Alessandra cargo como pudo a Troy hasta el coche, el ojiazul no estaba en condiciones de conducir. Saco un botiquín que había en el maletero y le curo algunas de las heridas producidas en la pelea con Peter. Después regresaron a casa de su hermano, Troy no se veía bien y desde luego necesitaba descanso, aunque la peor parte se la había llevado el ex marido de Alessandra, él también había recibido algunos golpes, varios de ellos fuertes.

En cuanto Sharpay se percató de que Troy era llevado por Alessandra abrió la puerta y corrió hacia su marido Santo cielo, ¿qué le había pasado? ¿quien le había hecho eso? No se veía grave pero a la rubia no le gustaba verlo mal.

-Dios mío Troy-soltó Sharpay

-Nos encontramos con Peter y...-dijo Alessandra

-Ya, ahora entiendo, no hace falta que digas más-añadió Sharpay

Dejaron a Troy en el sofá porque se veía algo aturdido, después Sharpay abrazó a Alessandra y ella le correspondió. Mike quería hacerlo pero no se atrevía porque no quería que su novia se sintiera mal.

-Mike, me abrazas-dijo Alessandra

-Si, cariño-dijo Mike y corrió a abrazarla

-Yo os...-

-Deja Sharpay, llevaré a Troy arriba y luego bajo-explicó Mike

-Estás bien Ale-preguntó Sharpay

-Si, lo estoy, bueno aún está muy presente el secuestro pero estoy mejor. Por ahora solo me siento tranquila si Troy está conmigo, me refiero a con otros hombres, se que él jamás me haría daño y a ti tampoco-respondió Alessandra

-Lo sé, no esta siendo fácil pero poco a poco todo esta mejorando, cierto que lo que pasamos nunca lo olvidaremos. Sin embargo podemos vivir con ello-expuso Sharpay

Mike bajo y Sharpay subió, primero vio a sus pequeños jugar con Lucas y Lili mientras que Aaron dormía en su cunita. Después fue a ver como estaba Troy, no era nada grave y se recuperaría pero estaba bastante magullado.

Mientras en el salón Mike estaba de pie frente a Alessandra, la amaba y quería poder abrazarla pero entendía que la situación no era la más adecuada. Además no quería que se pusiera histérica, le daría espacio si eso era lo que necesitaba.

-¿Cómo estas? ¿cómo llevas lo del secuestro?-preguntó Mike

-Algo mejor-respondió Alessandra

-Me alegra. Bueno...-dijo Mike

-Sería posible si me dieras espacio, aún todo esta muy reciente y no es fácil-explicó Alessandra

-Lo que necesites. Yo quiero que estés bien-asintió Mike

-Gracias Mike-dijo Alessandra y se acercó

Le dio un beso en la mejilla y fue por sus hijos, ahora mismo quería estar con ellos un rato, sus pequeños le levantaban el ánimo. Mike sonrió, no era lo que quería pero al menos era un primer paso, la pudo abrazar y ella le dio un beso en la mejilla. Desde luego eso era algo bueno y él estaría ahí para darle apoyo, si necesitaba espacio se lo daría, lo que fuera por su amada.

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Hacía una semana que Troy había salido de la cárcel y ya casi estaba recuperado de las heridas de la pelea con Peter. Por eso se había levantado de la cama para jugar con sus pequeños ya que Sharpay estaba en Lava Springs. Entonces llamaron al timbre, era Alessandra que traía a sus hijos para que jugaran con sus primos. Troy la dejo pasar y los pequeños corrieron al interior de la casa pero antes besaron a su tío.

-¿Cómo te sientes hermanita?-preguntó Troy

-Poco a poco. Contigo bien, se que no me harás nada-respondió Alessandra

-Ninguno lo haríamos-explicó Troy

-Si, es que fue muy duro-dijo Alessandra

-Lo sé, solo di...-

Entonces Alessandra sintió un fuerte mareo y de no haber estado sentada habría caído al suelo, Troy lo noto, se acercó a su hermana para ver si estaba bien.

