CAPÍTULO LX
~PDV NEUS~
Ivo se acercó a mi en cuanto salí de la habitación y terminé de hablar con Iker. Él solo sostuvo mis manos en silencio.
Noté que la situación era algo incómoda ya que Taras nos observaba con desconfianza y no lo culpaba, después de todo él vio junto con Iluka cómo los hombres que aparecían en mi vida me destruían de a poco.
—Creo que no los presenté. —dije todavía sosteniendo su mano—. Taras él es Ivo mi novio vive conmigo en España. Ivo este de aquí es Taras, mi mejor amigo de años de aquí junto a la idiota que esta detrás de esa puerta. —Terminé por presentarlos con una sonrisa en mi rostro y es que a pesar de las circunstancias en la que nos encontrábamos me hacía feliz que se conocieran.
—Un gusto, ella siempre habla de ustedes en nuestra casa. —Ivo me soltó por un segundo para extender su mano hacia mi amigo que lo analizaba desde todos los ángulos posibles.
—No lo mires así, Ivo de verdad no se parece a ninguno de ellos. —Giré un poco mi cabeza sobre mi hombro para señalar a los idiotas que estaban detrás escuchando y observando todo.
—Debes disculparme si me nuestro algo desconfiado pero en verdad los tipos que se han acercado a ella solo la han hecho sufrir. —Taras era de pocas palabras con los desconocidos, siempre quizo protegernos dentro de su burbuja y estaba segura que no había nadie en el mundo que nos cuidara más que él—. Un gusto. —Por fin estrechó la mano de Ivo y fue como si ahora pudiera respirar.
—Ella no me ha contado sobre su pasado aun, lo nuestro es algo reciente pero ten por seguro que lo que menos quiero hacer es hacerle daño. Ella es demasiado importante para mi. —No me sorprendían sus palabras pero de igual manera lograba que un cosquilleo recorriera cada centímetro de mi cuerpo.
Seguimos hablando unos minutos hasta que la puerta por fin se abrió dejando salir al médico. Automáticamente nos agrupamos a su alrededor.
—¿Ella esta bien? —Fue lo primero que me interesaba saber, no podía más con mi ansiedad.
—No se preocupen al parecer esta bien, pero para asegurarnos haremos algunos estudios para verificar que todo en su cuerpo funcione de manera correcta debido a que el accidente fue algo grande. —El hombre sostenía sobre su pecho una carpeta en lo que nos hablaba.
—¿En cuánto podrá salir de aquí? —Iker preguntó observando directamente al doctor.
—Los estudios se los haremos durante estas horas por lo que estipulo que mañana, si todo sale bien, se le podría dar el alta. —Ni que sueñe que el idiota de Iker que ella va a cuidarla.
—¿Se puede entrar? —Necesitaba estar con ella después de tantos meses.
—La paciente esta consciente, puede hablar pero lo recomendable es que no se esfuerce demasiado. —Sabía el porqué preguntábamos, ya se imaginaba lo que iba a suceder. —Cualquier cosa que suceda me avisan. Con su permiso. —dijo y se marchó.
No dije nada, no era necesario. Abrí la puerta y entré.
Iluka ya no tenía el concentrador puesto por lo que su rostro se veía aun más demacrado. Tenía los ojos abiertos a la expectativa de quién entraba.
—Aquí estoy bebé. —Fue lo primero que dije antes de largarme a sus brazos.
Por unos segundos permanecí en sus brazos llorando como una magdalena. Ella con la poca fuerza que tenía rodeaba mi cuerpo con sus brazos débiles.
—Te dejo unos cuantos meses sola y te olvidas de cómo cruzar la calle. Deberías haber buscado otra excusa menos peligrosa para hacer que vuelva. —hablé mirándola a los ojos en lo que secaba las lágrimas que corrían por sus mejillas.
—Es que no supe cómo manejar que estabas saliendo con alguien, y además muy sexy. —bromeó y en cuanto rió todo su cuerpo se contrajo del dolor.
—Trata de no reír tanto idiota, tu cuerpo aun esta resentido por el accidente. —La reté ayudándola a acomodarse en la cama.
—Supongo que te enteraste por Taras. —Desvió lentamente la mirada con algo de vergüenza.
—Si ¿por quién más sino él? —Sonreí buscando que se calmara—. Ivo estaba en medio de una reunión muy importante cuando me enteré, le avisé que vendría y aquí me ves. —Levanté mis hombros en señal de resignación.
