Otra vez él, sigo sintiendo algo

Sharpay condujo su mustang rosa sin rumbo fijo, el baile con Troy le había turbado y molestado, desde cuando Troy se comportaba así, más cuando siempre se habían ignorado, solo habían cruzado algunas palabras debido a los musicales en los que habían participado. El Troy Bolton que había visto en la reunión no era el que recordaba pero para su propio enfado el nuevo Troy le había resultado sumamente atractivo, sensual aunque un cretino y arrogante de primera.

Estaciono su coche en aparcamiento de una zona en la que nunca había estado pero necesitaba pensar y calmarse, cierto que en el pasado había sentido algo por Troy pero del Troy tierno y dulce no de este nuevo Troy Bolton cretino, arrogante y egocéntrico. Sin preocuparse de nada salió del coche, lo cerro y se apoyo en el capo, mantendría las distancias, evitaría cruzarse con él.

« Sería muy fácil, ambos frecuentamos lugares completamente diferentes - se dijo Sharpay »

-¿Qué hace una preciosidad como tu en un lugar como este?-dijo una fuerte y potente voz a sus espaldas

Sharpay se giró con rapidez, conocía bien al dueño, sin lugar a dudas se trataba de él

« Maldita suerte la mía, porque tengo que encontrármelo »

-No me has contestado linda-dijo Troy seductoramente

-Eso no es de tu incumbencia-soltó Sharpay con seguridad, no pensaba dejar que viera que su presencia lo intimidaba, ella era la mismísima Sharpay Evans, la princesa del hielo, ella era la que intimidaba a la gente no al revés

-Quizás si lo sea-

Troy se acercó a ella despacio pero con algo de picardía, sólo de pensar en tenerla en su cama se volvía loco, la deseaba y estaba decidido a hacerla suya.

-Menudo imbécil, quien te crees que eres-escupió Sharpay enfadada, nadie la trataba así y menos ese cretino de Troy Bolton

-Nena puedo ser lo que tu quieras-dijo Troy coqueteando

-Esos trucos funcionaran con otras pero no conmigo-

-Probamos-Troy elevó las cejas con un aire seductor

-Adelante inténtalo-Sharpay le demostraría que ella no era como esas chicas tontas que con una sólo mirada caían a sus encantos

-Genial porque adoro los retos muñeca-dijo Troy acortando distancias, esa preciosidad que tenía frente a ella lo excitaba, ahora que había dejado de ser un niño la deseaba y mucho, además ella era toda una belleza

-No se porque eres así ahora pero ni me importa. Solo te digo que tus jueguitos no sirven conmigo, yo no soy una niña tonta que con una sonrisa cae rendida a tus pies-

Sharpay permanecía inmóvil sentada en el capó de su coche sosteniéndole la mirada a un Troy que se acercaba lentamente pero muy seductor, si con eso pensaba que la haría caer rendida ante él estaba muy equivocado, no tenía la intención de tener nada con Troy, menos con la persona que era ahora, quizás cuando estaban en el instituto si hubiera tenido la oportunidad la habría aprovechado y más para hacer rabiar a Gabriela, entonces un pensamiento llegó a su mente.

¿Qué ocurrió con Troy y Gabriela? Eso tendría algo que ver con el repentino cambio de actitud de Troy, con su forma de comportarse

«Probablemente si - Se dijo Sharpay »

Pues ni loca tendría algo con Troy, eso ni soñarlo, Sharpay sabía perfectamente el efecto que causaba en los hombres cuando la veían y era evidente que Troy como hombre que era sentía lo mismo que todos ellos, más al mostrarse tan coqueto y seductor, estaba claro cuales eran sus intenciones.

Al cabo de unos minutos que parecieron horas Sharpay empezó a sentirse algo mareada, se le nublaba la vista y le temblaban las piernas.

-Por lo visto causo reacciones en ti-río Troy con aires de victoria

-No te pases de listo-Sharpay cayó justo en el poderoso pecho de Troy, ya no se tenía en pie y había perdido el control que había mostrado hasta el momento

-Esto no esta bien-

La rubia tenía los ojos cerrados y parecía relajada, entonces Troy recordó haberla visto bebiendo en varias ocasiones durante la reunión, ahora encajaba todo, probablemente se había pasado y ahora estaba pagando las consecuencias.

