Capitulo 35

Con Oliver fuera, la compañía siguió funcionando gracias al trabajo de Adrien y Felicity. Mientras la primera se encargaba de recolocar la agenda, Felicity se ocupó de aquello que no se podía posponer, como por ejemplo la reunión con un potencial cliente europeo que estaba interesado en el proyecto Q-Core. Éste aun no había visto la luz y ya estaba aportando a Queen Consolidated una rentabilidad mayor a la esperada.

A pesar de tener que encargarse de su trabajo y el de Oliver, a Felicity no le importaba, vender la idea en la que había participado tan activamente, le resultaba sencillo. Tenía las nuevas tecnologías metidas en la sangre, eso le ayudó a vender la idea a los europeos; que salieron con un contrato firmado tras de ellos y enamorados de la Directora de Tecnología de QC. Felicity había derrochado encanto, conocimiento pero sobre todo pasión y confianza por Q-Core, inspirando también la confianza en las demás personas que estaban presentes.

No podía contener la sonrisa de satisfacción, estaba deseando de que Olivier regresara para contarle todo. Apenas se podía creer que había sido capaz de actuar con tanta naturalidad y confianza como hacía él cuando vendía una idea o un proyecto a un posible cliente o inversor. Estaba claro que los años a su lado y sobre todo al lado de Arrow le habían aportado una seguridad que otros en el pasado se había encargado de minar poco a poco; su padre, su madre, Cooper...

Pero Oliver la había escogido por su valía y había confiado suficientemente en sus dotes y su integridad como para descubrirle su identidad secreta. Diggle y Roy, así como ahora Thea, no habían hecho más que reforzar esa confianza que el líder del Team Arrow había depositado en ella. Tan solo Sara había sido la única que la había hecho dudar y desconfiar de su posición en el equipo y sus capacidades, pero unas pocas palabras de sus compañeros y un tiro en el hombro después había entendido que era importante para ellos. Irremplazable le había llegado a decir John; una idea algo radical, pero sí se sentía incluida, aceptada y valorada y gracias a eso, a la nueva familia que habían formado en la adversidad, estaba floreciendo en ella nuevas aptitudes que no creía tener.

Aun con el brillo del triunfo inundando su cuerpo, llegó a su oficina. Allí estaba el miembro más reciente de la familia Arrow, una buena amiga y su cuñada, Thea Queen.

—Ya era hora, llevo horas esperando a que aparecieras —exclamó la joven al verla aparecer. Se levante de la silla para acercase a la novia de su hermano y darle un fuerte abrazo.

—Si me hubieras avisado de que ibas a venir —le respondió Felicity mientras iba a dejar sobre su escritorio los papeles que cargaba entre sus brazos—, te hubiera avisado de que tenía una reunión.

—Una reunión que ha debido de ir muy bien a juzgar por esa sonrisa que tienes en la cara. Casi podría decir que es la misma que pones después de acostarte con Oliver —la joven se volvió a sentar en la silla que había ocupado antes de la aparición de su cuñada, mientras ésta ponía en orden sus cosas.

—¡Thea, es tu hermano! —exclamó avergonzada, aun había rasgos de Thea Queen a los que no se llegaba acostumbrar, como esa forma tan desinhibida de hablar de la vida sexual de los demás, incluido su hermano.

—Un hermano que por cierto se ha ido de excursión y te ha dejado como capitana del barco —enseguida recordó el Gambit y como su hermano y su padre Richard habían naufragado por el pacifico —lo del barco no ha sido una buena comparación.

—No, pero no te preocupes no se lo diré a Oliver — le respondió Felicity guiñándole un ojo de forma cómplice —. Sabes que me encanta estar contigo pero aun no me has dicho para que has venido.

