Nuevos Problemas

Troy estaba furioso, por culpa de ese niñato estúpido de Peyton Leverett, Sharpay se había enfadado y le había llamado mentiroso, en su propia cara. Si bien el Troy que había los últimos cinco años, ahora no tenía intención de reprocharle nada, no después de cómo el ojiazul había tratado a Sharpay. Eso era lo que más le dolía porque aunque la mayor parte de la culpa era de Peyton una mínima parte era culpa suya, porque de otra manera Sharpay si había creído en la palabra de Troy.

Pero dejaría que Sharpay tomara sus decisiones, que fuera ella quien viera que el que le había mentido había sido Peyton. De ese modo le demostraría que ya no era ese hombre que había conocido el día de la reunión de antiguos alumnos.

Sin embargo tenía la sensación de que esto no ayudaría en nada a que Sharpay lo perdonase. Sino hubiera sido tan idiota ahora podría estar disfrutando de la exquisita rubia y a sus pequeños, viviendo en la misma casa, bañándolos, arropándolos a la hora de dormir o viendo la televisión pero no, por eso estaba pagando las consecuencias de sus actos.

Troy se sentía no solo furioso sino frustrado porque debía volver a Albuquerque ya que había pedido unos días en Lava Springs para ir por Sharpay. Necesitaba pensar pero no paraba de darle vueltas a lo que ese niñato de Peyton le habría dicho a Sharpay, debía serenarse porque sino iba a volverse loco. Si se encontrase en Albuquerque Troy habría llamado a su psicólogo para que lo recibiera, entonces solo pensó en Chad, él era su hermano y quizás le podría dar algún buen consejo.

Troy cogió su teléfono y buscó el número de Chad, marcó, luego espero a que contestara. Fue después de tres tonos.

-Hola-respondió Chad del otro lado de la línea

-Chad, necesito...-

Troy estaba que casi no podía ni hablar pero debía calmarse, debía liberar la tensión de su cuerpo o haría una estupidez.

-¿Qué sucede Troy?-preguntó Chad con cierta preocupación-Espera, Taylor esta visitando a su hermana, me dijo que estaría unos días fuera. Pediré unas vacaciones e iré a verte

-Bien, por favor no tardes, necesito hablar-respondió Troy estrujándose el cabello

Nada más colgar, Troy lanzó el teléfono a la cama y se metió a la ducha, dejo que el agua cayera por su cuerpo. Estuvo un buen rato hasta que decidió salir, ni siquiera se sentía ni la mitad de relajado de lo que quería.

Sin darse cuenta Troy se quedó dormido tumbado encima de la cama, aunque no pudo dormir mucho porque las pesadillas lo atormentaron, desde el nacimiento de sus hijos solía tenerlas bastante a menudo pero lo ocultaba a todos. Troy debería haberle hablado a su psicólogo de ellas para que pudiera ayudarlo a que desaparecieran pero creía que nunca desaparecerían porque no siempre se repetía la misma, estaban ahí pero a veces eran diferentes tipos de pesadillas.

Troy se levantó y decidió salir a dar una vuelta, en vista de que no podría dormir y su hermano no vendría hasta dentro de al menos cuatro horas no tenía nada mejor que hacer. Estuvo fuera varias cuantas horas, luego regreso al hotel.

Chad lo esperaba a Troy en la cafetería del hotel donde también le quedaría mientras estuviera en Nueva York. Vio a su amigo llegar en un estado lamentable, traía ojeras y se lo veía de mal humor, Troy se sentó frente a él.

-¿Qué es lo que te tiene así?-preguntó Chad

-Es que Peyton...-

-Pero no estaba desaparecido. Según me contaste ayudo a Gabriella a secuestrar a tus hijos-

-Si y así es pero ha decidido actuar, además ha hablado con Sharpay. Ahora ella cree que le he mentido al decirle que ese imbécil había participado en el secuestro de nuestros hijos y se ha enfadado-respondió Troy molesto

-Ya veo-asintió Chad

-Sharpay me ha dicho que no quería saber de mi y que únicamente la única relación que tendríamos es con los niños. Al menos me permitirá que los vea-espetó Troy

-Eso es bueno pero debes calmarte. Dale espacio, si quieres recuperarla tienes que confiar en ella, no vayas a hacer una tontería. Sabes que Sharpay es muy orgullosa-explicó Chad

-Lo sé pero siento que nunca podré... Sharpay y los niños son mi vida. La amo Chad-

-Pues declárate, dile lo que sientes-

-Ya lo he hecho pero no me ha creído. Todo es por mi culpa, sino hubiera sido tan egoísta esto no estaría pasando-suspiró Troy

-Entiendo, bueno. Solo confía en ella, demuéstrale que si lo necesita puede contar contigo, que no solo para con los niños-explicó Chad

-Si, eso es lo que voy a hacer. No puedo esperar que Sharpay me perdone tan fácilmente, no después de todo lo que hice pero le demostraré que he cambiado-concordó Troy

-Cuentas con mi apoyo siempre. Ahora vamos a tomar algo. Este si será un fin de semana de hombres. Tu y yo, como solíamos hacer antes-

Troy asintió, después los dos fueron a dar una vuelta como antes de pelearse, ante todo eran hermanos y eso pesaba más que cualquier otra cosa. Serían hermanos por y para siempre.

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Sharpay regresó a casa con sus dos pequeños, a los que había echado mucho de menos, eran lo más maravilloso de su vida. Durante el camino, tanto Caleb como Chloe le estuvieron hablando de todas las cosas que habían estado haciendo con Troy, salvo la salida a tomar helado, eso era un secreto de los tres. Sharpay no podía estar más feliz, veía a sus dos amores sonreír que no podía evitar sonreír ella también. Desde luego, a pesar de su comportamiento inicial no podía negar que Troy era un padre realmente cariñoso y amoroso.

Sharpay no dejaba de pensar en que Troy había confiado en ella cuando le dijo que iría a hablar con Peyton, a pesar de que él no estaba de acuerdo cuando imagino que se pondría furioso y le prohibiría verlo pero no, se había mostrado tranquilo y calmado. Eso era una señal de que Troy si estaba cambiando como tanto le había dicho.

¿Era posible que Troy le dijera la verdad cuando le confesó lo que sentía por ella? ¿De verdad había cambiado y quería empezar de nuevo con ella?

Por supuesto que era posible pero no podía olvidar como Troy la había tratado, todo lo que le había dicho, aunque si veía que poco a poco estaba volviendo a ser el Troy dulce y amable que siempre fue. Iría con cuidado, primero permitiría que pasara tiempo con los pequeños, los niños lo adoraban y se veían tan felices cuando estaban con él.

