Capítulo 8: "Confundido"
CRÉDITOS A LA EDITORA: @Natalia_Ballesteros
Pov's Matt.
Aquí me encontraba, sentado como un idiota, viendo su cabellera negra salir por la puerta del café, con sus hermosos ojitos azules cristalizados.
No la sigas.
Eso era algo que no iba a hacer, debía darle tiempo, espacio, si la presionaba para que me escuche en este momento, probablemente lograría que se enfade conmigo. Me preocupa lo que piense o que sienta que para mí es solo un juguete.
Tan solo el hecho de que ya no me querrá cerca, que no podré besarla, no podré hacerle el amor, me hace sentir vacío. Todo cambiará y seguiría cambiando.
Terminé el café que había pedido sintiendo un gusto amargo en mi estomago, me marché. debía trabajar y ocuparme de algunos asuntos de la empresa, pero en este momento solo tenía la cabeza en Lía y aunque era habitual que ronde siempre en mi mente, ahora su presencia venía cargada de sentimientos de tristeza y oscuros, algo que era mi culpa, totalmente mi culpa. No iba a ir a la empresa.
Mientras salía del café marqué el número de Alex, mi mejor amigo; Él era la segunda persona en quien más confiaba.
Conozco a Alex desde la adolescencia, íbamos en el secundario juntos, luego de terminarlo, cursamos la carrera de administración de empresa graduándonos con honores.
Llamada:
—Hola, hermano —Dice del otro lado de la línea.
—Hola, Alex —Mi voz es seria.
—¿Qué sucede, amigo, problemas en el paraíso? —Dice riendo haciendo que se asomara una pequeña sonrisa en mi rostro.
—¿Puedes venir a mi apartamento? —Digo volviendo a ponerme serio.
—Claro, ya voy a secar tus lágrimas. — Su tono sarcásticamente preocupado me hizo rodar los ojos y bufar —.Okey, lo siento, ya voy. —Corté dirigiéndome a mi auto.
. . .
Miro mi teléfono, ningún mensaje de Lía, ni llamada, nada, ninguna señal de vida. Habían pasado más de siete horas y no tenía noticias de ella, comenzaba a preocuparme
¿Y si le pasó algo?
Jamás me lo perdonaría.
—Deja ese teléfono —Alex salía de la cocina con dos cervezas en la mano, hace un tiempo había llegado pero yo no le había contado de lo que había pasado —.Sea lo que sea que estés viendo en él, no te va a ayudar —Tiende la cerveza hacia mí, mientras se sienta en el sillón individual frente al mío.
—Ese es el problema, no veo nada en mi teléfono. —Levanta una ceja sin entender — .Ni un puto mensaje o llamada —Digo levantando un poco la voz para luego tirar bruscamente mi cuerpo contra el respaldo del sillón mirando el techo, la mano que no sostenía la botella pasaba desesperadamente por mi cabello.
—Oye, viejo, tranquilo —Alex se levantó para sentarse cerca de mí —¿Vas a contarme lo que pasó? —Pregunta poniendo la misma cara que hacia mi madre cuando quería que confesara algo cuando era pequeño.
Me separé del respaldo del sillón dejando la cerveza en la mesa de enfrente del sillón ¿Por qué me había dado una cerveza? Ni siquiera me gusta. Meto la cara entre mis manos, Alex sigue mirándome esperando una historia.
—Es Lía —Digo cubriendo todavía en mi cara —La voy a perder. —Mi voz es solo un murmullo, un triste y enojado murmullo.
—¿Cómo que la vas a perder, Matt? Explícate ¿Le sucedió algo? —Pregunta un poco más ansioso.
—Hoy le conté lo del casamiento, ya sabes, el trato de mi padre.—Él asiente, estando al tanto del acuerdo, cuando mi padre me lo propuso. Él no estaba realmente feliz, por un lado porque nos obligaban, por el otro; él siempre sostenía su postura de sin compromisos, no lo culpaba le habían roto el corazón muchas veces.
