Troy Bolton

Troy se encontraba frente al teatro Stars, tragó saliva, estaba por entrar cuando le llegó un mensaje del mismo número: << Troy ve a la parte trasera. Estaré esperando, se me agota la paciencia. PL >>. Sin pensarlo dos veces corrió a donde quien fuera que estaba detrás de los mensajes le había pedido. No podía arriesgarse a que les hiciera daño, antes de dar un paso tenía que asegurarse de que sus hijos estaban bien antes de hacérselo pagar a ese maldito cabrón.

-Aquí estoy-gritó Troy mientras miraba a su alrededor

-Veo que eres listo-dijo una gruesa voz de hombre que ahora le resultaba familiar

-¿Quien eres? Da la cara cobarde-chilló Bolton apretando los puños

-Bien-dijo la gruesa voz de hombre

Un hombre de la misma edad que Troy se fue acercando hasta quedar frente a él. Troy se quedó sorprendido, por eso le había resultado familiar pero ¿Por qué?

-Peyton...-

-Me recuerdas. La última vez que nos vimos te dije que me las pagarías-soltó Peyton con odio

-¿Donde están mis hijos?-exclamo furioso Troy

-Con tu ex, se ha encariñado mucho con ellos-soltó Peyton con sorna

-¿Dónde están mis hijos?-gritó Troy corriendo hacia Peyton

-Ya te dije que están con Gabriella-

-Más te vale que no ella no les haga nada porque sino...-Troy agarró a Peyton por el cuello de la camisa-Maldito imbécil. ¿Dónde tiene esa perra a mis hijos?

-Suéltame-bramó Peyton tratando de soltarse

-Eres un cobarde, si querías enfrentarte a mi haberlo hecho en vez utilizar a mis hijos. Ellos no tienen la culpa-

Troy soltó a Peyton y él calló al suelo, se sobaba el cuello. Troy apretó los puños y se preparó para saltar, estaba fuera de si, una ira incontrolada le invadió, su instinto más primitivo se apoderó de él. Peyton trató de huir pero fue en vano porque Troy le alcanzó y empezó a golpearlo con fiereza, mataría a ese cabrón por atreverse a secuestrar a sus hijos. Por sus pequeños estaba dispuesto a hacer lo que fuera y en ese momento algo lo dominaba.

-Te diré donde están. Por favor...-pudo decir Peyton

-Habla o te reviento la cabeza maldito estúpido-escupió Troy con rabia

-En... en un... un edificio abandonado en El Bronx. Gabriella contacto conmigo y me dijo que quería recuperarte y que si le ayudaba a deshacerse de tus hijos ella conseguiría que Sharpay volviera conmigo, yo no...-

-Acaso no te has dado cuenta de que te estaba manipulando, solo quería que la ayudases con su plan. Sharpay jamás podría estar contigo sabiendo que tu hiciste daño a sus hijos-escupió Troy algo más calmado

-Lo... lo siento. Solo quería que... lo siento-sollozó Peyton

-No mereces que arruine mi vida por un mierda como tu, no cuando pretendo reparar mis errores con Sharpay. Si tanto lo sientes me llevarás con ellos o te aseguro que entonces no saldrás con bien de esta-soltó Troy

-De... de acuerdo-

Peyton tragó saliva, se levantó y se limpió el polvo, Troy relajó el cuerpo mientras mantenía su vista fija en Peyton, mientras no se lo encomendase a la policía no le quitaría la vista de encima. Después los dos se marcharon a buscar a Gabriella, quien tenía a sus hijos.

A pesar de que pronto vería a sus hijos Troy seguía estando furioso, hasta que sus pequeños no estuvieran a salvo no podría tranquilizarse, además Peyton aún podía hacer alguna tontería como escapar, aunque desde luego Troy no dejaría que pasara.

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Sharpay estaba de los nervios, no podía conciliar el sueño porque ya hacían dos semanas que Gabriella se había llevado a sus hijos. Además Troy tampoco respondía al teléfono cuando él le había prometido que le devolvería a sus pequeños.

¿Por estaba haciendo esto? ¿Qué pensaba conseguir? Acaso todo había sido una trampa de Troy para alejarla de sus hijos es irse con la zorra de Gabriella.

