Capítulo 24. "Reconocerla"

James.

Guardo silencio, a la espera de que Brianna hable y diga lo que quiere decir. Por alguna razón que desconozco, me siento ansioso e impaciente, quiero que hable ya. Su silencio me está asustando.

—Brianna —la llama Jacob para que reaccione—. ¿Qué nos ibas a decir?

Los ojos azul verdoso de Brianna se cierran por unos segundos. La veo tomar una larga respiración, parece ser que no utilizo su magia para buscarnos.

Imagino que es porque está agotada, lo puedo sentir, su cuerpo quiere descansar. Supongo que el hecho de teletransportarse con magia la debilitó. Sería lo lógico.

—Primero que nada, Agnes entró en coma —informa con voz seria—. Segundo, ella no sintió dolor.

—¿A qué te refieres con que no sintió dolor? —cuestiono desorientado.

—Cuando la atacaron y perdió mucha sangre, no sintió dolor. Nunca la vi quejarse —explica con rapidez, observando a nuestro alrededor.

—¿Y eso quiere decir que...?

—Que probablemente alguien o algo esté matando la humanidad que hay en ella —declara sin un gramo de emoción en su voz.

Sus palabras golpean contra mí como si fueran un gran cubo de hielo. Joder, esto no puede estar pasando.

—¿Hay algo que se pueda hacer? Además de matar a la culpable, claro —masculla Jacob. Noto la rabia e impotencia en su voz.

Jacob tiene sentimientos y se preocupa por los demás, la mayoría del tiempo parece un bastardo sin corazón que vive discutiendo conmigo y es un conquistador, pero él no es malo. A él le importa mucho Agnes, porque también es su amiga.

—No sé, tengo que investigar más a fondo sobre que podría estar matándola —musita Brianna, dubitativa—. ¿Hablaste con Darlene, James?

—Iba hacia donde está ella ahora, ¿Por qué?

—Porque tal vez pueda lograr que Jules hable —sonríe con un tinte malicioso.

Asiento con una sonrisa amable y ella se da la vuelta para emprender camino hacia la casa donde están las chicas.

—Tú también vienes Jacob —le susurro a mi hermano y comienzo a seguir a Brianna.

Debo admitir que es la primera vez que la noto tan pensativa y angustiada. Pareciera ser que perdió el control sobre algo, en este caso, imagino que la situación y sus emociones. Debe ser complicado para una persona como ella: una resucitada.

...

Bajamos las escaleras, suponiendo que Dar y Madison se encuentran aquí. No nos equivocamos, puedo divisar mientras toco con mis pies los últimos escalones a Darlene.

Su cabello rojizo está recogido y sus hombros se encuentran rígidos. En sus manos veo como se moldean unas llamaradas de fuego negruzco. La observo con atención, es el hechizo que casi la mató en varias ocasiones.

«Creí que no leías mi mente, chéri»

«Lo siento, esa información la escuché sin querer»

«Está bien, estás disculpado»

—Wow... —murmura Jacob, asombrado.

Brianna nos empuja al ver que no nos movemos y quedamos estáticos como unos estúpidos. Se apresura en descender con prisa, sus pasos se dirigen a Dar. Cuando está cerca de ella, la agarra por los hombros.

—No tienes que matarla, Darly —dice seria.

—No pensaba matarla, Bri. Quítate del camino —solicita Dar, sin alterarse por la presencia de su amiga.

Jacob y yo terminamos de bajar las escaleras, nos quedamos como espectadores en una de las esquinas de la lúgubre habitación. Él no sabe que hacer y yo esperaré a que mi compañera intente someter a Jules otra vez.

Las manos de Dar esbozan otro tipo de hechizo, Brianna se aparta con rapidez. Por los pensamientos de mi compañera, sé que es la debilidad de la castaña.

Los ojos avellanas de la pelirroja me observan, destellan malicia y un poco de satisfacción. Sus labios forman una sonrisa segura y luego enfoca su atención en Jules.

Oigo su quejido lastimero, me duele. Ella no es mala, sé que no lo sería porque sí, tiene sus motivos y es lacerante ver como es lastimada sólo para que hable y diga lo que sabe.

Ningún inocente debería ser condenado hasta que se demuestre lo contrario.

—James, ¡Haz que pare! —me grita la rubia. Su mirada recae en mí, veo el dolor en sus ojos.

Eso destruye mi corazón.

—Él no va a detenerme, querida. No voy a parar hasta que me digas lo que sabes —sisea Darlene, furiosa.

Aparto mi mirada de la escena, ahora mismo tengo la necesidad de salir de aquí. Me siento abrumado, las emociones de mi chica y el dolor de la hermana de Agnes están acabando con mi cabeza. Ser empático no es fácil, para nada fácil.

