Darlene.

Me presento en la mansión de los Mareoux, la brisa fresca que sopla me tranquiliza. Sin embargo, las ansias de hablar sobre la idea que se me pasó por la cabeza, no desaparecen.

Inhalo profundamente al ver a James. Se está aproximando a la puerta.

—Ven, sígueme —sugiere algo preocupado—. ¿Qué es lo que planeas?

—También necesito hablar con tu padre —ignoro su pregunta. No es momento para soltar la bomba.

Aún no.

Él arquea las cejas, confuso, pero luego asiente.

Me conduce por el camino que nos lleva a la oficina de su padre. En el proceso, me encuentro con su madre.

—¿Estás buscando a tu padre, Jamie? —inquiere, evalúandonos con su mirada. Se detiene más en mí, al parecer hay algo que le intriga.

Sigo sin saber de dónde me suena conocida esta mujer, sé que la he visto en otra parte. ¿Por qué no puedo recordarlo? Últimamente tengo problemas de memoria, lo cual es extraño.

—Sí, mamá —responde sosegado—. ¿Sabes dónde está?

—Salió a recibir los análisis de las evidencias de la última vez —explica, apartando la mirada de mí—. Pueden esperarlo en su oficina. Y por cierto, buenas noches, Darlene.

Prefiero no cuestionar como es que sabe mi nombre. Siendo sincera, no me importa ese detalle.

—Buenas noches, señora —le deseo con cortesía. Ella continúa su camino.

Dirijo mi mirada a James, prosigue caminando hasta la oficina de su padre. Lo sigo.

Hay una cosa en común muy familiar en las muertes, no sé qué es, pero sé que hay algo que voy a reconocer. Es un presentimiento que nunca falla.

—¿Cómo fue la última muerte? —indago, deteniéndome frente a la puerta—. ¿Quién fue la víctima?¿Cuando la encontraron?

Las preguntas salen apresuradas de mi boca, como si no las pudiera controlar. Estas ansias me consumen, de verás que necesito hablar de lo que se me ha ocurrido.

Nunca soy así, ¿Por qué ahora sí?¿Qué carajos te pasa, Darlene?

—Fue un adolescente brujo, lo decapitaron. Presenta signos de haber estado bajo el agua, así que no sabría decirte si murió por ahogamiento o decapitación —puedo percibir la pena y culpa en su voz—. Es la persona número veinte que muere y es brujo.

Analizo sus palabras. Tal vez sí hay un patrón en todo esto, no estoy segura.

Abre la puerta de la oficina y me deja pasar a mí primero, como todo un caballero. Me dirijo hasta una de las sillas acolchonadas y me siento, mi mirada viaja a mis botas marrones.

Oigo la puerta cerrarse y James se sienta a mi lado, su mano se posiciona sobre la mía. Levanto la mirada con rapidez.

—Estás algo ansiosa y nerviosa, por lo que puedo ver -comenta en un susurro cargado de preocupación—. Respira. Si te preocupa lo que vas a decirnos, no pasa nada, de algo servirá.

Sonrío débilmente y me mantengo seria.

Minutos después, escucho la puerta abrirse y cerrarse. Los pasos de unos zapatos de hombre se hacen presentes en la habitación.

—Darlene Zaridi, la cazadora —habla el padre de James, en un tono educado y cortés—. ¿Qué te trae por aquí?¿Y a ti, hijo?

Espero a que se siente del otro lado del escritorio. En su mano tiene unas carpetas con varios papeles, imagino que es lo que mencionó la madre de James minutos antes.

Los resultados de los análisis de las evidencias.

—Necesito hablar con ustedes —hablo seria, su ceño se frunce—. Sé que llegué hace poco al pueblo, pero estoy enterada de las muertes que han estado ocurriendo. Dígame, señor Mareoux, ¿Entre las víctimas hay humanos?

—Que yo sepa no —responde confundido por mi repentina intromisión—. ¿A qué quiere llegar con esto?

—A que creo que existe la posiblidad de que sea alguien intentando cazar seres sobrenaturales para abrir un portal —argumento, luce sorprendido ante mis palabras.

