Capitulo 43
Las chicas empezaba a desmadrarse un poco, lo cual resultaba curioso porque la despedida de Oliver Queen, alías el rey de las fiestas, estaba siendo de lo más tranquila. Solo un grupo de hombres bebiendo y pasando un buen rato.
—Quiero decir una palabras —después de que la camarera les llevara la segunda ronda de cervezas—. Creo que en un día como hoy tenemos que recordar a una persona que debería de estar aquí, siendo el padrino y seguramente organizando una despedida mejor que ésta...—Oliver estaba agradecido a Diggle por recodar a su otro gran amigo, pero así era John Diggle un hombre de gran corazón—. Por Tommy Merlyn, al unico hombre en la tierra al que cedería el puesto de padrino, después de llevar cuatro años aguantando a Oliver y Felicity con ese tira y afloja continuo.
Todos se rieron con la broma de Diggle, aunque no por ello el brindis dejó de ser menos emotivo.
Oliver se lo agradeció dándole un abrazo, algo ya natural en su relación, el primero se lo habían dado al nacer la pequeña Andy y lejos de ser incomodo como podría haber parecido en un principio resultó natural como el que le dio a Tommy a su vuelta de la isla. Y es que como el propio John había dicho en su discurso, él había ocupado el puesto que Tommy había dejado con su muerte.
—Basta ya de tanto lloriqueo hagamos esto más interesante — comentó Anatoly sacando del interior de su chaqueta una barajs de cartas y fichas...
—Este hombre que tiene ¿la chaqueta de Mary Poppins? —preguntó Cisco entre dientes para que el ruso.
—Mary Poppins tenía un bolso, no una chaqueta — le corrigió Ronnie.
—Lo sé —Cisco lo miró con el ceño fruncido, en serió creía que él no lo sabía. Por favor no había nadie más friki que Cisco Ramón, música, cine, tv, comic... le gustaba todo—. Ahora entiendo lo que Caitlin vio en él —le masculló a Barry por lo bajini.
—¿Abdominales? —sugirió el hombre más rápido de la tierra.
—Son iguales de puntillosos —indicó—, ¿no se divierten nunca?
—Cisco, ¿le has visto?, los tíos como él u Oliver siempre tienen toda la diversión, no nosotros.
—No te quejes tu al menos te besaste con Felicity.
Lo que pretendía ser una declaración que solo escuchara su compañero, fue escuchada por todos en la mesa, incluido el prometido de la informática que esos momentos miraba a Barry con cara de pocos amigos.
—Mal asunto chico —le recriminó Anatoly
—Oliver no te enfades, eso fue hace mucho tiempo lo prometo —se defendió el joven— vosotros no estabais juntos, vamos nunca se me hubiera ocurrido besarla si estuvierais juntos.
—¿Cuando ocurrió exactamente eso? —Oliver trataba de mantenerse sereno. Confiaba en Felicity lo suficiente para saber que lo que había dicho Barry debía de ser verdad. Pero si ya cuando los vio juntos años atrás, ¿cómo no estar celoso ahora? Sí comprendía que ella no tenía por qué estar esperando a que él se animara a dar el paso, pero eso no quería decir que se sintiera menos celoso...
—Al poco tiempo de despertar del coma —recordó Barry—, ella vino a Central City, dijo que para verme, pero estoy seguro que habíais discutido o algo así, porque tú no parabas de llamar y ella no quería cogerte el teléfono.
Oliver recordaba perfectamente esa discusión, había sido después del primer intento de tener una vida normal. Le había pedido una cita a Felicity y un nuevo conde había saltado por los aires el restaurante donde estaban, después de ponerle un GPS. Oliver había decidido que no podía tener una vida normal, Felicity se lo había rebatido, y él había acabado diciendo cosas que no pensaba realmente para alejarla de él. Enfadada se había ido durante unos días, mientras que él había pensado que quizás no regresara nunca, pero lo había hecho, aunque su relación comenzó tensa, hasta que apareció Connor y eso sirvió para volverlos a unir de nuevo.
—Fue solo un beso, no significó nada.
—Eso, se va a casar contigo y no con Barry —señaló Cisco tratando de arreglar el desaguisado que había formado.
