CAPÍTULO LXVII

~PDV NEUS~

En verdad conocer a Ivo había sido un gran milagro para mi y el hecho de que hoy en día estaba para mi era absolutamente algo de lo que estoy eternamente agradecida con el universo.

—Perdón por interrumpir, pero Iluka te anda buscando. —No fue necesario darme vuelta para saber que Iker nos observaba sorprendido detrás nuestro.

—Vamos. —dije a Ivo tomando con fuerza su mano para ir hacia dentro, y es que en el fondo aun dolía ver a Iker porque su sola excitencia me recordaba a mi pasado con él.

Caminamos hacia el interior para encontrar a los chicos conversando entre risas con Iluka y en verdad me alegraba que fuera así.

—¿Qué necesitas? —pregunté de manera cortante a lo que ella solo me observaba con la mirada triste, pero lo lamentaba por ella, solita se lo buscó.

—Los chicos querían saber si los ibas a acompañar a conocer el pueblo. —Volteé a verlos y todos me observaban con cara de perro mojado.

—Iré después del almuerzo, ustedes pueden adelantarse me quedaré un rato con la idiota para organizar su casa un poco. —respondí mirando a Iluka a quien le brillaban los ojos de la emoción.

—De acuerdo, me llevaré a los chicos y más tarde te enviaré nuestra ubicación. —Ivo habló sin dejar de mirarme y sin soltar en ningún momento mi mano, para él ya era natural estar así y a mi me gustaba—. ¡Vamos! —ordenó de forma suave a lo que inmediatamente se fueron poniendo de pie para salir.

Los chicos habían quedado fascinados con la forma de ser de la idiota de mi amiga y ni hablar de ella que si no fuera porque no podía ni moverse debido al accidente ya se hubiera tirado encima de alguno de mis bebés.

Una vez que se fueron quedamos los tres en completo silencio y me puse en marcha hasta el cuarto de ella para dejar a mano sus cosas, ya había pasado por una situación parecida y sabía lo incómodo que podía ser que Iker tocara todo.

—¿No piensas hablarme, verdad? —Ella se encontraba detrás de la puerta de su habitación con Iker a su espalda.

—No tengo nada que hablar con una traidora como tú. —dirigí una mirada de dolor hacia ella y seguí con lo mío.

—No seas así con ella, Iluka no tiene la culpa yo le pedí que no te dijera nada. —Iker solo habló y eso incrementó mi irá.

—Tú mejor te callas, no tienes ni puta idea por lo que pasé cuando se fueron sin decir nada. —Estaba conteniendo mi ira, y es que él jamás podría comprender por todo el dolor que tuve que pasar.

—Es verdad, pero tú tampoco sabes por lo que Mael esta pasando. —Iker trataba de que me pusiera en su lugar, pero eso jamás pasaría—. Imagina recibir una llamada de que tu madre tuvo un accidente, viajar desesperado y tener un accidente que te deje en coma, y no conforme con eso cuando despierta no saber quien es y ver a su alrededor monstruos con caras deformes. —Estaba segura de que en la garganta de Iker un nudo apretaba con fuerza sus cuerdas vocales, pero conociendo a ese hombre jamás lloraría y menos en frente nuestro.

—Tienes razón, pero el primero en equivocarse fue él quien no confió en mi para decirme que se marchaba por una urgencia. —Eso es lo que más me duele en este momento, en que no pudo confiar en mi.

—Yo... —Iker no supo qué contestar a mi respuesta.

—¿Saben qué? —Los miré a ambos—. Mejor me marcho, de solo verlos juntos me dan ganas de golpearlos a los dos. En otro momento vengo a terminar de ordenar un poco tus cosas para que no sea incómoda la convivencia. —dije señalando a los dos.

Me puse de pie, caminé hasta la salida y luego de tomar mis cosas me marché.

