CAPÍTULO LV
~PDV NEUS~
Las cena fue tranquila en un lugar mucho más relajado que el almuerzo, y supongo que se debía a que Ivo había notado un poco mi incomodidad ante los lugares demasiados lujosos.
Camino al hotel mi mente se nubló al pensar que ambos dormiríamos en la misma cama, aun no estaba lista para intimar con un hombre en ese punto, qué haría si de repente él quería algo más que solo dormir.
—Deja de pensar cosas que no van a suceder. —La voz de Ivo me sacó de mi ensimismamiento.
—¿Y tú qué sabes sobre lo que estoy pensando? —pregunté desafiándolo a que le atinara.
—Se que te preocupa que en medio de la noche me quiera sobrepasar contigo... —No dejaba de sorprenderme lo bien que Ivo me conocía en tan poco tiempo—, pero déjame decirte que te dije mi palabra de esperarte el tiempo que sea necesario y si te sientes insegura aun puedo dormir en el sofá. —Él hablaba muy enserio por lo que me hizo sentir culpable de mis pensamientos.
—No estaba pensando en nada de eso. —Me dio pena pensar mal de él por lo que terminé negando todo.
—¿Entonces en qué pensabas? Porque la verdad no creo estar muy equivocado.
—Solo... —No se me ocurría ninguna estúpida mentira—. Solo estaba pensando en Iluka que no me ha vuelto a llamar. —Era consciente de que no se creería esa mentira tan vaga, pero al menos era algo.
—Vamos a suponer que te creo. —Su sonrisa era todo lo que estaba bien y en verdad me sentía una mujer afortunada por tenerlo a mi lado—. Ahora ve a cambiarte que ya es hora de dormir. —Demandó corroborando la hora con su reloj de pulsera.
—Si señor. —bromeé con él en lo que buscaba mi ropa para dormir y dirigirme al baño.
Cuando volví del baño Ivo estaba vestido con unos pantaloncillos cortos y una camiseta mangas cortas blancas y en la mitad de la cama una almohada.
—Generalmente duermo con el torso descubierto pero me temo que si lo hago pensarás que quiero sobrepasarme en cuanto te duermas. —Sonrió juguetonamente lo cual encontré bastante divertido—, y la almohada, bueno..., simplemente pensé que te sentirías más segura así. —En verdad era bastante considerado, nada que ver con Mael.
Me quedé en silencio un breve segundo y rápidamente me golpeé mentalmente por estar pensando cosas que no debería. Mael no tenía nada que hacer en esta habitación.
—¿Te encuentras bien? — Ivo me preguntó al ver que no reaccionaba.
—Lo siento, es solo que me quedé pensando en lo considerado que eras conmigo y... —Ivo se acercó rápidamente hasta donde estaba y me rodean en un cálido abrazo.
—Por favor, no digas que no lo mereces porque haces que sienta que todo es en vano y yo aun tengo esperanzas en lo nuestro. —Este hombre podía no significar lo mismo que Mael pero si podía significar un nuevo comienzo para mi.
—De acuerdo, no diré nada. —Sostuve su abrazo, me permití disfrutar un poco de afecto—. Pero ahora a dormir que tienes una reunión a primera hora. —Me deshice del abrazo y corrí hasta la cama para esconderme debajo de las sábanas.
—De acuerdo, tu ganas. —Resignado caminó hasta mi lado y se acostó—. Buenas noches Neus, sueña lindo. —Hasta en eso era tierno.
—Buenas noches Ivo, sueña lindo. —repetí y tras darme media vuelta caí rendida.
Deduzco que tengo que haber estado demasiado cansada porque no recuerdo nada después del saludo de buenas noches.
El cansancio ha de haber sido grande porque tampoco recuerdo lo que soñé, aunque en este preciso momento eso era una bendición.
A lo lejos podía sentir el sonido de la alarma de mi celular resonar pero no podía identificar exactamente dónde.
Paró por unos segundos pero volvió a sonar obligándome a levantarme de la cama para apagarla.
Como pude abrí los ojos con pesadez, no quería despertar a Ivo que tenía una reunión importante, pero en cuanto giré mi cuerpo para corroborar que siguiera durmiendo no lo encontré por lo que supuse que ya era tarde.
Me costó encontrarlo pero cuando lo hice noté que no era la alarma la que sonaba sino eran llamadas, claramente de Iluka no eran porque hubiera reconocido su tono de llamada.
Aun estaba algo dormida por lo que veía borroso la pantalla, pero luego de refregar mis ojos pude leer el nombre de Taras y automáticamente un escalofrío recorrió cada rincón de mi cuerpo.
