Dos caminos. ¿Cuál debo tomar?
Después de haber escuchado el relato de porque Troy ya no estaba con Gabriela sintió un poco de rabia hacia la morena, lógico que él se comportase así, ahora con más razón lo llevaría a su casa, por esta vez bajaría las armas, aunque seguía con la idea de mantener la distancia con Troy, esa noche rompería eso.
Sharpay aparcó delante de la puerta de la casa y ayudo a Troy a bajar de coche, había bebido mucho y casi no se tenía en pie, aunque ella era algo más baja y él le doblaba en musculatura gracias al tiempo que pasaba en el gimnasio tenía la fuerza suficiente para cargarlo, aunque no por mucho, así que con rapidez camino a la puerta. Llamó al timbre y le abrió el padre de Troy, rechazando el ofrecimiento de ser él quien llevase a su hijo hasta su cama, en su habitación lo tumbó encima de la cama, el peso del ojiazul empezaba a hacerle difícil sostenerlo mucho tiempo más, a pesar de que no era la primera vez que estaba allí en la anterior ocasión ni siquiera se había fijado en nada, tenía otras cosas de las que preocuparse como para eso.
Sharpay observó con detalle cada rincón de la habitación, no era como se la imaginaba, suponía que tendría fotos de Gabriela y objetos de baloncesto, entonces la rubia recordó la historia que los labios de Troy le habían contado hacía poco, eso le hizo suponer que por esa razón tenía la decoración que estaba viendo, de lo que no era consciente era del porque le importaba tanto todo lo que concernía a Troy Bolton para ella, la princesa del hielo solo le importaba ella misma, nada más que eso.
Fría, soberbia, descarada y fabulosa, así era la inigualable, princesa del hielo, Sharpay Evans.
Troy se recostó en la cama y se frotó la cabeza, le dolía debido al alto contenido de alcohol en su organismo, no recordaba mucho de esa noche, al menos después de su tercera copa, así que se sorprendió de ver a Sharpay frente a él, lo miraba de una forma que Troy no era capaz de entender, entonces algo en su interior se encendió, sin pretenderlo, algo estaba cambiando aunque él no era consciente todavía de eso.
Sharpay observaba cada movimiento de Troy un tanto confundida, sentía ¿deseo?, un enorme deseo, entonces sin darse cuenta se sorprendió a si misma porque se encontraba besando a Troy Bolton, saboreaba los tiernos y carnosos labios de ese chico por el que en sus años de instituto sintió algo, ahora las cosas eran distintas pero se sentía bien, era un beso pausado pero lleno de deseo, poco a poco se fue intensificando, haciendo voraz, hambriento, Troy le correspondió porque llevaba desde que se habían vuelto a encontrar deseando que sucediera, se separaron por falta de aire, ambos respiraban con dificultad, se quedaron inmóviles por unos segundos hasta que Troy volvió a besarla, quería saborear de nuevo los dulces labios de la rubia, introdujo su lengua y Sharpay abrió la boca para darle paso, aunque ya se había besado con otros chicos esta vez era diferente, no podía decir porque pero lo era, después él la miro de arriba abajo para poder observar su belleza, incluso con ropa era hermosa.