—Me enteré que Oliver y Connor salieron a pescar y pensé que estaría bien tener una tarde de chicas.
Hacía ya algunas semanas que no hacían nada ellas dos solas, siempre estaban acompañadas por sus chicos o el resto de amigos. Thea necesitaba el estar a solas con su amiga, hablar de sus cosas, de como iba su relación con Roy. Y aunque quería mucho a su hermano, no era el mejor dando consejos en los asuntos del corazón, a pesar de tener una novia que no se la merecía, pero cuando se trataba de Roy, Oliver si había vuelto algo imparcial. Hacía unos años cuando había empezado a salir con él, su hermano lo miraba con desconfianza; ahora la situación había cambiado, Roy se había convertido en el aprendiz de Arrow y entre ellos habían forjado una amistad, una hermandad. Ahora Oliver se alegraba de que Roy y ella estuvieran juntos, salvo que Thea no siempre estaba segura de que eso era lo correcto.

—Dejémoslo en el almuerzo —le sugirió Felicity incapaz de abandonar sus responsabilidades de la misma forma que los dos hermanos Queen lo hacían.

—Si eso es lo único que me vas a dar, me tendré que conformar —Thea puso carita de pena, mostrando su descontento, le parecía muy poco tiempo.

—Te recuerdo que vivo con tu sobrino —comentó con humor la rubia mientras cogía su bolso del último cajón de su escritorio —, me estoy volviendo inmune a los pucheros de lo Queen.

—Ya, seguro que cuando mi hermano te los hace en la cama no le dices a nada que no.

—¡THEA! podrías olvidarte de mi vida sexual con Oliver de una vez. Empiezo a pensar que tienes un problema.

—Si solo se tratara de uno... —murmuró la joven no lo suficiente bajo como para que Felicity no lo escuchara.

—¿Qué es lo que ocurre? —le preguntó preocupada.

—Hablamos durante la comida —sugirió Thea poniéndose en pie para salir a comer—. ¿Qué comemos, chino, tailandés, italiano...?

—Mejor vayamos al Big Bell Burger, me parece que vamos a necesitar calorías para esta conversación.

No es que las fuera a necesitar, nadie necesita calorías a no ser que vayas al gimnasio, pero Felicity presentía que la conversación sería seria, y el estrés y el agobio le daba hambre, hambre de comida poco sana además. ¿Qué más menos sano que una hamburguesa con queso acompañada de patatas y un refresco de cola? desde luego no ese restaurante vegetariano donde Thea se empeñó a ir la última vez y el que tanto Roy como Oliver odiaron nada más poner el ojo en la carta.

—Estoy de acuerdo —aprobó la joven.

— X —

Nada más entrar se encontraron con Carly, la cuñada de Diggle, que estaba sirviendo una de las mesas próximas a la puerta. Ésta le preguntó por Connor, AJ le había comentado que había sido expulsado; Felicity no dudó en hablar con ella y expresar sus dudas por la forma en la cual tratar el tema, después de todo Carly llevaba una década de practica más que ella. Escuchó con atención los consejos de la cuñada de su mejor amigo.

—Me parece que hemos aburrido a tu amiga—apuntó Carly señalando a una de las mesas.

Felicity se volvió hacia allí y se encontró que Thea ya había tomado asiento y estaba leyendo la carta como si fuera lo más interesante del mundo.

—Lo siento, será mejor que vaya a sentarme con ella.

—No te preocupes, enseguida voy a tomaros nota.

Felicity le ofreció una sonrisa de agradecimiento antes de marcharse junto a la joven hermana de su novio.

—Siento haberme entretenido de esa forma —se disculpó tomando asiento frente a su amiga.

—No me importa —le respondió—, estás preocupada por Connor, tienes miedo a no hacer lo correcto. Eso Felicity Smoak, te hace una buena madre para mi sobrino.

La mirada de Felicity de pronto se volvió sombría, sin darse cuenta sus pensamientos habían volado a otro niño, a otro sobrino del que podría haber llegado a ser madre.