Sharpay quedó en una lujosa cafetería de verse con Peyton, a pesar de que no tenía intención de volver con él, eran amigos y habían arreglado todos sus problemas.

-¿Cómo ha ido todo en Albuquerque?-preguntó Peyton

-Bien, prefiero no hablar de eso-respondió Sharpay

-De acuerdo y los niños, me los presentarás algún día. Seguro son tan guapos como su madre-

-Son dos diablillos pero los amo. Claro que te los presentaré, ahora están con Troy-alegó Sharpay

-No, no puedes dejarles con él-repuso Peyton

-Porque-preguntó Sharpay, no entendía la gran antipatía que le tenía a Troy-¿Qué te ha hecho Troy para que lo odies?

-Nada pero veo que no es una buena persona. Es frío, egocéntrico, arrogante, engreído y muy agresivo. Puede hacerte daño a ti y a los niños-respondió Peyton

-No discuto que lo haya sido pero ya no, está cambiando-replicó Sharpay

-Simplemente es un juego para él. Te está manipulando, quiere alejarte de los niños, por eso es tan amable. Acaso no te pareció raro que no supieras nada de él en las dos semanas que los pequeños estuvieron secuestrados por Gabriella. Troy no te quiere, ni a sus hijos, nada más es un juego y tu le estás dejando que se salga con la suya-escupió Peyton con seguridad

-No es cierto, no lo es. Troy ama a sus hijos-le recriminó Sharpay molesta

-De veras, tan segura estás. Me conoces y sabes lo que siento por ti, yo jamás te haría daño, nunca lo hice a diferencia de Troy. Acaso olvidaste como te utilizo para acostarse contigo o que por "casualidad" se olvidará del preservativo cuando los hicisteis la segunda vez-soltó Peyton con firmeza

-Para nada, solo que... Troy... él no...-

-He de irme tengo cosas que hacer. Piénsalo. Nos vemos-se despidió Peyton

Peyton se marchó dejando a una confundida Sharpay, hasta cierto punto él tenía razón, Troy no había actuado bien en el pasado. Después se levantó y fue a buscar a sus hijos. Se llevaría a los niños unos días a Albuquerque para que pasaran tiempo con sus abuelos y sus tíos cuando empezasen las fiestas de Navidad que sería en dos semanas, así estarían lejos de Troy por un tiempo.

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Sharpay había salido antes de casa para ir a hablar con Troy, tenía una charla pendiente con él y quería zanjarla cuanto antes. Troy la recibió con toda la hospitalidad posible ya que seguía hospedándose en un hotel, aún no había encontrado nada definitivo para quedarse porque en breve tendría que regresar a Albuquerque aunque no quería hacerlo. No quería alejarse de sus hijos, no ahora que los había recuperado.

-Hola preciosa-contestó Troy

-Troy...-respondió Sharpay molesta

-¿Qué sucede? ¿Te han hecho daño?-preguntó Troy frunciendo el ceño

-Si-

-¿Quién a sido? Se las verá conmigo por atreverse a hacerte daño-soltó Troy apretando los puños

-Has sido tu-respondió Sharpay

-Yo ya no soy capaz de hacerte daño, Sharpay yo te amo-explicó Troy

-Mientes, me has estado viendo la cara de idiota todo este tiempo-bufó Sharpay

-¿De qué hablas?-preguntó Troy

-Se lo que andas tramando-

-No se a que te refieres yo no...-

-Basta ya, deja los juegos Troy-replicó Sharpay

-En serio de que hablas porque no estoy entendiendo-espetó Troy

-Se que no quieres a nuestros hijos ni a mi-bramó Sharpay

-¿De dónde sacaste semejante estupidez?-

-Peyton me lo ha contado todo-recriminó Sharpay

-Debí suponerlo. Como no-escupió Troy

-Bueno y que tienes que decir al respecto-preguntó Sharpay molesta

-Nada, porque yo no estoy jugando contigo. Admito que antes si pero ya no, nunca más. Jamás haría algo como lo que es... Peyton te ha insinuado. Yo amo a mis hijos y a ti, por eso deseo más que a nada formar una familia, los cuatro. Se que en el pasado actúe mal pero se acabo, ahora quiero hacer las cosas bien. Por favor-respondió Troy enfadado

Sharpay se acercó a Troy y le dio una fuerte bofetada que tuvo que girar la cara. Para la sorpresa de Sharpay nuevamente Troy ni siquiera hizo nada al respecto, solo se quedo inmóvil.

-Te odio Troy Bolton. Eres un maldito cerdo mentiroso. Voy asegurarme de que no vuelvas a ver a mis hijos. No quiero que crezcan cerca de alguien como tu-escupió Sharpay con rabia

-No puedes hacer eso. Son nuestros hijos, piensa en los niños-soltó Troy

-Ya lo hago, todavía puedo reparar lo que has hecho-soltó Sharpay 

-No, por favor Sharpay-imploró de rodillas Troy

-Deja de fingir por favor-

-No estoy fingiendo-

-Olvídame. Pediré la custodia absoluta de nuestros hijos para alejarlos de ti y que no puedas hacerle daño-replicó Sharpay

-Me gustaría que fueras tu quien te alejaras de Peyton pero no lo harás. Bien haz lo que tengas que hacer-soltó Troy

Sharpay salió enfadada del hotel y Troy estaba que se subía por las paredes, estaba furioso. Una vez más Peyton los estaba separando, eso era lo que él quería y por mucho que quisiera evitarlo no podía. Porque todo dependía de la preciosa Sharpay.

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Era el último día de guardería antes de que empezaran las vacaciones, así que Troy se dio una relajante ducha y salió a recoger a sus hijos, sabía que Sharpay los alejaría de él. Así tendría un último día con los niños, aunque Sharpay no lo quisiera. De camino se cruzó con una mujer que conocía bien, Miss Darbus, su antigua profesora cuando iba al instituto.

-¿Troy Bolton?-preguntó Miss Darbus

-Si, el mismo-

-He oído que has cambiado, eso es normal pero no tanto como dicen. El Troy Bolton que yo conozco es un chico amable, sincero, fuerte y valiente. ¿Qué tan malo te sucedió para que cambiaras de esa manera?-preguntó Miss Darbus

Darbus siempre había sentido aprecio por Troy y durante el instituto cuando era su profesora lo había ayudado cuando estaba confundido.

¿Por qué no iba a hacerlo de nuevo? ¿Quizás ella le ayudaría a ver las cosas desde otro punto de vista?

