Frente a la tumba estaba ella con los ojos cerrados mientras cantaba una corta canción, una canción que le había enseñado quien ahora yacía unos cuantos metros bajo tierra.

— ¿Porque no le pidió matrimonio cuando estaba viva?- protestó la joven de pelo verde tras suya

— ¿Tu sabías que iba a morir ese día?- se escuchó un suspiro pesado antes de que ambas jóvenes quedaran frente a la tumba de su amiga y compañera fallecida hacía un año, mientras la recién llegada dejaba su ofrenda de flores junto a las demás donde en el centro un reluciente anillo brillaba con tristeza. La joven rubia había tratado de interponerse entre el enemigo que atacaba la aldea de los Kappas y su compañera herida pero fue abatida; y la peliverde en un segundo intento, el último, había perdido su ojo junto a su amiga.

—Hubiese quedado en el Cuartel, ya eramos bastantes.- volvió a replicar la de pelo verde

—Otro hubiera muerto en su lugar, tu o yo- le dijo la rubia mirándole recibiendo solo el asentir de su compañera —Misma situación, los actores cambian

—Hubiera sido yo- la rubia no contestó, sabía bien por qué decía aquello. La peliverde en el mundo humano no había tenido amigos y sólo los había hecho en Eldarya el perder a uno de ellos le dolía demasiado aunque no lo admitiese.—Quizás en Halloween tengamos una oportunidad de verla- le terminó por susurrar, se miraron mutuamente 

—Sino, a seguir su plan... Salir de este lugar y llevarla a casa.

—Creo que está más cerca el verla en Halloween que ir de nuevo a casa.

—Pesimista

—Desde la cuna.- finalizo la conversación la peliverde con pequeñas risas de ambas, quedándose un rato más frente aquella tumba de una de las tantas faeris que habían fallecido aquel trágico día.