—No te lo he dicho porque no quería sacar el tema —comentó Thea al darse cuenta de la reacción de su amiga, le cogió una de sus manos apretándosela con gentileza— pero siento lo del bebé.

—Gracias —las lágrimas estaban humedeciendo sus ojos—. Seguramente gracias a ti tendría un armario más grande que el mío.

Thea se sintió aliviada al escuchar a Felicity bromear a pesar del dolor que sentía por la pérdida de ese bebe.

—No tengas ninguna duda de eso, sería el niño más a la moda de todo Starling City —Thea se quedó callada durante unos segundos insegura de si añadir algo más a su declaración, finamente decidió que sí—. Y lo será, porque estoy segura que no tardaréis en hacerme tía de nuevo. Pero entre tú y yo —se acercó a su amiga y tapó su boca con su mano como queriendo contar un secreto—, prefiero que esta vez sea una niña, los niños son un rollo.

Felicity soltó una carcajada.

—Veré lo que puedo hacer... —la carcajada murió de inmediato al ver la silueta de un hombre a través del ventanal del restaurante.

No podía ser, claro que no, su mente y su vista le estaban jugando una mala pasada, la silueta le pertenecería a alguien que se le pareciera, porque él no podía estar en Starling ¿o sí?

—Felicity —Thea la estaba llamando a la vez que pasaba una mano frente a sus ojos para atraer su atención y lo logró— ¿Ocurre algo? te has puesto sería de repente y llevas un rato como en otro mundo.

—Estoy bien —Felicity sacudió la cabeza como para apartar los recientes recuerdos que había tenido al ver la silueta a través del cristal—. Me había parecido ver a alguien conocido, pero por suerte no lo era.

—No me digas, ¿un ex? —bromeó la joven.

—Algo así.

Su conversación se vio interrumpida porque Carly se acercó a tomarles nota de los pedidos y en cuanto ésta se marchó Felicity se centró en su amiga y lo que le ocurría.

—¿Piensas contarme que ocurre o vas a seguir haciendo bromas a costa de mi vida amorosa?

—Promete que nada de lo que te voy a contar aquí se lo vas a decir a Oliver —solicitó auténticamente preocupada.
Había encontrado un equilibrio en la relación con su hermano, no quería que esto cambiara; sí, su relación no era la misma que antes de que Oliver naufragara en esa estúpida isla, pero es que ninguno de los dos eran ya los mismos, desde luego ella ya no era una niña idealista de entonces.

—La duda ofende —comentó Felicity llevándose la mano al pecho como si la duda de la joven le hubiera dolido en lo más hondo—, siento como si estuvieras insultando mi inteligencia . Dime una sola vez que le haya contado algo a tu hermano que tú me contaras en confianza.

—Creo que cometí un error al volver con Roy — expresó Thea sin ningún miramiento para confusión de su cuñada, necesitaba expresar sus dudas

—Pero... se os ve bien — señaló Felicity aun sin llegar a asimilar la confesión de la joven.

Para Roy la vuelta de Thea a su vida, le había supuesto mucho bien. Descubrir lo que había hecho cuando el mirakuro había invadido su cuerpo por completo, había sido demasiado duro para el muchacho, el cual había puesto su empeño en enmendar sus actos centrando sus energía en su misión como Arsenal. Oliver, Diggle y ella se habían preocupado por él, Roy se estaba perdiendo a si mismo. Por suerte Thea regresó y el joven empezó a focalizar sus energías de una manera más equilibrada.

Carly apareció en ese momento con sus pedidos, algo que Felicity agradeció. Empezaba a sentir un fuerte deseo de llevarse algo a la boca; debería haberse quedado en su oficina de QC, hubiera sido una opción mucho mejor para mantener la línea.

—Lo sé... —volvió a hablar la joven cuando se quedaron nuevamente las dos a solas —pero. Supongo que tú me entenderás; salías con Collin cuando estabas enamorada de mi hermano —Felicity no pudo replicarle esta afirmación tan tajante—. ¿No sentías que salir con Collin no era lo correcto?