No perdía nada y desde que iba al psicológico se le hacía más fácil hablar de lo sucedido.

-Me lesione y ya no puedo jugar al baloncesto...-

-Vaya, lo siento. Se que era algo que te apasionaba-

-Además Gabriella me dejó cuando me estaba recuperando y más la necesitaba-añadió Troy

-Umm, ya veo y tus padres no estuvieron ahí-preguntó Miss Darbus

-No a ellos no les importo, estaban Dr viaje cuando sucedió-respondió Troy

-¿Por qué pagarlo con tus padres, todos nos equivocamos alguna vez? Además ellos no estaban enterados de tu lesión, se que de haberlo sabido habrían vuelto de su viaje para darte su apoyo. Tu decidiste que ellos te abandonaron no ellos-agregó Miss Darbus

-Si pero eso no es todo, cuando me encarcelaron...-replicó Troy

-Me cuesta creer que acabaras en la cárcel. Eras un buen chico y muy inteligente ¿Qué fue lo que te hizo acabar allí?-preguntó Miss Darbus

-Fue injustamente, me tendieron una trampa y a diferencia de todos, salvo usted, también Sharpay nadie creyó en mi inocencia-explicó Troy

-Ya veo. Te parece si vamos a tomar algo. Creo que necesitas un buen consejo-aseguró Miss Darbus

-Claro, usted a pesar de sus castigos siempre fue una buena profesora-

Darbus sonrió, no esperaba que Troy recordase sus castigos. Si pueden que sus castigos fueran algo inusuales y los pusiera a trabajar en los musicales del instituto que ell organizaba pero era porque apreciaba a todos sus alumnos, a algunos más que a otros y no quería que pensarán que les tenía manía.

-Se que para ti tampoco pero ponte en su lugar, para ellos no debió ser fácil la situación. Son tus padres y a pesar de lo que parezca te quieren-

-Bueno supongo que...-

-No seas tan duro contigo mismo...-Darbus tomó un sorbo de su té-Se que no debiste tener las cosas fáciles tras lesionarte pero eres un hombre fuerte y responsable, además no estás solo. Tienes a tus padres, tu amigos, Chad, recuerdo que siempre habéis sido como hermanos

-Si, lo somos. Es y siempre seguirá siendo mi hermano-afirmó Troy

-También tienes a tus hijos. Admito que por lo que sentías por Gabriella imaginé que sería con ella y no con Sharpay pero eso es lo mismo. Las cosas no siempre salen como uno quiere-explicó Miss Darbus

-Si y amo a mis hijos, más que a cualquier cosa. También he sentido cosas por Sharpay y ahora la amo, podría decir que más de lo que ame a Gabriella, ambas son muy diferentes pero en el fondo a pesar de lo que todos pudieran pensar Sharpay siempre a tenido un gran corazón-

-Pues lucha por el amor de Sharpay y por vuestros hijos-coincidió Miss Darbus

-Me gustaría pero Sharpay y yo no estamos bien ahora mismo. Fui un idiota con ella y lo estoy pagando. He tratado de demostrarle que he cambiado pero no sirve de nada-soltó Troy con tristeza

-Conozco a Sharpay y es orgullosa. Dale tiempo, hazle ver que puede confiar en ti que has cambiado. Apoyala cuando lo necesite y todo se arreglará-expuso Miss Darbus

-Eso mismo me dijo Chad, no con las mismas palabras pero viene siendo lo mismo-

-Pues que más puedo decir-agregó Miss Darbus

-Si, es que siento que Sharpay se aleja cada vez más de mi-soltó con desesperación Troy

-¿Por qué piensas eso?-preguntó Miss Darbus

-Sharpay me ha dejado claro que no quiere saber de mi y además quiere alejar a nuestros hijos de mi. Yo no soportaría perderles-contesto Troy

-¿Por qué motivo?-

-Un amigo suyo le dijo que yo solo jugaba con ella y le creyó. Aunque es lógico, él nunca le hizo daño y tienen confianza cosa que conmigo no tiene-

-Entiendo, repito. Dale espacio, el tiempo lo arregla todo-explicó Miss Darbus

-Es que me he perdido tantas cosas de la vida de mis hijos que no quiero perderme más-soltó Troy

-Conozco a Sharpay igual que te concozo a ti y os tengo mucho aprecio. Por eso se que podréis arreglarlo-confesó Miss Darbus

-Bueno...-

-Troy eres fuerte y esto no va a acabar contigo. Deja de ser tan duro contigo mismo-

Darbus se despidió y Troy se quedó pensando en lo que su antigua profesora le había dicho. Probablemente tenía razón, vaya que si, joder por supuesto.

Se ganaría la confianza de Sharpay, así tuviera que esperar mil años para que eso sucediera pero no iba a perdonar a sus padres. De ninguna manera. Rotundamente no, ellos estaban muertos para él.

Troy recogió a sus hijos de la guardería y los llevó a jugar al parque. Si iba a estar lejos de su vida por una temporada quería poder pasar tiempo antes de que eso sucediera.

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Sharpay fue a buscar a los pequeños para llevarlos a pasar las fiestas con su familia pero en la guardería cuando le dijeron que Troy había ido a buscarlos se puso furiosa.

¿Qué derecho tenía a llevárselos sin su permiso? De saberlo no lo habría permitido pero eso daba igual. Troy iba a vérselas con ella, vaya que si.

Aunque no estaba segura de donde estarían, el primer sitio en el que pensó fue que Troy los habría llevado al parque. No se equivocaba, los niños jugaban en los columpios mientras que Troy los empujaba. Sharpay se acercó y la sonrisa de los pequeños se agrandó.

-Mami-chilló Chloe

-Ven aquí preciosa-

-Mami-soltó Caleb

Ambos niños bajaron de los columpios y corrieron a junto de su madre. Sharpay los abrazó y los cogió de la mano.

-Bueno, es hora de irse-

-Poque-preguntó Chloe con su vocecita infantil

-Vamos a pasar las fiestas con la familia-respondió Sharpay sonriendo

-Tío Ryan, tía Kesi-gritó con alegría Caleb

-Veo que aún no saben decir bien algunos nombre-soltó Troy riendo

-¿Por qué te los llevaste?-inquirió Sharpay

-Son nuestros hijos y quería...-

-Sabes el susto que me llevé al no encontrarlos-replicó Sharpay

-Les dije que te dijeran que me los llevaría, lo siento-respondió Troy

-No quiero que vuelvas a hacerlo-escupió Sharpay enfadada

-Solo quería verlos una última vez, además no discutamos delante de los niños- 

-Ahora nos vamos-soltó Sharpay sorprendida

-Mami-Caleb tiró del pantalón de su madre

-¿Qué sucede amor?-preguntó Sharpay

-Papi puede venir-

-Lo siente peque no puede-respondió Sharpay

-Tranquilo campeón. No voy a dejaros vale-Troy se agacha le acarició la mejilla-No llores, eres el hombrecito de la casa y tienes que se fuerte

Caleb asiente y le da un beso en la mejilla a Troy, Chloe hizo lo mismo que su gemelo, luego se despidieron. Troy se quedo viendo como Sharpay se alejaba con los niños yendo de la mano mientras algunas lágrimas caían por sus mejillas.

