¿Despedida?
Hacía dos días que Troy estaba en los calabozos de la comisaría acusado de tráfico de drogas, según habían sabido era que alguien lo había denunciado a parte esa misma persona les había entregado pruebas en contra del ojiazul, por eso es que lo habían detenido.
En todo ese tiempo nadie había ido a verlo, ni siquiera Gabriella, aunque prefería que ella no fuese, no quería tener nada que ver con la morena nunca más, eso era cosa de pasado y así debía seguir siendo. Gabriella Montez estaba fuera de su vida.
Troy estaba caminando de un lado a otro de la celda cuando un guardia abrió la puerta, se acercó a él para esposarlo, como la anterior vez no opuso resistencia alguna, no tenía intención de dar problemas aunque ganas no le faltaban por atreverse a encerrarlo inocentemente. Lo que más deseaba en esos momentos era liarse a golpes e ir por esa misteriosa persona que lo había acusado falsamente para demostrarle con se estaba metiendo pero a pesar de ello Troy era inteligente y sabía si lo hacía tendría todavía más problemas de los que preocuparse.
Lo condujeron a una sala blanca con una mesa, unas sillas en el centro y un enorme cristal en una de las paredes con un solo foco de luz en el techo, lo sentaron a la silla atando las esposas a la mesa.
-Tienes visita-El guardia se fue sin quitarle las esposas
-Hijo-Troy se giro en dirección a la puerta, sus padres acaban de entrar y no tenían buena cara
-Hola papá-dijo Troy fríamente
-No esperábamos esto de ti, sabíamos que habías cambiado pero...-soltó Jack molesto
-Yo no he hecho nada-
-Mi niño-Lucille acarició la mejilla de Troy y él se apartó bajando la mirada
-Nos has decepcionado hijo-le reprochó Jack algo enfadado
-Yo no he hecho nada, nunca lo haría-Troy se miraba las manos
-Entonces porque estás aquí-gritó un ya enfadado Jack
-No lo sé pero porque no me creéis, soy vuestro hijo joder-
-Pues no te comportas como tal, pareces alguien completamente diferente-argumentó Jack levantando la voz
-Tienes que afrontar las consecuencias de tus actos cariño, debes ser responsable, acaso no te enseñamos eso-contestó Lucille
-Carajo lo sé pero no he hecho nada-
Troy había cambiado, mucho a decir verdad y a pesar de eso era un hombre con los huevos bien puestos y responsable, sabía que cada acto tiene sus consecuencias pero joder, maldita sea, él no había hecho nada.
Entonces porque tendría que cargar con eso, no lo haría, ni de coña, si él fuera responsable de lo que lo acusaban pagaría por ello pero no era el caso, así que sacaría las uñas y pelearía, pelearía con quien fuera necesario.
« Por supuesto que no, joder »
¿Que coño había hecho para merecer lo que le estaba pasando? ¿Por qué? Troy no dejaba de preguntárselo, no podía pensar en otra cosa que no fuera eso.
« Carajo, que mierda estaba pasando »
----------------------------------------------------------------------------------
Hoy era el día en que se le leerían los cargos formalmente, luego verían que hacer con Troy, el agente Dayron Smith se encargaba de llevar el caso y decían que era todo un tiburón a la hora de encerrar a los criminales, más si se trataba de personas relacionadas con el narcotráfico, justo de lo que se acusaba al ojiazul.
Antes de llevarlo a los juzgados le permitieron recibir una última visita, era Chad acompañada con su esposa Taylor, ambos al igual que sus padres no tenían buena cara, Troy no se esperaba que fuera después de la pelea que los dos habían tenido, unas cuantas semanas atrás.
-No se que coño te pasó para que cayeras de este modo pero que sepas que no cuentes conmigo para ayudarte, no deseo mezclarme con gente como tu-soltó Chad
-¿Estás de coña no?-
-Para nada, hablo muy enserio, se acabó, ya no somos más amigos, creía que a pesar de haber cambiado seguías siendo una buena persona, ya veo que me equivoque, olvídame y púdrete en la cárcel-le recriminó Chad enfadado
-Lo siento Chad, lo que te dije aquel día, solo no estaba en mis cabales. Es que yo bueno no lo he tenido fácil desde que nos graduamos. Para mi sigues siendo como mi...-replicó Troy
-Me da igual lo que tengas que decir-Chad lo interrumpió, lo miro con desprecio y se dispuso a marcharse
-Tu te lo buscaste al involucrarte en asuntos de drogas, sabías a lo que te exponías-dijo Taylor algo decepcionada
-Bien, si eso pensáis iros al infierno-soltó Troy muy enfadado
-Es una pena, te consideraba mi hermano-
Después el feliz matrimonio salió de la habitación, Troy no pudo evitar golpear la mesa con fuerza, carajo, ni siquiera sus padres o su mejor amigo habían creído en su inocencia, porque después de todo lo creían capaz de hacer algo así, si podría haber cambiado y todo lo demos pero joder, maldita sea. ahora lo veía todo claro, una vez más estaba solo pero una cosa tenía clara, cuando todo se aclarase no pensaba seguir manteniendo contacto con ellos, con ninguno de ellos.
––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––
Aunque no había ido a verlo, Sharpay se había encargado de reunir información con respecto a Troy, a pesar de no poder explicar porque la rubia estaba convencida de que nada de lo que lo acusaban era cierto, esa clase de persona no se habría preocupado de devolverle a su perro como si lo había hecho Troy, además parecía que su bebé se había encariñado con él, así que no podía ser que Troy Bolton fuera tan malo, si era cierto que no podía negar que había cambiado mucho y ahora era un cretino, arrogante y engreído pero no un maldito traficante de drogas.
