Capítulo 27. "Secretos"

Agnes.

El escozor en mis ojos no cesa, mantengo mi respiración lenta y con varias pausas para no desesperarme. No quiero perder el control.

Aún no he abierto los ojos, pero duele, quema, pica mucho.

Inhalo profundo y los abro despacio, suelto un jadeo de sorpresa al ver todo a mi alrededor de color negro.

¿Dónde estoy?

Camino unos pasos hacia delante, es como si estuviera flotando en medio de la nada. ¿Dónde estoy?¿Por qué no veo nada?

Mi cuerpo se siente helado, me tiemblan un poco los dedos. Intento estar calmada, tengo que estarlo para poder entender donde me encuentro ahora mismo.

Mi beso con Brianna...

Los recuerdos se sienten borrosos, lo último que veo es que Jules me hirió y Brianna me llevó a un lugar para que me sanen.

¿Acaso estoy muerta?

¿Estoy en la dimensión de las almas en pena?

¿Qué pasó con Jules?¿Por qué me atacó? ¡Soy su hermana! No me lastimaría jamás.

¿O es que ella fue convertida a una bruja negra? Sería imposible, ella jamás dejaría que hagan eso.

Una figura femenina aparece enfrente mío. Parpadeo un poco debido al brillo cegador que emite. Poco tiempo después desaparece, pero es abrazada por humo negro.

Oigo una armoniosas risas provenir de ella.

—Es un placer conocerte, Agnes Miller —saluda. Su voz es melódica, de un timbre suave, pero imponente.

Me recuerda un poco a Darlene, aunque bueno, esta chica tiene la voz más delicada, Dar es un poco más ruda.

Mis ojos la detallan, posee un cabello rizado que se ve sedoso, unos penetrantes ojos y lleva puesto un vestido verde oscuro de terciopelo. Se mira como toda una princesa.

En su cuello descansa un collar peculiar. Tiene una flecha junto a una flor de loto, son de color azul, lo que me indica que pueden ser de zafiro.

Es el símbolo de una importante familia de brujos y brujas que han sobrevivido por siglos.

Estoy hablando con alguien que pertenece a esa familia.

—¿No dirás nada? —su voz me distrae, aparto los ojos de su collar.

No digo nada, percibo como las lágrimas se arremolinan en mis ojos sin razón alguna. Ella sonríe de una forma macabra, aparenta estar gustosa de mi dolor.

Me arde la vista, las manos, los pies. La desesperación me está invadiendo de manera lenta y tortuosa.

—Estoy atrapada en mi propia oscuridad —digo, por fin. La conmoción es notable.

Veo que asiente con su cabeza.

—Así es —afirma—. Yo la provoqué.

Una vez que estás atrapado en tu propia oscuridad, es complicado escapar de ella. Tus pesadillas se vuelven realidad, tus miedos atacan sin parar, me extraña que aún no lo hayan hecho.

Estar atrapado aquí, significa que estás perdiendo algo. Puede ser material, espiritual o a una persona amada.

—¿Cómo es que estás aquí? —indago, confundida.

Sus ojos me observan de pies a cabeza.

—Digamos que tengo ese poder —explica divertida, sus dedos acomodan algunos de mis mechones rubios—. Mucha suerte intentando salir.

Se desvanece de forma veloz y suelto un suspiro pesado. No tengo idea de como salir, pronto mis miedos aparecerán, mis inseguridades, mis pensamientos negativos.

Puedo morir si no encuentro la salida.

No quiero morir, no aún. Quiero disfrutar mi vida, ver a Violet otra vez, hablar con Brianna, ver películas con James, conocer mejor a Darlene, saber que ocurre con mi hermana, ayudar a las personas...

Tengo que encontrar la manera de regresar. Sé que lo haré.

No importa lo que cueste.

Madison.

El ambiente fuera de la morgue cambia, se vuelve más cálido y ligero, me permito respirar con alivio mientras camino junto a Jacob.

Mis ojos siguen las líneas de los párrafos del informe de la autopsia del último cuerpo, el de la chica joven que resulta ser una vampira.

"Causa de la muerte: Un hechizo con energía del infierno.

Signos de violencia: Negativo"

Son esas las palabras que me confunden, es decir, sé lo que significa, pero ¿por qué alguien del infierno haría esto?

Es ilógico.

Sus exámenes toxicológicos dieron negativos a todo tipo de sustancias, la chica estaba limpia. Entonces, ¿Cómo es que un vampiro fue capturado por alguien del infierno?

