Capítulo 28. "Ellos"
Madison.
Tras decir esas palabras, soy sorprendida por la reacción del libro de los archivos, pues es abrazado por un pequeño tornado blanquecino y luces violetas.
Las decoraciones que tenía en plata, cobre y oro, son reemplazadas por el zafiro, el rubí y la obsidiana. Además de eso, el color de la tapa cambia a marrón oscuro, dejando atrás el marrón claro que lo caracterizaba.
—¿Qué es lo que has dicho, Madison? —dice Jacob—. Repítelo, por favor.
Inhalo profundo, sin quitar la vista del libro.
—El asesino es sádico. Y esto es una venganza o un llamado a alguien —repito lenta y adusta.
Lo escucho suspirar con exasperación y también suelta un gruñido frustrado. Quiero mirarlo, pero me siento atraída por el libro más importante de Peaceville.
Me siento hipnotizada por el color de las decoraciones, sobre todo por ese azul intenso y precioso.
—¿Estás segura de ello? —inquiere, ceñudo, Christian Mareoux.
—Más que segura. Sólo debe revisar los resultados de las autopsias y entenderá lo que digo —respondo anodina.
Mi voz adquiere un tono más bajo por alguna razón. Aclaro mi garganta para recuperar mi fuerza habitual, pero los archivos me vuelven a distraer.
Los archivos se abren en una página cualquiera, que parece ser una que corresponde a la sección de la historia del pueblo. A simple vista se ve normal, pero hay un detalle al final de la página, que me congela la sangre.
Hay un pequeño párrafo escrito en una lengua muerta. Las letras relucen de una tonalidad dorada dependiendo de como les dé la luz de la lámpara.
La lengua muerta es una que conozco a la perfección.
Es el idioma de las banshees.
Imposible que alguien más la haya aprendido, somos pocas las personas que la sabemos y hablamos. Las otras criaturas sobrenaturales no se interesan por aprenderla.
«¿Qué es lo que dice?»
La voz de Jacob en mi cabeza provoca que me sobresalte un poco. Tiene un timbre de voz tan frío y tosco, además, no me esperaba que usara la telepatía ahora mismo.
Respiro hondo y me enfoco en el párrafo, tardo unos segundos en traducir lo que dice:
"Del mal y la destrucción nacerá un monstruo. Se convertirá en el final de todas las dimensiones, de toda clase de vida, pues reinará a través de la oscuridad y eliminará a cualquiera que no cumpla con sus estándares.
Ya lo predijiste, sabes a que me refiero y sabes quien soy.
No intentes fingir que no. "
Es una profecía. Lo que tanto temía que ocurriera, está por pasar y creo que no habrá forma de detenerlo.
Ya no.
—¿Sabes que dice? —interroga mi suegro al verme tan abrumada.
—Sí —respondo seca. Dirijo mis ojos al rostro de Jacob—. Y no es nada bueno.
La mandíbula de mi compañero licántropo, se endurece. En estos momentos pareciera que se le van a saltar las venas del cuello o la frente.
—¿Qué tan malo es? —indaga perturbado, supongo que es por mis emociones.
Siento tanto desconcierto, rabia, impotencia, un poco de tristeza. Estoy abrumada, porque yo sé quien es la persona que escribió ese mensaje, soy consciente de a lo que se refiere con esas palabras.
—Demasiado malo —detallo sin perder mi frialdad característica. Mi voz parece un cuchillo a punto de matar a alguien—. Sé que quieres que te explique con lujo de detalles, pero ahora no puedo.
Él asiente, comprensivo. Sonrío un poco y vuelco mi atención en Christian, quien se mantiene con una ceja alzada, intentando comprender lo que pasa entre su hijo y yo.
—Bien, entiendo lo que ocurre —masculla antes de mirar los sobres de papel madera—. Tienes razón en lo que dices, Madison.
Asiento, indiferente. El señor Mareoux pellizca el puente de su nariz, nervioso. Imagino que estará teorizando quien puede ser el asesino en serie.
Siendo sincera, ni yo tengo idea de quien puede ser. Es una persona tan inteligente, porque piensa en todo: distintas formas en las que mueren sus víctimas, diferentes especies, no deja pistas, cuida todos los detalles.
Pero se olvidó de uno muy importante: no dejar entrever el tipo de persona que eres. Demostró claramente que es sádico, ama el dolor de las personas.
Y lo más probable es que disfrute de verme anunciar las muertes de las personas.
—Bueno, nosotros no tenemos nada más que decir —decido hablar para romper el silencio—. Si tiene alguna sospecha o evidencia nueva, avíseme así lo analizamos juntos. Que tenga una buena tarde, señor Mareoux.
Al término de esas palabras, camino hacia la puerta de salida, no sin antes echarle un vistazo a la estantería con libros. Creo poder ver uno que me será de utilidad en un futuro, sobre todo por las situaciones que se nos avecinan.
Dentro de ese libro, hay información de la persona que escribió ese mensaje en los archivos del pueblo.
...
Acaricio la cabecita de Kara mientras observo el jardín bien cuidado de la mansión. Jacob está a mi lado, sentado en el césped, perdido en sus pensamientos.
—Omitiste algunos detalles —arruga la frente—. ¿Por qué?