« Por supuesto que no »
Por eso Sharpay había decidido ir y hablar con él, debía escuchar de la boca del propio Troy los hechos, hasta no hacerlo seguiría viéndolo como inocente, se puso un blusa top de tirantes verde agua con una flor a un lado, pantalones blancos algo más abajo de la rodilla y sandalias blancas y negras, a pesar de llevar un look bastante normal se veía fabulosa, como siempre, cogió su móvil, las llaves de casa y del coche, sus gafas de sol y las metió en el bolso pero antes de poder salir por la puerta la gruesa voz de Vince la detuvo.
-Ha donde vas-cuestionó Vince
-A la comisaría-
-¿Qué?-dijo Vince con sorpresa, de verdad había escuchado bien-¿Para qué?-
-Que crees, a ver a Troy-
-De eso nada-soltó Vince molesto
-Porque no-preguntó Sharpay
-No quiero que te involucres con...-expuso Vince
-Solo voy a hablar, eso es todo-dijo Sharpay
-Haz caso a tu padre cariño-dijo Derby, que recién acababa de aparecer junto con Ryan y Kelsi
-Si, Sharp, Troy ha cambiado mucho, ahora es peligroso-argumentó Ryan
-Ahí llevan razón, Sharpay, no puedes negar eso-expuso también Kelsi
-Ya y lo sé, se que ha cambiado pero él no...-
-No se lo que haya hecho pero no estás viendo las cosas como son-recrimino Vince
-Pero papi, Troy no...-
-Nada de reproches, aléjate de ese hombre o me aseguraré de que no salga de la cárcel en lo que le queda de vida-soltó muy enfadado Vince
-Bien, no me acercaré a él-Sharpay estaba muy molesta-Pero creo que te equivocas
Sharpay se sentía enfadada, como podían hablar de ese modo cuando ni siquiera lo conocían, claro que admitía que Troy había cambiado pero él no era tan malo, ella podía ver que a pesar de todo el viejo Troy aún estaba ahí, entonces subió a su habitación, cogió las cosas de Boi y volvió a bajar con su perrito sujeto por la correa, iría a ver a Troy les gustase o no, aunque en vista de las reacciones de su familia lo haría a escondidas, primero hizo una parada para sacar a pasear a su bebé, después condujo hasta la comisaría.
Aparcó el coche y dejo salir a Boi, luego los dos entraron, pidieron ver a Troy, al principio se negaron pero en cuanto Sharpay amenazó con usar su poder como heredera del imperio de Vince Evans aceptaron.
Troy estaba sentado con la mirada fija en la mesa y las esposas puestas, no esperaba visita alguna.
-¿Qué queréis ahora?-Troy se veía muy molesto-Joder no quiero...
-Menudo humor traes-Sharpay dejó que Boi subiera a la mesa, Troy levantó la mirada al escuchar esa voz
-¿Qué haces aquí?-pregunto Troy sorprendido, Sharpay era la última persona que esperaba que fuera a verlo
-Hablar, además alguien quería saludarte-Boi dio un ladrido en respuesta
-Hola amiguito-
-Nlo suele llevarse bien con otros que no sean mi familia-argumento Sharpay mientras Troy hacía caricias a Boi
-Es un cielo de perro-expuso Troy sonriendo y Boi le lamió la cara
-Eso dice mucho de ti-Sharpay no dejaba de mirarle a los ojos
-A si, ¿el qué?-
Troy alzo las cejas en señal de sorpresa
-Que no eres tan malo como todos dicen que eres-dijo Sharpay
-¿Cómo estás tan segura de eso? No me conoces-preguntó Troy
-Porque puedo verlo y mi bebé también-contestó Sharpay y Boi ladro afirmándolo
-No soy el mismo-soltó Troy
-Lo sé pero en él fondo...-Sharpay acercó su mano a la mejilla de Troy y él se apartó
-No tienes que preocuparte por mi-mascullo Troy
-¿Por qué eres tan reacio a amar? O a mostrar tus sentimientos-
-No creo en el amor. Gabriela se aseguró de eso-dijo Bolton sin mirar a Sharpay
-Eres mejor de lo que piensas-
-Bueno, sea como sea, estoy encerrado aquí-contestó Bolton
-Si pero no por mucho, todo se arreglará-respondió Sharpay y Boi se metió bajo la mano de Troy
-Si amigo-Troy acarició la cabeza del perro y le sonrió, era sonrisa sincera-Eres un buen chico, tu mamá...
Desde que se habían reencontrado Sharpay supo que todas las sonrisas de Troy habían sido para conseguir algo de ella pero esta era diferente, venía de su corazón y eso la hizo suspirar internamente, cuando quería Troy Bolton podía ser un verdadero encanto, además su perro parecía quererlo mucho.
-Yo creo en ti, se que no hiciste lo que dicen que hiciste-
Sin decir nada más Sharpay se acercó a Troy y lo beso en la mejilla, después se fue con Boi. Estaba dispuesta a demostrar a todos que Troy Bolton no era un criminal, a pesar de todo el ojiazul era una buena persona pero al margen de eso un fuerte sentimiento crecía dentro de Sharpay sin que ella fuera consciente.
Antes de dar el siguiente paso debía recopilar información y para eso conocía a la persona perfecta, Drew Seeley, era un viejo conocido de la familia que trabajaba como detective privado y muy bueno en su trabajo. Después de ir a verle y explicarle lo que quería él se puso a trabajar, no tenía mucho tiempo así que debía ir rápido.