Los vampiros son astutos, inteligentes, siempre van un paso delante del resto. ¿Cómo mierda acabó esa chica en manos de una persona del infierno?

—¿Qué te tiene tan preocupada? —intenta indagar mi acompañante.

Guardo los resultados de la autopsia en su sobre de papel madera y suspiro, estoy bastante tensa.

—No es normal la manera en la que mataron a esta chica —recalco severa.

—Lo sé, aquí nada es normal —murmura sin dejar de observarme.

Sus ojos azules están brillando un poco al verme, veo deseos de protegerme y cuidarme. Sé que es consciente de que especie soy, las banshees a veces sufrimos por nuestras predicciones.

Pero yo no soy una chica que espera ser salvada, mucho menos una damisela en apuros.

Aprendí a cuidarme sola con el paso del tiempo, soy demasiado independiente, no me apego a los demás, no necesito de otros para lo que sea.

—Tienes unos bonitos y raros ojos —dice sonriente.

—¿Por qué raros? —quiero saber, esbozo una leve sonrisa en mis labios.

—Porque tienen una frialdad que es difícil de encontrar. Son intimidantes y misteriosos —detalla mientras aparta su mirada azul de mi rostro.

Mi sonrisa se ensancha y opto por no decir nada más. No sé que decirle y la verdad es que no tengo muchos ánimos de hablar, sólo quiero comentarle al señor Mareoux lo que opino sobre los casos y las pocas pistas que creo tener.

Continuamos caminando en silencio hasta detenernos frente a un gran terreno delimitado por rejas negras y arbustos con lirios blancos y crisantemos.

Una mansión se halla construida en este espacio, es imponente e inmensa, su decoración exterior tiene un toque vintage y a la vez moderno. Parece un lugar agradable, desprende ese aire a hogar.

Jacob abre la reja y me invita a pasar, entro al terreno siendo un poco escéptica.

Unos pasitos se escuchan cerca de nosotros y luego mi vista puede apreciar a una perra cocker que me ladra de manera amistosa.

—Hola, bonita —saludo en un murmullo y acerco mi mano para que me huela.

La perra me sonríe y huele mis dedos antes de alejarse para sentarse. Se ve adorable y su pelaje café me enamora.

—Ella es Kara —la presenta Jacob y el animal ladra en respuesta.

—Es muy linda.

Mi compañero prosigue a continuar caminando hacia la casa y yo me despido de Kara con la mano. Tengo esa rara costumbre de saludar y despedirme de los animales, yo no creo que eso sea extraño, pero los demás consideran que sí.

A veces las personas tendrían que aprender a no opinar o juzgar tanto la vida y acciones de una persona.

En el momento en que cruzo el umbral de la puerta principal, soy recibida por un gran hall y sala con cuadros abstractos, sofás, una mesa de vidrio en el centro de la habitación, paredes de un color claro y unas escaleras amplias en un costado de la habitación.

Cerca de las escaleras visualizo a un rubio de cejas fruncidas y labios inexpresivos.

—¿Has visto a papá, John? —cuestiona Jacob, serio.

—No, no lo vi. Imagino que salió con mamá —habla el rubio, por sus facciones y ojos azules supongo que es hermano de James y Jacob—. ¿Tú eres...?

—Madison —respondo hosca.

—Madison Grace —nombra con una sonrisa curiosa en sus labios—. ¿La banshee?

—Así es —mantengo mi semblante imperturbable y frío.

Él sonríe.

—Bienvenida al pueblo, entonces —masculla antes de pasar por mi lado para dirigirse hacia la puerta.

Sus ojos azules se ven normales y atractivos, pero lo que yo acabo de ver en ellos acaba de cambiar mi manera de ver las cosas.

Antes de irse, nos lanza una mirada seria. No me inmuto, sé que quiere asustarnos, pero es complicado provocarme miedo.

He visto tanto que ya nada me asusta con facilidad.

—Es un amargado —suelta el castaño a mi lado una vez John ya no está.

—Ya veo —concuerdo con él. Mis dedos golpetean el sobre con los resultados de una manera un poco impaciente.

Estaría necesitando hablar ahora mismo con Christian Mareoux, pero no se encuentra en su casa. Menuda suerte tengo.

—Sígueme. Lo esperaremos en su despacho —indica Jacob, empieza a subir las escaleras de manera lenta.

Salgo de mis cavilaciones y lo sigo, mi mirada recae en cada objeto de la casa. Hay algo que me mantiene intranquila, se siente como pisar otra vez el hogar de mis pesadillas.