Suspiro resignado y la cargo para meterla en el asiento del copiloto de su Mustang rosa, el había ido andando y su casa quedaba algo lejos, además era muy noche y si dejaba el coche ahí lo encontraría hecho pedazos cuando fuera a recogerlo, ese era un barrio en donde vivía lo peor de la ciudad, así que busco en el bolso de la hermosa Sharpay las llaves, se subió al coche y soltó un ligero gruñido, no le agradaba en absoluto tener que conducir esa cosa rosada pero no tenía opción, como no sabía donde vivía esa muñequita que yacía durmiendo a pocos centímetros de él la llevaría a su casa, sus padres se ocuparían bien de ella, antes de arrancar la observó unos minutos, sería toda una delicia estar entre sus torneadas piernas, quizás esta no fuera su noche pero ya tendría su oportunidad, porque estaba seguro de que acabaría cayendo, no pararía hasta hacerla suya, después condujo hasta su casa, aunque habían tenido que mudarse la nueva casa en la que vivían ahora era del mismo tamaño con una distribución casi idéntica a la anterior por eso la decoración la habían puesto tal como estaba su vieja casa para sentirse más a gusto y cómodos, incluso la habitación de Troy, bueno ahora no porque recién él la había cambiado.

Aparcó el Mustang rosa en la puerta, sacó a la exquisita rubia y camino con ella hasta la puerta, aunque tenía llaves con Sharpay en brazos no era capaz de abrir sin tener que dejar a esa hermosura, así que llamó al timbre, enseguida una sorprendida Lucille y medio dormida abrió la puerta.

-Esa es Sharpay Evans, una de tus antiguas compañeras de clase-dijo Lucille

-Si mamá lo es. Llama a papá y que la acueste en mi cama, ha bebido de más. No hagas preguntas, no tengo ganas de hablar-expuso Troy sin ninguna emoción, ya había tenido suficiente  no deseaba tener que hablar sobre la reunión

No hubo necesidad de avisarle porque inmediatamente Jack apareció en la sala, al igual que había sucedido con su mujer se lo veía adormilado.

-¿Quien era cariño?-

Sin dejar que contestara Troy se adelanto y le pidió a su padre que se ocupara de la rubia que traía en brazos

-Necesita dormir, llévala a mi habitación, yo me quedaré en el sofá-

-Si hijo-dijo Jack mientras Troy le daba a Sharpay-Te sacare una manta, la noche esta fresca y puedes resfriarte

-Como quieras papá-A Troy le importaba un carajo si se enfermaba

Troy subió las escaleras, necesitaba darse una ducha fría, si esa noche no tendría sexo con la preciosa Sharpay debía bajar el calentón que llevaba encima, desde que la había vuelto a ver después de tantos años y convertido en hombre la deseaba, si la deseaba carajo, no era la primera vez que se acostaba con una mujer pero estaba seguro que alguien como la rubia sería una verdadera leona en la cama, solo de pensar en eso se ponía a cien.

Entró en el baño, abrió la llave del agua, se quitó la ropa y se metió en la ducha, dejo que el agua se deslizara por su trabajado abdomen resaltando sus músculos, con el tiempo su físico había mejorado, además hacía ejercicio y eso ayudaba a que adquiriera el cuerpo de un verdadero dios griego, además él era consciente de que despertaba miradas entre las mujeres, puede que no creyera en el amor pero desde luego disfrutaba de las preciosidades que se le cruzasen, aunque de todas ellas había una que lo ponía a mil, que le hacía subir su temperatura.

Sharpay encendía todos sus sentidos, hasta podía provocar un gran erección pero debía hacerla desaparecer, se quedo unos cuantos minutos bajo el agua, mientras con detalle recordaba el espectacular cuerpo que la rubia había adquirido con los años, al igual que le había pasado a él, desde luego el tiempo la había tratado bien, al menos en cuanto a físico y suponía que sería toda una leona, como le ocurría a él seguramente no sería virgen, eso le ponía todavía más, esa belleza rubia sería suya, pronto la tendría en su cama, gimiendo su nombre pero por ahora tenía que controlarse, si no jugaba bien sus cartas Sharpay lo rechazaría como había hecho hasta el momento.

Después de una larga ducha fría para calmar el hambre de esa belleza rubia de Sharpay, bajo a la sala y se tumbo en el sofá, aunque le importaba un carajo si enfermaba no quería tener bronca con sus padres, decidió taparse con la manta que le habían dejado, paso la noche pensando como sería Sharpay en la cama, a diferencia de le había sucedido con Gabriela la rubia le hacía sentir un mar de emociones, muchas de ellas ni siquiera las entendía pero prefería no pensar en eso, lo único que quería de la princesa del hielo era una noche con ella en la cama. 