-Ale te encuentras bien-dijo Troy

-Si, nada más es cansancio-afirmó Alessandra

-¿Segura?-dijo Troy

-Todo bien-

Alessandra se levantó, dio unos pasos y se desmayó cayendo en los poderosos brazos de Troy que había reaccionado rápido al ver lo que podía suceder. Sin pensarlo dos veces, el ojiazul llevó a su hermana al hospital y que la examinaran para averiguar que era lo que le pasaba.

Cuando Troy se entero que Alessandra, su hermanita pequeña estaba embarazada por el capullo de Peter sintió rabia, ese hombre era una maldita sabandija. El ojiazul se levantó de la silla, quería partirle la cara a a ese miserable de nuevo pero estaba vete a saber donde. Se disponían a salir de la consulta del médico cuando Troy sintió un mareo y tuvo que hacer como que estaba bien, no quería preocupar a su hermana, luego se fueron a casa.

Alessandra se llevó a sus hijos y Troy se quedó con Caleb y Chloe, Sharpay había ido de compras con Aaron. Los pequeños fueron hacia su padre y el ojiazul los recibió en sus brazos, después estuvieron un rato jugando. Troy adoraba a sus pequeños, eran junto con su mujer lo más maravilloso de su vida. Llevaban un rato cuando el ojiazul les dijo que jugasen solos un momento y subió arriba.

Al poco Sharpay entró en casa muy sonriente, pronto sería el cumpleaños de Troy, su hombreton hermoso y le haría algo especial. La rubia vio a sus pequeños pintando en la mesa de la sala y se sorprendió no ver a Troy, así que se acercó a ellos.

-Cariños y papi-preguntó Sharpay

-Subió arriba-respondió Chloe

-Papi dijo que jugáramos un momento solos, que iba a por algo pero no bajo todavía-añadió Caleb

-Subiré a ver y a dormir a Aaron. Enseguida bajo-explicó Sharpay

Sharpay fue a domir a su pequeñin y vio a Troy tirado en la cama pero no parecía que se hubiera puesto así. La rubia se acercó y se fijo en que respiraba agitadamente, primero puso a dormir al bebé. Luego se ocupo de su marido, le quitó los zapatos y la ropa para meterlo en la cama, además estaba ardiendo.

-Santo cielo amor-murmuró Sharpay

-Mami, papi esta bien-preguntó Caleb entrando de la mano de Chloe

-Papi esta bien-repitió Chloe

-Solo dejaremos que descanse vale mis amorcitos-dijo Sharpay

-Vale-asintieron los pequeños

Los niños dieron un beso a Troy en la mejilla y salieron junto a Sharpay, bajaron al salón para que el ojiazul pudiera descansar. Los tres jugaron hasta la hora de cenar, la rubia les dio de comer, los bañó y los acostó en sus camitas. Al ir a la habitación Troy respiraba pesadamente, le puso un termómetro y vio que marcaba casi 40 grados. Inmediatamente llamó a London para fuera a su casa, nada más llegar le explicó que Troy estaba mal y su amiga se quedó con sus hijos mientras ella llevaba a su marido al hospital. Era preocupante que tuviera una fiebre tan elevada y Troy no era de los que se enfermaba, así que debía ser grave.

Nada más llevarlo lo ingresaron y se ocuparon de bajarle la fiebre, después le hicieron algunas pruebas cuyo resultado fue inconcluso. Sharpay estaba angustiada, nadie le decía nada de su marido y se sentía morir lentamente ¿qué le pasaba? ¿por qué nadie le daba respuestas?