>> De ninguna manera <<

Troy no sería capaz de hacer eso porque se trataba Gabriella y sería muchas cosas pero aún después de lo que había cambiado, no actuaría así. Sharpay estaba segura de ello porque sabía que el Troy Bolton que ella había conocido en el instituto seguía ahí escondido. Además sino porque si realmente él estaba metido en todo esto había ido a buscarla y preguntado por Caleb y Chloe, porque sino le había suplicado que quería formar parte de su vida de sus hijos.

En esas dos semanas Paul había estado apoyando a Sharpay y asegurándose de que no hacía una tontería porque al día siguiente del secuestro habían ido a la policía y ellos ya estaban buscando a los niños. Aunque no había ningún rastro, era como si se los hubiera tragado la tierra y eso tenía a Sharpay atacada, no podía imaginarse sin sus dos tesoros.

>> Por el amor del cielo <<

>> Si la policía no los encuentra lo haré yo - Se dijo Sharpay <<

Con temor Sharpay cogió su móvil, le temblaban las manos pero estaba decidida ha hacerlo, no podía enterarse nadie, mucho menos Paul. Sino no se lo permitiría y debía encontrar a sus hijos ella misma en vista de que nadie lo había hecho.

Después de varios tonos, el destinatario de la llamada contestó. Sharpay estaba atacada, el corazón le latía a mil por hora, no descansaría hasta que tuviera a sus niños de vuelta.

-Vaya, admito que esperaba tu llamada mucho antes pero eso ya da igual-

-¿Gabriella donde están mis hijos?-preguntó Sharpay histérica

-Directa al grano. No vas a preguntar por Troy-soltó con sorna Gabriella

-Me importa una mierda Troy. ¿Dónde están mis hijos?-

-Pues ha estado aquí cuidando de sus hijos. Debo admitir que es un padre estupendo es una pena que haya tenido que herirle. Intentó hacerse el héroe, quizás no le quede mucho-escupió Gabriella riendo-No quería hacerle daño, hice esto para poder volver con él pero ya no le intereso, así que sino es mío no será de nadie. Dios eses insoportables bastardos no dejan de llorar. Quieres oírles. Niños venid aquí

-Papi teno medo-dijo ente sollozos Caleb desde el otro lado de la línea

-Tranquilo amor. Se bueno y haz lo que te dice-soltó Troy con hilo de voz apenas audible

-Si, papi-gimió Caleb

-Cariño-

Sharpay soltó unas lágrimas al oír a su pequeño, lo había extrañado, deseaba tenerles a los dos entre sus brazos.

-Mami, quedo ime a casa-gritó Caleb

-No te preocupes, pronto iremos-

-Bueno ahora harás lo que yo te diga-escupió riendo Gabriella

-Lo que quieras pero no hagas daño a mis hijos-sollozó Sharpay

-Bien entonces escucha-

Sharpay anotó lo que Gabriella le había indicado, cogió el bolso, metió el móvil, las llaves de casa y salió con cautela para que Paul no se diera cuenta. Media hora después llego al lugar que la morena le había dicho, era un edificio abandonado en El Bronx. Sharpay tragó saliva y entró con paso decidido gritando los nombres de sus hijos.

-Si quieres ver a tus hijos sígueme-soltó Gabriella con una pistola en la mano

Caminaron hasta una habitación poco iluminada con una cama, Troy estaba tumbado en ella, tenía mal aspecto y los niños sentados a su lado. Sharpay corrió hacía ellos sin importarle que Gabriella pudiera hacerle daño, necesitaba abrazar a sus niños.

-Mi dulce swetie, mi sweet heart-exclamó Sharpay con emoción al verles

-Mami-sollozó Chloe y los tres se abrazaron

-Papi nos ha poteido-le explicó Caleb

-Si, esa mujer mala iba a... y papá se enfento a ella-aclaró Chloe

-Troy os ha...-murmuró Sharpay sorprendida

-Veo que no lo esperabas-soltó Gabriella desde la puerta apuntándola con la pistola