Después de cuatro largas horas de viaje de vuelta a Albuquerque por fin habían llegado. Ryan los esperaba junto a Kelsi quien lucía una gran sonrisa y una abultada barriga. Sharpay se sorprendió pero luego se alegró porque sabía lo que eso significaba.

-¿Cuántos meses tienes?-preguntó Sharpay

-Dos, te lo íbamos a decir pero como se acercaban las fiestas decidimos que fuera sorpresa, hasta que regresaras-respondió Ryan

-Entonces aún no sabéis cual es el sexo del niño-

-No pero presiento que será niña-soltó Kelsi sonriendo

-Tío Ryan-chilló Caleb con emoción

-Como está mi renacuajo favorito-

-Bueno-

-¿Qué pasa peque?-preguntó Ryan alzando una ceja

-Es que papá no...-soltó Caleb entre sollozos

-Seguro que vendrá a pasar las fiestas. El abuelo está de acuerdo en que venga-explicó Ryan

-De verdad. Lo pometes-preguntó Caleb con los ojos brillosos

-Si, lo prometo-asintió Ryan

-Vamos a casa-aseguró Kelsi

-Ryan por favor no vuelvas a mencionar a Troy. No quiero que el pequeño se haga ilusiones-

-Pero no era que Troy quiere estar en la vida de los niños. Por lo que me contaste tu y Taylor Troy ha cambiado, al menos lo esta haciendo-preguntó Ryan

-No, solo estaba jugando conmigo y los niños-explicó Sharpay

-Si tu lo dices-

Ryan dejo el tema estar, sabía que era incómodo, aunque podía ver que entre su melliza y Troy seguía habiendo problemas que los separaban a pesar de tener hijos en común. Aunque esperaba que pidieran solucionarlos porque a pesar de todo, para Ryan, Troy era un buen hombre para su hermana melliza y ambos se amaban.

Nada más llegar a casa, los pequeños corrieron a saludar a sus abuelos. Los niños los adoraban y cuando iban a visitarlos los llenaban de cariño, porque eran los consentidos a pesar de que Sharpay siempre trataba de educarlos para que fueran personas de bien.

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La cena de Nochebuena se llegó en un parpadear de ojos. Los pequeños habían estado disfrutando con las atenciones de todos. Sharpay los amaba y era muy cariñosa con ellos pero también les ponía límites, no dejaría que se convirtieran en egoístas, quería que aprendieran a respetar y agradecer.

Sharpay se encontraba de pie en un rincón de su casa, alejada de todos y de todo, sumida únicamente en sus pensamientos.

Estaba preciosa con su vestido negro de encaje negro. Sus tacones altísimos, su maquillaje siempre perfecto y deslumbrante, el cabello en un broche, precioso y ondulado. Pero con una expresión pálida y dolorosa en su rostro.

Durante todo ese día apenas y había visto a Troy, se lo había crucido cuando fue a pedirle ver a los niños.

Esa mañana ni siquiera había tenido ánimos de desayunar ni de hacer algo, pero entonces había llegado su hermano con los niños y aquello le había servido de distracción.

Había escuchado atentamente a Caleb que le contaba con alegría lo bien que la había pasado en casa de sus tíos. Luego había jugado con ellos y después finalmente, mientras Chloe dormía la siesta y el imparable Caleb miraba entretenido una de sus películas de superhéroes, aunque eran bastante revoltosos la pequeña era algo más tranquila que su hermano, Sharpay se había dedicado a arreglarse para la importante cena de esa noche y después a arreglar a los niños pero en el transcurso, ninguna llamada de Troy ni nada por el estilo, eso la alegraba, después de lo que le había contado Peyton no quería saber nada que tuviera que ver con Troy Bolton.

Eran las nueve de la noche y hasta ese momento no había sabido nada de él. ¿Se presentaría? Claro, eran sus hijos y él aseguraba que ellos le importaban así que era segura que se aparecería.

Sharpay tomó de su ponche y sintió que se estremecía. Decidió no tomar más que ese sorbo. Ella no solía beber líquidos que contuvieran alcohol, así que estaría de más que terminara ebria.

Dejó la bebida por un lado y pensó en la conversación que había tenido con Troy. Sintió una sensación de desespero en su interior.

¿Qué pasaría entre ellos después de esa noche? ¿Seguiría Troy insistiendo en formar parte de la vida de los pequeños y la de ella misma?

Ni siquiera ella lo sabía.

No sabía si le creía o no. Todavía no estaba segura de nada y tampoco sabía hasta cuándo lo estaría. Solo mantendría distancias

Maldición, la situación la desquiciaba, la aniquilaba de poco en poco.

Era un milagro que se encontrara ahí de pie y radiante como siempre.

La noche anterior apenas y había podido pegar un ojo. No había dormido nada y las consecuencias las comenzaba a sufrir porque se sentía más débil que nunca. No porque estuviera enferma sino porque sus pensamientos no le dejaban ni un segundo de paz

Los argumentos que Troy le había presentado no hacían más que atormentar su cabeza.

Había sido todo tan... tan increíble, tan surreal... Como si de una novela se tratase pero Sharpay recordaba los ojos azules de Troy mirándola, anhelándola. Los suspiros, la evidencia de su amor por ella y sabía en el fondo de su alma que él decía la verdad.

¡Santo cielo!

Pero si era cierto todo aquello... Si de verdad las cosas habían ocurrido como él decía, Sharpay estaría a punto de terminar de volverse loca. No podía soportar la idea de Troy sufriendo y poniéndose en peligro, ni siquiera por ella. No, no lo soportaba. Se estremecía de pánico y de horror de solo pensarlo, pero eso era sólo dentro de su corazón. Su cabeza se encontraba de nuevo reacia a creer todo eso, a no aceptar lo que le decía. Todo aquello era que sabía la clase de hombre en la que se había vuelto los cinco siguientes años en los que estuvo fuera desde que se fue a la universidad.