A pesar de que en la secundaria ambos pertenecíamos al grupo de los más populares de la escuela, éramos personas como todos los demás y sufríamos, a él le tocó la peor parte, yo por otro lado nunca pude fijarme en otra persona. Desde que empecé a descubrir mi sexualidad solo me apetecía el cuerpo de mi pelinegra.
—¿Y por qué la perderías? No entiendo —Salí de mis pensamientos al escuchar la pregunta de Alex.
—No te fui muy sincero en algunas cosas.— Digo muy bajo ahora, dándome vuelta para darle a la cara —.Emm...Yo tengo una relación bastante complicada con Lía, no por que tengamos peleas, sino porque somos algo más que amigos. —Hablo lentamente haciendo énfasis en lo último. Su mandíbula se cae de sorpresa. Alex conoce a Lía desde casi el mismo tiempo que a mí, se llevaban muy bien, pero él como los demás nos veían como amigos. Aunque siempre pensé que él sospechaba de nosotros.
—¿Cómo más que amigos? —No sabía si me pegaría por nunca contarle o qué— ¿Desde cuándo, Matt? —Claramente me pregunta desde cuándo teníamos sexo.
—Desde que tenemos la suficiente edad.— Digo simple, me da una mirada enojada — Perdí mi virginidad con ella —Bufo mirando hacia otro lado, nunca nos habíamos preguntado acerca de nuestra primera vez, solo lo básico, a qué edad y eso.
—¿Llevan acostándose desde entonces? —Asentí un poco apenado por hablar de mi vida sexual con otra persona que no fuera Lía —.Y ahora no quieres dejar lo que tenían —Su tono no era de pregunta, lo estaba afirmando.
—No lo quiero dejar. —Mentira, no quieres perder todos los momentos vividos, las experiencias aparte del sexo.
—Estás loco por ella...—Dio un golpecito en mi hombro.
. . .
Alex se había marchado hace unas dos horas. No sabía qué contestar a lo que me había dicho, estaba confundido, él solo se dedicó a escucharme.
Esta anocheciendo, son las 7: 40. Seguía sin noticias, mi ansiedad iba en aumento, caminaba por el apartamento como León enjaulado.
Tomé el teléfono entre mis manos cuando mi preocupación excedía los límites, marque el número de Alena, la mejor amiga de Lía, por ende amiga mía, ella era la única que sabía la relación que teníamos, muchas veces nos cubrió para vernos. Seguro ella sabía algo.
Llamada:
—¿Matt? —Contesta rápido.
—Hola, Alena, necesito que me hagas un favor —Digo tan rápido esperando que me entienda.
—¿Qué sucede? ¿Lía está bien? —Su tono preocupado me preocupó aún más, si no estaba con su mejor amiga, dónde estaba.
—Llamaba para preguntarte si sabías en dónde podría estar, hoy...Bueno, bueno hoy tuvimos un problema y no sé nada de ella desde esta tarde, podrías hablarle para saber si está bien, le quiero dar su espacio pero me preocupa que no vuelva.—Seguía caminando en círculos por la casa mientras hablaba con ella, tirándome un poco de él cabello.
Esta situación me estaba superando.
—S-si claro, ahora hablo con ella —Dice y suspiro.
—Am....Y algo más, ¿Podrías no decirle que te llamé?, has como si no te hubiera contado nada —Vuelvo a tirarme al sillón.
—Okey. —Se río un poco para luego colgar.
. . .
Me encuentro recostado en la cama, en nuestra cama. Mi cabeza no deja de darle vueltas al asunto. Hace un par de horas Alena volvió a llamar; dijo que habló con Lía, ella está en casa de sus padres.
Hace más de tres años que no dormía solo, en la casa teníamos una habitación de más, la cual nunca usamos ya que desde que vivimos juntos dormimos en la misma habitación.
Sentía que la cama de dos plazas me quedaba gigante, me hacía falta su cuerpo pequeñito a mi lado, sus manitas contra mi pecho, su piel blanca y suave, su cabellera negra revuelta cerca de mí.
Mierda, no había pasado ni un día y ya la extrañaba tanto.
Miré al techo, traté de dormir y pero mi mente decidió jugarme una mala pasada.