Al día siguiente fue a su habitación, lo que vio lo puse los sentidos alerta, Sharpay aún dormía, en cuanto se acercó noto que solo tenía puesto su ropa interior, levantó las sábanas para poder contemplar ese impresionante cuerpo que la rubia poseía, era una vista exquisita, grandes y bien formados pechos seguidos de un vientre totalmente plano que daban paso a unas piernas bien torneadas, además para rematar, desprendía un olor que lo llevaba al paraíso quedándose con unas ganas de hacerla suya, la tapo pero se metió con ella, quería ver cual sería su reacción a esa evidente escena.

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Varias horas más tarde Sharpay se despertó con un ligero dolor de cabeza pero lo que más le llamo la atención es que estaba abrazada a alguien, nada más abrir los ojos vio que se trataba de Troy Bolton, en cuanto reparo que estaba en ropa interior se llevo la mano a la boca para ahogar el grito.

« Santo cielo, porque »

Para su suerte Troy estaba dormido, reconocía que se veía adorable, aunque solo un poco, así que Sharpay despacio se levanto pero entonces la potente y gruesa voz de Troy la hizo girarse, la miraba de arriba abajo.

-Que tanto miras-dijo Sharpey tapándose como podía 

-No es nada que no haya visto ya-rió Troy con un toque seductor-Acaso no recuerdas lo bien que lo pasamos anoche-El ojiazul la miraba divertido

-Eres un cretino, lo sabías-escupió Sharpay furiosa, no con Troy, bueno si pero principalmente con ella por haber caído en el juego de ese bobo machista, cretino, arrogante y engreído de Troy Bolton-Te...

-Venga vamos nena-Troy sonreía coqueto, parecía estar divirtiéndose viendo a esa rubiecita ruborizada y al mismo tiempo enfadada por lo que creía que habían hecho

-Deja de mirarme como si fuera un helado al que poder saborear-

-Pero si eso eres, tu hermosura es exquisita-dijo Troy poniéndose en pie, podía ver que la princesa del hielo no era tan fría como decía ser porque parecía que se sentía intimidada-Acaso me tienes miedo

-Tenerte miedo yo-soltó Sharpay, la vergüenza por haberse acostado con un cretino como Troy fue remplazada por enfado, la estaba retando, pues no iba a dejar que la viera como una niñita asustada-Ni en tus mejores sueños

-Si te gusto-dijo un Troy muy excitado pero sabía controlarse, si veía lo que ella provocaba en él estaba perdido-De otra forma no te habrías pasado la noche gimiendo mi nombre

Troy seguía mirándola como su fuera todo un manjar y así era, esa preciosidad rubia no se podía comparar con nadie

-Ahora deja de mirarme así, si no te importa quiero irme a mi casa-Sharpay deseaba poder irse corriendo pero estaba en ropa interior y ni siquiera sabía donde estaba su coche

-Nadie te impide que lo hagas-dijo Troy burlón, no había dejado de sonreír desde que había visto a la bonita Sharpay avergonzada ante él y casi desnuda en su cama

-Mi ropa, la necesito, no voy a salir así y...-murmuro por lo bajo Sharpay para si pero Troy la había escuchado porque se puso a centímetros de la rubia

-Toma, aquí la tienes pero dudo que te sirva-

Sharpay le quitó de sus manos su caro vestido negro con lentejuelas, entonces supo a que se refería Troy, tenía una mancha en los bajos, no sabía de que era pero no le importaba, inmediatamente una revelación llego a su cabeza.

¿Cómo había llegado allí? ¿Dónde estaba su coche? y ¿porque su vestido había terminado así? Al salir de la reunión estaba en perfectas condiciones

« Por el amor al cielo »

Troy miraba con diversión como Sharpay se negaba una y otra vez que los dos hubiesen tenido un encuentro íntimo, eso le ponía mucho, deseaba tomarla en ese momento y hacerla suya pero no lo haría porque quería que esa rubia lo disfrutase tanto como él cuando eso sucediese, después se dirigió a su armario, saco una pequeña maleta y se la tendió.

Sharpay miraba la maleta como si nunca hubiera visto aquel objeto pero no era por eso, acercó la mano con cuidado a la cerradura, viniendo de Troy se esperaba con cualquier cosa, se tranquilizo en cuanto vio que dentro había ropa de mujer de su talla por lo que parecía, aunque no era su estilo, ante eso Troy se hecho a reír, sabía que ella vestía ropa cara de millones de dólares y verla así era algo que no se había imaginado, ya que la ropa de la maleta no era lo que la rubia solía usar.

-Es... es... es de Gabriela-dijo Sharpay con cautela

Troy simplemente asintió y se hundió de hombros, la rubia pudo notar que no le agradaba que le hablaran sobre ella, entonces se pregunto que habría pasado entre ellos cuando en el instituto eran una pareja de enamorados, aunque no quería, no tenía más elección, así que busco un conjunto que pudiera asemejarse a lo que ella solía usar, cuando llegara a casa ya tendría tiempo de cambiarse y quitarse esa ropa tan vulgar.