Era una lucha constante entre dos bandos opuestos y verdaderamente Sharpay ya no sabía qué hacer. Pero fuera como fuera lo dejaría estar por esa noche.

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Era 24 de Diciembre y aquello no hacía sino ponerlo de peor humor. Odiaba todas las celebraciones familiares, las había odiado desde su maldita lesión. Encima ese cabrón de Peyton sabía perfectamente bien cómo hacer que perdiera los estribos.

Troy acabo temprano el trabajo en Lava Springs y se fue directo al departamento, aunque no tenía interes en llegar a su casa. Sabía que Sharpay ya estaba preparándose para la cena en casa de los padres de la rubia.

¡Mierda!

Si por él hubiese sido se habría quedado en casa tomándose unas cervezas como cada maldito año que pasaba pero no, este año sería diferente porque ahora iba a formar parte de la vida de sus hijos y actuaría como debió hacer al saber que sería padre. Por eso se preparó para asistir a la celebración, ante su sorpresa el mismísimo Vince Evans se había acercadado a él hacía unos días para invitarlo a la fiesta. Ambos habían tenido conflictos pero después del secuestro de los pequeños, el magnate de los negocios había visto que Troy no solo amaba a su hija sino que también a sus hijos, aquella fue la razón de que accediera a que asistiera. Después de la charla que habían tenido el día de la invitación habían solucionado sus disputas y ahora se llevaban bien.

Cuando llegó al departamento, como de costumbre todo estaba en silencio, a diferencia de cuando estuvo en Nueva York y Sharpay le dejaba quedarse con los pequeños. Joder, los extrañaba y mucho, vaya que lo hacía.

Troy se dio una ducha y se vistió rápido que incluso Sharpay había tardado todavía más. Había decidido ir a la cena en su moto, necesitaba despejarse y que mejor que sentir el viento en su cara porque todavía seguía tenso y furioso debido al idiota de Peyton.

Troy a casa de los Evans en medio del frío y la nieve de la noche. Eran las nueve de la noche y el viento soplaba helado y húmedo. Aunque ni le importaba el tiempo que hiciera ese día, solo quería ver a sus pequeños. Camino con varios regalos que había comprado para sus dos diablillos a los que amaba a pesar de todo.

Entonces la vio, Sharpay lucía preciosa. El cabello lo llevaba lacio, y se veía realmente hermosa. Troy había optado por unos pantalones de mezclilla y una chaqueta de cuero negro junto con sus tenis vans de siempre.

Cuando entró a la casa vio a lo lejos a Caleb jugando con su hermana, también estaban Derby, Ryan quienes siendo claramente Evans, jamás perdían el glamur. Troy observó a sus dos pequeños, se los veía tan contentos que no pudo evitar sonreír, sus niños, sus dos tesoros engendrados por el amor que él y la rubia se tenían, aunque cuando sucedió ninguno era consciente de ello.

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Sharpay cerró los ojos y se recargó en la pared. Trató de tranquilizarse pero enseguida escuchó la voz de su pequeño Caleb que corría desde uno de los pasillos hasta la entrada de la casa.

-¡Papi!-gritó con emoción y saltó hasta los musculosos brazos de su padre

Sharpay se enderezó y clavó su mirada en el recién llegado.

Era Troy, el mismísimo Troy Bolton. 

El corazón de Sharpay dio un vuelco y enseguida mil más.

Era tan perfecto... Tan increíblemente atractivo...

Su barba, su bigote, la perilla bajó su labio inferior... La simetría de sus facciones duras, la curva de su boca, la mandíbula fuerte, la cicatriz de su ceja... Pero eran sus ojos los que la hacían derretirse.

Sharpay resistió el impulso de permitir que se codeara con su familia y pasar la noche con ella y su familia

Lo vio reír con Caleb y besarle la sien. Después lo vio mirarla y bajar al niño al suelo de inmediato para poder avanzar hacia ella.

Conforme se acercaba, Sharpay sentía que su corazón se descontrolaba más y más y más.

-Estás bellísima-le dijo mientras se detenía a una distancia prudente y digna de dos simples conocidos ó extraños.

La rubia lo deseó de pronto más cerca de ella. Pero de ninguna manera, todavía recordaba las palabras de su amigo Peyton y ella confíaba en él, debía tenerlas presente. Troy solo juego contigo, no te ama y tampoco a los niños.

-Gracias-respondió con la misma cortesía.

Troy se estaba mostrando distante y amable con ella pero no hacía indicio de querer intimar con palabras, ni siquiera darle un pequeño beso en los labios o aunque fuera en la frente ó la mejilla. Pero entonces, Sharpay alzó la mirada y vio el deseo inconfundible arder en sus potentes y magnéticos ojos del color del mar.

Sharpay se quedó sin respiración y aquello fue evidente para ambos.

Cuando estaba con él no era capaz de controlar sus emociones ni los latidos de su corazón... De hecho no era capaz de controlarse a sí misma.

De pronto supo que no resistiría un solo segundo más frente a él y buscó la manera de alejarse lo más pronto posible.

–Si nos disculpas. Te quiero lejos de mis hijos. Lo dejé muy claro en Nueva York y no a cambiado-sin más se marchó de su lado con Caleb de la mano

-Papi-sollozó Caleb mientras se alejaban

Troy la miró irse y supo que lo había hecho con la intención de no acercarse más a él, había esperado que a pesar de sus problemas le permitiera por los menos ver a sus hijos, aunque fuera solo un momento.

Cerró los ojos y se llevó una mano a la frente.

-Todo estará bien, Troy. Esto va a solucionarse pronto-

Cuando Troy abrió la mirada se encontró con la calidez y el apoyo de su suegra.

-Le agradezco mucho que intenté subirme el ánimo, señora Derby-

Ryan que también se había acercado, le sonrió.

-Quita ya esa cara, cuñado. Mi hermanita te ama, se le nota a tres cuadras–

–Lo dudo pero dejemos el tema-respondió Troy pero enseguida pensó en que antes de hablar con Peyton, Sharpay estaba mostrandose menos hostil con él, pero al igual que ahora, no había querido creer en él.

Derby y Ryan se miraron preocupados al comprender la expresión afligida en el fuerte y viril rostro de Troy.

-Cierto que en un principio no parecía que lo vuestro fuera a funcionar pero ahora que quieres formar parte de la vida de vuestros hijos veo que si. Yo siempre vi que a pesar de lo que ambos decían sentías algo el uno por el otro, por eso medié para que te quedasen con el trabajo del club-aseguró Derby-Mi hija tiene que darse cuenta de que eres el amor de su vida-

Troy intentó mostrarle una sonrisa o por lo menos algo que se le pareciera.

