él si no hubiera sido por HoSeok, capaz de desquebrajar la sólida roca que tan meticulosamente había forjado para protegerse y para protegerlo a él.
Y posiblemente TaeHyung no se daba cuenta de lo que la presencia de HoSeok hacía en él.
O puede que tampoco HoSeok lo notara.
- Es imposible salir de esta casa -insistió, tratando de suavizar la expresión que había dirigido a TaeHyung-. Seguramente esté perdido deambulando por algún lado, o se haya metido en algún cuarto. Búsquenlo.
TaeHyung le sostuvo la mirada en silencio, durante unos instantes.
- No hay forma de salir de la casa -dijo, despacio, a lo que SeokJin le pareció que titubeaba. Endureció la mirada y apretó el brazo de sillón con fuerza.
- ¿Entonces cuál es el problema?
Su voz sonó más acerada de lo que había pretendido que sonara, pero aún así comenzaba a sospechar cual iba a ser la respuesta.
- JungKook no está aquí, SeokJin.
SeokJin sintió como las palmas de las manos se marcaban con la forma de los brazos de madera de la silla y guardó silencio unos segundos, los suficientes para que HoSeok dejara de moverse y adoptara la misma actitud de rigidez de TaeHyung.
Era imposible que JungKook hubiera salido solo de una casa como aquella, construida con la idea de que nadie pudiera entrar ni salir a menos que conociera las entradas. Y JungKook no se encontraba entre los pocos que disfrutaban de ese privilegio.
Lo que significaba que no lo había hecho solo...
- Es lo que tiene cuando permites a tus perros tanta libertad con la correa. Deberías ponerles collar de castigo y mantenerlos a tu lado, bien formales y tumbados a tus pies. Como buenos perritos.
MinHyun entró a la habitación con una sonrisa lobuna, dirigida principalmente a HoSeok.
Hacía tiempo que había dejado de tratar de divertirse con TaeHyung que no exteriorizaba sus emociones ante las provocaciones a las que le sometía.
Lo miró.
Y puede que después de todo ese tiempo fuera aquel hombre quien más lo conocía y a quien más conocía.
MinHyun estaba solo. No podía sentir ninguna presencia cerca de él como lo había sentido en otras ocasiones, acechándolo, vigilándolo.
Kai...
Apretó con más fuerza las manos en la madera hasta mezclar ese dolor con el que podía sentir por las heridas que le recorrían la espalda y el pecho.
Desde pequeño le habían enseñado a controlar sus emociones al igual que al resto de sus compañeros, les habían adiestrado en diversas artes letales y les habían dado diversas lecciones para canalizar los sentimientos, la manera de no sentir dolor.
Él tan sólo había aprendido a fingir que no sentía dolor. Había aprendido a fingir que no sentía nada. Y en ocasiones hasta se lo había llegado a creer.
No en ese momento.
Y las punzadas de dolor en su pecho era lo que más sentía en ese instante.
- ¿Desde cuándo no está Kai contigo?
MinHyun se adentró más a la habitación enseñándole los dientes a HoSeok, quien parecía estar a punto de saltarle encima y se encogió de hombros al llegar a su altura.
- Pensaba que lo habías puesto para que me vigilara a mí -Y le lanzó una amarga mirada ámbar -. Si querías que lo hubiera tenido vigilado también, me lo tenías que haber dicho, ya sabes que por ti haría cualquier cosa y más si tiene que ver con tu dulce perro salvaje.
La forma con la que lo había dicho podía significar cualquier cosa, pero SeokJin lo dejó pasar, no estaba de humor para comenzar con algún juego de palabras con su primo. Apretó los dientes y se levantó.
- Igual han salido a comprar algo -dijo HoSeok rápidamente, con una sonrisa y asintió efusivamente con la cabeza- ¡El cepillo de dientes! ¡Eso es! ¿Se pueden imaginar el trauma del pobrecito de JungKook cuando habrá visto que no tenía con qué cepillarse los dientes? -Sacudió la cabeza y puso cara de afligido-. Tiene que ser eso...
SeokJin no podía imaginarse la mirada que le estaba poniendo en ese momento pero suponía que no podía ser mejor que la que le lanzó TaeHyung, haciendo que HoSeok retrocediera prudentemente.
- ¿Y el hilo dental? ¿Tampoco?
MinHyun bufó.
- Tus perros son muy curiosos.
- ¿Qué posibilidades hay que puedan dejar el país sin que la guardia de Alexander los descubra?
