Capítulo 25. "Canadá es el próximo destino"

Darlene.

Madison ha entrado en trance hace varios minutos. Sus ojos se han vuelto blancos con la esclerótica negruzca y de su nariz vuelve a escurrir el líquido grisáceo. Está tendida en los brazos del hermano de James, quien la observa con inquietud.

—Descuida, Madison estará bien —asegura Brianna, cruzada de brazos.

Sus ojos vacíos nos observan, se detienen en Jules por varios segundos antes de volver hacia nosotros.

Sigo extrañada por lo que pasó con la hermana mayor de Agnes, no entiendo que es lo que ocurrió. ¿Acaso ella murió justo ahora?¿O entró en trance como la banshee? No lo sé y creo que es eso lo que me mantiene confundida.

La chica que predice la muerte se reincorpora, sus ojos vuelven a su tonalidad original, pero su expresión refleja temor en estado puro. Está angustiada, horrorizada por algún motivo que desconozco, pero imagino que se relaciona con algo que acaba de ver.

—No tienen una idea del peligro que nos enfrentamos —comenta mientras se coloca de pie. Está temblando.

Alzo una ceja, interesada por su comentario. Cruzo mis brazos con una sonrisa intrigada, espero que diga algo más.

Ella acomoda su cabello castaño hacia un costado, dejando ver una reciente marca en su cuello. Parece un moretón en el lugar de un tatuaje que jamás le había visto, es como un círculo pequeño con una flecha que lo atraviesa, reluce de una tonalidad dorada según como lo ilumine la luz.

—Lo que tú buscas en este pueblo, está muy lejos de que lo conozcas —masculla, viéndome con sinceridad—. Aún no es el momento.

—¿Y entonces cuándo será? —cuestiono con un atisbo de ira.

Sé a lo que refiere, quizá los demás no, pero yo sí.

Está hablando de la persona que intentó asesinarme hace diez años.

La persona por la que yo vine a este pueblo.

—Ya lo verás —musita antes de caer hacia un lado.

Jacob se apresura a sostenerla antes de que caiga al suelo. Ruedo los ojos, parece la típica escena de amor donde la chica se resbala y el chico la sujeta.

Quitando eso, lo que me extraña es que Madison esté tan débil. Apuesto que ni Brianna la había visto así antes.

—¿Qué es ese tatuaje en tu cuello? —pregunta Jacob, apartando los cabellos castaños de la cara de Madison.

—Es una señal de que he llegado al momento más importante de mi vida y algo grande pasará —explica Madison acariciando el tatuaje con su mano derecha.

Ella abandona los brazos de quién supongo que es su compañero, para acercarse a mí. Cuando se encuentra a unos centímetros de mi persona, apoya sus manos en mis hombros y me mira directamente a los ojos. Veo determinación y nervios en sus orbes verdes.

Nous nous rapprochons de plus en plus, ma chère —anuncia sin dejar de verme.

Me siento incómoda por su cercanía y por su manera de observarme, es como si supiera todo de mí a través de una simple mirada y eso es algo que me disgusta. Nadie tiene que conocerme en mi totalidad, mucho menos personas desconocidas.

—Tus ojos... —murmura mientras se aparta—. Están rojos.

—¿En serio? —musito, limpiando la comisura de mis labios al sentir la sensación de que algo escurre de ellos.

Al apartar mis dedos, encuentro sangre en las yemas de ellos. Frunzo las cejas, confundida, sin comprender que sucede.

No obstante, un recuerdo de hace años, llega a mi cabeza. Oh, mierda, no pensé que tan pronto pasaría esto, ¿Pero por qué se aceleró el proceso?

«¿Estás bien, Dar?»

Busco su mirada verduzca y la encuentro, le dedico un pequeño asentimiento de cabeza para que se quede tranquilo. Ya debería estar acostumbrado a que me pasen estas cosas, pero aprecio que se preocupe por mí.

Un pequeño quejido se escucha a mis espaldas, atrapando mi atención. Giro sobre mis talones para ver a Jules, levantándose del suelo.

Ya no está envuelta en ese humo grisáceo, pero algo ha cambiado en ella. Al levantar su cabeza para verme, veo sus ojos completamente negros, como si fueran dos agujeros sin final.