Después salió de la habitación sin cruzar más palabras con Troy, tenía que alejarse pronto o se volvería loca tratando de recordar lo que había pasado esa noche, los padres de este, Jack y Lucille estaban en la cocina, al escucharla salieron, la saludaron amablemente y le ofrecieron comer algo, en otra situación hubiera rechazado la invitación de mala manera pero moría de hambre, así que acepto, una vez en la cocina le sirvieron un zumo de naranja y una manzana junto con una aspirina, al principio Sharpay se sorprendió, luego imagino que ellos sabrían lo que había pasado con ella esa noche.

No quería saberlo, aunque al mismo tiempo necesitaba saberlo, sin embargo nadie dijo nada, la rubia toma lo que le habían ofrecido, después se dispuso a marcharse pero Troy la detuvo, la estaba agarrando por el brazo.

-Que haces-preguntó una enfadada Sharpay, que derecho tenía a retenerla allí en contra de su voluntad

-Necesitaras esto si quieres regresar a tu casa, imagino que vivirás en la zona más lujosa de Albuquerque y esta lejos de aquí-dijo Troy soltándole el brazo mientras le tendía la llave de un coche, Sharpay la reconoció al momento

-Mi coche-Eso fue lo único que dijo la rubia

-Te encontré en un aparcamiento en el peor barrio de la ciudad y como no sabía donde vivías te traje a mi casa-expuso Troy en su tono normal

-Lo con...-pregunto Sharpay sin levantar la vista del suelo

-Si, yo no lleve mi moto, así que conduje tu maldita cosa rosada, esta aparcada fuera-dijo Troy

-Gra... gracias-soltó Sharpay de espaldas a Troy, no quería verle a la cara

-Tranquila no paso nada-

-¿Qué?-dijo una confundida Sharpay, de verdad no entendía a que se refería Troy

-Tu y yo, te quedaste dormida y al llegar aquí mi padre se ocupó de ti, si era lo que pensabas no nos hemos acostado-dijo Troy como si nada

-Entonces no...-Sharpay se había girado hacia Troy, él simplemente asintió, entonces nada más darse cuenta de que todo había sido un juego de Troy su puso más furiosa de lo que se había puesto antes, como había sido capaz-Eres un engreído

-Venga preciosa, no es para tanto-dijo Troy seductor

-Deja de llamarme así-

Sharpay se acercó a Troy, lo miro de arriba abajo y le plantó una bofetada en toda la cara, como hombre que era quería responder pero a pesar de que era diferente al chico que era en el instituto nunca se ocurriría pegar a una mujer, entonces sin decir nada más abandono la casa de los Bolton, entró a su Mustang rosa y condujo hasta su casa, quería, necesitaba un baño de burbujas urgentemente, deseaba limpiar el contacto con ese cretino arrogante de Troy, como podía comportarse así.

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Troy había ido de nuevo a aquel bar de mala muerte, con el tema de la reunión de antiguos alumnos había necesitado tomar un trago, después de varios copas decidió que era hora de volver a casa.

-¡Eh, Troy! ¿Te marchas tan pronto?-

Apenas escuchó aquella molesta voz, Troy se giró con semblante de pocos amigos

-¿A ti qué te coño interesa?-cuestionó con brusquedad, una brusquedad de la cual Zeke no se percató, pues continuó con su gran sonrisa y su alegría características siempre de él

-Bien, supongo que estarás cansado y querrás ir a descansar-

Troy se preguntó qué mierda le ocurría a ese imbécil, y por qué seguía hablándole cuando era evidente que a él le importaría demasiado poco cualquier cosa que dijera. Frunció el ceño, y pronto hizo ademán de marcharse, pero enseguida Zeke lo detuvo

-Espera, espera, antes de que te vayas quiero hacerte la cordial invitación a la gran inauguración de mi restaurante-

Troy arqueó la ceja

-¿Que no eres un simple barman?-Troy lo dijo a manera de burla, pero el tono ofensivo no fue tomado en cuenta por Zeke

-Así es, pero únicamente lo hago para cubrir gastos mientras se llega el gran día de abrir mi propio negocio-

-Eso suena fascinante-murmuró Bolton que lo decía con demasiado sarcasmo. Zeke sonrió

-¡Lo sé!-exclamó-Y bueno, realmente me gustaría que pudieras asistir. Sigo considerándote un gran amigo, Troy-le colocó una mano en su hombro

Troy miró la mano de quien fuera su amigo en aquellos años de instituto y estuvo tentado a golpearlo por haberse atrevido a tocarlo y a tratarlo con camaradería pero se abstuvo