Ni siquiera se trataba de que pudieran dejar el país, ni que llegaran al aeropuerto... si de verdad habían salido de la fortaleza de HimChan que los vieran era cuestión de tiempo, y no sería demasiado.
Sí estaba Kai con él. Posiblemente había sido su fuerte sentido del control y de supervivencia lo que le había hecho averiguar tan fácilmente las salidas de aquel lugar, pero dudaba que incluso sus habilidades consiguieran ponerlos a salvo.
Él ya lo había detenido una vez cuando lo contrataron para matarle y Alexander era mucho más fuerte, sádico y hábil que él. No podía contar con que lo fueran a conseguir.
Ese idiota elegía el peor momento para demostrar nada.
- Sabes que eso sí que es imposible -La mirada que le lanzó a MinHyun era cualquier cosa menos amigable, pero él se limitó a sonreír, devolviéndole la mirada sin problemas-. Sabes que tengo razón.
La tenía.
- Saldremos a buscarlo.
TaeHyung hizo una inclinación de cabeza mientras que HoSeok se estiraba los brazos animado.
- Avisaré al resto.
SeokJin asintió y comenzó a caminar hacia la puerta.
- Si sales ahora cavarás tu propia tumba. ¿Te volviste loco, SeokJin? ¿Por qué no te olvidas de ese gatito?
Sí, también tenía razón en eso. Los dientes de SeokJin rechinaron. Pero si él no tenía ninguna oportunidad fuera de allí, JungKook mucho menos.
Y ya no había tiempo.
- Quizá porque JungKook no es un gato.
No se giró para mirar a MinHyun, comenzó a planificar la manera de encontrar a JungKook y a Kai y ponerlo a salvo aunque tuviera que arrastrarlo todo el camino hasta el refugio de una correa en el cuello. ¡Maldita sea! Si al menos hubiera imaginado la posibilidad de que Kai pudiera ayudarle en un momento así...
Había visto muchas señales. Sabía que Kai le ayudaría tarde o temprano a alejarse de su lado y había aceptado que si era su decisión, lo dejaría ir, seguro de que cualquier lugar sería mucho más seguro que su lado, pero si lo dejaba ir en ese momento, sólo significaría una tortuosa muerte a manos de Alexander.
Una vez estuvieran todos a salvo pensaría que haría con Kai.
Pero no llegó a dar un paso fuera de la habitación....
Un sonido de alarma comenzó a retumbar por todo el edificio, un ruido que no era la primera vez que escuchaba...
Sólo lo había escuchado una vez más en su vida y en esa ocasión todavía podía haber dicho que era lo más parecido a un niño y hasta eso se lo arrebataron. No necesitó girarse y mirar el rostro de sorpresa de MinHyun para corroborar lo que ya temía.
Era Alexander.
Al sonido de alarma comenzaron a acompañarle las voces y los gritos, YoonGi y JiMin no tardaron en aparecer en la habitación, embargados por la confusión y la sensación de peligro.
- Imposible.
SeokJin cerró un momento los ojos, tomó aire y miró a sus amigos, que ya se encontraban con él, un momento. Ninguno de ellos se movería de allí sin una orden, incluso el rostro de HoSeok había adquirido una expresión taciturna.
Imposible... Sí, era imposible que hubieran dado con aquel lugar. Era imposible que Alexander los hubiera encontrado allí después de que HimChan hubiera convertido aquello en una fortaleza; el único lugar seguro al que podían llamar hogar.
Era imposible a menos que...
- Alguien delató nuestra posición.
... un traidor.
SeokJin miró la puerta, bloqueada por los cuerpos de YoonGi y JiMin. Los gritos eran cada vez más fuertes y el movimiento de personas comenzaba a verse desde el otro lado.
Ya no había salida. HimChan les privaba de armas allí dentro y las reunía en una habitación del sótano. Para poder luchar con Alexander necesitaban esas armas y aunque consiguieran llegar hasta ellas los reuniría a todos en una cámara precintada donde serían un plato servido y jugoso para su tío.
Bajar a por ellas sería un error y quedarse allí significaría la muerte...
Miró a su alrededor. Sólo les quedaba la alternativa de luchar patéticamente con sillas, muebles y aquello que pudieran encontrar... Comenzó a reír.
- Tu sentido del humor comienza a ser preocupante, SeokJin -MinHyun se puso delante y lo agarró del brazo. SeokJin lo miró, apartándose el pelo de la cara y dejando lentamente de reír- ¿Qué crees que pasó?
