Capítulo 3. "No seré juzgada"

Darlene.

Comienzo a correr en dirección contraria a los sujetos. Corro tan rápido como mis tacones me lo permiten.

Tengo que dejar de usarlos.

Oigo un disparo y unos minutos después, caigo al suelo. Uno de mis hombros arde como los mil demonios.

Grito de dolor, es una bala de plata. ¡Me está quemando!

Dos hombres trajeados aprovechan para agarrarme de los antebrazos y llevarme hacia la dirección contraria a la que estaba corriendo.

—Las brujas no pueden estar en territorio de cambiantes —escupe uno, aumentando la fuerza de su agarre—. Discúlpate ante el Consejo y el Alcalde. De esa forma podrás vivir.

Ignoro lo que dice, jamás me disculparé con alguien que no sea mi maestro en la Orden o el líder.

—Yo no me disculpo con nadie. Y no seré juzgada —digo entre dientes por el dolor que siento en mi espalda. Él se ríe.

Se detienen frente a unas escaleras y me observan. Me está costando mantenerme en pie.

—Quítenme la bala o déjenme quitarla —suplico—. Si dejan que haga efecto por completo, me matará. Y no creo que a sus superiores les guste eso...

—Haz lo que dice —dice el mayor de todos ellos—. Désatala, hijo.

El que se supone que es su hijo, me suelta y me desata a través de unas palabras que dice. Si no recuerdo mal, es idioma demoníaco o latín, uno de esos debe ser.

Una vez siento a mis muñecas libres, busco mi daga. Sin encontrarla.

—Ten —me extiende mi daga el chico que me desató. Asiento y la tomo antes de dirigirla al lugar de la bala.

Saco esa cosa de plata con ayuda de la daga y espero a que mi piel se regenere con ayuda del hechizo que estoy recitando en mi mente.

Me río y en unos minutos le arrebato el arma al chico que me desató.

—Quietos porque disparo —amenazo, apuntando al chico. Es brujo, se dejó al descubierto.

¿Qué clase de brujo hace eso?

—No lo lastimes —pide el señor mayor—. Podrás irte, pero déjalo vivir.

Disparo a otro de los sujetos.

Sonrío y murmuro un "trato" antes de comenzar a subir las escaleras. Este lugar no es seguro para mí, debo ocultar mi aroma o medio pueblo sabrá lo que soy.

Tal vez deba irme, pero no lo creo. No me iré hasta obtener las respuestas que busco, presiento que quien me atacó hace diez años no es un humano común.

¿Entonces quién?

...

Una vez en la superficie, lanzo lejos el arma. Genial, estoy en medio del bosque.

Me quito los tacones y comienzo a correr hacia donde creo que es la salida del bosque.

—Por favor, ayúdame —susurro en una súplica—. ¿A dónde debo ir?

Alguien me susurra "frente, derecha" y sonrío. Debe ser uno de los tantos fantasmas que invoqué cuando era niña.

Lo sé, no era tan inteligente en ese momento.

Comienzo a caminar en aquella dirección y después de un buen rato, llego al pueblo y comienzo a correr por una de las calles.

Me detengo en seco a recuperar el aliento. Una mano se posa sobre mi hombro, me sobresalto.

—Está bien, soy yo —dice y la reconozco. Agnes—. ¿Qué te pasó?

—Eso no importa, necesito tu ayuda —digo y ella me mira de reojo—. Ahora mismo, por favor, sé que eres bruja.

—Baja la voz —pide en bajo tono—. ¿Qué necesitas?

—Hazme un hechizo de protección, por favor —solicito y la miro con una expresión suplicante. Nadie se resiste a ella—. El Consejo va a juzgarme por ser cazadora y no quiero eso, además de que siendo... algo, pisé territorio de cambiantes.

—Está bien, voy a ayudarte, ven conmigo —me presta su chaqueta para que me cubra y me arrastra hasta una casa.

Entramos, supongo que es su casa. Ella me sonríe y me pide amablemente que me siente en el sofá.

Me siento y dejo los tacones en el suelo.

—Iré a buscar lo necesario para el hechizo —informa y cruza el umbral de una de las puertas para luego desaparecer.

Suspiro y rebusco mi celular entre mi vestido. Espero que no esté en mi bolso porque sino, deberé traerlo con magia.

Por suerte lo encuentro. Marco el número de mi maestro de la Orden.