-Va a ser una delicia desvestirte muñeca-soltó Troy ardiente de deseo por esa belleza rubia que tenía frente a él-No te quepa duda
Troy se acercó a Sharpay y bajo el cierre de su vestido para luego hacerlo caer al suelo, por fin la tenía, por fin podría hacerla suya, llevaba ropa interior de lencería negra la cual se ajustaba a su figura como si fuera hecha especialmente para ella, desde luego Sharpay era una verdadera belleza, sus grandes pechos bien formados daban paso a un plano abdomen seguido de unas largas piernas bien torneadas, ni que decir de la parte de atrás, sin esperar más Troy se quito su camisa dejando al descubierto sus trabajados abdominales, nuevamente se dirigió a los labios de la rubia para saborearlos, tenía una boquita deliciosa, todo en ella era una exquisitez, después desabrocho con rapidez el boche del sujetador de Sharpay dejando libres esos preciosos pechos. Troy la condujo a la cama y con su lengua lamió cada uno de ellos, de verdad que era una auténtica delicia tenerla toda para él, soltó el cinturón de su pantalón y este fue a hacerle compañía a la ropa de la rubia, incluso con sus boxers puestos se podía notar la tan evidente erección de Troy, estaba durísimo pero todavía no entraría en ella, aún no estaba lista y quería disfrutar de la bonita Sharpay, regreso por tercera vez a su boca para otro beso, se estaba volviendo adicto a sus labios, despertaban en Troy tantas cosas, que sentía como su corazón bombeaba sangre a todo su cuerpo, era una sensación completamente nueva a pesar de haber estado con numerosas mujeres pero esa rubia que estaba ahora en su cama era diferente, la deseaba, carajo si la deseaba y por fin la haría suya, después de un apasionado beso fue bajando poco a poco hasta llegar a sus pechos, los manoseo y succiono deleitándose de cada centímetro de esos dos bien formados pechos, aunque no le veía la cara podía percibir como Sharpay estaba disfrutando como él porque a pesar de que trataba de evitarlo había soltado ahogados gemidos de placer y eso que recién había empezado todo, dejando besos por su abdomen llego su feminidad, toda depilada, lista para ser saboreada, dio un rápido paso con su lengua y luego Troy introdujo un dedo, estaba excitaba, podía sentirlo, al cabo de un rato metió dos más, la rubia se arqueo para sentirlo mejor, pronto llegaría al orgasmo si seguía así, con movimientos lentos Troy acarició su clítoris mientras Sharpay gemía, en ese momento todo control había desaparecido y deseaba sentirlo dentro pero el ojiazul tenía otra cosa en mente, todavía había algo que tenía que hacer, sacó los dedos introduciendo su lengua, era hora de probar su vagina bien mojadita, estuvo saboreando cada centímetro varios minutos hasta que sintió como se venía, le lamió y se deshizo de sus boxers, ya estaban empezando a molestarle debido a la erección, por fin estaba lista, Troy sacó un condón de su mesita de noche y con rapidez se lo puso en su duro miembro.
-Por fin vas a ser mía preciosa-gruño Troy antes de hacerla suya. Sin esperar más introdujo su erecto pene en la húmeda vagina de Sharpay-Oh si nena
Sharpay sintió un ligero dolor en su intimidad, era tan grueso que pensó que moriría, segundos después Troy empezó con las embestidas, primero despacio y luego rápidas, ambos gemían de placer, como se había imaginado, esa preciosidad rubia era exquisita, sentirla, hacerla suya era mejor de lo que había creído.
-Así muñeca, así-dijo Troy entre gemidos-Eres deliciosa-Entonces volvió a su boca mientras continuaba entrando y saliendo de ella
Siguió con las fuertes embestidas mientras que Sharpay respiraba agitadamente y de vez en cuando soltaba gemidos de placer, al igual que Troy, después de unas cuantas embestidas los dos al mismo tiempo llegaron al orgasmo, salió de ella, se quitó el condón y se limpió, luego beso a Sharpay una última vez, era toda una diosa griega, al separarse se percató de que tenía los labios hinchados por tantos besos, probablemente igual que él, después se quedo un rato observando a la hermosa rubia dormida con su delicado cabello rubio desparramado por toda la almohada, se tumbó a su lado con cuidado de no despertarla y la rodeo con sus brazos, luego también se quedó profundamente dormido.
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Sharpay se despertó con un pequeño dolor en sus partes íntimas y abrazada a alguien, al girarse se quedo en shock, con la boca abierta, era Troy pero en esta ocasión a diferencia de la anterior estaba completamente desnudo, además ella también eso quería decir que... que.
Entonces las imágenes de ella con Troy le inundaron la mente y turbaron sus sentidos, había sido un mar de emociones, todas nuevas para ella, ese hombre que yacía a su lado durmiendo la había hecho sentir tantas cosas, la había convertido en una mujer, a pesar de sus ya 23 años no se había acostado con nadie hasta ese momento, de verdad había sentido deseo antes de estar con ese cínico, cretino, arrogante y engreído de Troy Bolton, como había sido eso posible, no se encontraba en sus cinco sentidos, no podía ser así.
« Por el amor de dios no, Cielo santo »
¿Cómo es que había acabado en la cama de Bolton? ¿Qué le había hecho entregarse a él sin poner resistencia? Debía ser una broma, eso tenía que ser
Pero para su mala suerte no lo era y así se lo decía el dolor que tenía en sus partes, se fijo en la pequeña mancha de sangre en las sábanas de Troy, eso era lo peor, él no podía saberlo, así que sin preocuparse por lo que pudiera decirle, lo zarandeo con ganas, tenía que despertarlo y pronto o se volvería loca, ni loca dejaría que viera que había sido el primer hombre con el que había estado, después de varios intentos Troy abrió los ojos. Lucía increíblemente sexy recién despierto, era tremendamente atractivo, Sharpay se reprendió mentalmente por ese pensamiento.