Respiró profundamente tratando de calmarse, no podía culpar a Felicity por tratar ser feliz como tampoco podía culpar a Barry por haberse sentido atraído por ella y haberla besado; Felicity había sido una chica soltera y sin compromiso para hacer lo que quisiera. Tenía que aceptarlo, le gustara o no, él había hecho cosas peores como restregarle su relación con Sara delante de sus narices.
—Reparte Anatoly —le pidió a su amigo, quizás ganar unas cuantas manos le hiciera despejar la mente...
— X —
Varias canciones y muchas copas de vino y champan después la chicas lo estaban pasando en grande. Finalmente habían declarado al Felicity como las reina del Karaoke, aunque todas ellas lo habían dado todo en sus interpretaciones, incluida Caitlin que se soltó la melena. Cualquiera de ellas podían haber sido coronada como reina, pero no había que eclipsar a la novia y más cuando la susodicha tenía no solo las ganas sino también la voz para realizar una buena interpretación.
—Vaya vaya, señorita Smoak que calladito nos tenías ese talento tuyo —comentó Sara que aunque había escuchado a la informática de vez en cuando canturrear nunca había sospechado que Felicity tuviera esa voz—.¿Qué más sorpresas no tienes preparadas?
—Sí pensáis eso de mí es que no habéis es que no habéis escuchado a algunas de las compañeras de mi madre...—aunque le pesara, aun mantenía un buen recuerdo de algunas partes de su infancia en las Vegas. Sí ella disfrutaba montando o desmontando un ordenador, pero sabía identificar una buena voz y una buena interpretación y algunas de las compañeras de su madre eran las mejores, otras no tanto aunque se lo tuvieran bastante creído.
—¿Tú madre es cantante? —preguntó Iris con curiosidad, apenas conocía a Felicity a pesar de haberse hecho amigas hacía casi un año.
Pero no era la única que tenía curiosidad por esa parte de su vida que Felicity protegía con tanto celo.
—Es camarera en un cabaret en Las Vegas —respondió con sinceridad, seguramente porque el alcohol le había soltado algo la lengua.
—¿Un cabaret con lentejuelas y plumas? —Thea estaba patidifusa tratando de encajar la imagen que tenía de la actual Felicity con esa parte de su pasado.
—¿Hay otro tipo? —respondió la aludida—. En Las Vegas sí, pero si hubiera sido del otro tipo no hubiera actuado nunca...—esto último lo dijo entre dientes para ella, pero Sara tenía el oído demasiado entrenado y escuchó lo que había dicho.
—¿Tú has actuado en un cabaret? —preguntó boquiabierta.
Todas estaban sorprendidas por la revelación que su amiga había hecho. Ella tan modosita, con ciertos problemas de autoestima subida a unos tacones, vistiendo poca ropa, actuando para hombres babosos... No, la imagen no casaba con su amiga.
—Solo fueron dos veces, necesitaba el dinero para irme al MIT y ya me habían echado de los casinos por contar cartas...
—No me lo puedo creer yo que pensaba que Oliver había sentado la cabeza —comenzó a decir Thea aun perpleja— ¡y va a casarse con una cabaretera prófuga de la ley, tal y como temía! —por suerte Felicity sabía que su cuñada estaba de broma, pero eso no evitaba que estuviera algo avergonzada que su declaración tuviera algo de verdad.
—Todos tenemos un pasado del que nos avergonzamos —comentó Lyla tratando de tranquilizarla.
—No todas —negó Caitlin. Nyssa la miró fijamente y la científica no tuvo más remedio que darles la razón —. Está bien, está bien yo también tengo secretos pero por dios deja de mirarme así.
Thea recibió una llamada de teléfono de uno de los empleados del Verdant.
—Sí que suba —pidió a su empleado—. ¡Chicas llega la diversión! —exclamó poniéndose en pie mientras daba palmas excitada.
—¿Qué diversión? —preguntó Felicity sintiendo que era la única que no sabía lo que pasaba— Thea Queen ¿Quién va a subir exactamente?
—¿Quién va a ser? —la joven no podía creer que le hiciera una pregunta tan obvia—. El stripper —abrió la puerta de la sala privada y apareció un hombre vestido de policía.