No había otra cosa que él deseara más en el mundo que aquello sucediera, pero ya no estaba muy seguro de nada.

En ese instante Vince Evans se acercó a ellos.

-Troy-lo llamó-Sharpay te ama, me negaba a que fuera así porque creí que no eras el hombre adecuando para ella pero me equivoque y así pasen mil cosas, no habrá fuerza en el mundo que pueda cambiar eso. Recuérdalo siempre, colega-tomó a su yerno de la mejilla, colocando la palma de su mano en un gesto puramente masculino entre dos amigos.

Troy le asintió, volvió a intentar sonreír y después disculpándose se alejó de ellos. Sabía que Sharpay no quería verle y no quería arruinarle esa noche así que se marchó.

Tanto Vince, como Derby y Ryan, se dieron cuenta que detrás de todo lo que Troy intentaba demostrar en su exterior, había un muy profundo dolor.

La situación los desesperaba y no sólo a ellos, sino también a todos los demás que rodeaban a ambos jóvenes.

-No soporto verlos así-murmuró Ryan, que con su esposa mantenía una maravillosa relación basada en el amor y el buen humor.

-Tampoco yo. Quisiera poder hacer algo y ayudarlos... Encontrar alguna manera-Vince era un hombre acostumbrado a controlarlo todo, a buscar siempre una solución, a pagar millones si algo no le gustaba pero ante esa situación su dinero y su poder no le servían de nada.

-Son tan jóvenes y han tenido que vivir situaciones tan difíciles...–

La vida les había dado golpes muy duros a los dos, por lo que sabían mucho más a Troy que a su hija pero Sharpay también lo había pasado mal cuando el ojiazul se había negado a responsibilzarse de sus hijos. Cosas increíbles que habían tenido que pasar... Cosas como un embarazo no planifica o desead, sus propios miedos, malentendidos, afrentas, peligro de muerte, acechanza, mentiras, verdades a medias, gente obsesionada con querer separarlos y cuando pensaban que todo se solucionaría alguien había tenido que intervenir para poner sus vidas patas arriba, por diferentes motivos ambos estaban sufriendo.

Derby lo sentía en el fondo de su corazón. Los amaba a ambos. Sharpay era su hija y Troy el hombre que la amaba con locura, él que había demostrado que entregaría su vida con tal de protegerla a ella y a sus hijos. Quería llorar de frustración.

-Esto tiene que solucionarse. Tarde o temprano, pero las cosas entre ellos se tienen que arreglar, aunque esperemos que sea más temprano que tarde-dijo Ryab con desconsuelo

Luego de la marcha de Troy, todos se sentaron en la mesa a cenar. Los pequeños estaban muy inquietos-

El menú había estado delicioso. Había habido pavo con su respectivo relleno, puré de patatas, espagueti, macarrones con queso, empanadas de pollo, albondigón y por supuesto, postres: Creme bruleé y pastel.

Sharpay estaba pasando una Nochebuena fantástica a lado de su madre, sus hermanos y su nueva familia. Solo faltaba Troy, el padre de sus hijos, en el fondo quería que estuviera porque se trataba de los pequeños pero se sentía incómoda en su presencia y prefería alejarse.

Después de un rato entregaron los regalos y todos siguieron pasando una velada muy agradable.

-¡Por poco lo olvido!-exclamó de pronto Kelsi. Con rapidez sacó un sobre de su bolso con algunas fotografías de su último ultrasonido

Sharpay fue la primera en tomarlas y las observó al tiempo que los ojos se le agrandaban con amor y emoción. Lo recordaba tanto a su embarazo con los gemelos.

-¡Es precioso!-dijo ilusionada

-¡Va a ser guapísimo!-secundó Derby que se había acercado a ella para compartir las fotos

Inmediatamente todos los demás se las pidieron y comenzaron a verlas.

-Este es el mejor regalo de Navidad-contestó Vince emocionado.

-¡Es un niño! ¡Mira ahí eso que le cuelga!-añadió Ryan

-Ryan, ese es su bracito-corrigió Sharpay y pronto los demás rieron

-Eres su padre y ni siquiera... Hombres-murmuró Kelsi en broma

Sharpay sonrió al ver lo felices que estaban todos con la próxima llegada del bebé de su cuñada pero entonces recordó a Troy. Él estaba completamente ajeno a la situación, porque no estaba y eso en el fondo la hizo sentirse de nuevo terriblemente mal.

Troy ni siquiera había querido ver las fotografías, porque ni se había preocupado de su reciente paternidad.

-Estamos sumamente agradecidos contigo, querida-explicó Lucille quien a pesar de que no tenían nada que ver los Evans habían sido invitados, debido a que la misma Derby había querido que los Bolton pasaran tiempo con sus nietos y disfrutaran tanto como ella.

Sharpay les sonrió a sus suegros que se habían acercado a ella en privado. Los tomó a ambos de las manos.

-Ya les he dicho que no tienen nada que agradecerme-

-¿Cómo puedes decirnos eso, linda? Ve tan solo, gracias a ti Troy ha vuelto a ser el de siempre y encima nos has dado dos nietecitos-

-Además es Nochebuena y Troy se acercó a nosotros para hablar aunque solo fue un momento. Nadie nos había regalado eso antes desde su lesión-secundó Jack con suma alegría y agradecimiento

La rubia los miró entre conmovida y perpleja.

-¿Troy no...?-

-Para empezar cortó lazos definitivamente cuando su encarcelación y además odia estas fechas desde que se lesiono-contestó su suegro

-Suele pasar las celebraciones lejos de nosotros-

Años tras año Jack y Lucille organizaban las esplendidas cenas navideñas con la esperanza de que Troy decidiera ir a casa, y compartir la noche con ellos... Pero aquello nunca había sucedido, al menos no desde que Troy había tenido que dejar el baloncesto por su lesión de rodilla.

Y ahora, estaban felices, ahora era diferente, porque él se había acercado a felicitarles las fiestas y pedirles que tuviera paciencia, ya que no les perdonaría pero si algún día les hacía falta los apoyaría, tuviera la expresión que tuviera en el rostro, aquello sólo era obra de Sharpay, esa rubia lo estaba cambiando para bien, todo después de los acontecimientos que lo había, convertido en un hombre frío y arrogante, demasiado, cínico y engreído. Quisiera o no, se diera cuenta o no, esa rubia lo estaba cambiando.

Sharpay se quedó en silencio y no pudo más que sonreírles.

Jack recibió en ese momento una llamada telefónica, probablemente saludos de algún familiar lejano y entonces se alejó para atender el teléfono.