-Déjales en paz, me quieres a mi, ellos no tienen la culpa-

-Claro que si, ellos y tu me alejasteis de Troy-gritó Gabriella enfadada

-Es que no lo ves, fuiste tu quien lo hizo-espetó Sharpay también furiosa

-Shar... Sharpay-murmuró Troy con un hilo de voz

-Troy, gracias por proteger a mis... nuestros hijos-

-Te mataré, maldita zorra-profirió Gabriella

Sacando todas las fuerzas de las que disponía Troy se levantó a pesar de que sentía que no le quedaba mucho pero protegería a su familia con el último aliento de vida y se abalanzó sobre Gabriella para arrebatarle la pistola. Ambos forcejaron haciendo que la pistola se disparase y le alcanzase a Troy en el estómago. Sharpay contemplaba la escena con los niños abrazados para que no pudieran ver lo que estaba pasando. Troy cayó al suelo y Gabriella gritó para luego dispararse en la cabeza. Inmediatamente Sharpay tomó su móvil, tenía que llamar a una ambulancia o Troy moriría. Después de lo que acaba de hacer para proteger a sus hijos no podía dejarle morir, no pensaba tener nada con él pero dejaría que Troy pudiera ver a los gemelos. También llamó a Paul quien no tardó en llegar y se llevó la mano a la boca ante la escena que tenía delante.

-Paul encárgate de los niños. No quiero que vean a su padre así-soltó Sharpay

-Tranquila-respondió Paul

Sharpay corrió hacía Troy, estaba sangrando mucho y se lo veía pálido, le cogió la mano para que supiera que no estaba solo. Troy le sonrió y cerró los ojos, pocos minutos después llegó la ambulancia.

Troy fue llevado al hospital general de Nueva York de urgencia, su estado era muy delicado. Paul llevó a Sharpay y los niños con él. Aunque no estaba de acuerdo en como había actuado Troy con Sharpay sabía que había hecho algo bien después de haber salvado a Caleb hacía dos años y no podía negar que era el padre de los niños.

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Hacía unos días que Troy estaba ingresado y recuperándose de la cirugía a la que habían tenido que someterlo debido a la gran de sangre perdida sufrida, además de para sacarle la bala alojada en un punto un tanto complicado si la dejaban ahí.

Sharpay llevaba a Chloe y Caleb en sus carritos por los pasillos del hospital. Los gemelos habían insistido en ir a ver a su padre porque a pesar de que tan solo tenían dos años, sabían que le había pasado algo, estaba claro que en ese poco tiempo, habían creado un gran vínculo padre e hijos.

Sharpay abrió la puerta y se encontró con un Troy dormido, así se veía realmente adorable, tan tierno que no parecía el Troy frío, arrogante, cínico y engreído que era ahora. Desde luego por muy mal que estuvieran las cosas amaba a ese hombre.

Sharpay amaba a Troy Bolton y eso no lo podía negar, por mucho tiempo que pasara lo amaba, lo amaría y no podía fingir. Ya no lo haría, hacía tiempo que lo sabía pero se había dicho a si misma que solo había sido sexo, que no existía nada más, que no había sentimientos de por medio. Pero santo cielo si los había y la prueba de ello eran sus dos preciosos hijos, Caleb y Chloe Bolton, a los que amaba tanto o más que a Troy.

-Papi-gritó Caleb con alegría

-Shhh swetie. Papá duerme, no querrás despertarlo-le explicó Sharpay mientras lo cogía en brazos

-Si mami-

Ambos niños corrieron hasta la cama y Caleb intento subirse. Sharpay sonrió, no sabía lo que había pasado durante esas dos semanas en aquel edificio abandonado pero estaba segura de que fuera lo que fuera Troy había llenado de amor a los niños, de otra manera ellos nos estarían así de alegres por ver a su padre.

-Papi-soltó Chloe con su dulce vocecita infantil

Troy fue abriendo los ojos poco a poco y Caleb ya estaba a su lado con una enorme sonrisa en su carita infantil, Chloe por otro lado también sonreía pero ella acariciaba la cara de Troy con sus pequeñas manitas. Sharpay amaba ver a sus dos tesoros sonriendo como ahora.

-Campeón-murmuró Troy

-Papi-

Caleb se tiro le tiró encima y Troy se quejo un poco.