––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––
Aunque aún no había sido juzgado Troy había sido enviado a la cárcel de manera preventiva mientras trabajaban en su caso. El juicio que lo condenaría se celebraría en al menos varios meses más tarde.
Ya hacía dos meses que estaba allí y Troy ni siquiera había recibido visitas, aunque después de como lo habían tratado sus amigos y familia era lógico, aunque si había recibido varias cartas de la preciosa Sharpay, las cuales Troy había guardado con recelo, esa rubia a la que todos consideraban la princesa del hielo tenía sentimientos y vaya si los tenía. Sharpay Evans era la única que creía en la inocencia de Troy, por eso el ojoazul no dejaba de pensar en ella, era una exquisita belleza y a pesar de las apariencias tenía un corazón, un enorme corazón lleno de amor.
Troy se negaba a aceptar que sentía algo por Sharpay, aunque en su interior lo sabía pero que podía hacer cuando estaba en la cárcel y pronto sería condenado a pasar una alta cantidad de años ahí, aislando del mundo. Troy Bolton era la peor escoria del mundo y eso era lo que él pensaba de si mismo.
Se sentía una escoria encerrado en un inmundo agujero en el que pasaría el resto de su vida, la peor mierda. Troy hacía semanas que ni tenía intención de defenderse o de molestarse en luchar por salir de esa cárcel.
––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––
A pesar de lo que los demás le decían sus amigos y familia, Sharpay seguía pensando que Troy era inocente, por eso lo ayudaría, veía como él sufría, se sentía solo y en el fondo lo entendía, la verdad es que si lo entendía.
Sharpay fue ver a Peyton al estudio de grabaciones, ya que al final aunque sabía que eso le abriría muchísimas puertas lo suyo era actuar en Broadway y a eso se dedicaba, ahora solo estaba de vacaciones. Aunque eso no significaba que no pudiera pasarse por allí a observar el trabajo y además hablar con su amigo Peyton, tampoco era un puerta cerrada del todo, solo que no se planteaba ser actriz de cine.
-¿Qué se le ofrece?-preguntó una mujer de ascendencia afroamericana y unos 30 y pocos
-Soy Sharpay Evans-
-Espera Evans. Entonces fuiste compañera de mi hermana-dijo la mujer
-No comprendo-Sharpay no entendía a que se refería aunque esa mujer tenía cierto parecido a Taylor Mckenzi
-Hablo de Taylor mi hermana pequeña, esta...-respondió la mujer
-Chad, Chad Danforth y si los conozco a ambos, antiguos compañeros de instituto-
-Soy Mara, Mara Mckenzi, la productora de la película, imagino buscas a Peyton-preguntó Mara
-Así es, necesito hablar con él-dijo Sharpay
-Deberas esperar unos minutos, ahora está ocupado pero le diré que has venido-dijo Mara
-Claro, esperare. Dile que lo espero en la cafetería de enfrente-
Unos minutos más tarde Peyton se sentó junto a Sharpay que bebía un te de hierbas, él pidió un café. Se había tomado un descanso para comer antes de regresar a grabar, ser director podía ser un trabajo algo agotador pero le gustaba lo que hacía.
-Bueno de que quieres hablar-preguntó Peyton
-Es por Troy-
-¿Por qué él? Es un maldito delincuente-contestó molesto Peyton
-Puede parecerlo pero no lo es-respondió Sharpay también molesta
-¿Por qué lo defiendes tanto?-le recriminó Peyton quien no entendía la actitud de Sharpay
-No se porque te pones así-
-Sharpay, es que no lo ves, todavía me gustas-respondió Peyton acercándose a ella
Sharpay se quedó muda, no esperaba que Peyton le dijera eso pero ella ya no, solo lo consideraba un amigo, así que simplemente se apartó para que no tratase de besarla.
-Peyton yo...-
-Entiendo, dime que necesitas-Peyton aunque no sentía la más mínima simpatía por ese Troy de quién solo había oído hablar lo haría por Sharpay
-Podrías utilizar tus conocimientos para hacer un vídeo en el que se vea que Troy y yo estamos juntos. Es para demostrar su inocencia-le rogó Sharpay
-Si, claro que puedo pero me parece que no es lo mejor-replicó Peyton
-Porque nadie se molesta en...-Sharpay se sentía enfadada-Troy no es malo, será un cretino, arrogante y engreído pero no es un criminal
-Mira no se que ha hecho ese tipo pero deberías alejarte de él-
-Ya estoy harta-Sharpay se sentía furiosa porque todos le dijeran que debía hacer, ya no era una niña, sabía cuidarse sola, ¡demonios!
-Tranquila, vale de acuerdo, no me meteré en eso. Pero creo que lo del vídeo no es buena idea. Supongamos que como dices es inocente, cuando se descubra que el vídeo es falso podrías perjudicarlo todavía más-le explicó Peyton
-Bien pero sigo creyendo...-
-Eso no lo discuto-Peyton sentía algo de celos hacia Troy
Sharpay salió de la cafetería y se encontró con London en el centro comercial, la conversación con Peyton le había puesto de muy mal humor e ir de compras siempre le aliviaba, era como una aspirina para la gripe. Después de visitar numerosas tiendas y comprar múltiples conjuntos las dos fueron a tomar algo.
