Diez años antes...

Darlene.

Me acerco a la playa, admirando el mar y las pequeñas olas que se forman. La noche va cayendo y el frío se está colando por mis huesos.

—Mamá se enojará... —pensé en voz alta. Sin embargo, ese detalle no me importa, pues sigo caminando hasta la orilla.

La falda de mi vestido playero color crema, vuela con el viento. Me cruzo de brazos en un intento de sentir calor.

Siento crujidos entre los arbustos y volteo a ver.

—¿Hay alguien ahí? —inquiero con evidente miedo.

No recibo respuesta alguna y decido acercarme más a la orilla, el agua choca contra mis sandalias.

Sí, soy una jodida loca por estar totalmente desabrigada, en una playa. Y de noche, que es la hora dónde hace más frío.

Alguien agarra mi cabello y tira de él para acercar mi cara al agua, trata de ahogarme y lucho por gritar, pedir ayuda y salir de su agarre.

Pero es en vano. No puedo lograrlo, siento el agua entrar en mis pulmones, nariz, no puedo respirar.

Todo se detiene en un par de segundos y escucho gritos preocupados de mi madre.

—¡Darlene!¡Darlene! —grita ella mientras se acerca.

Toso y escupo agua.

—Mami —susurro con lágrimas en los ojos, ella me abraza y acaricia su cabeza.

—Ya está, cariño, ya pasó. ¿Qué pasó realmente?

—Alguien intentó ahogarme —explico—. Pero en la zona no hay nadie...

—Vámonos de aquí —toma mi mano y nos vamos caminando de la playa.