Flashback
Dentro de treinta minutos tendría que estar alistado, vamos a ir a un restaurante a cenar con los Sanz para festejar que los socios cerraron un buen trato con unos empresarios norteamericanos.
Estaba nervioso y ansioso, no sabía qué ponerme, nunca me había importado mi apariencia o las cenas de trabajo de mis padres, pero esta vez era distinto, porque estaba Lía, siempre tan tímida y linda.
Estoy parado frente a mi armario, quiero verme elegante, grande pero sexy, quiero que me vuelva a mirar de la misma manera que la otra vez, que me coma con sus ojitos, que desee sentir mis manos en su piel. Miro la hora en mi teléfono, 8:30.
Mierda.
Ya es tardísimo, debía vestirme. En cualquier momento mi madre vendrá a gritarme que salga. Agarro una camisa color vino y unos pantalones de vestir, colocándome todo rápido; las medias y los zapatos, corro al baño me miro al espejo, paso mis dedos por mi pelo para acomodarlo, decido desabrochar unos botones de mi camisa.
Lía esta noche tus bragas no se van secas.
Ella es muy tímida, me gusta ponerla rojita y no distinguir si es de vergüenza o de excitación. Sabía que le gustaba tanto como a mí que le hablara un poco sucio.
—¿Matt, ya estás listo? —Salgo de mis pensamientos cuando mi madre grita cerca de mi habitación.
—Ya voy —Pongo un poco de perfume en mi cuello y salgo camino al auto en donde ya se encontraban, mis padres, Emma y el pequeño Liam.
Llegamos al restaurante, es muy lujoso; con muchas mesas, en la parte de adelante estaba el bar con mucha gente de mi edad en adelante tomando tragos, y en la parte de atrás se desplegaba un gran salón con mesas en donde habían más familias.
El mozo nos lleva hacia la mesa, lo seguimos mis padres, mi hermana y hermano, ellos son menores que yo. Nos acercamos a la mesa y la puedo ver, tan radiante y atrayente, está riendo con su hermana.
En cuanto nuestras miradas se cruzan puedo sentir algo raro mi estómago, no era la primera vez que lo sentía con Lía, pero todavía no lograba acostumbrarme a sentir eso en su presencia.
Su mirada recorre todo mi cuerpo hasta llegar a mis ojos, me dedica una sonrisa de lado un poco tímida, Le devuelvo la sonrisa mientras la familia se sienta entablando una conversación.
Hablaban, no sé de qué hablaban nuestros padres, nosotros estábamos cada uno con su celular, un poco aburridos; mis hermanos hablando entre sí, la hermana de Lía que es un poco más grande que nosotros hablaba con los adultos.
Inconscientemente mi vista se desvía a Lía, sentada frente a mí, con su pelo negro largo hasta la cintura, con el cual juega entre sus dedos cuando está nerviosa, sus ojos; ni azules, ni verdes, la combinación perfecta, te hechizaba con tan solo una mirada, sus labios tan apetecibles que se curvan en una perfecta sonrisa. Miro a mi teléfono cuando siento que llega un mensaje.
Lía: Deja de mirarme.
Mierda, sabía que me había quedado como idiota mirándola. Veo una sonrisa pícara en sus labios.
Matt: No puedo evitarlo, en mi
mente ya encontré veinte maneras de quitarte ese vestido .
S
upe que había leído el mensaje cuando se removió en la silla, su cara se puso roja, solté una pequeña risita a lo que ella levantó la vista hacia mí con falsa ofensa.
Lía: ¿Te gusta?
Levanté la vista del teléfono al sentir su pie desnudo recorrer de mi rodilla camino hacia mi muslo, llegando a donde descansaba mi pene.
Matt: Mucho, teniendo en cuenta que sería más fácil desnudarte, más que el otro día en la casa.
Veo que escribe en su celular, que duda, que vuelve a escribir y que borra, mientras se muerde el labio inferior entre indecisa y excitada.
Lía: No llevo bragas.
Al parecer no soy el único que vino con ganas de jugar.
Mi mandíbula se cayó cuando su pequeño pie comenzó a trazar círculos a lo largo de mi muslo.