-Señora Bolton-preguntó el médico que se había ocupado de su marido

-Soy yo. ¿Como esta mi marido?-dijo Sharpay

-Muy enfermo, su organismo no funciona correctamente y sus constantes vitales son débiles. Lo tendremos unos días a ver como evoluciona-explicó el médico

-Pero se pondrá bien-preguntó Sharpay temerosa

-No puedo asegurarlo, aún es pronto para decirlo-respondió el médico

Después se fue y a Sharpay se le cayó el mundo encima, no podía ser verdad lo que el médico le había dicho. Troy estaba hecho un toro y siempre había sido fuerte pero ahora, nada de eso era relevante. Sharpay no podía respirar, sentía que se ahogaría pero entonces se dijo que tenía que seguir adelante por sus tres hijos.

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Caleb se despertó por la noche, solito se bajo de su cama y corrió hasta a la habitación de sus padres. Sharpay dormía aunque a duras penas pero cuando Caleb se subió a su cama abrió los ojos para ver que pasaba.

-Peque porque no estas durmiendo-preguntó Sharpay

-Es que papi...-el pequeño miro a todas partes pero no encontró lo que buscaba a su padre, a Troy-¿Donde esta papá?-

-Papá...-Sharpay no sabía que decirle porque en realidad los médicos tampoco le habían dicho que le pasaba a Troy-Pues él...-

-Esta malito, cuando tu volviste ya lo estuvo. Vuelve a estar malito otra vez-

Caleb se refería a cuando Sami le clavo un cuchillo y tuvo que estar una semana en el hospital pero esto era diferente. Aunque el niño no lo sabía y si eso era lo que le diría.

-Lo esta amor pero papá es fuerte-dijo Sharpay

-Mami-chilló Chloe

-Ven sweetie-

-¿Donde está papá?-

-Le decía a tu hermano que está malito pero se pondrá bien-explicó Sharpay

-Podemos dormir contigo-preguntó Chloe

-Claro cariño-respondió Sharpay

Los pequeños se metieron en la cama con Sharpay y se acurrucaron a su lado, después los tres se quedaron dormidos. Sharpay despertó con una sonrisa a pesar de no tener a Troy, le faltaba algo pero sus pequeños la ayudaban a sobrellevarlo. Después de desayunar Chloe pidió ir a ver a su padre a lo que Caleb se sumó pero Sharpay se negó, debían ir al colegio, a la tarde los llevaría.

Nada más dejar a sus pequeños en el colegio fue a ver a su hermano, con lo de su marido necesitaba consejo y su mellizo siempre estaba ahí para escucharla aunque se tratase de tonterías. Llamó al timbre y vio a su hermano con unas enormes ojeras, Ryan la dejó pasar y fueron al salón.

-Hola Sharp-saludó Ryan

-Hola Ry-

-Me alegra verte pero algo me dice que vienes a pedir consejo-comentó Ryan

-Si, me conoces bien-dijo Sharpay

-Bueno de que se trata-preguntó Ryan

-Es Troy-respondió Sharpay con tristeza

-¿Le sucede algo?-dijo Ryan

-Me temo que si. Esta enfermo...-

-Troy Bolton enfermo-se sorprendió Ryan

-Si, lo llevé al hospital y me dijeron que estaba débil-explicó Sharpay

-Vaya, lo siento. ¿En que puedo ayudarte?-preguntó Ryan

-No se que hacer, los médicos no saben si Troy se recuperará y sin él no...-respondió Sharpay

-Ya veo-Ryan se rascó la nuca-Quizás no sea fácil pero debes ser fuerte, los niños te necesitan. Sabes que adoran a Troy-

-Es su padre y él los ama con locura pero nunca vi a Troy tan débil. Me preocupa que no se recuperé. Él es mi vida y nuestros hijos...-

-Lo sé pero...-

Ryan no pudo terminar porque el teléfono de Sharpay lo interrumpió, la rubia lo cogió enseguida. Era del colegio de sus hijos.