-Dime que sucede con Peyton-preguntó London
-Nada porque lo dices-
-Me cruce con Mara, la hermana de Taylor y la oí comentar algo de que Peyton sentía por una rubia con un cuerpo de escándalo. Así que supuse que se trataba de ti-respondió London
-Si, lo conocí en Nueva York, salimos un tiempo juntos pero terminamos-
-Imagino él aún siente algo por ti, ¿me equivoco?-preguntó London
-Pues si, él mismo me lo confeso cuando le pedí que me ayudase con Troy-Sharpay se sentía algo tensa al recordar la conversación
-¿Qué?-London arqueó las cejas a modo de Sorpresa-¿Qué te traes con Troy?
-Nada como crees-soltó Sharpay como si nada
Sentir algo por Troy, y un cuerno, ni siquiera era su tipo aunque admitía que era un hombre extremadamente atractivo y muy masculino pero Troy Bolton era un cretino, solo le parecía injusto que alguien pagase por algo que no había hecho, eso era todo.
« Gustarle Troy Bolton. Santo cielo no »
––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––
Troy estuvo encerrado dos años en prisión preventiva mientras que se reunían pruebas de su inocencia ya que la preciosa Sharpay a negativa de todos había usado sus contactos para que investigasen más a fondo el caso.
En ese tiempo Troy se volvió muy agresivo y violento, siempre se las arreglaba para terminar en aislamiento debido a las constantes peleas con otros presos pero al final lo soltaron al quedar probada su inocencia, por lo que se había comprobado le habían tendido una trampa, para su sorpresa Gabriella lo esperaba a la salida de la cárcel.
-¿Qué mierda quieres?-soltó Troy enfadado, era a la última persona que quería ver
-Solo hablar-dijo Gabriella hundiéndose de hombros
-Mira no quiero verte más y te lo deje bien claro varias veces, desde el principio. No ha cambiado, eso sigue siendo así, que es lo que no entiendes de lo nuestro termino-dijo un Troy muy cabreado, estaba empezando a perder los estribos
-Por favor-
-Joder Gabriella-Troy le agarró del brazo con fuerza
-Me haces daño-dijo Gabriella
-Te quiero lejos de mi vida, lo nuestro terminó carajo-argumentó Troy
-Bi... bien pero al menos deja que te lleve a casa y después te dejaré en paz-contestó Gabriella
-De acuerdo pero mejor déjame en otro sitio-
-Vale, sabes la dirección-preguntó Gabriella
-Lava Springs-
-Pues sube al coche-le dijo Gabriella sonriendo
Troy le soltó el brazo a Gabriella y después subió al asiento del copiloto. Mientras conducía hacía Lava Springs la morena no dejaba de echar pequeñas miradas a Troy, quien solo miraba por la ventanilla, no tenía intención alguna de entablar conversación, de hecho no quería estar cerca de ella pero puesto que no tenía su coche y el Lava Sprins estaba bastante lejos había decidido acepta la invitación de llevarlo.
-Lo siento-dijo Gabriela mientras Troy bajaba del coche
-¿Qué?-Troy se giro hacia Gabriella
-Esto es culpa mía-
-De que hablas-preguntó Troy confundido, de que diablos le estaba hablando
-Si, Jared, un viejo novio que tuve antes de mudarme aquí. Él te tendió una trampa, quería alejarte de mi, no sabía que estaba en Albuquerque hasta que pasó esto-explicó Gabriella bajando la mirada
-Nuevamente me haces daño y no me digas que lo sientes-dijo Troy con extrema frialdad
-Troy no...-
-Tu nada, maldita sea Gabriella-Troy estaba enfurecido, tanto que golpeó el cristal de la ventana del coche-Déjame en paz de una jodida vez, te quiero lejos de mi vida-
-Te...-
Gabriella subió al coche y se fue dando el tema por cerrado aunque ella lo que quería era recuperarlo, aún lo amaba entonces Sharpay caminaba hacia Troy, ya que pretendía salir a encontrarse con su vieja profesora Miss Darbus, al verlo allí se sorprendió.
¿Qué estaba haciendo Troy ahí? Él no era ningún socio, entonces a que había ido.
Pero entonces se percató de que sangraba por la mano y que parecía tener algo clavado se acercó a él, tanto que podían notar sus respiraciones, algo aceleradas por la cercanía de sus cuerpos.
-Por el amor al cielo-exclamó Sharpay horrorizada, debía de doler porque estaba sangrando bastante
-Estoy bien-murmuró Troy
-Vamos a mi suite-
Sharpay no espero respuesta por parte de Troy porque tiró de él hacia su suite, alguien debía verle la herida, una vez dentro Boi corrió con alegría hasta el ojiazul mientras ella iba por el botiquín.
Troy jugueteó con Boi por un rato mientras la rubia no regresaba, cuando Sharpay salió del baño se sintió enternecida ante la escena de Troy Bolton jugando con su perrito como si nada y su pequeño bebé estaba disfrutando porque no dejaba de mover la colita.
-Vamos a curarte esa herida-
Troy levantó la mirada hacia la rubia que caminaba con el botiquín en la mano, Sharpay se acercaba más mientras sin poder evitarlo Troy empezó a sentir deseo, un fuerte y potente deseo, esa rubia era una verdadera muñequita que lo encendía sin poder evitarlo.
