Capítulo 16. "El grito"

James.

La perplejidad es notable en mi rostro, las palabras de Darlene golpean como un cubo de agua fría con hielos. Tiene sentido. Todo el maldito sentido del mundo.

John siempre fue grosero y frío, pero en estos últimos meses que aumentaron los crímenes, se volvió más retraído con la familia. Viaja mucho más que antes, siempre alega que es por trabajo o para mantener las alianzas de la familia con otras manadas en caso de que se desate una guerra por territorio.

He notado como me observa: como un estúpido. A Darlene y Brianna, según lo que me han contado, las ve con una mirada asesina y recelosa.

También puede deberse a que ellas son brujas negras y representan un peligro para el pueblo.

Pero si no es así... ¿Qué oculta él? Si no está con los jefes de todo esto, ¿Entonces?

¿Por qué tanto daño a familias?¿Por qué Jules?

¿Por qué?

Juro que al malparido que está planeando esto, lo destrozaré. No soy una persona violenta, pero esto logra que pierda los estribos.

Detesto el dolor. Ya sea emocional o físico, si fuera por mí, eliminaría eso para que todos pudieran vivir tranquilos. Todos merecemos lo mejor, el sufrimiento es horrible, a veces me cuestiono porqué el mundo es tan mierda.

—No lo considero probable, Darly... —intenta decir Brianna.

—¿Por qué nos observaría de esa manera, Brianna? Si no es jefe, es un peón más, pero está involucrado en esto —la interrumpe Darlene con un pequeño engreimiento. Sus cejas están ligeramente fruncidas.

Cuando termina de hablar, un pequeño hilo de sangre escapa de sus labios. Ella no lo nota, pero me preocupo.

—¿Estás bien, Dar? Estás... Déjame que te ayude con eso —sugiero con dulzura, sacando un pañuelo de tela de mi bolsillo.

—No es necesario, puedo sola —sonríe con burla y agarra el pañuelo. Bueno, al menos aceptó la mitad de mi ayuda.

Limpia el rastro de sangre hasta que no queda nada. Suspira y deshace el pedazo de tela en sus manos.

—Vigila a tu hermano, James. Debemos saber que hace, que no, sí ha cambiado su rutina —me ordena, volviéndome a observar. Asiento en silencio.

Considero que será complicado, John no es ningún tonto. Es astuto y rápido de reflejos.

Dirijo mi mirada de vuelta a Dar, esta chica es intimidante y misteriosa, pero tiene algo en particular que te atrae. No sé si será su personalidad o su físico, yo creo que es su carácter.

Lo superficial no es lo mío. Mis ojos solo ven a la puerta del alma, a los valores y sentimientos que hay en el corazón; a la forma de ser de cada uno.

El físico es algo pasajero, los sentimientos y el corazón no.

De todas formas, respeto a aquellas personas que se dejan llevar por el envoltorio. No soy quien para juzgar.

—Darlene, no saques conclusiones apresuradas —sentencia Brianna con firmeza—. Eso podría llevarte a tu fin, debes saber mover las fichas del juego.

Darlene forma una esfera negruzca en su mano derecha. La castaña no murmura nada más, manteniendo su expresión indescifrable.

—Cuidado con el tono en el que me hablas. No soy alguien fácil de convencer ni persuadir, tampoco soportaré faltas de respeto. Ya lo sabes —advierte rígida y deshace la bola negra antes de suspirar—. ¿Sólo para eso me querías aquí?

—Cuando puedas, toma el primer vuelo a Canadá y ve con tu madre. Me agradecerás en el futuro —espeta con una mirada calculadora.

Darlene frunce el ceño, confundida. Agnes y yo nos miramos por unos segundos, casi pensando lo mismo.

¿Eso que acaba de decir Brianna fue una amenaza indirecta?

—Este lugar no es seguro. Tú sabes que intentan cazarme y a ti también, ese ataque no fue un simple impulso de alguien. Es venganza, cuida tus pasos —declara con una sonrisa gélida y mortal.

No paso por alto el hecho de que es miembro del Consejo o, bueno, se ha infiltrado en el. ¿Con qué fin?¿Tal vez intenta descubrir secretos del pueblo?

Ella sabe cosas y no nos está diciendo. Oculta algo bastante grande. 