-Señora Bolton-preguntó el director

-Si, que sucede-respondió Sharpay algo preocupada

-Es Caleb, ha desaparecido. Estamos buscandolo pero nada que aparece-expuso el director

-Que-grito Sharpay

-Necesitamos que venga porque Chloe esta llorando y no se siente bien-dijo el director

-Enseguida estoy ahí-aseguró Sharpay

-Sharp que sucede-inquirió Ryan

-Caleb ha desaparecido y Chloe no se encuentra bien-explicó Sharpay con angustia

-Me visto y te acompaño. Le diré a Kelsi-dijo Ryan

Quería decirle que no pero en ese momento Sharpay no estaba en condiciones de conducir. Estaba tan angustiada que no podía ni pensar, al cabo de un rato su mellizo bajo y ya tenía mejor aspecto, sus ojeras habían desaparecido.

Los dos fueron camino al colegio y se toparon con un bulto en la hierba, agazapado, algo oculto. Al acercase descubrieron que era Caleb, Sharpay corrió hacia su pequeño y lo abrazo, entonces el niño empezó a llorar.

-Quería ir con Papi-dijo Caleb entre sollozos

-Vamos a por tu hermana-sonrió Sharpay

Subieron al coche y recogieron a Chloe que no dejaba de llorar y se veía cansada. Sharpay le pidió a su mellizo que la llevara al hospital, quería que vieran a su pequeña mientras Ryan se quedaría con Caleb y Aaron. Los médicos le dijeron que Chloe tenía un resfriado y que con unas medicinas y descanso estaría bien.

Sharpay se encontró con Caleb pataleando y gritando que quería ver a su padre. La rubia los llevó a su habitación, Troy se veía agotado y los observaba. Caleb se soltó de la mano y como un rayo subió a la cama para abrazar a su padre.

-Papi-chilló Caleb

-Caleb Bolton-lo regañó Sharpay

-Papi-dijo Chloe

-Campeón, princesa-dijo Troy con voz débil

-Vas a venir a casa-preguntó Chloe

-Si papi-añadió Caleb

-Todavía no, cuando este mejor, vale-respondió Troy

-¿Como te encuentras?-dijo Sharpay

-Bastante cansado, débil pero nuestros hijos ayudan a que me sienta mejor-dijo Troy mientras sus pequeños se acomodaban en su pecho

-Te amo Troy-dijo Sharpay

-Yo también te amo Sharpay-dijo Troy

Sharpay se acercó y le dio un corto beso, Troy trato de recostarse pero sintió como si todo desequilibrase y se volvió a quedar como estaba. El pequeño Caleb beso la mejilla de Troy y se acurrucó en su cuello, el ojiazul sonrió a pesar de sentirse como una mierda.

Troy nunca enfermaba y si lo llegaba a hacer se recuperaba rápido pero esto lo había dejado por los suelos, en esta ocasión tardaría más en volver a estar bien por completo. Sharpay sabía que a su marido le había dado fuerte, se lo veía en la cara que estaba mal y no le gustaba verle así porque la sola idea de imaginarse no tenerlo a su lado le resultaba devastadora.

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Un par de días después Troy seguía en el hospital, estaba un poco mejor pero seguía sintiéndose fatal y una absoluta mierda. Sus padres fueron a verle y eso puso al ojiazul de mejor humor pero cuando se quedó solo empezó a imaginarse mil descabelladas teorías de lo que podía pasarle y ninguna era agradable. Poco después de que sus padres fuesen a verle su hermana entro en la habitación, estaba algo asustada por lo que Troy se sentó en la cama y esperó a que ella llegase a su lado.