« Por favor Sharpay, como va a serlo, es un cretino, arrogante y engreído »
Troy estaba confundido, a que venía la actitud de Sharpay, luego recordó lo de anoche y no pudo evitar sonreír, por fin había tenido a esa preciosa rubia en su cama, por fin la había hecho suya, era mejor de lo que se había imaginado, supo que por eso Sharpay estaría ahora así, se la veía enfadada y frustrada.
-¿Qué sucede muñeca?-dijo Troy como si no entendiera-Algo va mal
-No idiota, ¿solo estoy desnuda y necesito ir al baño?-soltó Sharpay molesta
-Pues ve, yo no te lo impido preciosa-contestó Troy divertido, entonces la rubia tiró de las sábanas y se envolvió en ellas tirando a Troy al suelo-Oye que te pasa
Sharpay no le contestó, simplemente se encerró en el baño y se dejó caer al suelo, como había podido entregarle su virginidad a alguien como Troy Bolton, había estado esperado al hombre indicado y ahora simplemente lo había hecho con un cretino, arrogante que seguramente solo quería acostarse con ella, ya no podía hacer nada para cambiar lo sucedido pero mantendría las distancias desde ese momento, no pensaba volver a caer en su juego de nuevo, después de unos minutos de autorecriminación entreabrió la puerto y le pidió a Troy que alcanzase la ropa, no saldría de allí hasta no estar completamente vestida.
-Dame mi ropa-soltó Sharpay desde la puerta
-Porque no te vistes aquí muñeca-dijo Troy divertido
-No, de eso nada y deja de llamarme así, por favor-
Después de lavarse la cara se volvió a poner el vestido que había llevado a la inauguración del restaurante de Zeke y salió, Troy únicamente estaba en boxers, la miraba de arriba abajo, Sharpay lo miro con desprecio y se marchó sin dirigirle la palabra, menudo idiota, se sentía fatal por haber mantenido relaciones con Troy Bolton, condujo a casa y sin importarle nada subió a su habitación, necesitaba despejarse.
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Troy se sentía dichoso, por fin había tenido a la preciosa Sharpay, a la princesa de hielo en su cama, se tumbó en la cama boca arriba observando el techo con una gran sonrisa en la cara, recordar como esa bonita rubia había gemido con su contacto y había respondido ante él lo lleno de satisfacción, esa gatita era un delicia.
Nada más irse Sharpay, Troy fue a darse una ducha, ver a esa exquisita rubia solamente en ropa interior lo había vuelta a poner a cien y eso que ya la había tenido en su cama pero seguía deseándola, era algo difícil de comprender, como podía ser así, ahora lo que deseaba era volver a tenerla otra vez.
En cuanto salió de la ducha, se vistió, bajo a desayunar y se marchó, ahora que iba a quedarse en Albuquerque tenía que buscarse un trabajo pero que podía hacer, no había terminado la universidad por culpa de la lesión, así que de que podía trabajar, quizás Chad pudiera ayudarle, aunque primero debía contarle todo y no quería, había sido demasiado doloroso para volver a revivir todo de nuevo, simplemente le diría lo justo.
De camino a casa de Chad se tropezó con la persona que menos quería ver, Gabriela, no tenía buen aspecto pero a Troy ya no le importaba lo concerniente a ella, esa era una página cerrada en su vida, no tenía intención de seguir por ese camino. Sin siquiera preguntar o saludar, Troy se dispuso a continuar hasta casa de su amigo pero para su problema Gabriela lo detuvo.
-Espera Troy-dijo Gabriela agarrándolo del brazo
-¿Qué quieres?-Troy estaba molesto-¿Qué pasa?