A la mañana siguiente, tal y como Brianna dijo, una chica joven entra al pueblo. Pasó los controles de la entrada, lo que significa que está limpia de todo mal. Me sorprende un poco, la verdad

—¿Y de dónde la conoces? —inquiere Darlene a mi lado. Su curiosidad es palpable.

—Es banshee, me ayudó después de que me resucitaran. No recuerdo quién fue el que lo hizo, pero estaré agradecida —ironiza las últimas palabras—. Fui traída de vuelta por un motivo importante.

Uno que guarda como si fuera lo más preciado de su vida. Brianna es misteriosa.

Pero no es tan enigmática como Darlene.

—¿O sea que está chica predice la muerte, no es así? —pregunto interesado y la castaña asiente—. Interesante, no he visto muchas personas con ese don.

La joven se acerca a nosotros al reconocer a Brianna. Arrastra sus maletas con impaciencia, su cabello castaño se mece al compás de sus pasos. Lleva un elegante conjunto negro de una tela bastante suave y costosa, se aprecia a simple vista. 

—¿Para qué requieres mi presencia aquí, Brianna? —su voz es dulce y monótona. Posee unos grandes y asesinos ojos verdes.

—Ellos dos —nos señala a mí y Darlene—. Ya sabes el caso, querida.

Su voz ácida me da un poco de miedo. A pesar de que no es su intención generar temor en los demás, lo logra con facilidad.

La chica castaña asiente y extiende su mano con cortesía y una sonrisa dulce.

—Madison Grace, a sus servicios, chicos —amplía su sonrisa y estrecho mi mano con la de ella. Desvanece su sonrisa a los pocos segundos de observarme a los ojos.

Según tengo entendido, las banshees predicen las muertes con sus gritos ensordecedores. No hay muchas mujeres de esta especie y por lo general, son mayores en edad. Madison es una chica joven, eso me extraña. Ser bendecido con un don así a esta edad, debe ser agotador.

También algunas poseen poderes psíquicos. La mayoría de la minoría que puede manipular poderes, pueden ver el futuro de los demás, sus momentos más dolorosos y romper huesos. Incluso algunos saben usar la piroquinesis a su favor.

Casi nadie puede ver eventos del pasado. Pocos médiums han tenido esa habilidad, pero la mayoría fueron asesinados o torturados durante siglos. ¿Las causas? No son claras, dicen que eran demonios o maldiciones, que no era real. Esas cosas que los humanos a veces creen de nosotros.

No todos los humanos creen esas tonterías que inventaron religiosos en la Edad Media. Algunos si creen en nosotros y en que no somos malos.

Madison se aleja unos pasos hacia atrás, mientras de su nariz gotea un líquido grisáceo. No pasan ni dos segundos que sus ojos se vuelven blancos y grita con fuerza, desgarradoramente. Agarra su cabeza con ambas manos, adolorida.

Mis oídos punzan ante esa voz tan estridente. Junto con Darlene y Brianna, me acerco para ayudarla a pararse de nuevo.

Siento pena por ella, no sé qué sentirá, pero dudo que predecir la muerte sea algo bonito de ver. Sostengo sus muñecas con suavidad, Darlene la estira hacia arriba para que se coloque de pie.

Nada puede detener su grito.

—¿Qué pasa, rubia? —Brianna observa a Agnes con atención—. ¿Por qué te quedas estática?

—Es... Mi madre acaba de morir, chicos.

Madison deja de gritar a los pocos segundos de que Agnes diga aquello.

—Necesito irme de aquí —susurra con lágrimas en sus ojos, intenta apartarlas con el dorso de su mano izquierda—. Lo siento, chicos, pero fue horrible.

Mercink~

¿Qué creen que pase?

Si, ya sé que algunos personajes no parecen tener personalidad, pero todo esto lo iremos viendo conforme pasan los capítulos uwu. Por ahora ya saben que Darlene es ruda y Brianna fría, Agnes es noble y James un chico inocente de gran corazón.

¿Qué piensan de Madison?¿La shippean con alguien?👀

La verdad es que las banshees me parecen una especie muy interesante, si bien tienen bastantes características de las que encontré en internet, otras las he agregado yo porque me parecía interesante de ver y las iremos viendo con el tiempo. UwU

Nos vemos en la próxima actualización semanal y disculpen por el capítulo tan corto ❤️ También pido perdón por las confusiones que les he dado con estos dos últimos capítulos.

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