Sara y Thea lo habían hablado y se habían planteado en pedir a alguien disfrazado de Arrow, pero aunque quedaría como una broma de cara al stripper, decidieron que mejor mantener al encapuchado lejos; además Felicity podía tener al autentico Arrow haciéndole un estriptís con solo pedírselo. Bueno, puede que le costara un poco más, que Oliver se pusiera a bailar mientras se desprendía de su ropa, pero desnudarse con normalidad no le costaría nada y más aun si la recompensa era tenerla a ella en la misma situación. Así que optaron por la opción más obvia, el policía.
Felicity fue a protestar, ella no quería ningún hombre que se quitara la ropa, pero al ver al hombre que aparecía al otro lado de la puerta, la protesta murió en su garganta. El Stripper que habían contratado era un hombre alto, muy alto, y bien tonificado tal y como el ajustado uniforme dejaba entrever. Tenía media rostro oculto bajo unas oscuras gafas de sol, pero tenía una mandíbula muy masculina, lástima que estuviera tan pulcramente afeitado desde que había conocido a Oliver Queen, Felicity había desarrollado cierta fijación por la barba de tres días.
—Buenas noches señoras —saludó el hombre con voz profunda que hizo que más de una suspirara. La única que había permanecido impasible era Nyssa que las miraba a todas como preguntándose que tenía ese hombre para hacerlas suspirar...
—Buenas noches agente ¿Podemos ayudarle en algo? —preguntó Thea siguiendo el juego del hombre.
—Hemos recibido una llamada —empezó a explicar el "agente" adentrándose hacía el medio de la sala donde estaban los cómodos sillones donde ellas estaban sentadas alumbrándolas con una linterna—, por disturbios. Pero me parece que aquí se están quebrantando otras leyes —con la luz recorrió la mesa llena de botellas ya vacías.
Felicity examinó la mesa y se paró a imaginar lo que otros pensarían de ese desaguisado, pero seguro que él había visto cosas peores...
—Señorita —saludó el stripper a Felicity— le importaría mostrarme su carné.
Ella lo miró como si se hubiera vuelto loco, pero aun así se levantó y fue hasta su bolso en busca de su carné. Él la siguió y fingió inspeccionar el documento de identidad.
—Mil disculpas señorita Smoak, me parece que voy a tener que recompensarla por las molestias —algunas de sus compañeras chillaron como quinceañeras al escucharlo, ella por su parte se sonrojó; había crecido en las Vegas y sabía cómo funcionaban los estriptis, no sabía si iba a poder soportarlo...
Él la dejó en el centro de la sala y fue a buscar una silla donde la hizo sentarse. Sacó un pequeño reproductor de mp3 y un altavoz del que empezó a salir la música. Lo primero que se quitó las gafas de sol, dejando al descubierto unos bonitos ojos azules; desde luego quien hubiera elegido al hombre no tenía para nada mal gusto. Él empezó a contonear la pelvis acercándose muy peligrosamente a ella, que intentó taparse los ojos avergonzada pero él le tomó de las manos impidiendo que lo hiciera, de hecho le colocó las manos sobre el pecho guiándola para se lo recorriera.
Felicity trató de dejar la vergüenza a un lado y disfrutar y si duda lo hizo cuando el agente se libró de la camisa del uniforme dejando al descubierto un pack completo de abdominales, los cuales apreció a pesar que los de Oliver estaban bastante más desarrollados, aun así disfrutó del espectáculo. Cada vea que el hombre cambiaba de movimiento sus amigas chillaban como posesas, mientras que ella se iba avergonzado un poco más. No todos los días tenías a un desconocido encima tuya moviendo las caderas como si fuera una serpiente.
El tuvo que ver algo en su rostro que le hiciera apiadarse de ella e ir a buscar una nueva víctima para sus movimientos. Fue una sorpresa que eligiera a Caitlin, que de todas ellas era la que más incomoda estaba. A la pobre no le quedó más remedio que soportar las atenciones del stripper, que buscaba que todas disfrutaran con su actuación.
Y va se lo hicieron, para cuando se retiró el pantalón todas estaban embriagadas del ambiente que él había creado.
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