- Alexander está aquí y nosotros tenemos un serio problema.
Ni siquiera consiguió borrar la diversión de su voz y MinHyun arqueó una ceja.
- Te volviste loco.
- Tal vez.
- ¿No crees que es demasiada coincidencia que tus cachorritos se vayan y que Alexander nos encuentre?
La expresión de SeokJin se ensombreció y lanzó a MinHyun una dura mirada de advertencia.
- Kai no lo hará.
Puede que Kai no hubiera permanecido a su lado por amistad o lealtad, pero lo había hecho por algo mucho más fuerte aún. Para proteger a su familia.
SeokJin tenía a su familia. Los había rescatado de los suburbios, buscado un bonito hogar y una gran protección y bienestar.
Pero a cambio había pedido sus servicios y aunque fuera a morir en aquel lugar, Kai no era tan idiota como para suponer que no tendría tiempo de hacer una llamada para dar una única orden que le privaría de sus hermanos para siempre.
- ¿Y qué me dices del gatito? Ese no parece muy resistente.
SeokJin sonrió.
- Te equivocas. JungKook no es débil -Entrecerró los ojos-. Él no es como tú ni como yo. Es capaz de soportar cualquier cosa con tal de que otros no salgan heridos. Jamás hablará de este lugar, ni aunque tenga que dar su vida por ello. De eso estoy seguro.
Y eso era otro de los motivos por los que se sentía tan inquieto. Necesitaba salir de allí, buscarlo, pero a esas alturas eso era algo imposible.
Una explosión en algún punto de la casa hizo que el suelo se moviera. NamJoon apareció y asomó la cabeza con la respiración agitada.
- Han entrado en la casa. HimChan está organizándose para sellar las plantas de abajo. SeokJin, ¿Qué hacemos?
SeokJin miró más allá del pasillo.
- ¿Hay algún arma en esta casa?
MinHyun negó lentamente con la cabeza.
- En el sótano.
- Es imposible llegar hasta allí.
- HimChan ya da esa zona por perdida.
Y todas sus vidas también si sólo podían encerrarse y lanzar jarrones. Aún así asintió con la cabeza, sin apartar la mirada de MinHyun.
- Busca a JungKook -Sólo desvió un momento la cabeza hacia TaeHyung que se irguió aún más y lo miró entre una mezcla de espanto y rencor-. Hay una manera de salir, ¿verdad? -Ignoró la expresión de TaeHyung y se dirigió a MinHyun, que sonrió burlón.
- Planta baja, todo recto por el comedor y bajo la trampilla que está tapiada al fondo del armario.
- ¿Entonces podemos evacuar el edificio?
JiMin pareció esperanzado, pero ni SeokJin ni MinHyun se dieron prisa en responder, y cuando MinHyun habló, lo hizo con una sonrisa sardónica.
- Por ahí no puede salir nadie. Ve a verlo y lo entenderás.
- ¿Qué?
- TaeHyung.
- No iré.
SeokJin lo miró y el otro levantó la cabeza orgullosamente. Morir a su lado, ¿eh? SeokJin suspiró. A veces había cosas más importantes que la vida.
- Es una orden -Y tal y como estaban las cosas la última que daría y TaeHyung lo sabía-. Encuéntralo y protégelo. Llévalo al aeropuerto y mételo en un avión de regreso a casa.
La mandíbula de TaeHyung estaba tan tensa que parecía que la sangre no debía de estar circulándole bien.
- ¿Y qué pasa con Kai?
SeokJin suspiró.
- Devuélvelo a su familia. YoonGi, acompáñalo, encárgate de que consiga salir del edificio.
- No...
- ¡Ahora!
Los dos le miraron sin moverse, tensos, reprimiendo mal las emociones y TaeHyung se movió con rigidez, dándose la vuelta para marcharse, sin mirar a HoSeok.
- Y no regreses.
- Eso sí que no obedeceré, SeokJin.
Y salieron en silencio.
- Te volviste un sentimental, Jin.
SeokJin levantó la mirada hasta los ojos de MinHyun y los volvió a bajar para mirar la daga que le mostraba por encima del pecho.
- Pensaba que estaban prohibidas las armas.
- Sólo es un juguete. Tómala.
- ¿Qué quieres que haga con algo tan pequeño?
Le habían adiestrado a manejar una espada, pero nunca le vio una gran utilidad en una situación así a algo tan pequeño. Ni siquiera se la veía a una espada contra una pistola. Aunque en ese momento hubiera agradecido tener con él la espada familiar de los Matsudaira.