Le doy una mirada a James, creo que hay algo que no le ha dicho. O quizá sí, ni idea.

—No sé cómo habrán muerto las víctimas, sólo es una teoría. Tengo entendido que para abrir portales con la dimensión de los muertos o el Inframundo, se necesitan una gran cantidad de personas sobrenaturales. Ya sean cambiantes, vampiros, médiums, brujos, hadas, duendes, hasta incluso puede que druidas y algo más —explico con lentitud, viéndolo fijamente—. ¿Las personas que murieron, han pasado por procesos sangrientos?Por ejemplo, tortura, cortes, apuñalamiento, etcétera.

—La mayoría sí —lo veo consternado y derrotado—. No sabía de esta información. Vaya.

—Ahora la sabe —le digo con una sonrisa satisfecha.

Bien, ahora mi pregunta es, ¿Estas muertes tendrán algo que ver con quién intentó asesinarme hace diez años?

¿Tendrán que ver con lo que dijo el maestro? Definitivamente revisaré más la historia de Peaceville, tengo que estar preparada.

La habitación se sume en un silencio algo incómodo, el señor Christian revisa sus carpetas. Agarra un marcador que estaba por el escritorio y empieza a remarcar cosas en las hojas.

Está atando cabos. O eso parece.

—¿Qué tal con las evidencias?¿Se encontró algo? —pregunta un interesado James.

—No se han encontrado huellas, lo que me da a sospechar que tal vez hayan sido borradas. Parece lo más lógico —teoriza él, sus ojos se muestran cansados—. Darlene, gracias por brindarnos tu ayuda.

Le doy una sonrisa. Estoy decidiendo omitir el hecho de que Brianna esté en el territorio de los brujos, siendo que ella es una bruja negra.

Presiento que ella también oculta algo. Por lo que no tiraré la carne al fuego para que se queme.

Voy a descubrir lo que oculta.

También omito el dato de que Jules fue envenenada para ser sacrificada, es algo que no estoy segura de relacionar con esto de las muertes. No la han asesinado, por lo que no es para el mismo motivo.

¿Entonces?¿Tratan de abrir otro portal?

...

James.

Suelto un suspiro derrotado y me recuesto en mi cama.

Lo que dijo Darlene tiene bastante sentido, siendo sincero. Parece cuadrar, sólo que no sabemos quién está organizando todo esto.

Además, ¿Será así todo muy fácil?

La explicación y la teoría, no es una respuesta válida para el resto del pueblo. Lo que menos quiero es que quieran linchar a papá.

Sí envenenaron a Jules para sacrificarla, ¿Por qué no la asesinaron como con el resto?Acá hay algo que no hemos descubierto aún.

Recordar las palabras del gobernador, logran que me tense.

"El Consejo no está feliz, tú lo sabes, James. Lo saben todos"

"¿Acaso quieres que el pueblo sea dominado por esa maldad?"

No, gobernador, no quiero. Yo quiero que el pueblo esté en paz, que ya no haya muertes, que todo esté bien, pero la vida no es de color de rosa.

Y por nada en el mundo voy a entregar a Darlene al Consejo. Ha demostrado no ser mala, nos brindó su ayuda y por lo que veo, no desprende un aura maligna.

Ella puede ayudarnos y bastante.

Es algo muy extraño lo que me ocurre estando a su lado. Me siento eclipsado por el sonido de su voz y el color de sus ojos, su manera de sonreír...

Cierro mis ojos y suspiro otra vez, este día ha sido agotador, creo que lo mejor es descansar. Mañana ayudaré otra vez a mi padre con toda esta investigación.

Sí los Onsso están abriendo un portal, ahora que recuerdo, hay que encontrar la manera de impedirlo y de que sean juzgados por el Consejo. Va en contra de las leyes.

Lamento tardar en actualizar, he tenido un pequeño bloqueo, pero ya he vuelto mucho más inspirada que antes ❤️

¡Capítulo intenso y tranquilo a la vez!

¿Alguna sospecha de quién es el o la que está organizando esto?

¿Darlene nos estará diciendo la verdad?

¿Qué oculta Brianna?¿Y Jules?

Nos vemos en la próxima actualización, los quiero♥️