La segunda casa en la que estuve, lugar donde vivía el resto de mi familia: mis tíos, primos y padres.

Provengo de una gran familia de médiums y banshees. Dos de mis cuatro tías son banshees, además de mi madre y yo, el resto se reparte entre humanos y médiums.

Soy la más joven con este don. Por lo general, las banshees despiertan su consciencia que predice las muertes, cerca de la edad de los treinta y dos años o más.

—¿Notas algo raro? —pregunta mi compañero, su mano derecha gira la manija de la puerta para abrirla.

—Se podría decir que sí, uhm —musito dudosa.

Jacob se gira a observarme y suspira antes de acercarse a mí para agarrar mi mano libre.

—Siento tu impaciencia, ¿Qué es eso que vas a decirle a mi padre? —quiere saber, pero me niego a decirle.

Aún no es tiempo para que lo sepa. Prefiero que lo escuche cuando se lo diga a su padre.

—Aún no puedo decirte, darling —suspiro y suelto lentamente su mano para entrar en la habitación.

Deposito el sobre de papel madera sobre el escritorio y evalúo el lugar en silencio. Parece una habitación normal, pero siento demasiado frío como para que sea sólo normal.

—¿Ya me estás dando un apodo? —inquiere en un tono burlón, con las cejas alzadas.

Le dedico una mirada cargada de obviedad.

—Si se supone que vamos a compartir nuestra vida juntos, entonces debemos entrar en confianza, ¿No crees? —suelto, sin despegar la mirada.

Él sonríe, enternecido por mi respuesta. Ruedo los ojos.

Jacob David Mareoux no es un chico romántico, es un malhumorado, frío, desapegado chico que le gusta discutir con James, criticar a su padre y a John, además de aparentar alguien que no es.

—Evitemos utilizar mi segundo nombre, por favor —pide en voz baja. Percibo su malestar.

Asiento. Estoy de acuerdo en no nombrarlo de esa manera si él no se siente cómodo.

Una de las estanterías se abre de manera repentina, observo la pequeña habitación que se esconde detrás de un simple estante con muchos libros antiguos.

El libro, que reconozco como el que contiene toda la información del pueblo, cae a mis pies, envuelto en hilos rojizos y bruma negra. Bajo la mirada para observar como se encuentra abierta en una página en específico.

Me agacho para intentar agarrarlo, pero la tapa me recibe con una descarga eléctrica y la sensación de estar quemándome. Lo suelto con rapidez.

La respiración agitada escapa de mis labios, maldición, ese libro acaba de darme el susto de mi vida.

El castaño a mi lado agarra el libro mientras yo me levanto del suelo. ¿Cómo pude olvidar un detalle tan importante como el de que los ajenos a los pueblos con seres sobrenaturales no pueden tocar sus archivos?

—¿Qué pasó? —indaga un hombre que aparenta tener unos cincuenta y tantos de años, de cabello rubio y ojos azules.

Es el famoso Christian Mareoux.

—El libro de los archivos acaba de actualizarse —anuncia Jacob, el objeto mencionado se encuentra en sus manos.

Christian dirige sus ojos azules al libro y suspira exasperado. Me mantengo callada mientras examino la situación.

Un dolor punzante ataca mi muñeca, miro aquella zona enrojecida. La seriedad inunda mi cuerpo.

No es normal que se aceleren tanto algunas etapas naturales y es más anormal si estas tienen que ver con las banshees. Se supone que yo debía llegar a este proceso cuando tuviera treinta años, apenas tengo diecinueve.

Bajo mi atenta mirada, en mi muñeca se esboza una llama de intenso rojo con sombras anaranjadas, a su alrededor hay una especie de bruma negruzca y blanquecina. Junto a dicha llama están mis iniciales M.A.G y también hay una flecha.

Es imposible que esto ocurra justo ahora. ¿Qué mierda?

—Otra vez hay datos codificados —suspira el señor Mareoux.

—Señor Mareoux —lo llamo, la rigidez es palpable en el ambiente—. Creo saber algo sobre el asesino en serie.

Tanto Jacob como su padre, me observan atentos, a la espera de mi respuesta.

—La persona es sádica. Y esto es una venganza... o un llamado.

Mercink~

¿Qué creen que vaya a pasar?

¿A quién vio Agnes?

¿Logrará despertar?

¿Qué quiso decir Madison?¿Por qué se está acelerando todo?

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