—Lamento que hayas interrumpido tu luna de miel por mi culpa. —Su rostro de pronto se llenó de remordimiento—. En verdad no quería que te alejaras de él. —Iluka ya no me miraba, había decidido enfocar su vista en alguna mancha del suelo.
—¿Quién te dijo que me alejé de él? —Me observaba con una expresión confusa en su rostro—. Cuando le dije que vendría me sorprendió en el aeropuerto, aparentemente se disculpó con los dueños que y fue hasta donde estaba yo. —Los ojos de mi amiga brillaban de emoción—. Así que lo tengo ahí afuera esperando conocerte. —Sonreí.
—¡Espera un segundo! Deja ver si entendí bien. —Iluka se acomodó sobre las almohadas que minutos atrás habíamos acomodado en su espalda—. Por fin después de tanto tiempo te abriste a alguien y comenzaste una relación. —En verdad ella había recuperado la luz en su rostro.
—No me abrí, Ivo todavía no sabe nada de mi pasado y la verdad solo lo estaba utilizando pero se ha estado ganando esta oportunidad. —Me vi en la obligación de interrumpirle.
—No me interrumpas la idea idiota. —No le gustaba que le cortaran las ideas—. Ya vas a contarme bien como sucedió todo eso, pero ahora a lo que iba... Cierto, te abriste a alguien y estas en una relación y ese es el bombón serio de Ivo que ahora mismo está detrás de esa puerta luego de haber largado a la mierda su trabajo para no dejarte venir sola... ¡Solo dile que si y cásate! No lo pienses dos veces es tu momento. —En verdad creo que el accidente la dejó más loca de lo que ya estaba.
—Sabes que las cosas jamás son así de fáciles. —Sonreí al recordar al idiota que estaba detrás de esa puerta, aun tengo sentimientos encontrados por la historia que me ha contado, aunque dada la frialdad y la distancia con la que me trata puede que sea cierto.
—¿Por qué eres así? Tienes un hombre que no sabe por todo lo que has pasado y aun así lo dejó todo para seguirte y no dejarte sola. Tienes que dejar de vivir en ese pasado oscuro que solo te arrastra hasta la mierda que fue tu vida en el pasado. —Sabía que ella tenía razón, pero no siempre todo era tan sencillo como ella lo hacía ver.
—¿Te acuerdas que acabo de decirte que Ivo estaba en una reunión de trabajo? —Asentía con la cabeza con movientos lentos evitando el dolor—. Pues adivina de quién es la empresa... —Iluka parecía no comprender del todo lo que le decía. En ese momento la puerta se abrió dejando ver el rostro de Iker.
—¿Iker? —Iluka pareció que pudo acomodar todo y volteó a verme nuevamente dejando de prestarle atención a Iker que ya había entrado—. ¿No me digas que...? —Sus palabras dejaron de salir por un segundo.
—Si, la empresa con la que estaba en reunión era la de Mael. —Su nombre ardió al formarse en mis cuerdas vocales.
—¡Espera un minuto! —Ella se sentó de golpe y se retorció del dolor logrando que tanto Iker como yo termináramos encima de ella—. Ya solo es un pequeño dolor en comparación de lo que debes estar sufriendo tu. —Ella me observó con dolor—. Si tu estas aquí el también debe estarlo y más después del accidente, ustedes no se separan... ¡Oh bebé! Debes haberte enterado ya. —Iluka acariciaba mi rostro.
—¡Un minuto! — Sus palabras dolieron por alguna extraña razón—. ¿Tú sabías de todo esto? —En verdad estaba a punto de enloquecer.
—No lo supe hasta unos días atrás cuando me encontré que los que alquilaron tu casa fueron ellos... —No daba crédito a lo que estaba escuchando, ella lo supo todo este tiempo y no dijo nada.
—Se merecen el uno al otro —dije señalando a ambos—, siempre lo supieron y ambos callaron. —Me puse de pie porque necesitaba salir corriendo de ahí—. Me voy. —Salí sin decir nada más.
Abrí la puerta con lágrimas en los ojos, no podía creer que ella también lo sabía y no dijo nada. Abrí la puerta y me di de frente con todos mis problemas, literalmente abrí la puerta y choqué con Mael para romper en llanto.
Solo quería llorar y estar completamente sola.
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