Chico listo, supo reconocer que estuve ocultando algo de información.
—Aún no es momento para que los demás lo sepan —explico intranquila.
Sus ojos azules destellan comprensión y algo de pesar. No debería estar apenado por tener una compañera que sufre cada vez que ve muertes en sus sueños o, mejor dicho, en cualquier momento del día.
Nací con este poder, el universo me lo entregó por algo y no debo apenarme o molestarme por ello. Si bien me impactan muchas de las cosas que veo, aprendí a sobrellevar todo esto con el tiempo.
Nuestras miradas se cruzan y se mantienen así por unos segundos. Percibo como su brazo se pasa por mis hombros para apegarme a su cuerpo.
—Está bien, Madison, lo entiendo —susurra y besa mi frente—. Te ayudaré en lo que pueda, incluso si no me dices lo que te pasa o lo que ocurre en general.
Sus palabras suenan tan cálidas, pero hay algo dentro de mí que me asegura que este no es el Jacob real. Es un presentimiento que me susurra que esto sólo es una fachada para mostrarse ante mí.
—Darling, no es necesario que finjas algo que no eres —interrumpo su momento romántico, mi rostro está decorado por la seriedad—. Sé que esto que me muestras no eres tú.
Escucho su suspiro pesado, evita mirarme. ¿Por qué fingir? No lo entiendo, no creo que haya algo malo en él como para que no lo acepte o lo ayude a mejorar ese aspecto.
—Maddie, mi otra cara no es agradable de ver —masculla con una pizca de rabia o impotencia.
Mantengo mi expresión indescifrable, viendo a Kara. La perrita se encuentra dormida en mi regazo.
Me sobresalto ante un pequeño pinchazo que llega a mi cabeza. Por unos segundos, creo poder ver lo que sería una playa envuelta en llamas y oscuridad, además de un mar rabioso que crea grandes olas y gritos desgarradores.
Y como si esto ya estuviera destinado a suceder, y la situación escapara a mi control, pronuncio las siguientes palabras:
—Cuando tu hermano y Darlene regresen de Canadá, hablaré con todos ustedes. Es importante. Creo que John oculta algo más que no pudimos ver.
Jacob se gira a verme con rapidez. En su cara puedo ver confusión y a la vez un poco de miedo, supongo que es por la dureza en mi voz.
...
Darlene.
Guardo mi maleta debajo de mi cama. Dejo escapar un suspiro de mis labios y observo la habitación donde me encuentro.
Mi antigua habitación.
Las paredes continúan pintadas de ese color beige tan alegre, la cama de dos plazas está ubicada en el centro de la habitación. Hay una puerta que da a mi vestidor y armario, después sólo hay cuadros, un escritorio blanco y unas estanterías llenas de libros.
Observo por el ventanal que está a un lado de la cama, da a la calle, por lo que veo árboles de las veredas y demás plantas.
Un lindo paisaje que disfruté por muchos años.
—Es bonita —comenta James, sentado en el otro extremo de la cama.
—Gracias. La diseñé yo —expongo sonriente.
—Tienes buen gusto —reconoce sonriendo.
—Lo sé —respondo un poco presumida.
Se siente como si hubieran pasado años desde que no piso esta casa. Al menos está en buen estado, creí que con la muerte de mi madre se iría a la mierda.
James me observa en silencio, sé que está escuchando mis pensamientos, lo presiento.
—Creo que hoy no podremos averiguar lo que vinimos a buscar, pero podremos pasar tiempo juntos —opino algo seria.
No sé hasta que punto me gusta esa idea. Y no lo digo porque James no sea una buena compañía, sino porque necesito estar sola un momento o quizá toda la vida.
Aún no me acostumbro al hecho de que soy su compañera y siento sus emociones. Es tan extraño sentir algo.
No es mi naturaleza.
—Está bien, me agrada la idea de conocerte más —admite. Su mirada tiene un brillo de deseo, interés, de aprecio.
Me siento en mi extremo de la cama y lo miro por unos segundos. Creo que estoy demasiado tranquila hoy, necesito acción en mi vida, ya quiero saber lo que mi maestro de la Orden no quiso decirme por teléfono.
Salgo de mis pensamientos al notar que una de las manos de James roza la mía. De manera involuntaria agarro su mano y entrelazo mis dedos, no sé porque lo hago, no tengo ni idea.
Levanto mi mirada café para encontrarme con la suya verde, aprecio el brillo que corre por sus ojos. Es tan puro, tan inocente, tan luminoso.
Percibo su respiración cerca de mi rostro, no sé en que momento se acercó a mí. ¿Cuándo fue que me perdí tanto en mis pensamientos?
Su aliento cálido choca contra el mío frío, mi corazón se acelera a la par de que uno nuestros labios de manera suave y tranquila. Él sigue mis movimientos, sin soltar mi mano.
Hace unos segundos acabo de darme cuenta de un detalle importante:
Él es luz. Un ángel.
Y yo soy oscuridad. Un demonio.
Mercink~
¿Estuvo bueno ese momento #Darmes?
¿Qué quiso decir ese mensaje de los archivos?¿Alguna teoría?
¿Qué puede estar ocultando John?
Muchas preguntas y pocas respuestas xd. Intentaré actualizar más seguido <3
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top