Ivo me había mandado la dirección en tiempo real para saber dónde estarían, pero en este preciso momento necesitaba un poco de tiempo a solas, había mucho que procesar por lo que decidí caminar un poco sin rumbo alguno.

El paisaje de mi amado pueblo seguía tan mejestuoso como siempre. La paz que habitaba aquí trajo la nostalgia a mi día y aun así seguí caminando absorbiendo su energía y los rayos de sol que golpeaban ligeramente mi rostro.

—Y es que este pueblo realza la belleza en ti. —No hizo falta voltear para saber quién era, su voz me asqueaba.

—¿Me estas siguiendo? —Al voltear ella estaba parada frente a mi con una sonrisa de oreja a oreja, esa sonrisa que en algún momento me pareció atractiva hoy la detesto.

—¿Qué pasaría si fuera así? —No dejaba de sonreír y mirarme fijamente y eso solo lograba que un escalofrío recorriera mi cuerpo.

—Pensé que después de lo de esta mañana ya estarías de regreso a España. —Jamás le daría la oportunidad de verme nerviosa o asustada.

—¿Y por qué debería de hacer eso si tú sigues aquí? —De a poco ella se iba acercando a lo que yo inconscientemente me movía hacia atrás—. ¿No te lo había mencionado ya? Qué raro, creí que te había dicho que ibas a ser mía. —Magena ya estaba rozando lo psicópata y enfermizo.

—Deja de molestarme, no me interesa estar contigo y te lo he dicho un millón de veces. —Trataba de mantener la compostura pero ella seguía avanzando y eso solo estaba logrando que me desestabilizara.

—Pues yo haré que quieras estarlo. —Magena se movió muy rápido tomando mi mano para atraerme hasta su cuerpo de una forma muy brusca.

—¿Qué crees que haces jodida imbécil? —Levanté mi mano para golpearla pero ella la tomó con fuerza deteniendo el golpe.

—Cuando te pones así de ruda me excitas más. —Sostenía con fuerza mis dos manos y empezó a acercarse hasta mi para besarme, no podía hacer nada, me había paralizado por completo.

—¿Cuántas veces tiene que pasar lo mismo? —Su voz golpeó suavemente mis oídos y con él un aire de alivio.

—Tú de nuevo —Magena lo observaba con odio en la mirada—, si no eres su pareja ¿por qué insistes en interponerte entre nosotras? —Mael solo sonreía ante lo que ella decía.

—Porque no soporto a las escorias como tú que se aprovechan de los demás y quieren lograr todo por la fuerza, y porque para tu desgracia o la mía siempre estamos en el mismo lugar. —Escuchar a Mael hablar de esa forma, en algún punto me hizo recordar al Mael celoso de aquella época, solo que esta vez era mucho más rudo.

—Pues no te metas y sigue tu camino, esta preciosura y yo tenemos cosas pendientes. —Ella lo desafiaba con la mirada sin soltarme ni aflojar su agarre.

—Ella ya dejó bien en claro que le repugnas. —Mael tomó con fuerza su muñeca y pude ver como se iba enrojeciendo la mano de ella y como no me soltaba él ejerció más fuerza hasta que ella tras un gemido no tuvo más opción que soltarme.

—Eres un hijo de puta. —Magena quiso golpear con su puño el rostro de Mael, pero él solo lo esquivó.

—Éscuchame atentamente maldita perra. —Su voz cambió a un tono más oscuro y su actitud corporal también—. Si no quieres que olvide que eres una maldita mujer es mejor que no me hagas enojar y te marches de aquí en este instante, caso contrario me veré en la obligación de ponerte en tu lugar a la fuerza. —Mael se acercaba hasta ella de una forma amenazante haciendo que Magena volviera sobre sus propios pasos.

—No siempre lo tendrás para defenderte. —El odio en sus ojos escupía fuego.

Magena se marchó furiosa y yo quedé ahí parada sin saber qué hacer y completamente sorprendida ante este nuevo Mael.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top