CAPÍTULO XL

~PDV IKER~

No podía creer que después de un año siguiera tan bella y altanera como siempre, para ella el tiempo no pasa.

—¿Qué tanto me ves imbécil? —Siempre tan delicada.

—Es solo que te veo más arrugada que un año atrás, pensé que eras de las mujeres que se cuida. —Solo me divertía molestarla.

—Y lo soy, ¿pero a caso sabes lo que es tener que cuidar de alguien más que a ti mismo? —Ella tenía un punto, me pregunto que tan mal estará mi pequeña pero no tenía derecho a preguntar.

—Para tu información si lo se porque llevo un año cuidando de Mael. —Solté un suspiro en lo que el mesero nos dejaba las tazas de café.

—¿Vas a decirme por qué mierda desaparecieron durante un año y ahora aparecen como si nada hubiera sucedido? —Se que se merecían la verdad pero me era difícil hablar de un problema que no era mío y más si era tan delicado como este. Yo solo me quedé observando girar mi cuchara dentro de la taza de café—. Si no vas a hablar voy a sacar al imbécil de la casa de mi amiga. —amenazó.

—Entiende que es algo difícil de hablar. —Traté de que se pusiera en mi lugar.

—Difícil fue todo lo que tuvo que vivir mi amiga después de que el inservible de Mael jugara con ella hasta el punto de enamorarla para después marcharse como si nada. —Era completamente comprensible.

—Mael amó mucho a Neus y estoy seguro que aun la ama, es solo que no la recuerda. —No había caso ocultarle la verdad, después de todo teníamos trabajo en el pueblo—. Hace un año recibí una llamada de él diciéndome que había vuelto a casa porque alguien de su familia había tenido un accidente, más no pude saber los detalles porque la llamada se cortó y lo único que escuché antes de que eso sucediera fue una gran conmoción, luego la llamada se cortó. Traté de comunicarme con él pero no había caso y como tenía una mala espina viajé pensando que pronto volveríamos los dos. —Iluka me observaba fijamente tratando de adivinar si la estaba mintiendo.

—Pero jamás volvieron, ¿tienes idea de las veces que tuve que ir a buscar a Neus a la puerta del departamento de ustedes? —De solo imaginarlo se me rompía el corazón pero no había forma de que le dijera en el estado en el que se encontraba Mael.

—También fue difícil para mi. Cuando llegué a su casa su mayordomo me dijo que estaba en el hospital inconsciente. —Ella parecía bastante asombrada.

—¿Mayordomo? ¿Acaso son multimillonarios? —En realidad no sabía si se estaba burlando o hablando en serio.

—¿Neus nunca te contó? —Al parecer esa pequeña traviesa también se guardaba sus secretos—. Para el caso es un dato irrelevante, pero si, tenemos bastante plata. —Si no se lo aclaraba no me dejaría continuar—. Al parecer su madre había fingido un accidente para que él volviera a casa y cuando lo hizo a penas salió del aeropuerto, en lo que hablaba conmigo tuvo un accidente de tráfico. —Todavía me culpaba por no estar con él para cuidarlo.

—¡Bruja maldita! —Iluka perdió el control y golpeó la mesa con sus manos—. ¿Quién en su sano juicio manipula la vida de su hijo mayor de edad en pleno siglo XXI? —La conocía y sabía que estaba maldiciendo a la madre de Mael de todas las formas posibles.

—Mael estuvo en coma por seis meses y cuando por fin despertó resultó que había perdido la memoria y lo que es peor debido al golpe le causó prosopagnosia. —dije dando el último sorbo a mi taza de café.

—¿Proso qué? —No se porque no me di cuenta de que no iba a entenderlo esta mujer de mente tan simple.

—La prosopagnosia es una enfermedad neurológica del cerebro que afecta al lóbulo temporal-occipital haciendo que la persona no reconozca el rostro de las demás personas. —Noté que Iluka seguía sin entender y que era como si le estuviera hablando en chino básico—. Como te lo explico de una manera que entiendas... —Ella solo asentía con su cabeza sin quitar sus grandes ojos color celeste de mi—. Cuando Mael ve la cara de una persona él solo ve un monstruo, en donde van los ojos él ve los labios, los ojos en lugar de las mejillas, la nariz en lugar de la boca, las pestañas en el mentón y así sucesivamente ¿comprendes ahora? —Esperaba que de esa forma gráfica lo entendiera.