¿Dónde estaba la niña tímida?
La veo sonreírme triunfal, carraspea llamando la atención de los demás en la mesa, dejando automáticamente de tocarme.
—Disculpen, voy al baño —Se levanta, pero antes de alejarse me mira guiñándome un ojo, me quedo embobado viéndola irse con un sensual movimiento de caderas
¿Debería seguirla?
A la mierda.
—Con permiso, iré un segundo al bar a buscar alguna bebida. —Toda la mesa me mira cuando me paró repentinamente.
Tengo dieciocho así que nadie podía decirme nada. Aunque en realidad era un poco raro que tomara nadie dijo nada. Tenía una buena excusa, si me tardaba mucho podría decir que había mucha gente en el bar.
Comienzo a caminar hacia el bar desviando mi rumbo al último momento, miro a los lados antes de adentrarme en el baño femenino rezando que no haya nadie más que Lía en él.
No hay nadie. Cuando estoy adentro me apoyo contra la puerta mientras busco a Lía con la mirada, viendo a través del espejo que sale del último cubículo mirando el celular, me acerco para tomarla rápidamente de la cintura antes de que se percate de mi presencia, volviéndola a meter de donde salía escuchando como suelta un gritito.
La apoyo contra la puerta del cubículo cerrándola con seguro, recargo mis manos a los lados de su cuerpo, bajo la vista hasta su altura viendo como mantiene los ojos cerrados, suelto una risita.
—Ahg, eres tú —Golpea mi pecho —. Me asustaste —Pone morritos resaltando su boquita, la cual me dan ganas de devorar.
—¿Esperabas a alguien más? —Me acerco un poco más para quedar a la altura de su cara rozando nuestras narices.
—N-no, solo que pensé que no ibas a venir.—Me contesta sin despegar su mirada de mi boca.
—Quise venir a comprobar por mí mismo si no llevabas bragas —Muerdo mi labio inferior cuando sus ojos me miran, agarro su pierna enrollándola en mi cadera, mi mano acaricia la parte de atrás de su pierna por debajo del vestido hasta donde empieza su trasero, subiendo y bajando. Puedo ver su mirada más oscura de lo normal. Jadea cuando mi mano se detiene apretando su trasero.
Su delicioso trasero.
Agarra mi camisa y estampa sus labios contra los míos besándome con ímpetu, dejándome saber que quería probar mis labios tanto como yo los suyos, enredando nuestras lenguas en un acalorado beso, sujeto fuerte su cuerpo contra el mío, separándonos solo para recuperar el aliento y volver a hundirnos en nuestro pequeño mundo envuelto en llamas.
Sus labios con un delicioso gusto a vainilla me dan más ansias de besarlos, saboreo su labio para después morderlo, la siento jadeando en mi boca, apretando su agarre en mi camisa.
Mi otra mano va hasta uno de los tirantes de su vestido bajándolo, sus manos recorren mi torso llegando al botón desabrochándolo para meter sus manos lo suficiente, explorando mi cuerpo con sus pequeñas y cálidas manos, acaricio la piel de su hombro bajando para atrapar su pecho sacándole un suspiro, mi boca abandona la suya para lanzarse a probar sus senos, la escucho jadear, agarrando mi cabeza manteniéndola cerca de ellos. Mi otra mano deja de amasar su trasero, bajo su pierna de mi cadera.
—Abre las piernas —Mi boca deja sus pezones para hablarle cerca de su oído, dejando una mordida en el, bajando a besar su cuello.
Mi mano vuelve dentro del vestido para acariciar la parte interna de su suave muslo, ese que tanto me encantaría mordisquear algún día, paseo un poco tentándola, rompiendo el beso para mirarla, quería ver sus reacciones.
Llego hasta su feminidad comprobando que de verdad no tenía bragas. Acerco la mano lentamente esperando que me detenga, viendo como cierra sus ojitos, suspirando cuando siente mi contacto con su hermosa feminidad, le doy un piquito en sus dulces labios.
La sujeto bien para que no se caiga, comenzando a recorrer con mis dedos su rajita ya resbalosa, podía sentir el aroma a excitación que desprendía, sintiendo mi pene despertar debajo de mis pantalones cuando escucho un gemido suyo.