-Dame la mano-Sharpay sacó un bote con agua oxigenada
-Quiero darte las gracias-
-Perdón ¿Qué?-Sharpay estaba tan concentrada en curarle la herida a Troy que no entendió a que se refería
-Si, gracias a ti soy libre, nadie creyó en mi salvo tu. Gracias-dijo Troy
-No podía quedarme sin hacer nada mientras te encarcelaban injustamente, además era mi forma de agradecerte que cuidases de mi bebé cuando lo encontraste y lo trajiste sano y salvo. Si le llegase a pasarle algo no se que haría-contestó Sharpay
-Bueno de igual manera gracias Sharpay. No esperaba que hicieras eso por mi-Boi emitió un ladrido y Troy sonrió hacia Sharpay-Si amigo a ti también gracias-
Troy acarició la cabeza de Boi
-Pues ya está. No tienes que agradecerme, hice lo que debía-Sharpay guardaba las utensilios utilizados para curarle la mano a Troy, quien ahora llevaba una venda en la mano
Troy se acercó a Sharpay y la beso con lujuria, con hambre, sediento de, ¿deseo?, si joder deseo y deseo por ella, por esa preciosa rubia, Sharpay Evans, sus labios sabían al paraíso, era toda un bomboncito, entonces Boi se fue por ahí un rato.
Sharpay observó por unos segundos a su perro y luego volvió la vista a Troy, el ojiazul la miraba con deseo, joder, por supuesto que si la deseaba, todavía más que antes si cabía pero en esta ocasión sería diferente, ambos disfrutarían incluso más que la anterior ocasión en la que lo habían hecho, donde solo había sido sexo, nada más, sin sentimientos, solo puro sexo.
Sharpay sintió cómo de pronto Troy la tomó de las caderas y la pegó completamente a su cuerpo. De pronto se sitió mareada por el calor de su masculinidad.
-No deberíamos...-dijo ella casi sin aliento
Troy se hundió de hombros, sin soltarla.
-Se que quieres y yo también, te deseo Sharpay-
Sharpay pensaba decirle que no quería seguir con lo que estaba por suceder pero Troy de pronto comenzó a besarla con pasión y ella sin protestar, respondió a sus besos con ansiedad. Su cuerpo deseaba el contacto con Troy Bolton.
Entonces haciendo gala de su impresionante fuerza, Troy la condujo hasta la habitación sin dejar un segundo de besarla. La dejó en el suelo y comenzó a bajarle el cierre del bonito vestido azul que llevaba puesto y de un solo tirón se lo bajó dejándolo caer a sus pies para después levantarla y colocarla encima de la cama.
Troy se posicionó arriba de ella pero no se dejó caer totalmente, Sharpay no aguantaría todo su peso y no quería lastimarla.
Con deleite observó su expresión en su rostro. Esa preciosa rubia estaba tan excitada como él, o eso parecía con la cara sonrojada por el deseo, con absorbente lujuria... Verla así lo hacía ponerse más caliente aún, más duro por ella y sólo por ella.
Entonces se sacó la camisa de los poderosos hombros y volvió a ella.
Sharpay estaba admirando la cicatriz que marcaba una de sus cejas, mientras sentía con fascinación cómo el cuerpo de él reaccionaba ante el de ella.
-Date cuenta del efecto que produces en mí...-le dijo Troy restregándose para que fuera más y más consiente
La rubia lo miró fijamente con ojos bien dilatados y la respiración a punto de acelerársele.
Ella sabía que era hermosa y que los hombres la deseaban pero nunca antes había sido tan consciente de lo mucho que podía excitar a un hombre y de lo mucho que causaba en el nuevo Troy Bolton.
Él sonrió. A veces olvidaba lo inocente que podía llegar a ser. Sería fría y vanidosa pero en ocasiones podía ser una niñita inexperta, bueno al menos en cuanto a sexo.
Sharpay era una mujer bellísima y también sexualmente muy ingenua, al menos todavía, pero había sido creada para la pasión, su cuerpo estaba perfectamente diseñado para el sexo y ahora era toda suya, para que la disfrutara hasta el éxtasis.
¡Oh, joder, sí!
Ya lo sentía, ya lo anhelaba.
¡Podía sentir el tierno y delicioso portal entre sus muslos, caliente, preparándose!
¡Mierda!
-Quiero que vayas...-
-Tranquila, esto lo disfrutaremos los dos-le expuso el ojiazul
Troy le sonrió con extrema lujuria y el músculo de su mandíbula se contrajo. Troy continuó besándola con todas sus fuerzas al mismo tiempo que se llenaba las manos con la suavidad de su cuerpo.
A lo largo de esos cinco años había besado muchas bocas pero ninguna lo había excitado, ni siquiera la mitad de como lo excitaba la de Sharpay.
Ella era tan exquisita...
De pronto Troy rodó hacía abajo dejando que ella se posicionara justamente sobre él.
Sharpay se sorprendió por aquella nueva postura. ¿Era acaso que Troy planeaba dejarla tomar el mando?
-Tócame...-le dijo Troy con la voz entre cortada, con la respiración violenta. Entonces bajó sus manos hasta sus pantalones y los empujó por sus caderas mientras la gruesa longitud de su erección saltaba libre y poderosa
-Tócame, preciosa... Por lo que más quieras tócame...-
Sharpay abrió aún más sus ojos avellana. Recordó en la anterior ocasión no se había atrevido a tocarlo por pura inseguridad pero esta vez ya no tenía por qué haber más inhibiciones, él se lo estaba pidiendo y ella quería tocarlo.
Dudó y no se atrevió a mirar la enorme barra de acero que se encontraba junto a ella. Entonces con extrema timidez colocó su mano en su fuerte torso y comenzó a acariciarlo, comenzó acariciarlo poco a poco, la piel de Troy era tan suave. La sensación era maravillosa y le gustó, la excitó todavía mucho más.
De pronto con asombro sintió cómo el corazón de Troy daba un brinco inesperado y comenzaba a latir con todas sus fuerzas. Lo estaba disfrutando desde luego que si, al igual que ella y aquello le dio mucha más confianza.
Sus delicadas manos siguieron recorriendo la musculosa extensión de pecho, continuaban conociendo al hombre y todo lo que él abarcaba.