Lucille y Sharpay se quedaron a solas.

-Por favor no me agradezca por eso. Yo no... Troy y yo no...-

Su suegra la calló con un asentimiento de cabeza.

-Tú no lo ves, y puede que tampoco él, no lo sé pero te aseguro que todos a su alrededor lo notan-

La rubia resistió las profundas ganas de llorar.

-Yo no soy nada para él, más que la madre de sus hijos por accidente-

-Probablemente tengas razón en lo de que toda esta situación fue obligada, pero no digas que no eres nada para él, cuando eres demasiado, más que cualquiera, más que Gabriella-

Sharpay negó con la cabeza pero Lucille le asintió.

-¿Cómo puede estar tan segura?-

La señora Bolton sonrió.

-No estoy segura de nada porque ni siquiera yo entiendo a mi hijo en ocasiones pero sé que tú significas más que ninguna, lo sé a la perfección porque basta con ver la manera en la que él te mira-

Tenía que recordarse que no estaban juntos ni siquiera por la responsabilidad de ser padres. Troy ni siquiera la amaba, así que se haría ilusiones con eso, para el ojiazul solo era un maldito juego, con el que solo pretendía llevarla a la cama.

Después Caleb y Chloe corrieron hasta la rubia, estaban manchados de chocolate. Sharpay quiso regañarles porque tenían prohibido pasarse comiéndolo pero por ese día haría una excepción. 

-Mami-

-Si, sweet heart-

-¿Y papi? Caleb dijo que había venido-preguntó Chloe

-Papi, papi-agregó Caleb entusiasmado

-Se ha ido-respondió Sharpay

-Poque. Papá pometió que estaría hoy-sollozó Caleb

-Papi, quiero jubar con papá-

A Sharpay se le encogió el corazón, no iba a decirles que Troy se iría lejos, sintió que estaba siendo injusta con él. Pero sabía que a pesar de ahora los pequeños preguntasen por él era mejor a que luego cuando los dejase para siempre sufrieran más.

-Mami, podemos ir a ver a papá mañana-preguntó Chloe limpiándose las lágrimas

-Si, quedemos jubar con papá. Así se sentira meor-aclaró Caleb

-Bueno, ya veremos. Ahora a limpiarse. Mira como os habéis puesto-

Los pequeños asintieron y se dieron por satisfechos pero Sharpay no pensaba que vieran a Troy, solo no quería que se pusieran mal, no en esa noche. Ya se inventaría algo para evitar ir a visitar al ojiazul. El resto de la noche transcurrió sin nada fuera de lo normal.

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Las fiestas habían acabado hacía unos y Sharpay recién había llegado a casa en Nueva York. Los pequeños habían disfrutado y recibido muchos regalos pero habían preguntado por Troy, se veía que lo echaban de menos. Sharpay a pesar de su insistencia no había permitido que los niños vieran a Troy, no quería que sufrieran por la actitud del ojiazul.

Sharpay se sentía algo mal por la situación, a pesar de que no pretendía que lo hicieran sus pequeños estaban sufriendo por lo que pasaba entre ella y Troy.

¿Qué podía hacer? Dejar que Troy siguiera viendo a los niños, que cuando se cansara se olvidase que tenía hijos. Para nada, haría lo que fuera para evitar que eso sucediera. Santo cielo, como se habían torcido las cosas, cuando pensaba que todo estaba mejorando.

Sharpay había llamado a Peyton para hablar de lo que estaba pasando con Troy, ahora se veían bastante. Salvo durante las fiestas, aunque hasta unos minutos después no habían quedado decidió salir antes para aprovechar e ir de compras, necesitaba comprar unas cosillas para los niños y aprovechando que estaban en la guardería podría hacerlo tranquilamente.

-Jared, debemos hablar-soltó una voz de hombre a poca distancia de Sharpay

Sharpay reconocía esa voz, lo conocía bien como para no hacerlo. No era de las que se metían en conversación ajenas así que se alejaría un poco.

-Es sobre lo sucedido con Gabriella, lo que planeaste no está funcionando-

La rubia se quedó perpleja, Peyton estaba hablando con un tal Jared sobre Gabriella, se estaría refiriendo al secuestro de sus hijos. Lo averiguaría, así que se mantendría cerca pero al mismo tiempo lejos para que nadie la descubriera

-Ayude a Gabriella a secuestrar eses malditos bastardos de los hijos de Troy para ganarme el afecto de Sharpay pero tu plan de ponerla en contra de esa escoria no está funcionando-Peyton suspiro-Si Troy ya no forma parte de su vida pero la idea es que volviera conmigo haciendo creer que esa escoria solo jugaba con ella. Porque Troy Bolton tenía que querer formar parte de la vida de los malditos bastardos, arréglalo o ten por seguro que te delataré

Sharpay se sintió furiosa, utilizada, entonces recordó como había tratado a Troy, lo había dicho cosas horribles y él simplemente había dejado que lo hiciera. Se había equivocado tanto con Troy, había creído en la palabra de Peyton cuando él si estaba manipulándola. Ahora sabía que todo lo que Troy decía era cierto, estaba cambiando, quería formar parte de la vida de los niños.

Entonces Troy también decía la verdad cuando se le declaró, cuando le dijo lo que sentía. De verdad Troy Bolton estaba enamorada de ella. ¿Cuando había sucedido eso?

Sharpay estaba que echaba humo, Peyton tenía que rendir cuentas. Vaya si lo haría, desde ahora lo quería bien lejos de ella, más de los niños. Caminó decidida hasta él y lo encaró, en un principio Peyton negó todo pero la rubia le insistió que lo había oído con sus propios ojos.

-No puedo creer que confiara en ti y me peleara con Troy por creer en tu palabra-bufó Sharpay

-Sharpay yo...-

-Nada, Peyton. No se que te pasó pero no imagine que actuarías así, no me lo esperaba-

-Lo siento... yo no...-suplicó Sharpay

-Ni lo intentes. De ahora en adelante aléjate de mi, no quiero saber nada de ti-bramó Sharpay furiosa

-Sharpay...-

Peyton agarró del brazo a Sharpay y la rubia trato de soltarse pero Peyton era más fuerte y fue en vano. Así que él la condujo hasta la parte trasera del teatro Stars, la empujo al suelo para luego colocarse encima.

-Peyton suéltame-gritó Sharpay

-Calla, no quiero que nadie nos interrumpa-

Peyton le tapo la boca, mientras que Sharpay pataleaba, al cabo de un rato la rubia pudo golpearle en sus partes y sin preocuparse de como estaba corrió lejos pero él cojeando. Sharpay sacó su móvil y marcó. 