-¿Qué sucede?-preguntó Troy

-Tengo miedo-respondió Alessandra

-De qué-dijo Troy

-El bebé, ¿qué pasa si Mike me deja?-dijo Alessandra

-Porque iba a hacerlo-añadió Troy

-El bebé es de mi ex marido y no suyo-

-Si, lo sé pero eso es porque ese malnacido de Peter abuso de ti, no porque tu a sabiendas hubieras engañado a Mike. Él jamás te dejaría mucho menos por ese motivo, te ama más que a nada en el mundo-acotó Troy

-Supongo que ti...-empezó a decir Alessandra

-Nada de supongo, es la pura verdad-dijo Troy con firmeza

-Tienes razón gracias hermanito-sonrió Alessandra

-Así me gusta verte pequeñaja. Te quiero mucho-sonrió también Troy

-¿Cómo te encuentras?-preguntó Alessandra

-Algo mejor pero no estoy mejorando-respondió Troy

-Solo necesitas más descanso y volverás a estar como nuevo-afirmó Alessandra

-Eso espero, de verdad que si, lo único que quiero es volver con mi hermosa Sharpay y mis tres maravillosos hijos-finalizó Troy

-Verás que si-lo amino Alessandra

Después estuvieron hablando de diversos temas hasta que Alessandra regresó a casa, Troy era un hombre fuerte, o al menos siempre lo había sido pero ahora no se sentía así. Fuera lo que fuera lo que le pasaba estaba acabando con él, nadie le decía nada y eso era mucho peor que saberlo, además en el fondo algo le decía que no acabaría bien, esperaba equivocarse pero no tenía muchas esperanzas en que fuera así.

En la noche Sharpay daba de comer al pequeño Aaron cuando su móvil comenzó a sonar insistentemente y se vio obligada a responder, se fijó que era un número muy largo, que no conocía.

-Hablo con la señora Bolton-preguntaron desde la otra línea

-Si, soy yo que desea-respondió Sharpay

-Le habla el doctor Blackwater, es sobre su marido. Troy Bolton-explicó el doctor

-¿Qué le sucede? Se encuentra bien-dijo Sharpay con terror

-Desafortunadamente no. Su estado a empeorado y seguimos sin saber que es lo que le sucede pero a pedido verla-aclaró el doctor

En cuanto colgó la llamada y terminó de dar de comer al pequeño llamo a London que llego enseguida con su novio, Paul, que también era su amigo y obstetra. Le pidió que se quedase con sus hijos y que ya le explicaría todo luego, a lo que ella no puso objeción, conocía a Sharpay como para saber que no era nada bueno que la llamase a esas horas.

Sharpay llegó lo más rápido que pudo al hospital y camino decidida hasta la habitación de su esposo, nada más verle supo que no estaba en absoluto mejor. Como le había explicado el médico, estaba peor, tenía unas enormes ojeras, su piel estaba más pálida y se veía algo más delgado de lo normal. Troy sonrió en cuanto vio a su hermosa mujer acercarse a él, se sentía más que mal pero tener a su preciosa Sharpay lo hacía sentirse un poco mejor.

-Mi amor...-empezó a decir Sharpay pero un nudo en la garganta le impidió seguir

-Preciosa he pedido que vinieras porque quería despedirme de ti y pasar un último momento a tu lado. Al lado de mi ángel de dorados cabellos-sonrió Troy

-No, no, no, no digas eso, te vas a poner bien y volverás a casa conmigo y nuestros tres hermosos hijos-Sharpay soltó un par de lágrimas-Vas a salir de esta-

-Por favor bebé, no llores. Quiero que mi último recuerdo tuyo sea sonriendo, me dedicarás una de tus radiantes sonrisas-preguntó Troy

-Una y mil más si así te recuperas-respondió Sharpay apoyando la cabeza en el poderoso pecho de su marido

-Te amo, para siempre tuyo-

-Te amo, para siempre tuya-

Troy odiaba la vida, porque era tan mezquina como para arrancarlo de los brazos de la mujer a la que amaba y de la de sus hermosos hijos. ¿qué horrible crimen pasado estaba pagando para que ahora le sucediera esto? ¿quién le odiaba tanto como para maldecirlo de esa forma?