-Caleb no te pases, papá se está recu...-regaño Sharpay al pequeño quien hizo un puchero

-Tranquila, no importa-explicó Troy

-Cuando vas a voer a casa papi-preguntó Chloe

Sharpay sintió un pequeño dolor en el pecho, como le diría que Troy no viviría con ellos, como les explicaría eso. Pero al menos tendrían a su padre, lo cual para la rubia era un paso adelante aunque no pensaba empezar nada con Troy, solo aceptaba que pudiera ver a sus hijos.

-No voy a ir con vosotros a casa pero os voy ir a visitar a menudo, mi princesa-sonrió Troy

-Poe no-preguntó Caleb como queriendo llorar

-No nos queres-preguntó Chloe triste

-Os quiero con todo mi corazón mi princesita pero no puedo ir a vivir con vosotros porque tengo que arreglar cosas-respondió Troy

-Papi-

Caleb se le tiró encima con cuidado de no hacer daño a Troy, en ese poco tiempo los gemelos ya lo consideraban su padre y eso a Troy lo llenó de satisfacción, de una gran satisfacción. No era todo lo que quería pero era un paso en su plan de formar una familia, incluyendo a Sharpay, los cuatro. Para empezar tenía que conquistar a la rubia y demostrarle que había cambiado, que ahora haría las cosas bien.

Troy lo abrazó y sonrió ampliamente a pesar de que sentía una pequeña molestia en la herida pero estaba bien porque por fin sus dos hijos estaban a salvo. La adorable y traviesa Chloe Bolton, su princesita y el diablillo de Caleb Bolton, su campeón serían de ahora en adelante su vida, su razón de vivir. Olvidarse el preservativo aquella noche había sido lo mejor que le había pasado porque ahora tenía a dos maravillosos hijos a los que proteger, cuidar y amar. Todavía no podía decir que lo tenía todo porque quería a la preciosa Sharpay a su lado pero debía ser paciente y conquistarla, no pensaba rendirse, lucharía por ella.

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Sharpay estaba más feliz porque al menos ahora los pequeños tendrían a su padre y ahora colaboraba con ella al cuidarlos. Eso era un gran avance porque Sharpay podía ver que Troy estaba cambiando, aunque no podía caer tan fácilmente.

¿Cómo estaba segura que no era solo un truco? ¿No iba aceptar a Troy como su pareja? Santo cielo no. Después de todo lo que había hecho definitivamente no.

Sharpay se alegraba por sus hijos, que estaban más contentos con nunca. Se alegraba de que por fin Troy se estuviera deshaciendo de aquello que lo atormentaba y le había hecho ser esa persona tan fría, cínica, arrogante y engreída que era ahora.

Caleb jugaba con sus pinturas haciendo dibujos en papel mientras que Chloe jugaba con su muñecas mientras que Sharpay preparaba su merienda. Troy había quedado en recogerlos para llevarlos de paseo, así Sharpay podría tomarse un tiempo para su relax personal, ya que esos dos terremotos que tenía por hijos la dejaban agotada. Sobre todo desde que London y Paul había vuelto a Albuquerque.

En cuanto sonó el timbre tanto Caleb y Chloe soltaron sus juguetes, sabían que Troy acababa de llegar, Sharpay fue a abrirle. Troy llevaba un pantalón vaquero azul marino con una camiseta negra, deportivas negras y una cazadora vaquera azul.

>> Se ve realmente guapo - pensó Sharpay <<

Chloe corrió hacía Troy pero se tropezó y se puso a llorar, el ojiazul se acercó. Troy la cogió en brazos, le sonrió y la pequeña dejó de llorar. Entonces Troy le limpio las lágrimas y le dio un beso en la mejilla

-Papi-gritó Caleb emocionado

-Campeón-soltó Troy sonriendo

>> Desde luego Troy es un gran padre - pensó Sharpay <<

Troy ahora cargaba a Caleb y Chloe, se notaba que era un hombre fuerte porque no parecía tener problemas al tener a los gemelos en brazos. Troy estaba en buena forma física y aún era joven, además ya estaba completamente recuperado después de una de semana lo sucedido con Gabriella y Peyton.

-Los traeré más tarde-comentó Troy

-De acuerdo-asintió Sharpay

-Helado, helado-chilló Caleb acariciando a Troy con sus pequeñas manitas

-Si helado-secundo su hermana gemela

-De eso nada. Os he preparado la merienda, así que nada de helado-les explicó Sharpay

Los pequeños hicieron y puchero y miraron a Troy esperando que él la convenciera.