—¿Ya no vas a intentar que hable, Zaridi? —se burla, cruzada de brazos.

—Eres una pérdida de tiempo, prefiero que mueras poco a poco —sonrío gélida—. Lo lamento mucho por tu hermana.

—Buena elección —murmura con un pequeño brillo de malicia en su sonrisa.

Ruedo los ojos, interrogarla y obligarla a que hable no funcionara. Debí haber escuchado a Madison, tenía razón sobre ello. Supongo que deberé encontrar las respuestas por mi cuenta.

Cierro mis ojos y suspiro, dejando que mi magia cree cadenas que encierran a las muñecas y pies de Jules Miller. Cuando termino, los abro de nuevo para observar su rostro desconcertado.

—Lo siento, querida, pero te quedarás aquí —me burlo.

Siento un pequeño y leve pinchazo en mis ojos al término de esas palabras, la rubia frente a mí me observa con terror. Es el mismo miedo que vi en ella cuando la ayudé esa vez que quisieron utilizarla para abrir un portal.

Intenta decir algo, pero no le doy tiempo. Me doy la vuelta para regresar con los chicos e indicarles que es mejor subir al piso de arriba para hablar con más seguridad.

—Espera, Dar —me interrumpe James, volteo para verlo acercarse a Jules.

Me acerco de brazos cruzados, interesada por lo que hará. Lo había olvidado, él dijo que sabía como hacerla hablar.

La rubia lo examina en silencio, parece confiar en él. Supongo que es porque lo conoce hace tiempo y no representa una amenaza para ella.

—Jules, ¿Por qué no quieres decir nada? —inquiere en un tono conciliador—. ¿Qué pasa?¿Ya no piensas en Mari?

—Agnes ya no es importante para mí—su voz es dura—. Tampoco lo volverá a ser. Buen intento, Mareoux.

Oh, vaya, parece ser que Agnes tiene un segundo nombre que probablemente empieza con "Mari". Interesante, lo que se entera una a través de preguntas que no parecen interesantes.

—¿Para quién trabajas? —se atreve a preguntar.

La rubia se queda en silencio, se niega a hablar.

—Ya dije que no diré nada —afirma con un brillo de maldad en sus ojos.

Me acerco a ella con rapidez y formo una esfera traslúcida en mi mano derecha. Mis ojos marrones están fijos en su rostro, hostiles.

Reconozco esa mirada de ella, la he visto en otras personas.

—Hazle algo y te destruyo todos los huesos —siseo al ver sus intenciones.

Ella no responde, continúa con su actitud burlesca.

No sé a que vino esa reacción de mi parte. ¿Por qué siento esa necesidad de proteger a James? El lazo no debería afectar en eso, se supone.

—¿Aceptaste convertirte? —murmura James, sin poder creerlo.

No puede creer que una de sus amigas de toda la vida, por así decirlo, hirió a Agnes y hasta intentó hacerle lo mismo a él. Piensa que es imposible, que es un error, quiere creer lo mejor en esta situación.

«Chéri, todo es posible en esta vida. Quedó más que demostrado con Jules»

El silencio de la rubia me incomoda un poco, aunque para mí ya es más que obvia la repuesta a esa pregunta. Siempre lo intuí y no fallé.

—Sí.

...

—¿Qué viste en las cámaras, chéri? —indago mientras me sirvo un vaso de whisky.

Hoy no beberé mi mezcla favorita, que lástima.

El silencio envuelve a la habitación de manera repentina, agarro el vaso de whisky y me acerco a los demás. El ruido que hacen mis tacones al caminar me tranquiliza.

Paseo mi mirada por los chicos hasta detenerme en James. Tengo la tentación de introducirme en su mente y ver con claridad que es lo que piensa en estos momentos, pero siento que eso sería asustarlo. A veces soy demasiado directa y decidida con lo que hago o digo.

«Lo he notado, Dar»

Sonrío. Ha estado escuchando mis pensamientos, este chico me sorprende en algunas ocasiones, parece aprender de mí. Aunque siento que eso no me gusta.

—¿Por qué tanto silencio? Hablen de una vez —solicito tranquila, sin perder esa autoridad en mi voz.