-¿Y por qué iría?-cuestionó al tiempo que se apartaba de él.
Zeke carraspeó

-Bueno, ya te lo dije. Fuimos muy buenos amigos y yo te admiraba, de hecho todavía te admiro-Troy enarcó la ceja

-Pues lamento la patada en las pelotas pero no iré-anunció, entonces volvió a ponerse en marcha para salir de una vez de ese maldito lugar

¡Pero Joder! Ese imbécil de nuevo lo detuvo

Troy estuvo a punto de gritarle que dejara de joder y tocarle los cojones, pero Zeke habló apresuradamente

-Vamos, Lince-¿Lince? ¿Ese hijo de puta perdedor se había atrevido a llamarlo Lince? ¡Ahora sí era hombre muerto!
Pero antes de que Troy lo golpeara, siguió hablando

-Irán todos. No puedes faltar, incluso hasta he conseguido la asistencia de Sharpay y ya sabes que a pesar de lo enamorado que estuve de ella, nunca fui de su agrado ni como amigo-Troy se quedó quieto. Muy quieto

-¿Sharpay? ¿Sharpay irá a tu cosa de inauguración?-

-Sí, suena de locos, ¿no? Jamás imaginé que ella fuese a aceptar- sonrió Zeke pero esta vez la sonrisa sonó más nerviosa que natural. Troy asintió

-De acuerdo, Baylor, ahí estaré, pero más te vale que sirvas buena comida porque si no juro que te patearé ese puto feo trasero que tienes-Zeke lo miró

De verdad lo sorprendía ese cambio en Troy Bolton. Eso sí que era una locura. Asintió al momento que tragaba saliva. Luego le entregó la invitación formal.

Troy la tomó y luego la echó a su chaqueta. Le ofreció otro asentimiento de cabeza y entonces volvió a disponerse para marcharse, pero de nuevo la voz de Zeke lo detuvo.

-¿Entonces es verdad? ¿Ahora te gusta Sharpay? Los vi bailar, pero no pensé que...-

Troy lo fulminó con la mirada

-Ese no es un jodido asunto tuyo, cabrón-entonces se marchó, esta vez sin ninguna interrupción

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El restaurante The Crème Brûlée Cart se encontraba completamente preparado para la gran cena de gala como motivo de inauguración de esa noche.

Era un lugar elegante aunque no tan ostentoso. Era grande, y espacioso y en él serían servidos platillos gourmet de comida italiana y francesa, la especialidad de Zeke Baylor.

Sharpay acababa de hacer su entrada al restaurante, atrayendo miradas desde luego.

Cuando Zeke la miró, una gigantesca sonrisa se dibujó en todo su rostro. Vestido de esmoquin, no dudó ni un segundo en acercársele.

-Me alegra mucho que estés aquí, Sharpay-

La rubia le sonrió con egocentridad

-Sí, bueno, las personas suelen alegrarse con mi presencia en cualquier parte-

Zeke rió. Ella seguía siendo la misma pero él nunca había tenido nada en su contra.

-Te ves radiante esta noche, como siempre-

-Lo sé-fue la respuesta arrogante de la rubia-Es lindo-dijo refiriéndose al restaurante.
Los ojos de Zeke se abrieron impresionado

-¿De verdad lo crees?-cuestionó con emoción

Sharpay aceptó una copa de champagne y bebió un poco, luego musitó.

-Bueno, no estoy impresionada, claro...-para impresionar a Sharpay Evans haría falta todo un abismo. Simplemente imposible-Pero debo admitir que es un gran avance para ti. Tal vez en unos años puedas volverte rico-

-Es lo que más ansío-respondió Zeke.

-Todos comenzamos desde abajo-
Zeke frunció el ceño

-Que yo recuerde tú has sido rica toda tu vida. La fortuna de tu familia viene desde muchas generaciones atrás-

Sharpay negó

-No hablo de dinero, tonto, sino de éxito. Y te lo dice alguien que tocó muchas puertas en Broadway antes de ser la estrella que soy hoy-

Zeke comenzó a tomar notas mentales

-Gracias por los consejos, Sharpay-

-No son consejos, bobo-respondió la rubia

En ese momento Troy Bolton entró al lugar. Su invitación decía "de etiqueta" pero él había decidido ir en vaqueros, botines y una chaqueta de cuero. Tan ardiente como el infierno.

En ese momento Troy Bolton entró al lugar. Su invitación decía "de etiqueta" pero él había decidido ir en vaqueros, botines y una chaqueta de cuero. Tan ardiente como el infierno.