- Llegado el momento, úsala para matarme.
SeokJin sintió una punzada y le lanzó una agria mirada a MinHyun, ladeando la cabeza.
- No, quédatela -dijo con aspereza-, y llegado el momento, úsala tú para matarme a mí.
La muerte era un regalo antes de caer otra vez en manos de Alexander. Y lo sería posiblemente peor para MinHyun.
No agarró la daga, pero cuando salió de la habitación, uniéndose a los hombres de su tío y comenzando a dar ordenes, se preguntó si JungKook conseguiría volver a casa, y supo que antes de que MinHyun cayera en manos de Alexander otra vez, le atravesaría el corazón con el puñal.
No sobrevivirían, y en realidad era lo mejor.
Llegaron fácilmente al acceso de la segunda planta. La mayoría de las personas se habían reunido allí y estaban bloqueando el resto de entradas.
La distribución de la casa, los largos y simétricos corredores no facilitaban los movimientos a los hombres. Todo había sido diseñado a la espera de que algo así sucediera.
SeokJin desvió la cabeza para buscar a HimChan entre ellos, solemne, impertérrito, dando órdenes y estudiando en planos la situación. Se acercó a él para echar un vistazo a esos planos.
Era la primera vez que veía esos papeles con los dibujos del diseño y admiró sorprendido la manera que se distribuía el edificio.
HimChan había creado una fortaleza Y no una simbólica como hasta ahora lo había interpretado; sino que se encontraba en un lugar preparado para ser asediado.
- Woaw -murmuró HoSeok a su espalda-. Y yo que pensaba que era imposible viajar en el tiempo y regresar a la edad media.
SeokJin resopló.
No. Ese lugar no había sido hecho para ser encontrado.
Pero eso no solucionaba el hecho de que no tuvieran armas. ¿Cómo planeaba luchar su tío? ¿Lanzar piedras gigantes con catapultas? ¿O pensaba usar aceite hirviendo?
SeokJin miró a la pared de enfrente y entrecerró los ojos, lanzando una furibunda mirada a HoSeok que se la devolvió confuso. Genial... Se estaba dejando llevar. Volvió a mirar a su tío. Seguía con el cuello inclinado, con la mirada fija en los planos.
La preocupación en sus ojos y el brillo de sudor en su frente reflejaba la impotencia de una situación que no se había esperado. Suspiró. Si tan sólo ese hombre no hubiera sido tan maniático con el tema de estar armado en ese lugar...
SeokJin apartó la mirada y la paseó por las líneas que marcaban las distribuciones del edificio hasta hallar la cavidad que representaba la cámara del sótano.
Sólo quedaba una alternativa y era alcanzar ese lugar y buscar la manera de hacer llegar a los demás las armas que se guardaban allí.
Era eso o explotar todas las plantas bajas y con ellas derrumbar el edificio. Con ellos dentro, por supuesto.
SeokJin siguió observando las hojas, escuchando a medias la conversación su tío, sintiendo las presencias de HoSeok y MinHyun cerca de él, ambos increíblemente silenciosos y se llevó una mano a la cara, pensativo.
Había algo que no encajaba.
Sólo podían haber encontrado aquel lugar si alguien los había indicado donde estaba. No lo discutía, pero, ¿Por qué parecía que se movían con torpeza, como si no supieran por donde seguir?
Si alguien les indicado como encontrarlos y cómo entrar también les tenía que haber indicado cómo moverse.
SeokJin miró a su tío y luego otra vez los planos. Incluso aunque estos hubieran sido confidenciales y no hubiera sido fácil acceder a ellos, quien los había traicionado les habría preparado un mapa de los pasillos principales junto a las estancias de acceso más próximas.
Aquello no tenía sentido.
SeokJin fijó la vista en la trampilla que se dibujaba en el plano, al otro lado de la estancia donde se encontraban y se movió sigilosamente hacia el otro lado de la escalera.
Dobló la esquina y se movió hacia la derecha del vestíbulo, notando cómo algo afilado le cortaba dolorosamente la piel del cuello. Giró un momento la cabeza, sobresaltado, sorprendido de no haber notado la presencia de alguien hasta ese momento, y agrandó los ojos.
- ¡Tú!
💮💮💮💮
Bueeeeeno...
Espero que se estén preparando😬
Mañana se acaba el dulce...
Osease, que mañana termina la historia😔
Así que espero el final sea de su agrado!😄
Hasta tomorrow babe😆😉
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