Capítulo 8 : El Juego del Niño Interior
« La inteligencia sin ambición es como un pájaro sin alas » . Salvador Dalí
El Juego del Niño Interior
El sol brillaba intensamente sobre la Universidad de Arte Salvador Dalí in Memorian, creando un halo dorado que iluminaba cada rincón del campus. Valentina, con su cabello castaño ondeando al viento, caminaba hacia el aula de expresión corporal, su corazón latiendo con una mezcla de emoción y nerviosismo. Hoy era un día especial; la profesora Clara había prometido una experiencia única que los llevaría a redescubrir su esencia más pura.
Lucas la esperaba en la entrada, su mirada intensa y juguetona provocando un cosquilleo en el estómago de Valentina. Llevaba una camiseta ajustada que resaltaba sus músculos, y su sonrisa traviesa prometía aventuras. "¿Lista para jugar?", le preguntó, guiñándole un ojo.
"Siempre lista", respondió ella, sintiendo que una chispa de complicidad se encendía entre ellos.
Al entrar al aula, la profesora Clara les recibió con una energía contagiosa. "Hoy haremos algo diferente", anunció mientras los estudiantes se acomodaban en sus asientos. "Quiero que encuentren a su niño interior. Para ello, hemos reservado una calle entera donde podrán jugar con pistolas de agua. ¡Quiero que se diviertan como si nadie estuviera mirando!"
Las risas estallaron en la sala mientras la emoción crecía. Valentina intercambió miradas con Lucas, y ambos sabían que esta sería una oportunidad para dejarse llevar.
La calle estaba decorada con coloridos globos y cintas que ondeaban al viento, creando un ambiente festivo. Valentina sintió cómo su corazón se aceleraba mientras salían al exterior. Lucas se acercó a ella, sosteniendo una pistola de agua brillante. "¿Listas para la batalla?", preguntó, su voz cargada de desafío.
"Solo si prometes no irte fácil", respondió Valentina, desafiándolo con una sonrisa pícara.
La batalla comenzó y los estudiantes se lanzaron al juego, riendo y gritando mientras el agua salpicaba por todas partes. Valentina se movía ágilmente, esquivando los ataques de sus compañeros, pero Lucas siempre estaba cerca, como una sombra juguetona.
Valentina Jackson
En un momento de distracción, Lucas logró mojarla completamente. Valentina soltó un grito de sorpresa y risa, y en un acto reflejo, apuntó su pistola hacia él. El agua voló por el aire y Lucas, sorprendido, retrocedió un paso. "¡Vas a pagar por eso!", dijo entre risas mientras se lanzaba a la ofensiva.
Lucas Kristen
La batalla continuó, cada uno tratando de superar al otro en ingenio y velocidad. La adrenalina corría por sus venas y el ambiente se cargaba de una tensión electrizante. En medio del juego, Valentina se dio cuenta de que no solo estaban jugando; estaban explorando algo más profundo entre ellos.
Finalmente, después de unos minutos de pura diversión, los estudiantes se detuvieron para tomar aliento. El aire estaba impregnado de risas y el sonido del agua goteando de sus cuerpos empapados. Valentina miró a Lucas, su respiración entrecortada y su piel brillante bajo el sol.
"Creo que te he mojado más que tú a mí", dijo ella con una sonrisa desafiante.
"Eso es solo porque no has visto lo que puedo hacer", respondió Lucas, acercándose más a ella. La tensión era palpable; había un deseo latente en el aire que ninguno de los dos podía ignorar.
La profesora Clara interrumpió el momento mágico. "Ahora es el momento de hacer arte", dijo con una sonrisa cómplice. "Usen todo lo que han aprendido sobre su niño interior para expresarse."
Los estudiantes comenzaron a crear obras de arte improvisadas utilizando las pistolas de agua como pinceles. Valentina tomó un respiro profundo y dejó que su creatividad fluyera. Con cada chorro de agua, pintaba formas abstractas en el suelo, sintiendo cómo la libertad de ser niña regresaba a ella.
Lucas se unió a ella, sus manos entrelazándose mientras creaban juntos. La conexión entre ellos era intensa; cada risa compartida era un paso más hacia algo más profundo. En medio del juego, Lucas se inclinó hacia Valentina y le susurró: "¿Te gustaría ser mi compañera en esta aventura?"
Ella lo miró a los ojos, sintiendo cómo sus corazones latían al unísono. "Claro", respondió, sin poder ocultar la sonrisa que iluminaba su rostro.
Mientras el sol comenzaba a ponerse, tiñendo el cielo de tonos anaranjados y morados, Valentina y Lucas se encontraron en un rincón tranquilo de la calle. Las risas y los gritos se desvanecieron a su alrededor; solo quedaba el sonido del agua goteando y el murmullo del viento.
Lucas se acercó lentamente, sus ojos fijos en los de Valentina. "A veces creo que hay algo más entre nosotros", confesó suavemente.
Valentina sintió que su corazón se aceleraba nuevamente. "Yo también lo siento", admitió, su voz apenas un susurro.
Y en ese instante, rodeados por el eco del juego y la promesa de lo que vendría, se dejaron llevar por la corriente del deseo que había estado creciendo entre ellos. La conexión fue instantánea; sus labios se encontraron en un beso suave pero cargado de electricidad. El sabor del agua aún fresco en sus labios se mezclaba con la dulzura del momento.
El juego no había terminado; solo había comenzado una nueva aventura entre ellos, donde la inocencia del niño interior se transformaría en algo mucho más profundo y seductor...
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