—A menudo —no estaba orgullosa de ello, pero había tenido ese sentimiento no le había abandonado en ningún momento durante el tiempo que había durado la relación.

—¡Es que eso es lo que siento yo con Roy! —apuntó Thea mientras veía que Felicity atacaba su comida sin ningún pudor—. Quiero a Roy, te juro que le quiero pero... —se quedó callada durante unos segundos antes de añadir—, no quiero hacerle daño.

—¿Por qué ibas a hacerle daño? —le preguntó su cuñada cogiéndola de la mano —, tener dudas es normal, yo las tengo muy a menudo sobre mi relación con Oliver. A no ser que ser que estuvieras enamorado de otro ¿qué daño le ibas a hacer a Roy?

El extraño silencio de Thea así como su expresión culpable le indicaron a Felicity que había dado en el clavo.

—Espera, espera —esa palabra solo servía para poder reorganizar sus pensamientos—, ¿me estás diciendo que estás enamorada de otra persona?
—por mucho que había tratado de ocultar su incredulidad no lo consiguió— ¿Quién?

—¿Te acuerdas de Chase, el DJ que contraté en el Verndant? —Thea habló sin ser capaz de mirarla directamente a los ojos, sino que estaba jugando con las patatas y la salsa de acompañamiento.

—¿El guaperas rubio? —Felicity habló sin pensar

Thea la miró directamente a la cara y salió en defensa del chico.
—Es algo más que un guaperas rubio. Es inteligente, divertido, amable...y hace que me sienta bien conmigo misma.

—Y con Roy no te sientes así...

—No —Thea apoyó esa negación con un negando con la cabeza— con Roy... Cuando estoy con Chase no tengo que pensar en mi pasado, puedo mirar hacia delante. Pero con Roy, no puedo evitar pensar en el daño que he hecho, en Malcom... No soy la misma chica que el amaba.

—¿Y crees que él es el mismo Roy? ambos habéis pasado por mucho —Felicity volvió a tomarla de la mano—. Yo estoy muy orgullosa de vosotros, porque habéis superado la adversidad y habéis salido fortalecidos. Eso no implica que vuestros caminos deba ir necesariamente unidos.

—¿Me estás diciendo que debería romper con Roy?

—No, yo no puedo decirte lo que debes hacer Thea, eso lo tienes que decidir por ti misma —le aseguró su cuñada—. Aunque a lo mejor te vendría bien pasar unos días con nosotros en vez de estar las 24 horas del día con Roy, puede que así tomes algo de perspectiva antes de hacer algo de lo que te puedas arrepentir más tarde.

—¿No te importa? —le preguntó esperanzada y agradecida.

—En serio, cuando aprenderéis los Queen que cuando ofrezco algo lo hago porque quiero. Me dan ganas de... —simplemente cerró las manos como si fueran garras e hizo un sonidito ¡arg! que le dejó muy claro a Thea que ese rasgo que compartía con su hermano sacaba de sus casillas a Felicity—. Ahora por favor vamos a comer, que tengo un hambre que me muero.
Ante la mención de la palabra comer las tripas de Thea se revelaron y el sonido alcanzó a los oídos de la rubia. Ambas se rieron.

—Claro, yo también me muero de hambre.

— X —

Ambas se despidieron con la promesa de que Thea a partir de esa misma noche regresaría a vivir a la que durante años había sido su casa. Antes tendría que hablar con Roy y empaquetar sus cosas. Felicity por su parte regresó a Queen Consolidated para continuar con su trabajo.