-Hablar-dijo Gabriela
-Pero yo no, cuanto más lejos de ti mejor-soltó Troy
-Por favor, Troy-insistió Gabriela
-Bien, tienes cinco minutos-cedió Troy y ella le soltó el brazo
-Quiero pedirte que volvamos-dijo Gabriela
-Lo dices en serio-
-Si, yo te amo-dijo Gabriela
-Pues tu forma de amar es algo desagradable y prefiero dejarlo así-soltó Troy harto ya de la falsa dulzura de Gabriela
-Yo, se que... que no fue lo correcto pero era mi futuro-replicó Gabriela
-Tu futuro, estás de coña no-
-¿Qué querías que hiciera?-dijo Gabriela
-Estar a mi lado, no fue fácil sabes-expuso Troy muy enfadado-Yo te necesitaba, deje todo por ti y así me lo agradeces. Incluso me fui a Berkeley para estar más cerca de ti
-Lo siento, de veras Troy-dijo Gabriela casi llorando
-Tus lágrimas no me harán cambiar de opinión, me traicionaste. Lo nuestro se acabo, asunto zanjado, mejor que lo aceptes de una maldita vez-soltó Troy con rabia-No quiero volver a verte, ni me llames, ni me dirijas la palabra, nada
-Yo te quiero mi amor-dijo Gabriela llorando
-No vuelvas a llamarse así nunca, nunca más, me oíste-le replicó Troy alzando la voz, se lo veía muy enfadado, incluso sintió ganas de pegarla pero no lo hizo, sería un cretino, arrogante y engreído pero no era un maltratador-No tienes derecho a decirme que aún me amas
-Por favor, Troy-
No dijo nada más, solo quería largarse de allí lo más rápido posible, Troy quería cerrar esa jodida página de su vida, aún cinco años después seguía siendo igual de doloroso que entonces y que Gabriela le pidiera volver lo hacía todavía peor, que se pensaba, que era una idiota enamorado deseando recuperar a su chica, pues eso ni de coña y un cuerno, Troy Bolton no volvería con Gabriela ni por más borracho que estuviera, que se creía ella.
« Joder, porque no podía cerrar esa herida, era jodidamente dolorosa, carajo »
Troy fue el resto del camino a casa de Chad con un humor de perros, Gabriela lo había puesto furioso, ese día en que ella lo abandonó se había dicho que no volvería a enamorarse ni a comprometerse con nadie y eso haría, nada de ataduras, solo sexo, buen sexo, todo era una excusa sin sentido para unir a dos personas, menuda mierda toda esa basura del amor, Troy ya no creía en el amor, absolutamente nada, solo se divertiría.
Llamó a la puerta y prontamente Chad abrió, parecía que estaba por salir porque tenía las llaves de casa en la mano, al ver a su amigo a los ojos supo de inmediato que le pasaba algo y le ofreció acompañarlo, así podrían hablar en lo que que llegaban al destino.
-¿Qué pasa?-dijo Chad
-He discutido con Gabriela-soltó Troy, estaba tan dolido con Gabriela que ni siquiera quería perdonarla por lo que le había hecho, no lo haría ni en mil años, ella lo había herido tanto que no quería saber de ella en la vida
-Y porque, creía que ya no estaban juntos-dijo Chad confundido, no entendía a que se refería su amigo, por lo poco que sabía sus dos amigos había terminado
-No lo estamos pero me la he encontrado y la muy descarada me ha pedido volver-dijo Troy sin emoción alguna
-Eso es que todavía te quiere-dijo Chad
-Si, lo sé-
-Y porque no vuelves con ella, te gusta ¿no?-dijo Chad
Troy no contestó, solamente se limito a desviar la mirada, si, cierto que aún sentía algo pero no era igual que cuando estaban juntos, ahora sentía algo más por otra persona, aunque él no era consciente de eso
-Espera te gusta otra persona, por eso no quieres volver con ella-cuestiono Chad
-¿Qué? Pero que dices-bromeo Troy, aunque en realidad no estaba seguro de eso-Ya dejemos el tema Gabriela de lado, no quiero saber de ella nunca más
-Bien como tu digas. ¿Qué harás con Gabriela?-preguntó Chad
-Nada, absolutamente nada, es un capítulo cerrado. Lo nuestro se acabo y punto-
-Ya veo. Y te quedarás mucho aquí-dijo Chad intrigado, quería saber cuanto tiempo podría tener a su amigo nuevamente
-No entiendo a que viene la pregunta-Troy frunció el ceño
-Si, supongo que volverás a California a seguir con tu trabajo, sea cual sea-dijo Chad
-Pues no, vengo para quedarme, en realidad quería hablar contigo de eso-dijo Troy
-Te escucho, que querías decirme-
-Necesito trabajo, no sabrás de algo-dijo Troy