—Es horrible, pero eso no justifica que no dieran señales de vida. —Estaba muy decidida a hacerme saber que hicimos mal las cosas—. ¿Sabes por qué Neus desconfiaba tanto de los hombres? —Cuando la conocí me di cuenta de ese detalle y por eso rechazaba al directo de mi amigo que no paraba de acosarla.

—No. —Fue lo único que contesté.

—Al parecer no fui a la única que no le contaron todo. —Se estaba burlando de mi—. Neus antes de llegar aquí estuvo en una relación de tres años a punto de casarse, pero el muy hijo de perra abusaba de ella, la maltrataba psicológica y físicamente, tanto la golpeaba que fue internada varias veces con fracturas. —Maldito bastardo, estaba enfurecido por lo que le hizo a mi pequeña tanto que apretaba con fuerza mis puños—. ¿Duele verdad? —Iluka preguntó bajando su mirada hacia mis puños—. Cuando por fin reunió coraje escapó del mal nacido y vino a parar aquí. En los primero meses cuando uno de los clientes le sonreía o accidentalmente tocaba su mano ella sufría un ataque de nervios que con Taras intentábamos apaciguar. Con el tiempo logró calmarse pero a cambio de su paz mental se cerró completamente a los hombres hasta que llegó Mael a su vida. El hecho de él fuera diferente a su ex y que ella pudiera entregarse a ese amor fue lo que más le afectó en su desaparición, esa ausencia dolía más que los golpes y los insultos a los que estaba acostumbrada. —Sus ojos de repente se volvieron tristes.

—Piensa en Mael, tampoco es justo para él que ella estuviera con él por lástima. —Me miró enfurecida como una gata a punto de sacar sus uñas—. Se perfectamente que no sería el caso pero él lo sentiría de esa forma. ¿Qué podría ofrecerle a ella un hombre sin memoria y que no puede reconocer ni su propio rostro frente al espejo? Soy consciente de que no es una situación justa para ninguno de ellos, pero ambos tratamos de protegerlos a nuestra forma. —Al parecer Iluka estaba de acuerdo con eso.

—¿No tiene cura? —Eso era algo que la mayoría se preguntaría, pero no era tan fácil como uno pensaría.

—Si y no. —Me quería matar por mi respuesta ambigua y lo sabía por la expresión en su rostro, Iluka siempre fue fácil de leer—. Quita esa cara de querer matarme. Momentáneamente no existe tratamiento para su enfermedad, pero como fue causada por un accidente existe la posibilidad que con el tiempo se recupere solo. —Al menos eso es lo que nos había explicado el doctor.

—Entiendo, lo que no entiendo es cómo terminaron volviendo aquí. —Yo en su lugar también me lo preguntaría.

—Créeme si te digo que para mi también es una sorpresa estar aquí. —Y era completamente sincero—. Al parecer en la empresa lo mandaron en un viaje de negocios aquí y como en los hoteles hay muchas personas y todavía se siente incómodo en lo que respecta a su condición eligió alquilar una casa. Yo me enteré esta mañana que veníamos hacia aquí y recién que pararíamos en la casa de mi pequeña, que por cierto ¿dónde esta ella y porque esta en alquiler la casa? —Hace rato que venía preguntándome eso.

—Primero: no tienes derecho a llamarla pequeña, perdiste ese derecho cuando se fueron y no dieron cuenta de su mugrienta existencia, y segundo: al parecer no quiere saber nada con el invierno, supongo que porque le recuerda a él por lo que decidió recorrer el mundo y es por eso que esta en alquiler. —Al parecer extrañaba a su amiga.

—Uno se aleja del invierno en lo que al otro lo atrae. Estoy seguro que la historia entre esos dos aun no llega a su fin. —hablé más para mi que para ella.

—En fin, pueden quedarse ahí pero no destruyan nada. Esto lo hago solo porque Neus necesita la plata del alquiler y como son multimillonarios a ti te cobraré el plus por guardar tu secreto. —Iluka sonrió maliciosamente como solo ella sabía hacer.

Yo solo esperaba que Mael terminara su estancia aquí sin ningún problema.

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