Pero no me iré. Dije que estaría aquí para ayudar y me quedaré por ello. No quiero huir por sentir las emociones de otros.

Madison.

El chico castaño de ojos azules se posiciona a mi lado, es hermano de James. Si no recuerdo mal, su nombre es Jacob David.

Mantengo mi mirada puesta en Darlene, Brianna y la hermana de la tal Agnes. Quizá la bruja negra de raíces demoníacas esté cruzando los límites, pero la bruja convertida se niega a cooperar.

Y no hablará, sé que no lo hará. No importa los intentos de los demás, ella no dirá nada. Al menos no por ahora.

No me afecta escuchar sus gritos de dolor, es algo que tiene que ocurrir. Además, ya he oído quejidos antes, no me alteran ni disgustan. Ya no siento nada al escucharlos.

—Hola, dulce dama —saluda Jacob en un susurro. Me volteo a verlo.

Suelto una risita un poco nerviosa por el apodo. No me incomoda para nada, después de todo, suena lindo viniendo de su boca. Suspiro y me concentro en sus ojos para no distraer a los otros en la habitación.

Sus ojos azules están brillando con lo que puedo distinguir que es felicidad, siento que mis latidos se aceleran con sólo el contacto de nuestras miradas. Siempre supe que este día llegaría, pero no creí que ahora.

No es el momento más adecuado.

—Sabes quién soy —deduzco con una sonrisa orgullosa.

Siento sus emociones, está feliz y a la vez un tanto nervioso por verme. Es incómodo también oír la voz de sus pensamientos revolotear a mi alrededor, pero deberé acostumbrarme a partir de ahora.

No estoy angustiada ni sorprendida o confundida. Había visto este día antes, mis visiones me lo dijeron, así como también vi otras cosas.

—Claro que lo sé —me devuelve la sonrisa—. Eres mi compañera y el amor de mi vida.

James se sorprende un poco al escuchar a su hermano, las chicas no dicen nada por estar ajenas a la conversación. Examino un poco nuestro alrededor, siento un palpito extraño por alguna razón.

Una corazonada. Algo va a ocurrir.

Me esfuerzo por borrar esos pensamientos de mi cabeza. No siempre se cumple lo que yo presiento, además, no puedo hacer nada para cambiar el destino. Así que no me preocuparé mucho por mis sospechas.

—Siempre supe que te conocería en algún momento —murmuro sintiendo una frialdad chocar contra mi cuerpo.

Es el aura de Jacob. Su frigidez envuelve mi organismo, nunca esperé sentir tanto frío en mi vida, pero es un proceso que debo pasar para que nuestras almas se reconozcan.

Cada compañero siente el aura de su otra mitad. Algunos sienten calor, otros frío como yo y hay personas que no sienten nada. Sin embargo, sigue la magia que se siente en el primer encuentro, es precioso e indescriptible.

Quizá debí atreverme a conocerlo cuando llegué al pueblo, pero hubiese sido inútil por el maldito destino. Hace días que arribé, pero hoy lo conozco.

Abro mis labios para decir algo más, pero me mantengo callada al notar que los ojos de Jules se han vuelto blancos. Se queda tiesa en el suelo, sin gemir de dolor ni moverse.

Darlene se gira a observarnos con extrañeza. De sus ojos y nariz caen finas líneas de sangre espesa. Ella se toca la mejilla para confirmar que el líquido sea lo que está pensando que es, suelta un suspiro molesto al afirmar su teoría.

Abro mis labios para decir algo más, pero los cierro otra vez al notar que la habitación cambió. Ya no estoy en el sótano de la casa que rentó la bruja negra.

Estoy teniendo una visión. Y eso significa que lo más probable es que esto que estoy a punto de ver, se relacione con una muerte.

Me encuentro en una habitación más grande, de paredes similares a la piedra, el suelo es de un material que desconozco pero probablemente sea de algún cerámico costoso.

Frente a mí, se encuentra un gran arco en la pared, lo que interpreto yo que sería la entrada a este cuarto.

Oigo unos pasos aproximarse al lugar donde estoy, no puedo hacer nada más que observar lo que ocurre. La silueta se hace presente después de unos pocos minutos, es una mujer.

Veo sus ojos, reconozco sus rasgos. Es ella.

Mercink~

Hoy no dejaré muchas preguntas, así que aquí van:

¿Quién es ella?

¿Qué es lo que sabe Jules?

¿Agnes vivirá o morirá?

Eso es todo por hoy, nos vemos en el siguiente capítulo. <3





Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top