>> Joder - murmuró Troy <<

Para Troy existía dolor físico pero el dolor emocional, el psicológico, ese que aunque pasase una eternidad seguía ahí era el que ahora lo estaba torturando. A pesar de que eso era lo que quería no se imaginaba a Sharpay casada con otro y criado a sus tres hijos junto a ese hombre mientras él recibía el descanso eterno, un sueño profundo del que jamás podría despertar. Los celos lo devoraban como si fuese basura que llevaba tiempo ahí, como si su existencia no hubiera importado. Troy no pensaba en el mismo, sino en todo lo que sus seres queridos iba a sufrir por él, sus padres, su colega Chad, sus cuñados, su hermana pero sobre todo su hermoso ángel Sharpay y sus tres niños, quizás solos sus gemelos, ya que su pequeño Aaron ni se acordaría de él, ni siquiera le conocería ni le podría llamar papá o le podría decir te quiero. Se lo perdería todo de la vida de su nuevo hijo, su oportunidad para reparar los errores cometidos con sus gemelos se había esfumado, se había roto en miles de pedazos imposible de recomponerse y eso era lo que más le dolía.

-Preciosa prométeme que seguirás luchado aunque ya no este a tu lado. Que serás fuerte y que cuidaras de nuestros pequeños-Troy soltó unas lágrimas-Prométemelo-

-Te lo prometo amor pero nada de eso va a pasar-asintió Sharpay tratando de no romper a llorar

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Desde aquella noche la salud de Troy fue yendo a peor, había llegado un punto en el que estaba tan débil que le habían prohibido las visitas. Además ni siquiera podía moverse de la cama y eso tenía a todos muy mal, sobre todo a Sharpay y los gemelos.

Chloe ya no era tan alegre y siempre estaba triste, Caleb había dejado de hablar, ninguno de los dos tenía ganas de sonreír. Eso era lo peor de aquella situación, Sharpay había intentado de mil maneras que sus pequeños fueran felices pero nada parecía funcionar. Aaron por el contrario era demasiado pequeño como para ser consciente de lo que pasaba a su alrededor.

Sharpay llevaba a los gemelos al colegio cuando se cruzó con Peyton, los pequeños se escondieron tras su madre. Mientras que la rubia no pido evitar entrar en pánico, él ls había violado repetidamente y y se suponía que debía estar en la cárcel.

-¿Qué haces aquí?-logró decir Sharpay

-No te haré nada, por favor sólo quiero hablar-dijo Peyton

-Date prisa-soltó Sharpay

-Se que lo que hice no tiene perdón pero aún así quiero disculparme. Actúe mal y lo siento por eso quiero contarte esto-añadió Peyton

-Habla rápido-

-Jared, el ex de Gabriella antes de venir aquí, es responsable de todo lo sucedido. Cuando Troy fue encarcelado por error, tu accidente, absolutamente todo fue culpa suya. Él lo planeo, incluso estando en la cárcel, me manipuló y envenenó mi mente, lo que sentía por ti me cegó-

-Bien, ahora permíteme-zanjó Sharpay

-No espera-añadió Peyton

-¿Qué?-escupió Sharpay molesta

-Se que le sucede a Troy-dijo Peyton

Sharpay se quedó de piedra, no esperaba que Peyton pudiera decir eso. ¿Cómo podía saberlo cuando ni los médicos lo sabían?

-Jared lo envenenó con algo difícil de detectar, no se el nombre pero puedo salvarlo-explicó Peyton

-Porqué ibas a querer hacerlo. Odias a Troy-preguntó Sharpay

-Quiero reparar mis errores-respondió Peyton

-No te creo, ¿cómo puedes tu saber lo que le pasa y los médicos no?-soltó Sharpay

-Dejarás morir a Troy entonces-agregó Peyton

Por mucho que no le gustase debía reconocer que Peyton tenía razón y vaya si la tenía. Estaba obligada a hacer algo, ni en mil vidas dejaría morir a Troy, eso no ocurriría si podía evitarlo. Quizás luego terminase arrepintiéndose pero no había otra opción, se arriesgaría. De no hacerlo jamás se lo perdonaría, por su marido iría hasta el mismo infierno si era necesario.