-Ya habéis oído a mamá-secundó Troy con firmeza

-Te he metido una muda para cada uno. No creo que te hagan falta pero son dos diablillos así que por si acaso si la necesitas la tienes-le informó Sharpay

Troy soltó una carcajada y al rato Sharpay se unió a él. Cualquiera que los viera en ese momento no se creería que no eran una pareja feliz.

Nada más lejos de la realidad, Troy y Sharpay se llevaban bien por los niños porque fuera de eso ni siquiera mantenían trato. Sharpay le dio a Troy la sillita y la bolsa con la merienda más una muda por si resultaba necesario cambiarlos. Los pequeños se despidieron de su madre y Troy se los llevó como solía hacer desde hacía un mes que era el tiempo después del secuestros y posterior recuperación.

El ojiazul salió de la casa con los pequeños camino al coche que había alquilado mientras tuviera que vivir en el hotel. Durante el camino los pequeños peleaban por un juguete ya que los dos lo querían y ninguno iba a ceder. Troy sonriendo, los niños en ese aspecto eran como Sharpay o eso era lo que él se imaginaba.

Troy aparcó el coche y bajo a los niños, Caleb saltaba imitando un canguro mientras que Chloe le peinaba el pelo de una de sus muñecas. Después los tres subieron a la habitación de Troy, jugaron por varias horas hasta que luego de darle la merienda que Sharpay les había preparado, Chloe rompió a llorar.

-Que pasa princesita-preguntó Troy cogiendo a la niña en brazos

-Mi muñeca-dijo entre sollozos Chloe levantando la muñeca-Esta sucia

-Tranquila princesita y si le damos un baño-le explicó Troy limpiándole las lagrimas

-Mamá dice que no pue...-sorbió Chloe con la nariz

-Será un secreto vale, lavamos a la muñeca y os llevo a comer helado-sonrió Troy

-Helado, mamá...-murmuró alegre Caleb

-Otro secreto de los tres si. Pero tenéis que portaros bien-explicó Troy

Los pequeños asintieron felices y corrieron a abrazar a Troy, el ojiazul sonreía como hacía tiempo que no lo hacía. Troy amaba a sus hijos más que a cualquier cosa y verlos tan felices hacía que él también fuera feliz, ahora solo le faltaba tener a Sharpay a su lado para tenerlo todo.

Troy con la ayuda de su princesita Chloe lavó a su muñeca favorita y la puso a secar, después se llevo a los niños a tomar helado a pesar de que Sharpay les había dicho que no podían. Pero Sharpay no tenía porque enterarse, sería un secreto. Troy era un hombre fuerte, sexy, atractivo y extremadamente varonil pero a pesar de su apariencia era un padre cariñoso y consentidor.

¿Quién diría que el gradullón de Troy Bolton sería un padre cariñoso y consentidor? ¿Quién lo habría imaginado?

Después de que los pequeños se llenaron de helado los metió en el coche para llevarlos de vuelta con su madre pero antes de que fuera a arrancar, el teléfono de Troy empezó a sonar. Lo sacó de su chaqueta y atendió la llamada.

-Si, Troy al habla-soltó Bolton

-Troy-

-Sharpay que sucede. ¿Estás bien?-preguntó Troy con algo de preocupación

-Perfectamente, es que necesito pedirte algo-respondió Sharpay con firmeza

-Claro, te escucho-agregó Troy

-Me ha surgido algo y puesto que eres su padre, además de que me has demostrado que quieres a nuestros hijos podrías quedarte con ellos-preguntó Sharpay

-Sin problema, cuanto necesitas que me los quede-respondió Troy sonriendo

Desde que Troy había decidido que quería formar parte de la vida de sus hijos solo había pasado el día con ellos. Oír de la boca de la propia Sharpay que confiaba en el para que se quedase con los pequeños fue una satisfacción para el oijazul. Ahora faltaba demostrarle que la quería a ella pero iría poco a poco, no quería que nada saliera mal.

