Capitulo 42

Oliver trató de encontrar alguna traba al proyecto de Ray Palmer. Pidió a varios departamentos que estudiaran la información que el empresario les había dejado; todos ellos concluyeron que la capsula parecía viable. Hasta Felicity se había puesto en su contra, tratando que viera el proyecto como algo beneficioso para Arrow, salvo que él no quería tener nada que ver con el fanfarrón de Palmer. Finalmente no le quedó más remedio que aptar ceder el procesador para la construcción de la capsula.

Acuerdos a un lado, ambos continuaron con los preparativos de la boda. tras la tarta llegaron las flores, la mantelería, el menú... tenían todo listo. Oliver ya había ido a recoger su chaqué, así como el traje de Connor que era casi una mini réplica del de su padre, y estaban colgados de sus respectivos armarios. Solo faltaba el vestido de Felicity, que llegaría el mismo día de la boda, para evitar que el novio tuviera la tentación de echar un vistazo.

Thea había sido una gran ayuda para la pareja, no solo había conseguido ciertos contactos y descuentos, también había acudido a algunas citas cuando Oliver o Felicity no lo podían hacer a causa del trabajo, también había tendido que tranquilizar a la novia cuando empezó a sentirse agobiada... desde luego se había tomado el puesto de dama de honor muy enserio.

Esa noche tenía preparadas sus sendas despedidas de solteros; mientras que Thea junto con Sara se encargaron de la despedida de Felicity, Diggle se encargó de la de su compañero. Todos ellos habían tenido en cuenta a Connor, por eso las despedidas se iban a realizar el sábado que el pequeño tenía un cumpleaños e iba a pasar la noche en casa del niño del cumpleaños junto a sus amigos entre los que se encontraba AJ, el sobrino de John.

La despedida de Felicity se celebraba en una de las salas privadas del Verdant y a parte de las mujeres del Team, es decir Thea, Sara y Lyla, también estaban invitas Nyssa, Caitlin e Iris. La noche prometía, Thea se había encargado de conseguir el vino favorita de la novia, así como que el mejor restaurante de la ciudad les preparara una cena bufet para todas ellas, además tenía preparada una serie de actividades donde las risas y las bromas estaban aseguradas.

Como las chicas habían reclamado el Verdant como suyo, para la despedida de Oliver tuvieron que buscar otro sitio., lejos de miradas indiscretas. Eso le llevó a un bar, que a simple vista podría parecer cutre, pero que tenía la mejor cerveza de toda la ciudad o al menos eso había escuchado Roy. Cuando llegaron allí, Oliver se llevó una sorpresa, no por el local, porque con Tommy había acabado en algún local peor que éste, y después de lo que había vivido durante cinco años tampoco es que fuera especialmente quisquilloso ahora que hace diez años... la sorpresa se la llevó, porque allí sentados en una mesa estaban, Barry Allen con sus compañeros Cisco y Ronnie; justo a su lado había un hombre que nada tenía que ver con los héroes y que ni tan siquiera vivía en el mismo país.

—¡Oliver amigo¡ —exclamó el hombre con los brazos extendidos y un fuerte acento ruso—, ¡muchas felicidades!

—Vaya Anatoly no esperaba verte aquí —Oliver se acercó a su compañero de fatigas y amigo y le saludó con los dos besos tradicionales.

—¡Como podría perderme la boda de mis dos americanos favoritos! —le dio unas fuertes palmadas en la espalda. Barry hizo un guiño de dolor al escucharlas.

—Dime Barry ¿te han pedido el carné al entrar? —le preguntó Oliver a su amigo y el artífice de que llevara antifaz.

Barry se sonrojó.

—Si lo han hecho —contestó Cisco Ramón ganándose una reprimenda de Barry—¿Qué? sí es verdad, se ha acercado ese camarera que da algo de miedo y te ha pedido el carné. A ti no a nosotros —dijo señalándose a sí mismo y a su otro compañero.

—Tiene cara de ir a colegio —comentó Anatoly acomodándose en la silla al igual que hicieron Diggle, Roy y Oliver— ¿Cuántos años tienes chico?

—Veinticinco —le respondió.

—Veinticinco dice —se rió el ruso golpeando a Oliver en el brazo.

—Es cierto cumplí los veinticinco hace ocho meses, ¿por qué la gente se empeña en mandarme al instituto?

—Tienes la cara como el culito de un bebé —le respondió Anatoly, el resto de la mesa trató de contener la risa.

Sin duda Oliver se alegraba de la llegada de su amigo de la Bratava.

—Bueno Roy tampoco tiene mucho vello facial y no veo que se metan con él.

—Ja, eso te crees tú —respondió el aludido —se meten conmigo a diario.

—Ya, ya —cortó el ruso—dejar de lloriquear y demostrar que sois hombres — de su chaqueta sacó una botella que Oliver y Diggle conocían bastante bien, era la misma que el primero tenía guardada en la guarida y de la que ambos habían brindado, no un día de celebración como su amigo de la bratava le había pedido, sino en un día de bajón.

—Anatoly no creo que sea buena idea que saque eso aquí —le sugirió Oliver, después de todo estaban en un bar y las consumiciones deberían de ser del bar.

—Solo un trago, luego prometo consumir de lo que haya en este bar, palabra de scout.

—Tú no eres Scout —le recordó medio esbozando una sonrisa Oliver.

—¿No me digas? —el ruso le guió el ojo y le pasó la botella a Barry —Bebe que hay que celebrar.