Con las manos temblando marqué su número esperando estar equivocada.
—Neus, ¡por fin contestas! —A penas si podía entender lo que Taras hablaba.
—Taras ¿por qué lloras? Cálmate que no entiendo si no hablas. —Estaba haciendo un esfuerzo sobre humano para no alterarme.
—Es... Es... Iluka... —Solo bastardo escuchar su nombre para que me derrumbara en el suelo.
—¿Qué le sucedió? —Articulé con dificultad.
—Tuvo un accidente y esta internada muy grave. —Taras rompió en un llanto desgarrador al igual que yo.
—Ya mismo viajo para allá, dile a la maldita de mi amiga que no se atreva a morir, que seré yo quien la mate cuando seamos viejas. —Después de decir eso colgué la llamada.
No tenía tiempo para derrumbarme, mi amiga me necesitaba y ahí estaría con ella.
Me cambié y me puse en marcha para arreglar la valija y dirigirme hasta el aeropuerto. En el camino le avisaría a Ivo.
~PDV IVO~
Mentiría si dijera que dormí plácidamente durante la noche. Una vez que Neus se quedó profundamente dormida me moví hacia el sofá, claramente no podría contenerme tanto como quisiera al tenerla así de cerca, y es que yo tampoco soy de palo.
Me aseguré de despertarme temprano y no hacer nada de ruido para que ella pudiera seguir durmiendo todo lo que quisiera.
Me bañé, cambié y salí a desayunar en lo que revisaba los papeles para la reunión.
El negocio no era muy complicado de hacer pero habían escuchado que la empresa estaba en manos de un nuevo dueño, en realidad del hijo del ceo que habían decidido hacerse cargo.
Algo olía raro pero no era mi deber investigar sino cerrar el trato que me habían encomendado.
Cuando por fin llegué a la empresa la estructura en si misma era intimidante y coincidía a la perfección con el dueño y su mano derecha. Ambos eran jóvenes y apuestos, diría que casi teníamos la misma edad.
—Buenos días. —Ambos me saludaron con un tono serio.
—Buenos días. —Les devolví el saludo pero con la mejor sonrisa que pude ofrecer, no se me daban bien las sonrisas, de hecho la única que las provocaba era Neus, espero que haya podido descansar bien.
—¿Qué le parece si comenzamos nuestra reunión? —preguntó el más serio de los dos.
—Por mi esta bien, después de todo vine a hacer negocios. —determiné tomando asiento en el lugar que me habían asignado.
La reunión se tornó algo extensa en lo que explicaba los beneficios de la unión de ambas empresas.
Cuando por fin mi turno de hablar terminó y ahora se dedicaban a leer los documentos que respaldaban mis palabras, mi celular comenzó a vibrar.
Un mensaje de "urgente" del número de Neus me puso en alerta absoluta.
—Si me disculpan debo hacer una llamada urgente. —rogaba no arruinar el contrato por hacer esta llamada, pero si ella me escribió en medio de una reunión es porque de verdad era urgente.
—Claro, nosotros estamos leyendo tus hermosos y coloridos documentos. —La mano derecha del ceo respondió burlescamente y en verdad no tenía tiempo para detenerme a responderle.
Me alejé un poco pero no lo bastante como para estar atento por si me llamaban.
—Neus ¿qué sucedió? ¿Estas bien? —Estaba preocupado y mucho.
—Me estoy yendo al aeropuerto Iluka tuvo un accidente y esta muy grave. —Podía notar el nerviosismo en su voz y el esfuerzo que estaba haciendo por no largarse a llorar.
—¿Cómo que Iluka tuvo un accidente? —No me había dado cuenta de que había hablado en voz alta—. De acuerdo, salgo de aquí y me dirijo al hotel para buscar mis cosas y te alcanzo allá. Tranquila todo va a estar bien, ella es fuerte. —Se que nada de lo que dijera iba a calmarla.
Corté la llamada y al darme vuelta me encontré con una mirada que no esperaba hallar, en dueño seguía leyendo los documentos mientras que su amigo estaba pálido.
—Disculpa ¿pero acabas de decir Iluka? —Ese hombre estaba completamente pálido.
—Si, lo siento mucho pero tengo que irme. La mejor amiga de mi novia Neus acaba de tener un accidente y esta muy grave y ella esta viajando en este momento, comprenderá que no la puedo dejar viajar sola. —En verdad quería marcharme ya.
—Si por favor, vaya. Nos estaremos comunicando por mail. —No alcanzó a decir eso que yo por poco y no estaba corriendo.
Ahora solo esperaba poder alcanzarla en el mismo vuelo.
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