-Al menos un día, luego depende-le explicó Sharpay

-De acuerdo, cuidare bien de ellos. Me encanta pasar tiempo con nuestros pequeños-espetó Troy

-Si me das la dirección de donde te quedas iré a darte varias cosas de Caleb y Chloe. Además me gustaría hablar de una cosa pero prefiero hacerlo cara a cara-argumentó Sharpay

-Claro. Haría lo que fuera por ti-soltó Troy con seguridad

Troy le dio su dirección y arrancó de vuelta al hotel, Sharpay iría a verles, no podía saber que había llevado a los pequeños traviesos gemelos a tomar helado. Llegó en menos de media hora en llegar, la heladería a la que había ido estaba bastante cerca y el tráfico era fluido para ser la gran manzana, a diferencia de otros días.

-Nada de mencionarle a mamá la salida a tomar helado-explicó Troy arrodillado para quedar a la altura de los pequeños

Los dos asintieron y petaron en la puerta, Troy fuera abrir. Sharpay cargaba una bolsa que le tendió al ojiazul. Caleb y Chloe corrieron a abrazar a Sharpay, Troy observaba la escena con una enorme sonrisa.

-Mami, papi estuvo gugando mucho con nosotos-explicó Chloe con su vocita infantil

-Si, papi es el meor del mundo-

-Me alegra oír eso. Ahora me dejarían a papá un rato, luego se lo devuelvo-

Ambos pequeños asintieron y sonrieron a modo de estar de acuerdo, se podía ver que los niños adoraban a Troy. Sharpay no podía estar más feliz por eso, a pesar de su situación con Troy, para ella lo más importante eran sus hijos.

-Y bien de que querías hablarme-preguntó Troy en el pasillo mientras cerraba la puerta para que los pequeños no pudieran oír

-Bueno, por donde empiezo, en realidad son varias cosas-respondió Sharpay con nerviosismo

-Me estás preocupando-

-No es nada grave-explicó Sharpay con seguridad

Troy se tranquilizó y espero a que ella continuara.

-La primera es que hoy mismo vuelvo a Albuquerque, mi padre dice que necesita hablar unas cosas conmigo y quiere hacerlo personalmente. De ahí que necesite que cuides a los pequeños. La segunda es sobre Peyton-

Troy se tensó al oír ese nombre, la muy sabandija se había escapado aprovechando la necesidad de Troy por el bienestar de sus hijos cuando lo condujo hasta donde estaban sus hijos. Sharpay noto la reacción de Troy pero supuso que era por la rivalidad que ambos se tenían, así que no le dio importancia.

-Me lo encontré después de llamarte y me pidió que hablásemos, desde el enfrentamiento que tuvo contigo estando yo presente no hemos vuelto a vernos. El tema que me ha invitado a cenar y le dije que si porque quiero arreglar las cosas con él, ante todo es mi amigo-explico Sharpay

-No quiero que veas a ese niñato estúpido-replicó Troy

-¿Por qué? No soy propiedad tuya para que me digas lo que debo hacer. Además no le llames así, no tienes...-

-No he dicho que lo seas-

Troy estaba furioso, no quería que Sharpay se enfadase con él por culpa de ese malnacido de Peyton pero se contuvo. Debía serenarse y hablar civilizadamente, le expondría sus argumentos y que ella decidiera que hacer.

-Eres un machista arrogante-escupió Sharpay molesta

-No le digo por eso, cierto que no me agradase ese niñ... Peyton mentiría si dijera lo contrario. Pero lo digo porque él ayudo a Gabriella a secuestrar a nuestros hijos-explicó Troy con calma

-Peyton hacer daño a alguien. Si hombre. Él no sería capaz de hacer daño a una mosca-

-Sharpay por el amor de cielo. No quiero que te haga daño, yo te quiero. Que digo estoy enamorado de ti y no soportaría que te pasase algo, ni a ti ni a nuestros hijos-

Troy la miraba a los ojos porque quería que viera que estaba siendo sincero, que no mentía pero sabía que la rubia no daría su brazo a torcer. Al menos no tan pronto y además lo odia, ella mismo se lo había dicho.