« Troy Bolton, ese macho seductor en el que se había convertido era... »
De pronto Troy le tomó una de sus manos y la guió hasta su entrepierna llevándola a ella un poco más a un costado de él.
-Hazlo... Ya sabes lo que quiero de ti... por favor Sharpay hazlo-le pidió casi en súplica
La respiración de Sharpay se cortó y se dedicó entonces a observar, la iluminación de la habitación acentuaba su pecho masculino, luego más abajo hacia su abdomen y después aún más abajo hasta su increíble virilidad. Era un órgano masculino asombroso y fuerte. Grueso y lleno de venitas que se tensaban cada vez más.
Con los latidos de su corazón golpeteando en su pecho, Sharpay tragó saliva, no se había parado a pensar en el poderoso miembro viril de Troy.
-Dime cómo hacerlo. Yo nunca lo hice-
Troy sonrió. La inocencia de Sharpay le disparaba los sentidos, lo estimulaba tan eróticamente que lo volvía loco y lo hacía querer aullar por la pura primitividad machista que había adquirido en estos cinco años.
-Hazlo cómo tú creas que sea-
La rubia le asintió con ojos bien abiertos y Troy no pudo evitar ponerse incluso más erecto. Esa muñequita era pura dinamita para él
Cuando Sharpay tomó su miembro, Troy tuvo que apretar dientes y puños para no correrse en ese mismo momento, joder era malditamente mejor de lo que se había imaginado, se sentía como un auténtico animal.
El contacto de su mano le arrancó un gemido, reconocimiento de la enorme revolución que esa mujer ocasionaba en él, con ninguna antes había sentido lo que sentía ahora con la hermosa rubia que lo volvía loco de deseo.
Su boca se quedó seca y su corazón comenzó a latir con fuerza como si fuera a salírsele del pecho.
Esa mujercita era tan inocente y salvaje a la vez. Lo que ella le hacía sentir era indescriptible, no había comparación alguna.
Sharpay era torpe en eso pero realmente espontánea y demasiado malditamente femenina... ¡Joder! Carajo si lo era, además ella lo sabía
Estaba masajeándole la erección como él le había enseñado a hacerlo en un principio a pesar del temor inicial a tocarlo. Acariciándolo de arriba abajo hasta su escroto, completamente excitada por el tacto de su dureza y de sus exaltadas venas. Estas nuevas sensaciones eran un mar de delicia para Sharpay
Troy no pudo resistirlo más y se acomodó de rodillas. Sharpay se posicionó justo frente a él. Se inclinó y entonces suspiró para tomar un poco de aire. Abrió su boca y Troy se encargó de metérsela deliciosamente... completamente... y profundamente. Ya deseaba que esa rubiecita se la chupara.
Sharpay comenzó a saborearlo, a pasar su lengua por cada centímetro suyo, absorbiendo con sus labios su caliente piel, llena de puro fuego, deseo.
-¡Oh, carajo!-gimió Troy al mismo tiempo que enterraba su mano en su extensa cabellera rubia y agachaba la cabeza para observarla...-Así, muñeca... ¡Oh, mierda!... Justo así...-Verla mientras envolvía su pene erecto en su tentadora boquita era el paraíso. Era lo mejor, jamás vivido, esa preciosidad a pesar de ser inexperta parecía una leona.
Troy sudaba, se estremecía y de esa forma revelaba su excitación, su enorme exitación. Rugía de placer casi rozando la agonía. La vista se le nublaba por algunos segundos.
-Oh sí, Sharpay... Lo haces tan bien, preciosa... Lo haces tan jodidamente bien...-
Sharpay estaba disfrutándolo, claro que lo disfrutaba. Estaba amando su sabor, el sonido de sus gemidos duros, la manera en la que sus caderas se levantaban hacia ella y la manera en que sus manos sujetaban su cabellera. Todo
Deseaba complacerlo, deseaba darle todo lo que él quisiera y que gimiera de necesidad únicamente por ella, solo por ella, hambrienta de darlo que le pidiera.
Troy sintió que el pene le explotaría en cualquier momento. Estaba llegando.
-¡Diablos! ¡Joder!... ¡Oh!... Retrocede, muñeca... Hazlo o me correré en tu boca...-
La rubia con rapidez se alejó de Troy y vio como él se quedaba tieso emitiendo un grito inarticulado y llevándose las manos a su erección expulsando todo su semen mientras se lo estrujaba.
Tenso apretó los puños una última vez y después se limpió bien para girarse a mirarla. Esa muñequita era el paraíso absoluto
-Estuviste estupenda. Vaya si lo estuviste-
Entonces se acercó a ella para besarla con pasión y volver a colocarla sobre la cama pero no sin antes posicionar una almohada por detrás del hueco de su espalda. Despegó sus labios de su boca para bajar, deshacerse de sus bragas y acomodarse bien para lo que estaba por hacer.
-¿Qué vas a hace?-cuestionó Sharpay confundida, pero Troy no le contestó, no dijo nada, solo admiró por unos segundos la belleza de esa vagina tan delicada... Suave y completamente depilada... húmeda... lista para él, lista para llevarla al éxtasis.
-Es mi turno ahora-
Entonces Troy enterró su boca en ese portal de miel al mismo tiempo que sostenía sus caderas entre sus manos y subía hasta sus perfectos pechos.