Doy un corto trago a mi whisky y suspiro. Me está molestando demasiado el que estén tan callados, lo más probable es que signifique malas noticias.

—Jules mató a los druidas —relata Jacob, la seriedad es palpable en su voz—. Les dijo algo que no fue captado por las cámaras y después ellos se suicidaron.

Bebo otro trago de mi whisky. Wow, eso si que no me lo esperaba, ¿Qué tan fuerte es la persona que la convirtió en una bruja negra?

—Que lástima no poder hacerla hablar —se lamenta Madison.

Ella sabe cosas que nosotros no. ¿Debería preocuparme por eso?

—¿Algo más? —inquiero despreocupada.

Siendo sincera, no me preocupa que tan poderosa sea la persona que convirtió a Jules, encontraré la manera de destruirla, pero sólo si se convierte en una piedra en el camino. Quizá esa persona sólo está "jugando".

Sí, una mierda va estar jugando, Darlene.

Agnes está en coma —menciona James, con la mirada en el suelo—. No se sabe cuando despertará. Todo es consecuencia de la herida causada por Jules.

Ahora entiendo porque tanta preocupación. Es comprensible, ella es una hermana para él. Sé que no le gustaría perderla.

A mí tampoco me gustaría perder a Brianna de nuevo. Me sentí mal cuando la vi muerta, a pesar de no poder sentir nada.

Fue como un vacío que me invadió.

—Alguien está matando su humanidad —murmura Brianna, indiferente—. No siente el dolor.

Arqueo una ceja ante esa información. Bueno, esto si que no me lo esperaba. Ahora tengo más problemas que me desvían de mi objetivo principal, me encanta todo esto, joder.

¿Algo más que quieras agregar, universo?

¿O esto ya te parece suficiente?

—Eso significa que puede llegar a perder sus poderes y a ser herida mortalmente —recuerdo y ella asiente, callada.

Maldición.

—Puede que Jules muera —informa Madison en un aire misterioso—. No he visto nada de eso, pero hay posibilidades de que pase.

—Bueno, ella se lo buscó. Lo que no quiero es que muera y siga sin decirnos quien la convirtió —opino seria y bebo el whisky que queda en mi vaso.

—Tenemos que estar atentos a cualquier señal que nos lleve al culpable de todo esto —ordena Brianna, la frialdad es palpable en el ambiente.

Asiento sin decir nada. Me siento junto a James y dejo el vaso vacío en una mesa cercana.

Me quedo pensativa por varios minutos, todos lo estamos. Desvanezco mi ensimismamiento cuando noto que unos brazos me abrazan a la altura de la cintura, percibo una cabeza apoyada en uno de mis hombros.

—Vamos a encontrar al culpable, tranquilo —le aseguro a James en un susurro y deposito un beso suave en su frente—. Todo va a estar bien, chéri.

No siento, pero sé que está pasando un mal momento: su mejor amiga puede morir y su otra amiga decidió aceptar convertirse en una bruja negra. Hasta pensó en lastimarlo.

No puedo ser una desalmada, tengo que brindarle seguridad y confianza. Necesito que él esté bien o al menos se sienta tranquilo, sus pensamientos y emociones interfieren en mí. Me preocupa su estado..

—Bien, ahora debería empezar a investigar sobre las muertes y el asesino en serie. Puede que mis dones me ayuden en algo —comenta Madison, colocándose de pie.

Jacob imita su acción, agarrando una de sus manos.

—Puede que todo esté conectado, ¿Verdad? —sugiere James.

—No tengo dudas, pero necesito pruebas —señala Madison, corresponde al agarre de su mano con disimulo.

—Canadá es tu próximo destino, Darlene —anuncia mi mejor amiga, atrapa mi atención—. Busca información sobre la muerte de tu madre y el ataque a los cazadores.

Sonrío. Se me estaba olvidando ese detalle, mi maestro de la Orden tiene que hablar personalmente conmigo, supongo que lo que me va a decir es importante y delicado.

Mercink~

¿Qué creen que vaya a encontrar Darlene en Canadá?

¿Alguna teoría sobre lo que dijo Madison?

¿Quién será la persona que convirtió a Jules?

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