Acababa de entrar por las puertas del gran edificio, cuando por segunda vez lo vio, el mismo hombre que había visto a través de la ventanas del Big Belly Burguer, no le cabía ninguna duda. El mismo traje, el mismo pelo, la misma silueta... salvo que esta vez estaba acompañado por tres personas más que se dirigían a tomar el ascensor.
Felicity siguió avanzando sin apartar los ojos del hombre que le traía a la mente recuerdos de su pasado. Estaba a punto de verle el rostro cuando las puertas del ascensor se cerraron. La informática maldijo entre dientes el universo le estaba jugando una mala pasada; decidida a solucionar su intriga, se acercó al puesto de información, donde Marc registraba todas las llegadas de personas ajenas a la empresa.

—Buenas tarde señorita Smoak —la saludó con una sonrisa el hombre al ver que se acercaba a hablar con él— ¿ha disfrutado del almuerzo con la señorita Queen?

—Buenas tardes Marc, la verdad que siempre es un placer pasar tiempo con Thea.

—Tiene mucha suerte de llevarse bien con su cuñada. La mía en particular es un poco bruja.

Felicity le sonrió con simpatía, Marc era un hombre amable que no diría esas cosas de no ser ciertas.

—Quería preguntarte si sabes quién son los hombres que acaban de subir en el ascensor de la derecha.

—Oh, son los consultores que Q-Core ha contratado para hacer las pruebas del nuevo proyecto —respondió Marc sin ni siquiera mirar el papel donde tenía registrada la llegada de las visitas.
—¿Por un casual tienes sus nombres? —preguntó nuevamente Felicity tratando de ocultar su curiosidad.

—Me temo que no, señorita Smoak —se disculpó el hombre— ¿He cometido algún error?

—No, no te preocupes has hecho bien tu trabajo, es solo que uno de ellos me resultó conocido y quería saber si era esa persona, nada más —le explicó para que comprendiera que no trataba de cuestionar su trabajo—. Será mejor que suba a mi oficina, me espera el trabajo. Muchas gracias Marc, que pases buena tarde.

—Lo mismo digo señorita Smoak, no trabaje demasiado.

—Me temo que eso es una cosa imposible.

Se despidió con una sonrisa y se subió en el mismo ascensor que los cuatro hombres por lo que le había estado preguntado a Marc.

— X —

La tarde fue tal y como ella había sospechado, repleta de trabajos, dudas que aclarar y llamadas que contestar. El tiempo se le pasó volado, y si no llega a ser porque había puesto la alarma de su teléfono y de su tableta electrónica para que le avisara de que eran las 6, aun seguiría en la oficina en vez de en casa esperando la llegada de sus dos pescadores favoritos.

Tanta actividad se le debía de notar en la cara, porque nada más verla Raisa se ofreció a hacerle un café vienes, ese que ella solo pedía los días que necesitaba un subidón de azúcar y cafeína. Desde luego el día se había presentado completito, con la expulsión de Connor, los problemas de Thea, el trabajo y el fantasma de su pasado... ¿por qué tenía que haber vuelto a pensar en él? si había pasado la tarde sin molestarse en darle un segundo pensamiento.

Por suerte en ese momento, Oliver y Connor aparecieron por la puerta con pinta de necesitar una buena ducha.

—Vaya al fin llegáis, ya veo lo que me habéis echado de menos —comentó ella fingiendo sentirse enfadada.

—De vez en cuando los hombres necesitan pasar algo de tiempo solos —le respondió Oliver dejando la nevera y la cesta de la comida en el suelo— ¿verdad Connor?

El niño afirmó con la cabeza, le daba algo de miedo hablar y enfadar a Felicity, nunca había la había visto enfadada y tampoco quería ser él quien lo hiciera.

Lejos de hacerlo ella sonrió encantada.

—¿Os lo habéis pasado bien?

—Mucho —respondió el pequeño.

—Lo hemos pasado en grande, hemos pensado en repetirlo con Diggle y a AJ — informó Oliver tan entusiasmado como su hijo.

—¡Ah!, ¿qué de verdad me vais a excluir de vuestras pequeñas excursiones?