Al primer lugar al que Troy llegó, fue a la barra de bebidas, por supuesto. Intentaba no mirar mucho a sus alrededores, pues lo menos que quería esa noche era encontrarse con Gabriella, sin embargo, tuvo que hacerlo, en vista de que no había tenido la suerte de toparse con la preciosa Sharpay Evans.

Una simple mirada, y la encontró. ¿Cómo no iba a encontrarla con esa facilidad si su presencia sobresalía por encima de todos los demás? Tenía ese brillo que la distinguía y hacía que pudieras encontrarla fuese donde fuese.

Sonrió pero la sonrisa se le borró en cuanto se dio cuenta de con quién estaba.

Con ese idiota de Zeke, y encima le sonreía.

¡Joder! ¿No se suponía que Sharpay despreciaba a ese jodido imbécil a pesar de los intentos que él hacía por agradarle? ¡Y maldita sea! ¿Cuándo le había regalado a él una sonrisa como aquella?

Apretó los puños y se dispuso a ir hasta ellos. No estaba muy seguro de lo que haría, pero para fortuna de Zeke y para fortuna de esa puta inauguración de mierda, Sharpay comenzó a alejarse, entonces Troy no dudó en acercarse.

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-¿Ya viste quién llegó? Al parecer no me aburriré esta noche-exclamó Chad divertido

-¿Con eso me das a entender que soy aburrida?-cuestionó Taylor molesta

Chad rodó los ojos. En ocasiones los dramas de su mujer lo exasperaban

-Claro que no, amor pero es mi mejor amigo y hacía años que no lo veía, así que iré con él. Aunque creo que él ya tiene planes-comentó cuando lo vio caminar en dirección hacia Sharpay

Taylor de inmediato se dirigió a su amiga Gabriella, mostrándole una expresión consternada

-¿Te encuentras bien? Si quieres podemos marcharnos, ya bastante tuviste con la noche de la reunión de ex alumnos-

Gabriella negó

-Estoy bien... yo... yo supongo que debo aceptar que Troy coquetee ahora con otras mujeres-

Taylor negó

-Escucha, nena, no sé que sea lo que haya pasado entre ustedes y evidentemente no me lo dirás, okey, respeto eso pero si me permites darte un consejo, te diré que vayas y luches por recuperar a ese hombre porque se nota a mil kilómetros que aún lo amas-

-Si él ahora está interesado en Sharpay, yo jamás podría competir con ella-

-No te menosprecies querida. Recuerda nuestros años en East High. Sharpay era la reina y la más bella pero aun así tú pudiste conquistar a Troy-

-Ahora es diferente, Taylor-

-Yo no lo creo tanto. Animate. Haz algo esta noche. Tal vez puedas recuperarlo. Recuerda que donde hubo fuego cenizas quedan-

Gabriella meditó aquellas palabras, después miró hacia Troy que se encontraba con Sharpay.

¿Tendría Taylor razón? Tal vez debía dejar de ser tan cobarde.

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-¿Qué coño hacías junto a Zeke?-

Sharpay volteó y al darse cuenta del propietario de la voz que le hablaba a su espalda, rodó los ojos

-Tú otra vez...-murmuró con molestia-Si me disculpas, cretino, no quiero que me vean contigo-

Troy la tomó del codo evitando así que ella se marchara

-Suéltame. ¿Cómo te atreves a tocarme? ¿Qué rayos es lo que quieres y por qué no puedes dejarme en paz?-

-Me importa un carajo si nos ven o no, dime qué mierda hacías con ese imbécil. ¿Acaso ya no lo odias?-

-Nunca lo odié. Yo no odio a nadie porque nadie es tan importante como para merecer mi odio... Ni siquiera tú y Gabriella-

Troy negó

-No la menciones-gruñó.
Sharpay se enfadó

-Mira, Bolton, evidentemente has cambiado mucho, no sé a qué se deba, pero no me interesa, ¿vale? Te has vuelto demasiado raro para mi gusto, así que te quiero lejos de mí-

-Antes te gustaba, estabas algo así como enamorada de mí-sonrió Bolton orgulloso

Sharpay soltó una carcajada larga

-¡Oh, vamos!-rió-No estaba enamorada de ti, pedazo de patán. Era sólo cuestión de orgullo. No era aceptable para mí el hecho de que el chico más popular prefiriera a la fea cerebrito en vez de a mí que era la reina y evidentemente la más bonita-

-¿Y qué pasaría si ahora te prefiero a ti en vez de a ella?-
Sharpay volvió a reír

-No me gustan las sobras, querido, así que ciao-Sharpay intentó marcharse, él se lo impidió

-No me has dicho qué hacías con Zeke-

La rubia clavó la mirada en la mano morena y fuerte que la sujetaba

-Te dije que no volvieras a tocarme-

-Si quieres que te suelte contesta-
Sharpay exhaló

-Sólo hablábamos del restaurante. Para eso estamos aquí, ¿no?-

Troy negó y luego la soltó

-Me importa una mierda el puto restaurante, yo he venido únicamente por ti-

Sharpay rió

-Ya claro-después se marchó, refugiándose en una charla con Ryan y Kelsi que acababan de llegar

Troy se sentó en la barra y se dedicó entonces a observarla mientras se tomaba un par de tequilas.