-No lo creo, se que si harías cualquier cosa para proteger a nuestros hijos y eso me alegra pero creo que tu no eres capaz de amar a nadie. Tu, yo y los niños nunca seremos una familia feliz-escupió Sharpay

-Por favor Sharpay aléjate de Peyton. Quizás no sea capaz de matar a nadie pero a ayudado a secuestrar a nuestros hijos. No es una buena persona-replico Troy

Sharpay dio por zanjada la conversación y se marchó dejando a Troy preocupado, no le gustaba que Peyton estuviera cerca de Sharpay. Fuera como fuera se había pasado de la raya al ayudar a Gabriella y que ni se le ocurriera tocarle un pelo a la hermosa Sharpay porque se la vería con él. Por lo pronto confiaría en la rubia aunque lo que quería era asegurarse que estaba bien pero se ocuparía de sus hijos, no podía dejarlos solos, ni muerto lo haría, los tres eran su razón de vivir y los protegería de lo que fuera.

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Sharpay regresó y cogió la bolsa que llevaría a Albuquerque, solo estaría unos pocos días y no necesitaría mucha ropa. Salió de casa, antes de volar en el jet privado de su padre le había enviado para recogerla quedó con Peyton.

Necesitaba hablar con él para aclarar las cosas, a pesar de lo que había pasado Sharpay aún le consideraba un amigo. Además no creía las palabras de Troy cuando le había dicho que Peyton había participado en el secuestro de sus hijos. Peyton sabía lo mucho que los niños significaban para Sharpay y no sería capaz de hacer algo así.

-Hola Sharpay. Te ves hermosa-saludó Peyton

-Gracias-respondió Sharpay con una sonrisa

-Bueno, lo he estado pensando y se que actué mal. No debí meterme pero es que creo que Troy no es un buen hombre para ti, no me gusta que esté cerca de los niños-explicó Peyton

-Sea como sea, Troy es su padre y tiene todo el derecho del mundo a verles-

-Lo se pero puedes evitarlo si solicitas la custodia total de los pequeños-expuso Peyton

-Estás diciendo que aleje a Troy de los niños-preguntó con sorpresa Sharpay

-Solo no quiero que ese sujeto os haga daño-respondió Peyton

-Agradezco tu preocupación pero Troy es el padre de mis hijos y no voy a alejarlos de él, los niños lo adoran. A pesar de todo Troy es un gran padre, es cariñoso y amoroso con ellos, por eso están ahora con él-explicó Sharpay

-¿Qué? No, Sharpay, ese sujeto te está manipulando. Ni siquiera le importa, tampoco sus hijos. Tienes que ir por los niños-bramó Peyton

-No tienes derecho a decirme con quien dejo a mis hijos. Troy es su padre y confió en él para cuidarlos, además no le llames así-respondió molesta Sharpay y recordó que Troy le había dicho sobre el secuestro-Peyton me gustaría saber algo

-Dime, de que se trata-preguntó Peyton alzando una ceja

-Tuviste algo que ver con el secuestro de mis hijos-

-Por dios Sharpay no ¿quién te dijo semejante tontería?-

-Troy me dije que ayudaste a Gabriella a secuestrar a nuestros hijos-afirmó Sharpay

-Debí imaginarlo. Jamás haría daño a tus hijos, se cuanto los quieres y no podría lastimarlos, Troy solo quiere alejarme de ti-respondió con rotundidad Peyton

-Eso pensaba pero necesitaba oírlo de tu boca-

Después Peyton le pidió mil disculpas por su comportamiento y Sharpay lo perdono porque lo conocía. El resto de la cena transcurrió con normalidad entre risas, luego Sharpay tomo el jet privado de su padre para regresar a Albuquerque.

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Troy jugaba con los pequeños mientras esperaba que Sharpay viniera a recogerlos, la rubia los había dejado tres días a su cargo mientras ella solucionaba unos asuntos en Albuquerque y le había llamado para avisarle.

-Papi, vendrás a casa con nosotos-preguntó Caleb con su vocecita infantil

-Me gustaría campeón pero no puedo-respondió Troy

-Poque-preguntó Chloe soltando su muñeca

Troy se agachó a la altura de los pequeños y los abrazó, después de los tres maravillosos días que había pasado con sus pequeños diablillos le dolía no poder ir con ellos. Pero aún así los amaba con todo su corazón. Verlos dormir y sonreír era una de las mejores cosas de su vida, sus pequeños eran el mayor tesoro que tenía.