Oliver la cogió de la cintura y la atrajo hacía si mismo dándole un beso en los labios.

—No cree que la pesca sea lo tuyo —comentó el divertido al sentir como ella ponía las manos sobre su pecho y se separaba.

—Desde luego si voy a traer ese olor a pescado, no, conmigo no contéis —afirmó ella, en su cara tenía una mueca de desagrado por el mal olor—. Mejor me voy a hacerle compañía a Lyla y a Andy, mientras que vosotros os lo pasáis bien.

—Aquí huele a pescado muerto —exclamó Thea que acababa de llegar con la maleta entre sus manos.

—Tía Thea —Connor corrió a saludarla pero ella se lo impidió.

—Nada de eso jovencito, nada de abrazos hasta que no te duches este vestido fue un regalo de la abuela Moira y no pienso permitir que coja olor a pescado —en cambio Thea le dio la mano y el niño se la estrechó como había visto hacer a los mayores —Venga ¿a qué esperas? sube a la ducha que quiero mi abrazo.

—Pero... —comenzó a hablar el niño inseguro, sabía que su padre y Felicity iban a hablar de él sobre su castigo por lo que había hecho en el colegio.

—Sube a ducharle —le indicó Oliver para no prolongar su calvario—, luego ya hablaremos.

El niño asintió y se fue corriendo hacía su habitación para quitarse toda la suciedad acumulada a lo largo del día de pesca.

—Tú deberías de aplicarte el mismo consejo que le has dado a tu hijo —comentó Thea con diversión.

Las dos mujeres de su vida lo miraban con el ceño fruncido.

—Me rindo —Oliver sabía cuando estaba derrotado, esas dos mujeres lo tenía atado de pies y manos.

—Bien, yo voy a ir dejando mis cosas —anunció Thea—¿No te importa verdad Felcity?

—Claro que no, ya sabes cuál es el camino.

Fue entonces cuando Oliver se percató que su hermana tenía una maleta.

—¿Qué es lo que está ocurriendo? —preguntó preocupado por su hermana— ¿por qué trae Thea una maleta?

—Va a vivir con nosotros una temporada.

—¿Ha roto con Roy?

—Hasta donde yo sé, no; pero es posible que lo hagan. Thea tiene demasiadas cosas rondando su cabeza y pasar las veinticuatro horas del día con él no ayuda a la causa.

—Nosotros pasamos todo el día juntos —Oliver besó la frente de su chica, le encantaba tenerla siempre cerca.

—Pero tú asumiste tus demonios antes de que estuviéramos realmente juntos —Felicity jugueteó con el pelo de él—, ella no.

—Debería haberme dado cuenta que no estaba bien —se maldijo a sí mismo por ello.

—Ehh, no es culpa tuya, ella no quería preocuparte más de lo necesario.

—Me alegra de que acudiera a ti, la verdad es que no sé cómo puede seguir teniendo tanta luz en tu interior a pesar de tenernos a todos necesitados de ella.

—¿Sabes cuál es el secreto? —Oliver negó con la cabeza—, veros ser felices, eso es todo lo que necesito —Ambos se miraron a los ojos diciéndose muchas cosas sin decir palabra—. Y ahora venga a la ducha —le ordenó dándole un cachete en su prieto y redondeado trasero.

—Tengo una idea mejor —Oliver la cogió en brazo, sus ojos brillaban con una malicia que Felicity conocía bastante bien ya—. Nos vamos a la ducha los dos, porque como ha dicho Thea, seguro que este precioso vestido tuyo apesta a pesado.

Ella no pensaba protestar, porque ducharse juntos le parecía una idea sumamente buena sobre todo después del día que había tenido, ya le hablaría de su reunión con lo europeos y ya solucionarían los problemas de su familia, ahora lo que necesitaba las caricias expertas de él para acabar el día con la mejores de las sonrisas. Y que Thea bromeara todo lo que quisiera.

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