La fiesta de inauguración continuó su rumbo y Troy continuó bebiendo.

¿Cuántos tequilas llevaba ya? Más de cinco sí. Alguien iba a terminar ebrio esa noche, maldición.

-Troy...-

¡Oh, joder! ¡Esa voz! ¿De verdad estaba hablándole aquella voz? ¡Mierda!

Troy se giró para darse cuenta de que no era una imaginación. Gabriella Montéz se había atrevido a acercarse a él y aún más a hablarle. ¿Por qué? ¡Carajo!

Troy se puso en pie bruscamente del asiento

-¿Qué mierda quieres?-

El tono violento de su voz hizo a la pelinegra estremecerse. Tragó saliva

-Troy, yo...-

-Mierda, tú nada, sólo...- Troy se llevó ambas manos al cabello. Estaba realmente enfurecido-Sólo déjame en paz, maldita sea, te dije la última vez que hablamos que te quería fuera de mi vida y eso no ha cambiado-

Se giró para marcharse pero sorpresivamente Gabriela lo tomó del brazo y alzándose de puntas plantó un beso en sus labios.

En un principio Troy se quedó estupefacto.

¿Gabriella estaba besándolo? ¿Se había atrevido a besarlo?

Troy se quedó muy quieto y por un par de instantes permitió que ella lo besara pero enseguida, cuando reaccionó, logró tomarla de la cintura y aunque Gabriela había creído que sería una caricia, él solo lo hizo para alejarla de él.

-Vete a la mierda-le dijo, después se marchó del restaurante dándose cuenta de que todos lo miraban.

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Una hora más tarde, Sharpay avanzaba por la carretera para irse a casa. Le había agradado el restaurante de Zeke pero resultaba una completa molestia que estuviera tan lejos de la ciudad.

No podía decir que estaba asustada, ya estaba acostumbrada a conducir de noche y sola por la carretera pero hubiera preferido que Ryan y Kelsi se marcharan junto con ella, pero al parecer la parejita de enamorados querían quedarse más tiempo.

A Sharpay le había comenzado a doler la cabeza, así que ni siquiera consideró la opción de quedarse un poco más.

Conducía con tranquilidad cuando se dio cuenta de algo.

Había un carro detenido junto al camino y había un hombre fuera de él. Los faros del coche de Sharpay lo iluminaron y entonces lo reconoció.

Era Troy, Troy Bolton.

Sharpay se vio tentada a pasarse de largo, pues no olvidaba sus últimas discusiones pero la pequeñísima partícula de humanidad que vivía dentro de ella la hizo detener el coche.

-¿Por qué estás aquí?-no se bajaría del coche, tan sólo, preguntaría, se dijo

Troy sonrió. Precisamente ella

-Mi auto ha fallado-

-¿Y por qué no lo arreglas? Sé que sabes acerca de mecánica y esas cosas-

Troy negó

-Ahora me encuentro tan borracho que no puedo ni saber cuál de estas es la puta llave que debería encenderlo-le mostró el llavero lleno de llaves

Sharpay vaciló. Sabía que él se encontraba bebido pues lo había visto beber más de la cuenta, así que suponía que no se encontraba en su mejor momento.

-Pues tal vez estés de suerte. Tan sólo imagina que tú auto siguiera andando pero en el cruce de cualquier calle te mates debido a la enorme cantidad de alcohol que bebiste-Troy emitió una sonrisa

-Tal vez eso terminaría siendo demasiada buena suerte para mí-

Ante aquellas palabras Sharpay pudo adivinar que se encontraba en un terrible dolor y un pasado demasiado intenso. ¿Qué habría ocurrido? Se preguntó. ¿Qué le había pasado al dulce y bueno Troy Bolton para que ahora estuviera convertido en ese ser frío y cínico que ella tenía enfrente?