Recuesta su cabeza en mi pecho gimiendo bajito cuando mis dedos masajean su botón de placer, se sostiene de mis brazos cuando su cuerpo tiembla. Comencé a estimularla más desviando cada tanto un dedo para acariciar toda su feminidad, cada pliegue.
—Mírame —Ordeno. Quería ver su carita disfrutando.
Ver sus ojos extasiados me incentiva a seguir dándole placer. Gime fuerte cuando un dedo travieso se adentra en ella dejándola con la respiración entrecortada cuando empiezo a bombear intercalando caricias de su botón, para luego adentrar un dedo lento y rápido cambiado la velocidad.
—Ah, M-Matt —Su gemido envía una corriente de excitación directo a mi pene, me lanzo a besarla desesperado, llevo mi otra mano de su muslo a su trasero y lo comienzo a amasar. Nos separamos cuando mis dedos toman velocidad sacándole gemidos brutales.
—Quiero ver cómo te corres.—Su cuerpo comenzó a temblar contra el mío mientras sus caderas se movían buscando más contacto.
—Mierda, es delicioso —Se aferra a mi camisa al llegar al orgasmo, casi haciéndome venir a mí al ver su carita llena de placer. Seguí tocando su vagina para alargar el placer. Dándonos un último beso largo cuando su respiración se normaliza.
—¿Lía, estás bien? —Nos miramos rápidamente al escuchar la voz de su madre cerca del cubículo.
¿En qué momento entró?
—Emm....S-si, madre —Su mirada se desvía de la mía avergonzada.—M-me me vino la regla —Espero que a su madre no se le de mirar por abajo de la puerta.
—Oh, bueno hija ¿Necesitas algo? —Se escucha su voz desde el otro lado, muy cerca de nosotros.
—No, está bien, ve, ahora salgo.— Escuchamos los pasos hacia la puerta soltando un suspiro cuando nos quedamos solos.
—Uf...Eso eso estuvo cerca —Suelta una pequeña risita apegándose a mi, dándome un abrazo que rápidamente correspondo para luego plantar un beso en su mejilla — .Em..Oye, ¿Podemos vernos en la noche cuando todos duerman?, así terminamos lo que empezamos.—A pesar de que notaba un poco de vergüenza en sus palabras, su mando bajó por mi torso hasta mi entrepierna apretando un poquito mi pene que pedía a gritos que lo liberen de tal presión —.Es que no hay tiempo —Dice bajo, con la cara roja.
—Está bien —Suelto una pequeña risa.—Ve tu primero —Le planto un beso tomándola por la nuca, no me corresponde al principio por la sorpresa, adaptándose rápidamente para agarrarme de la misma forma y devolvermelo.
—Ash, no hagas eso porque no me dan ganas de irme —.Cierra sus ojos diciéndome eso un tono desesperado.
Fin del flashback.
Mierda, mierda y más mierda.
Los recuerdos invaden mi mente, mi cabeza no deja de pensar en por qué me duele tanto si lo de nosotros es solo una amistad con beneficios, ambos sabíamos que debíamos seguir nuestros caminos en algún momento, aceptamos los términos cuando uno lo tenga que dejar no iban a haber reproches, tampoco éramos pareja, no podíamos enamorarnos.
Pero en ese entonces las hormonas manejaban el ochenta por ciento de mi mente, solo pensaba en follar con la chica que me gustaba, pero ahora con esta tristeza en el pecho puedo ver en el lío que me estaba metiendo, porque ahora que el trato se terminaba no podía dejar de sentir un vacío al pensar en mi vida sin los consejos, charlas y momentos con Lía.
¿Qué mierda me pasaba?
_______________
Alex tendrá una novela luego de que termine esta.
N/A: espero que les haya gustado mucho el capítulo, deja tu voto y seguirme.
Alex en multimedia
Los personajes me los imagino yo así ustedes pueden imaginarlos como quieran.
- Aldi🥀
CRÉDITOS A LA EDITORA: @Natalia_Ballesteros
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top