El joven miró con desconfianza la botella, nunca había sido un gran bebedor, de hecho toleraba bastante poco el alcohol y dos cervezas eran suficiente para estar embriagado. Iris tenía más aguante que él.

—Será mejor que le des un trago, Anatoly no es de los que cambia de idea fácilmente —le sugirió Diggle que aun recordaba como Oliver le había vuelto a dar el vaso que había rechazado en su primer encuentro con el ruso. Aunque el hombre tenía buen humor, no dejaba de ser uno de los miembros más importantes de la Bratava, lo mejor era mantenerlo contento.

Barry bebió de la botella que contenía el líquido transparente y tosió en cuanto este le bajó por la garganta.

—Quema — farfulló, apenas le salía la voz.

Uno a uno fueron bebiendo de la botella; Cisco y Roy tuvieron una reacción similar a la de Barry, por su parte Ronnie aguantó estoicamente el tirón al igual que Diggle y Oliver. Al único al que no parecía afectarle para nada era al propio Anatoly, que cualquiera diría que estaba tomando agua.

Los chicos no eran los únicos en comenzar con la fiesta, al otro lado de la ciudad las chicas ya se habían bebido una botella de uno de los mejores champanes que el Verdant tenía en su bodega.

—Chicas, chicas, creo que nos hemos olvidado de lo más importante —comentó Lyla, que como estaba embarazada era la única que no podía tomar ni gota de alcohol y no estaba del todo contenta con ese acuerdo—.No hemos brindado por la novia.

—Yo lo hago —anunció Thea poniéndose en pie en sus altos tacones—. Por Felicity, gracias por ser una persona excepcional, una gran amiga y sobre todo gracias por querer a mi hermano y estar a su lado...

—Por sacar la luz que aun quedaba en él —añadió Sara interrumpiendo el discurso de Thea la cual la miró con el ceño fruncido—. Lo siento, puede seguir.

—Como iba diciendo antes de que me interrumpieran... gracias por devolverme a mi hermano —la joven levantó la cope y pidió—Por Felicity Smoak.

—Por Felicity —la siguió el resto de chicas alzando sus copas.

—Gracias —la informática esta sonrojada por ser el centro de atención —y creo que vosotras dos me dais más merito del que merezco —les dijo a las dos amigas que habían hecho el brindis— Yo simplemente he estado ahí.

—Hay veces que eso es lo único que hace falta —Sara se volvió hacía Nyssa y la sonrió como la mujer enamorada que era.

—¿Queréis las llaves de mis despacho? —les recriminó Thea

Iris y Lyla se rieron del comentarios, Caitlin se sonrojo algo incomoda por la ligereza de conversación que tenía la joven Queen y Felicity simplemente negó con la cabeza mientras esbozaba una sonrisa.

—¿Roy te mantiene satisfecha? —le preguntó Nyssa—. No es sano vivir preguntando por la vida sexual de los demás.

Thea se sonrojó ante la clara critica que la hija de Ra's al Ghul, Nyssa tenía una forma de hablar que aun diciéndote hola, asustaba un poco. Y saber que era una experta asesina no ayudaba .

—¿Os parece si cantamos un poco? —sugirió Sara levantándose para coger uno de los micrófonos que estaba en la máquina de karaoke al otro lado de la sala—. Aunque os tengo que decir que antes de la Isla yo era la reina de los Karaokes.

—Ehhhh, aquí las únicas reinas que hay somos Felicity y yo —protestó Thea— así que devuelve la corona.

—Técnicamente Felicity aun no es una Queen —les recordó Caitlin que como mujer de ciencia que era le sacaba puntilla a todo.

—¿Igual que técnicamente tú y Ronnie no volvéis a ser pareja? —le preguntó Iris.

Después del regreso de Ronnie de entre los muertos, el joven había tratado de regresar con su prometida, pero Caitlin había levantado una coraza alrededor de ella para poder superar el dolor a la perdida. Le había dolido tanto, que tenía miedo a volver a amar, incluso al propio Ronnie. Aun así él no se había dado por vencido, además había pasado a formar parte del equipo Flash, pues al igual que Barry con la explosión del acelerador de partículas se había convertido en un metahumado con poderes sobrenaturales. Pero últimamente el corazón de Caitlin había empezado a derretirse e Iris los había pillado besándose detrás de una estantería aunque eso ellos no lo sabían.

La científica se quedó cual pez fuera del agua y no supo que responder.

—Vamos a ver quiénes son las reinas, por equipos —Sara señaló a Iris y Caitlin—, vosotras sois el equipo Central— señaló a Thea y Felicity— las chicas Queen y Nyssa y yo somos...

—¿Piolín? —respondió Thea riéndose de su propia broma.

—¿Quien es Piolín? —preguntó Nyssa que desconocía al pajarito amarillo de los Looney Toons.

Felicity le explicó quien era e incluso le enseñó una imagen con su teléfono móvil, y finalmente la pareja se quedó con ese nombre porque a la mujer le hizo mucha gracia.

—Bueno y yo ¿qué? no me dejáis beber, no me dejáis cantar... —protestó Lyla fingiendo indignación— ¿qué es lo próximo castigarme cara la pared?

Felicity la abrazó.

—Nosotras no te haríamos eso, tu vienes con Thea y conmigo.

—¡Eso es injusto! —protestó Sara.

—Yo decido lo que es justo o no, prerrogativa de la novia —para recalcar su broma le sacó la lengua a todas, mientras que la máquina de karaoke comenzaba a entonar las notas del Like a Player de Madonna.

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