—¿Dónde estás, Darlene? Tu madre te está buscando —anuncia y palidezco, carajos, olvidé decirle a mamá que venía aquí.

—Peaceville —respondo tajante—. Me he encontrado con algunos cambiantes, tal vez sea un buen lugar para dominar. ¿Crees poder enviar a alguien de confianza para que me acompañe?

—Tal vez, no sé si se podrá. Peaceville oculta muchas cosas, probablemente no estés segura allí ahora mismo. Sal de ahí.

—No vine aquí por temas de trabajo —aseguro—. Es algo personal. Tranquilo, sé cuidarme. Dile a mamá que estoy bien, que no se preocupe.

—Lo que sea que estés haciendo, ten cuidado —me aconseja y ruedo los ojos—. Peaceville no tiene una historia muy buena, si investigas más, sabrás porqué. Hay personas más poderosas que tú.

—Lo sé, maestro, lo sé —susurro—. Te llamo luego —cuelgo y suspiro.

—Ya regresé —irrumpe Agnes en la habitación, sus rizos rubios se mueven al compás de sus pasos—. ¿Lista?

Asiento y ella se sienta a mi lado, comienza a murmurar unas cosas mientras pasa agua por mi cuello, parte de las clavículas y rostro.

Espero que sea rápido, no tengo mucho tiempo para perder.

—Ocultará tanto tu aroma, que si eres compañera de algún cambiante lobo, no lo notará —advierte—. Podrá durar aproximadamente tres semanas, después puedo volver a hacerlo.

...

James.

Me encuentro con mi hermano Jacob y algunas de mis amistades, bebiendo en un bar.

—¿Te has enterado, James? —habla uno de mis amigos, Kenan, llamando mi atención—. La chica cazadora escapó y asesinó a uno de la manada de los Onsso.

—Wow —opino, es lo único que puedo decir. Realmente esta chica misteriosa me sorprende—. Creí que a los Cazadores no podían atravesar el pueblo, ¿Cómo pudo?

—Al parecer oculta muy bien su marca —musita una de mis amigas, la hermana de Agnes, Jules—. Creí que la Orden de los Cazadores no reclutaba mujeres.

—Hoy en día esas basuras hacen de todo —masculla Jacob, aparentemente furioso—. Apuesto a que quieren dominar este pueblo, no hay que permitirlo.

—Quieto, tigre —bromeo—. Aún no podemos hacer nada contra ella, tal vez no viene a matar.

Los demás me dan una mirada de "¿Estás escuchando lo que dices?" Pero los ignoro, yo creo que las personas son inocentes hasta que se demuestre lo contrario.

Doy un sorbo a mi whisky, sintiendo el sabor amargo de el líquido, recorrer mi garganta. Suspiro algo cansado.

Papá ha estado todo el día tratando de atrapar al asesino en serie que está detrás de tantas muertes hace unos años, lo he tratado de ayudar en lo que pude.

No deja ningún rastro ese maldito. Ni una mísera huella, nada.

Es como si no existiera.

Escucho unos pasos cerca nuestro y volteo a ver, veo una cabellera rojiza muy hermosa.

Pasa de largo de nosotros y se dirige a la barra, tardo unos segundos en notar que ha descubierto su cuello.

Es la chica cazadora.

—Es ella —musito y Jacob se levanta rápidamente, lo detengo antes de que haga cualquier tontería.

Es muy impulsivo, no suele pensar con la cabeza en frío.

La chica se da vuelta y veo su rostro. Es atractiva, no lo niego.

Desprende un aroma extraño, supongo que es el de los Cazadores. Ellos nunca huelen a algo, ni siquiera a humanos.

Me sonríe y luego recibe su trago, comienza a beberlo, mientras me observa. Después se retira.

¿En serio un ángel como ella puede ser Cazadora?

Mercink~

Estamos aquí de nuevo con un capítulo más de esta historia. Por los momentos, está algo tranquilo el asunto, luego vendrán muchas cosas❤️

¿Qué opinan de Darlene?

¿Agnes?

¿James?

¿Y Jacob?

¿Qué creen que pase en este pueblo?Es obvio que oculta cosas y es mucho más que unas criaturas sobrenaturales como los cambiantes.

Sólo diré una cosa jsjsjs: Las apariencias engañan 👀

Nos vemos prontito ❤️

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top