-Troy...-

-Sharpay, ¿estás bien?-preguntó Troy con preocupación

-Troy yo... Peyton me...-

-Iré a buscarte pero necesito saber donde te encuentras-

-Cerca del teatro Stars-soltó Sharpay  

Troy dejó el teléfono y sin demorarse fue en busca de Sharpay, la encontró cerca del Radio City Music Hall, acurrucada junto a unos contenedores. Sharpay estaba hecha un ovillo, Troy se acercó despacio para no asustarla, después la cogió en brazos y la llevó de vuelta a su hotel. Se veía tan frágil a como era normalmente, fuerte y vanidosa.

Después le quitó los zapatos y la tumbó en la cama bajo las sábanas para que estuviera más cómoda. Escribió una nota que ponía: << He ido a buscar a los niños de la guardaría. Descansa, yo me ocuparé de todo. Si lo deseas date una ducha >>.

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Sharpay se despertó en una mullida cama, se froto los ojos y vio que no era su habitación, sino la habitación de un hotel. Entonces las imágenes de lo sucedido hacía unas horas  la asalto y se puso a temblar. Peyton la había intentado violar pero por suerte pudo librarse, luego recordó que había llamado a Troy. Se encontraba en su habitación, luego de encontrarla la habría llevado allí, al recostarse vio la nota, una ligera sonrisa se formulo en sus labios.

Sharpay no dejaba de pensar el modo en que había tratado a Troy, siendo tan injusta con él, acusándolo de algo que no había hecho. El ojiazul se había portado tan bien desde que había vuelto y ella le rechazo, aunque a diferencia de como la había tratado ella no había sido nada pero aún así.

-Vaya, me alegra verte bien-soltó Troy abriendo la puerta

-Gracias-

-Vamos niños id a jugar mientras hablo con mamá un rato-les explico Troy sonriendo

-¿Cómo te encuentras Sharpay?-preguntó Troy

-Aún no me puedo creer que Peyton hiciera algo así y no solo digo lo de ahora sino ayudar a Gabriella en el secuestro de los niños-suspiró Sharpay-Lo siento Troy, pérdoname

-No lo hagas, no hay nada que perdonar, hice lo que tenía que hacer-respondió Troy sonriendo

-Gracias por estar ahí, por cuidar de nuestros hijos cuando yo no pude. Gracias por todo-soltó Sharpay

-Lo haría una y mil veces-

-Veo que estás cambiando y dejaré que veas a nuestros hijos pero eso será todo. No puedo perdonarte todo lo que has hecho, no todavía-explicó Sharpay

-Esperaré el tiempo que sea necesario. Te daré tu espacio-

-Gracias. Antes descartaba que tu y yo pudiéramos tener futuro juntos porque no quería tener nada que ver con un hombre...-

-¿Cómo el que era cuando nos reencontramos después de cinco años?-preguntó Troy

-Si pero veo que estás cambiando. Todavía no puedo perdonarte por completo pero con un poco de tiempo es posible que podamos llegar a algo y a los niños les alegraría-respondió Sharpay

-Esperaré a que estés preparada, solo no me alejes de nuestros hijos-

-Nunca lo haría. Ellos te adoran y se que los quieres, que cuidarás de ellos como lo haría yo-

Sharpay le dio un beso en la mejilla a Troy y el ojiazul sonrió enormemente, era una gran paso, la misma rubia le acaba de decir que existía la posibilidad de estar juntos. Solo necesitaba algo de espacio, pues se lo daría, claro que lo haría. Troy estaba dichoso, por fin las cosas le estaban empezando a salir como quería, tenía a sus hijos y ahora debía esperar a que Sharpay diera el paso pero no podía pedir más. Grito de emoción en su interior, amaba a Sharpay y que le confesara que con el tiempo existía opción a tenerla a su lado era increíble.

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Sharpay había quedado de verse con Troy en el parque, después de dos meses habían decidido que harían una pequeña salida los cuatro juntos, bueno también Boi claro, así que en realidad eran cinco y desde allí verían a donde querían ir los niños.

Mientras esperaban Boi sale corriendo y Caleb lo persigue, Sharpay nada más ver la situación coge a Chloe para ponerle en el cochecito. Fue tras ellos pero no pudo evitar que el pequeño terminase en medio de la carretera. Troy acababa de llegar y sin siquiera pensarlo al ver a su campeón en esa situación apartó al niño. Caleb estaba inmóvil fuera de peligro miraba a su padre con confusión, entonces un coche atropelló a Troy quien todavía seguía en la calzada, todo había sucedido tan rápido que no había tenido tiempo de preocuparse de su propia seguridad, sino de la de su hijo.

Sharpay había observado los sucesos a cierta distancia porque no era capaz de mover un solo músculo. El pánico la había paralizado, un hombre bajo del coche, era joven, de la misma edad que la rubia, pelo castaño y ojos azules.

-Eres una escoria Bolton-escupió el hombre en la cara de Troy-Pagarás por haberme robado a Gabriella, ella era mía

-Sha... Shar...-

Troy cerró los ojos, Sharpay corrió hacia el ojiazul, no pudo llegar hasta él porque había algunos lo rodeaban con sorpresa pero por lo que pudo escuchar ya habían llamado a una ambulancia. Sharpay se llevó las mano a la cabeza, santo cielo, como había pasado esto. Troy había corrido a proteger a su hijo sin siquiera importarle su propia vida y ahora él estaba pagan.

¿Por qué estaba sucediendo esto? ¿Qué crimen debía estar pagando Troy? Sharpay ya estaba convencida, Troy Bolton era el hombre con el que quería estar y ahora volvía a ser el de siempre pero lamentaba que fuera de esta manera en la que había dado cuenta. Los pequeños sufrirían tanto si Troy...

No era capaz de decirlo, no podía, Troy Bolton era un hombre fuerte, no era la primera vez que le hacían daño. Saldría de esta, claro que lo haría y ella estaría ahí para él. Troy no estaba solo, ella no lo abandonaría.

>> Cuando se recupere voy a darle una oportunidad - se dijo Sharpay <<




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NOTA

El personaje nuevo es Jared Murillo interpretado por Jared Murillo

Quiero agradecer una vez más a Anggtoledo por su ayuda y apoyo. También a hsm_fangirl por sus votos y comentarios, además así os recomiendo pasaros por las historias de ambas; yo os lo agradecería mucho y se que ellas también. Me animan a seguir escribiendo y me levantan el ánimo cuando estoy depre.

Besos,

PriorSalvatore

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