-Es que mamá y yo tenemos que arreglar unas cosas-respondió Troy

No sabía como decirles que Sharpay lo odiaba y no quería saber nada de él pero iría a verles, jugarían hasta caer rendidos. Eso no cambiaría aunque no estuviera en casa.

-Pometes que irás a venos-preguntó Chloe

-Claro, por nada del mundo voy a dejaros. Os amo, mis pequeños-

Los pequeños sonrieron y besaron a Troy en la mejilla, el ojiazul estaba emocionado. Como había podido perderse tanto de la vida de sus hijos. Sus primeros pasos, su primera palabra, todo pero eso ya no. Era culpa suya por ser un completo idiota y no darse cuanta de lo muy equivocado que había estado.

Tocaron en la puerta y Troy fue a abrir, los pequeños en cuento vieron a Sharpay corrieron hacia ella. Sharpay se agachó y los abrazó, solo habían sido tres días y los había echado mucho de menos, vaya si los echaba de menos.

-Gracias por cuidar de los pequeños-

-No es nada, a sido un placer. Además son mis hijos y para mi es un gusto pasar tiempo con ellos. Cuando vuelvas a necesitarlo aquí estoy-sonrió Troy

-Gracias-sonrió También Sharpay

-No me las des. Todo este tiempo fui un idiota y ahora quiero arreglarlo. A partir de ahora voy a estar ahí para nuestros hijos-respondió Troy con firmeza

-Lo sé, por eso los dejé contigo. Solo quiero que sepas que tu y yo no vamos a...-afirmó Sharpay

-Me gustaría que los cuatro formásemos una familia pero yo te amo y si es lo que quieres mantendré distancias, solo no me alejes de nuestros hijos-

-No lo haré, ellos te quieren y se que se les rompería el corazón si lo hiciera. Por cierto Troy podríamos hablar-

-Claro, siempre que quieras-concluyó Troy

-Recoger vuestras cosas niños. Id con el tío Paul-soltó Sharpay

-Pero mami...-sollozó Caleb

-Papá seguira aquí, vale campeón-

Troy se agachó y le froto el cabello a Caleb, el pequeño lo abrazó, Chloe hizo lo mismo. Después los pequeños fueron a junto del doctor Wesley, él se llevó a los niños a dar una vuelta.

-¿Por qué me mentiste?-preguntó Sharpay molesta

-Perdona-

Troy no entendía a lo que se refería, ¿mentirle? Eso jamás, no desde ahora ¿Qué le había hecho pensar eso?

-Peyton me explicó todo y se que no es cierto lo que me dijiste-repuso Sharpay enfadada

-No entiendo-replicó Troy alzando una ceja

-Si, él no participó en el secuestro de los niños. Fue solamente cosa de Gabriella-

-Ya veo-

-Entonces que tienes que decir-espetó Sharpay

-Nada, porque no te he mentido, es cierto, él fue quien me llamo. Él es el que miente. Le creíste antes que a mi-se defendió Troy

-Si, él no es mala persona-escupió Sharpay

-Eso es lo que quiere que creas, no ves lo que está haciendo. Trata de separarnos-replicó Troy

-Ni siquiera estamos juntos-

-Por favor Sharpay-suplicó Troy

-Nada, Troy, nada, aléjate de mi. Permitiré que veas a los niños porque eres su padre pero eso es todo-soltó Sharpay

-Preciosa no...-

-Eres un idiota. Te odio Troy Bolton-

Sharpay abofeteo a Troy y salió del hotel hecha una furia, a diferencia de la última vez Troy permitió que la rubia lo golpeará pero le dolía. Y tanto que si, oír a la preciosa Sharpay que no lo quería en su vida era como si le estuvieran atravesando el corazón con un cuchillo.

Troy se quedó inmóvil unos segundos, luego entró a su habitación. Una vez dentro se puso furioso, ese niñato estúpido le había metido en la cabeza a Sharpay que él mentía pero no pensaba dejar las cosas estar. Cuando se cruzase con Peyton o si se atrevía a aparecerse se las vería con él, vaya si lo haría.

Cuando se trataba de Sharpay o los niños, Troy Bolton podía ser un verdadero lince, nadie hacía daño a su familia, absolutamente nadie.

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