-Pues la verdad si. Resulta que necesito un ayudante. Estaría increíble trabajar juntos, recuperar a mi colega, como cuando estudiábamos-comentó Chad entusiasmado
-Genial, me gustaría. Haríamos un gran equipo-
-Iba para allí ahora. Hemos llegado-dijo Chad
-¿Qué hacemos en East High?-
-Trabajo aquí o mejor dicho ahora trabajamos los dos aquí-dijo Chad
-Se puede saber de que trabajas-preguntó Troy, se imagina mil cosas y necesitaba respuesta
-Soy el entrenador de los Linces-dijo Chad sonriente, le encantaba ser el entrenador de esos muchachos, él había sido uno de ellos
-Cierto mi padre lo dejo pero no sabía que habías ocupado el puesto-
-Si me lo ofrecieron y acepte, fue todo un honor. Serás mi ayudante entonces-dijo Chad, Troy se puso blanco como la nieve
-No tranquilo, buscaré otra cosa-respondió Troy
-Estas bien, tienes mala cara-dijo Chad preocupado al ver que su amigo se había puesto blanco
-Si, es solo me sorprendió nada más-dijo Troy
-Porque pero si antes te gustó la idea-argumentó Chad, no entendía porque ahora Troy le decía que no a la propuesta
-Simplemente prefiero buscar otra cosa-
-Vamos será divertido, eres buen jugador y sabes del tema-dijo Chad
-He dicho que no Chad-soltó Troy
-Porque no, estaría increíble, venga Troy colega, di que si, vamos-Chad trató de convencerlo pero Troy no quería el trabajo, eso implicaría volver a hablar del baloncesto y después de lo sucedido no quería saber nada de eso
-He dicho que no y punto. Joder es que estás sordo-escupió Troy enfadado
-Oye tranquilo, que no es para ponerse así, relaja un poco colega. Solo piénsalo-dijo Chad
-Carajo, no oíste bien, joder, imbécil. No voy a aceptar-Troy estaba ya que echaba humo, quería romperle la cara
-Sin faltar-le recriminó Chad enfadado-No te pases
-Me pongo como me da la gana, imbécil-
-Bien, eres un capullo sabías. No se que cojones te pasa pero tu no eres así-dijo Chad
-Vete al carajo cabrón-escupió Troy alzando la voz
-No vuelvas a hablarme-le soltó Chad
Troy se fue furioso, gruñendo y maldiciendo, Chad ya podía irse mucho al infierno. Desde ese momento ya no serían amigos, más después de haberle insistido en que fuera su ayudante cuando lo había dicho que no, pero quien se creía que era ese estúpido.
No quería tener nada que ver con el baloncesto nunca, era muy doloroso y eso le recordaba su lesión, le recordaba que no podía volver a jugar, Troy Bolton ya no era el chico del baloncesto, ahora era una persona normal, como cualquier otro. Estaba por irse cuando se encontró de frente con una de sus antiguas profesoras Miss Darbus, aunque sus castigos no eran agradables tenía buenos recuerdos de ellas, a pesar de que querían olvidar su etapa de estudiante.
-Troy, eres Troy Bolton verdad-preguntó Miss Darbus
-Si señora Darbus-dijo Troy
-Estos cinco años te han sentado bien-dijo Miss Darbus
-Gracias-agradeció Troy quien quería irse pero no lo haría, menos tratándola de mala manera a su antigua profesora cuando no tenía razón para hacerlo, esa mujer había sido una muy buena profesora a pesar de sus castigos
-Es cosa mía o te sucede algo. Disculpa si soy una entromedita-dijo Miss Darbus, había notado la tristeza en la cara de Troy aunque él tratase de ocultarlo
-No, estoy bien-
-Me alegrado verte, espero todo te vaya bien-dijo Miss Darbus
-Si, gra... gracias-contestó Troy secamente
-No se lo que sea lo que te pasa pero todo sucede por alguna razón-dijo Darbuss
Troy no respondió solo se limito a mirar a su profesora, no entendía porque le estaba diciendo eso y tampoco le dio importancia.
-Estoy bien, solo es nostalgia-soltó Troy seco, en realidad no era eso pero no pensaba decirle la verdad
-Te voy a dar un consejo, aunque no me lo has pedido. Puedo ver que algo te sucede, no se porque estás así pero recuerdo que tenías muchos planes y ganas de ver lo que te deparaba el futuro, ahora solo veo a un joven con la mirada apagada. Resuelve lo que sea que te tiene así y verás que todo mejorará-dijo Miss Darbus
Ante esas palabras, Troy sintió algo extraño dentro de él que no podía descifrar porque le hablaba de su futuro o de lo que había sido en el pasado. Las cosas ahora era muy diferentes, ya no creía en nada, no entendía a que venía el consejo pero no le puso más importancia y salió de East High.