Sharpay soltó un gemido de exquisito placer. Sin duda alguna era el paraíso
¡Demonios! No pudo pensar, no pudo hablar. No podía hacer nada
La cabeza de Troy estaba entre sus piernas y su lengua la estaba lamiendo con fuerza y erotismo. La estaba llevando al cielo
-¡Ah!... ¡Oh!... ¡Troy!...-Sharpay gemía mientras el placer alcanzaba alturas increíbles
No existía pasado ni presente, ni mucho menos futuro, sólo el gozo que Troy le producía con esa boca que la estaba haciendo gritar tan descaradamente.
Sharpay estaba perdida en el placer absoluto. Nunca antes había creído que su cuerpo fuese capaz de sentir más sensaciones deliciosas después de lo que había experimentado en el anterior encuentro pero había subestimado la habilidad de Troy Bolton.
Momentos después la rubia no pudo resistirlo más y estalló en un intenso y prolongado orgasmo. Intenso pero placentero.
-Eres el caramelo más dulce que he probado. Eres tan deliciosa-le dijo al mismo tiempo que subía de nuevo a sus labios
Sharpay lo recibió y colocó sus manos en sus mejillas ásperas al tiempo que se besaban. No quería dejarlo ahora, sus besos, sus caricias, quería todo de Troy Bolton
De pronto Troy detuvo el beso y volvió a colocarla a horcajadas sobre él, le quitó el sujetador y entonces la acercó a su boca para lamerle los pechos y besarle la boca. Ella se estremeció en respuesta.
-Eres todo un sueño y eres mía...-decía entre suspiros-Absolutamente mía-
Sharpay sintió como su erección volvía a tomar tamaño y forma y la sorpresa la embargó. ¿Cómo podía volver a estar duro como una roca? Joder, que estaba duro
-Leí que ningún hombre podía...-
-Y si es cierto pero no se porque tú haces que nunca me canse-
La primera eyaculación simplemente había preparado la necesidad de otra más. Esto aún no había terminado, no hasta que tuviera a Sharpay en todo su esplendor, en toda la extensión de la palabra, gimiendo por y para él. Solamente para él .
Entonces con un anelante deseo tomó todos los mechones de sus hombros y los arrojó hacia atrás hasta que finalmente toda su melena cayó como una cascada a su cintura.
Troy gimió al ver aquella imagen puramente sexy. Era Sharpay Evans mostrando la perfecta belleza
-Móntame-dijo ya desesperado.
-¿Cómo debo hacerlo?-preguntó Sharpay fascinada de poder experimentar todo aquello. No había pensado que podría probar todo eso, no con ese cretino de Troy Bolton
Los labios de Troy se curvaron sensualmente por su instintiva reacción y ella vio la excitación que brilló en sus ojos azules. Esos ojos azules como el cielo.
En respuesta volvió a besarla tan profundamente que la hizo arder en su interior. Sus besos era explosivos, dinamita pura.
Sin despegar sus labios de los suyos, Troy buscó con su mano su erección y con la otra levantó a Sharpay para poder entrar en ella.
-¡Oh!-exclamó al sentir el placer de sentirla sin ningún condón y sin ninguna barrera
La rubia sintió entonces cómo todo el amor que sentía por él la llenaba por completo. Su corazón latía duramente fuera de control. Sus muslos se apretaron rodeándole, sus caderas se arqueaban contra él, mientras pulso tras pulso de necesidad atormentaba el interior de su cuerpo.
Troy colocó ambas manos en su cintura y comenzó a moverla frenéticamente sobre su hinchado pene.
La estaba llevando con maestría hasta el éxtasis más agónico, una y otra vez. Ambos gemían desesperados.
Troy estaba siendo deleitado por la forma en la que esa mujer gritaba su nombre entre agudos y deliciosos gemidos, sin dejar de arquear el cuerpo, sin dejar de sentir el inminente placer ante las caricias y las estocadas de ese hombre.
Gruñó con agonía al tiempo que seguía penetrándola, poseyéndola, moviendo sus caderas hacia arriba y haciendo girar las de ella sobre toda su plenitud.
-¡Oh, Troy!... ¡Ah...!-
Sharpay lo hacía sentirse como un verdadero semental, un animal en toda regla y era que toda ella lo hacía sentirse tremendamente masculino. Sus gemidos, sus miradas, la involuntaria tensión de su vagina rodeando su erección, la manera en la que respondía a su pasión con la suya.
-Sigue gritando mi nombre...-El placer de Sharpay aumentaba el de él
Troy besaba firmemente las ardientes profundidades de su boca y Sharpay sólo podía arquearse más y más. Nunca antes había experimentado algo así.
El sexo con Troy era una verdadera delicia. La rubia ni siquiera podía pensar, sólo sentía el placer dentro de su cuerpo y las fuertes manos de que le sujetaban firmemente las caderas mientras seguía empujando en ella.
El glorioso orgasmo llegó de pronto a ellos y ambos se estremecieron completamente agotados. Completamente satisfechos
Sharpay sintió sus últimas y calientes eyaculaciones en su interior y se desplomó cansadamente contra el suave pecho y húmedo de Troy
-Eres una verdadera diosa...-Troy acercó su cabeza a la de Sharpay, observando el rubor de satisfacción en su cara. Su cuerpo estaba cubierto de humedad y de sus liberaciones combinadas. Era la visión más hermosa que jamás había visto... ¡Joder! Ella era la única que lo dejaba con ganas de más, la única que lo hacía sentirse de esa manera. Reconoció en ese momento de debilidad, que ni siquiera todas sus experiencias juntas podían compararse con aquello que acababan de vivir.
Sharpay se acomodó junto a él y lo observó dormir.
Troy era un hombre muy sexual, un amante insaciable. Aunque dormido no parecía ser tan feroz.