-Sin embargo prefiero este tipo de fortuna-Sharpay frunció el ceño

-¿De qué hablas?-

-A que llegaste como un ángel rubio a salvarme-

-¿Quién ha dicho que vine a salvarte?-preguntó ella enarcando una ceja

Troy rió. Sharpay no cambiaba

-¿Piensas dejarme aquí solo? Un lobo podría venir a comerme. Lo menos que puedes hacer es hacerme compañía-

-¿Compañía? No pienso arriesgarme a que ese lobo me coma a mí también-Troy la miró por unos momentos. Ella siempre tenía qué decir, siempre devolvía la pelota de una manera ingeniosa y graciosa. Tenía gracia, debía admitir, y siempre la había tenido, incluso en los años en los que él la ignoraba por andar siguiéndole los talones a Gabriella.

« Gabriella... ¡Maldita sea! »

Troy casi se tambaleó pero logró tomar asiento en el pasto.

Sharpay lo miró confundida. De pronto había cambiado el semblante completamente y parecía ahora muy deprimido

-¿Estás bien?-tuvo que preguntar. Estaba a punto de decirle que subiera a su auto, estaba dispuesta a llevarlo a su casa pero entonces él respondió

-No, no lo estoy y no lo estaré nunca más si sigo viéndola-

-¿A quién?-entonces Sharpay recordó la escena que Troy había protagonizado con la cerebrito, al menos una parte-¿Te refieres a Gabriella?-Él asintió

-¿Por qué demonios hablas así?-

-Tú no entiendes-murmuró Troy

Sharpay se acercó un poco para quedar más cerca de él.

-¿Qué pasó entre ustedes? ¿Por qué terminaron y por qué ahora pareces odiarla tanto?-

Troy emitió una sonrisa amarga.

-¿De verdad quieres saber?-La rubia se hundió de hombros

-Me tiene intrigada, ¿sabes? Así que sí, suéltalo. En vista de que esta noche no tengo nada mejor que hacer, yo puedo escucharte-

Troy exhaló. Nunca había hablado de aquello con nadie, ¿entonces por qué sentía esa necesidad de abrirse y sincerarse con Sharpay? ¿Ella podría ayudarlo de algún modo? Desde luego que no pero al menos él se desahogaría, así que le contaría.

Sí, no tenía ya nada que perder.
Abrió la boca para comenzar a contar. Sharpay se dispuso a escuchar

-Sucedió poco después de ir a la universidad, ella a Stanford y yo a Berkeley, en un partido de mi equipo de baloncesto. Como sabes yo elegí esa universidad para estar más cerca de Gabriela-Troy tragó saliva, volver a revivir aquello era doloroso pero seguiría-Donde hice teatro y también baloncesto. Pues en dicho partido me lesione jugábamos contra el equipo de Stanford por lo que Gabriela se encontraba presente, termine en el suelo, no podía levantarme. Inmediatamente me sacaron del partido directo a la enfermería del estadio para determinar el tipo de lesión, al principio no parecía nada grave pero yo presentía que si, como buena novia me acompañó, estuvo conmigo cuando que nos dijeron que me había destrozado la rodilla y que tendría una dura rehabilitación-exahaló fuerte y continuó-Después de someterme a una operación dejo sus estudios para apoyarme pero cuando mi lesión se prolongó con una segunda operación y mucha más rehabilitación me dijo que a pesar de que había dejado la universidad el director de Stanford por sus buenas calificaciones le ofrecía una beca con todo los gastos pagados en Roma y que la había aceptado. Eso fue lo peor que me podía decir, así que dije que debía elegir, quedarse conmigo o marcharse, que si lo hacía nuestra relación terminaría y sin importarle se fue dejándome solo cuando más la necesitaba, aunque antes me dijo que me amaba pero que debía irse, eso no es amor. Así tuve que pasar por la operación y la rehabilitación yo sólo, no fue algo fácil-Troy tenía la mirada pérdida-Tuve que aguantar las largas se sesiones de ejercicios para recuperarme y si, aunque lo pasé horrible, lo hice pero ya no puedo volver a jugar, por eso no quiero saber de Gabriela, yo la amaba deje Albuquerque para estar con ella y me traiciono, fue algo realmente duro, porque no esperaba que hiciera algo así y además me encantaba el baloncesto, desde crío soñaba con jugar profesionalmente en la NBA-

En cuanto Troy término el relato una lágrima cayó por su mejilla, Sharpay estaba sorprendida, nunca se habría imaginado que la dulce Gabriela hiciera algo así, ahora entendía todo, para Troy el baloncesto era muy importante para él o lo fue hasta su lesión, por eso había cambiado tanto, Sharpay lo abrazo y Troy se dejo a abrazar, lo necesitaba aunque él no se diese cuenta.

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NOTA

Quiero agradecer a Anggtoledo es escritora espectacular.

Que la pasen muy bien y se cumplan todos sus propósitos de año nuevo.

Besos mis queridos lectores

PriorSalvatore 😍😍😘😘😘

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