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Hacía dos semanas que había sido la inauguración del nuevo restaurante de Zeke y desde ese día no había vuelto a hablar con el idiota de Troy, quien solo la había buscado para acostarse con ella, Sharpay estaba por ir con su amiga London, mientras caminaba a la cafetería donde habían quedado se cruzó con Gabriela, iba distraída y tenía signos de haber estado llorando, verla así le divertía, más ahora que sabía todo lo sucedido con Troy.
-Perdón oye deberías ver por donde vas-dijo Sharpay irritada
-Lo siento, yo... yo no te vi-dijo Gabriela con su tono dulce
-Sabes deberías ir viendo por donde andas-le soltó Sharpay con algo de burla-Aunque por mi haz lo que te venga en gana pero deja de hacerte la inocente
-De que hablas-dijo Gabriela sin comprender
-Lo que oyes, quita esa cara de no he roto un plato en toda mi vida, deja de fingir ser la chica dulce y adorable porque de eso tienes lo que yo de pobre-rió Sharpay
-Mira no se de que me hablas pero me voy-dijo Gabriela tratando de irse
-De eso nada, a mi no me engañas, tu vas de niña buena cuando has hecho daño a Troy y mucho-
-¿Qué?-Gabriela estaba sorprendida, no estaba entendiendo lo que Sharpay trataba de decirle pero le daba igual
-Si, se lo que paso con los dos. Tu lo dejaste-le espetó Sharpay
-Creo que ahí te equivocas, fue Troy que terminó conmigo-dijo Gabriela molesta
-Lo sé de sobra pero porque tu decidiste marcharte sin importarte que estuviera pasando por un momento difícil, lo abandonaste cuando más te necesitaba-le recriminó la rubia con rabia
-Eso no es asunto tuyo y como sabes eso. Yo no se lo conté a nadie y él...-
-Troy me lo confesó el día de la inauguración de Zeke, admito que lo hizo estando borracho pero ese no es el caso-contestó Sharpay algo molesta con la morena
-Vale, bien si y que. Lo que pasara entre los dos no es cosa tuya-le soltó Gabriela más molesta aún-Además porque te importa tanto Troy, nunca habéis sido amigos
-Bueno eso no...-
-Aléjate de Troy, me oyes-grito Gabriela
Sharpay se marchó hecha una furia, siempre le había caí mal pero ahora la soportaba menos, se hacía la buena cuando también tenía lo suya, aunque lo que más le había molestado es que le dijera eso de porque le importaba Troy, quien era ella para meterse en sus asuntos, nadie, Gabriela estaba por debajo de su estatus, Sharpay Evans hacía lo que quería y cuando quería, quien se creía que era para decirle lo que debía hacer.
« Cielo santo, Gabriela era... »
Hecha una furia camino hasta la cafetería, por culpa de Gabriela se había retrasado, London estaba sentada en la mesa bebiendo de té, Sharpay se acercó y se sentó frente a su mejor amiga.
-¿Que te tiene con esa cara?-dijo London notando el enfado de Sharpay
-La odio, la odio, nunca me caerá bien-
-¿Qué? ¿De que hablas?-preguntó London, se sentía confundida, porque Sharpay estaba que echaba humo
-A Gabriela, no la soporto, sabes que nunca me ha caído bien pero ahora menos todavía-soltó Sharpay furiosa
-Si lo sé pero que ha hecho para que te pongas así-preguntó London
-Es una estúpida-escupió Sharpay de malas pulgas
-Ya pero algo habrá hecho para que te haya puesto de malas-dijo London
-Se va de buenecita y tiene lo suyo-
-¿Qué te importa lo que haga esa perdedora?-dijo London
London tenía razón, lo que hiciera o dejara de hacer la estúpida de Gabriela no le importaba los más mínimo, ella era Sharpay Evans. Las dos amigas estuvieron una rato charlando hasta que se fueron de compras, eso siempre las ponía de buen humor.
Sharpay se sentía como si estuviera entre la espada y la pared, porque iba a molestarse por la tonta de Gabriela Montez o incluso por ese cretino de Troy Bolton, ella era mejor que ambos, lo tenía todo, lujos, dinero y una belleza sin igual, ella era...
Sharpay Evans, princesa del hielo
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