Su cabeza estaba apoyada en la almohada y tenía la respiración serena y profunda. Tenía más bien una apariencia infantil bastante encantadora.
Parecía un león, o mejor dicho, un lince como era en sus años de baloncesto en el instituto. Sí, definitivamente parecía un lince con el cabello oscuro, alborotado y la piel morena.
Ella sonrió. Estaba muy agotada, él la había dejado agotada, le dio un beso y se acurrucó muy cerca de él para dormir a su lado y para imaginar que ese hombre, estaba sintiéndose exactamente como ella.
––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––
Al día siguiente Troy observó dormir a la preciosa rubia que yacía a su lado. Así dormida era aún más hermosa que despierta, con su sedosa cabellera rubia desparramada por la gloriosa noche de placer. Sin hacer ruido buscó su ropa y rápidamente se la puso no quería quedarse más de la cuenta, había disfrutado de la hermosa Sharpay Evans y ya no la deseaba.
Estaba por irse cuando Boi corrió hacia Troy ladrando de alegría y moviendo la colita para así llamar su atención.
-Hey amigo, calla o despertarás a tu Mamá-Troy acaricio al perro para silenciarlo-Si claro que eres un buen chico
Boi lamió la cara de Troy con varios lengüetazos mientras el ojiazul seguía acariciándolo y sin pretenderlo sonriendo.
-A que viene esto-
Sharpay abrió los ojos como platos, era tan tierno ver a Troy tan relajado cuando siempre lo había visto tan tenso y arisco, bueno el día de la inauguración del restaurante de Zeke cuando lo encontró tirado con su coche también estaba relajado pero eso era debido a la borrachera que llevaba encima, nada que ver con ahora que estaba en sus cinco sentidos.
« A pesar de toda esa fachada de indiferencia y rudeza que se carga Troy Bolton era un amor - pensó Sharpay con sorpresa »
El Troy Bolton que Sharpay recordaba de cuando iban al instituto seguía ahí en el fondo oculto bajo capas de odio, dolor y resentimiento. En el fondo Troy no era el cretino, cínico, arrogante y engreído que hacía ver.
Minutos después Sharpay salió de sus pensamientos y se reparó en que Troy ya estaba vestido, lo que la tomó por sorpresa.
-Vas a alguna parte-
-Vine a agradecerte lo que hiciste por mi y ya me pagaste el haberte devuelto a tu perro. Vaya qe lo hiciste-Troy sonría pícaramente
-¿Qué?-soltó Sharpay confundida
-Si ya tengo todo lo que quería de ti y ahora si me disculpas-dijo Bolton con frialdad pasando a marcharse
Sharpay estaba helada por lo que estaba escuchando de la boca de Troy, no daba crédito a lo había oído, inmediatamente una enrome ira creció en su interior, como podía haber sido tan estúpida para creer que ese cretino de Troy Bolton seguía siendo la persona que ella recordaba, ahora era un auténtico cerdo que se había aprovechado de ella como quiso. Sharpay se sentía tan utilizada que creía estallaría de rabia. Entonces se acercó a Troy le dio una fuerte bofetada que le hizo girar la cara.
-Eres un cretino-le gritó muy enfadada Sharpay
-Tranquila muñeca-soltó Troy, se veía tranquilo y calmado-No es para tanto
-¿Qué no? Y un cuerno. Te acuestas conmigo no una sino dos veces robándome mi virginidad y dices que no es para tanto-chilló Sharpay, estaba furiosa, que echaba humo
-¿Qué...?-Troy se sorprendió por lo que acaba de escuchar pero inmediatamente lo dejo estar, no pensaba darle más vueltas al tema
¿Quién se creía que era ese cretino de Troy Bolton? ¿Cómo se había atrevido a tratarla así? Si pensaba que lo dejaría estar se equivocaba
-Te ves hermosa cuando te enfadas muñeca-
-Vete al demonio-Sharpay estaba que no se aguantaba del cabreo que tenía encima
-Baja esos humitos preciosa no te pega nada-Troy estaba muerto de deseo pero no tenía intención de volver a revolcarse con Sharpay, no cuando sabía que ella no se lo permitiría, cuando se lo proponía esa rubia podía ser una verdadera diablesa
-Cerdo cretino. Te has vuelto un idiota machista desde que regresaste así que no vuelvas a buscarme-
-Vamos, no te pongas así muñeca-Troy reía de pura diversión
-Te odio, no quiero volver a verte. Y no vuelvas a llamarse así-
Troy se acercó a ella y la agarró de la cintura, aspiro el aroma de esa preciosa rubia a la que no volvería ver porque se iría lejos por eso había querido despedirse de Sharpay, así teniéndola en su cama una última vez, la cual había disfrutado más que cualquier otra vez con cualquiera de las mujeres con las que se había acostado.
-No decías eso anoche cuando gemías mi nombre-le replicó Troy con picardía
-Maldito cerdo asqueroso-Sharpay estaba furiosa no solo con ella misma sino también sobre todo con Troy
-Adiós muñequita-
Troy salió de la suite sin dejar que Sharpay siguiera reprochándole nada más o volviera a abofetearlo mientras Boi lo acompañaba hasta la puerta, esa rubia se cargaba un carácter de los mil demonios pero era toda una preciosidad con un cuerpo capaz de atraer las miradas de cualquiera. Con el cuerpo de una diosa griega.
------------------------------
NOTA
Si, se que soy una pesada con esto pero es que me está ayudando mucho y por eso quiero agradecérselo. Lo haré una y mil veces.
Va por ti, gracias Anggtoledo por todo.
PriorSalvatore,
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top